martes, 5 de diciembre de 2017

LA ÚLTIMA NOCHE DEL RAIS


Hasta ahora mis mejores experiencias literarias con Yasmina Khadra habían venido de la mano de la novela negra, de relatos negros-negrísimos sobre su Argelia natal, la guerra, la corrupción y el crimen.
De alguna forma, esta novela también es negra, muy negra aunque no haya investigadores.....
La lectura de la narración en primera persona de la última noche en este mundo de Muamar el Gadafi trasciende todos los crímenes y toda la negrura, es un "ejercicio literario" perfecto que, si bien, en un primer momento puede "repugnar", por la "calaña" del individuo que nos cuenta su vida, acaba siendo una magnífica novela compendio de todas las miserias humanas.
Me ha gustado muchísimo, me ha "aclarado" muchas cosas.
Para completar esta opinión, os dejo un enlace a un magnífico artículo de El País cuyo título, Los tiranos son románticos, es el preludio de una gran reseña sobre la novela:
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/02/babelia/1443782018_662208.html

Sinopsis (Ed. Alianza Editorial)
"Durante mucho tiempo creí encarnar a una nación y que ponía de rodillas a los poderosos del mundo. Era la leyenda hecha hombre. Los ídolos y los poetas comían en mi mano. Hoy no me queda para dejar a mis herederos más que este libro que relata las últimas horas de mi fabulosa existencia. Entre el tirano visionario y el beduino indomable, ¿qué recordará la Historia?"
Noche del 19 al 20 de octubre, en una miserable escuela del distrito 2 de Sirte se esconde con un puñado de seguidores armados el hombre que lo fue todo en Libia: adulado por unos, odiado por otros, temido por todos. No entiende lo que le está pasando e ignora lo que sucederá en las próximas horas. A ratos abatido, a ratos poseído por una soberbia incontrolable, recuerda determinados episodios de su vida que tienen relación directa o indirecta con su situación actual, desde su infancia inestable y sus primeros amores a un narcisismo delirante y mesiánico que le llevó a creerse la encarnación de su pueblo y a imponerle sus designios a sangre y fuego. Y, sobre todos estos recuerdos, planea y le atormenta la lección aprendida de la vida de Van Gogh.

Yasmina Khadra esboza en primera persona los últimos momentos de la vida de Muamar Gadafi. Todo el mundo conoce sus arbitrariedades y su megalomanía, pero pocos saben cómo era el hombre que las encarnaba, el lado oculto de un ser cuya crueldad sólo tiene parangón en su no menos extrema debilidad. Ese es el objetivo de Yasmina Khadra en "La última noche del Rais", desvelar el alma sombría de un déspota iluminado, rehén de sus angustias y desmesuras, que ha visto hundirse la ficción de la que él mismo era autor y actor.
Adentrándose de forma vertiginosa en su mente, el autor teje el retrato universal de todo dictador caído y de los delirios de grandeza del ser humano, en una novela, tan apasionante e intensa como magníficamente escrita, que recuerda a las mejores obras de las letras hispanas sobre tiranos banderas y patriarcas otoñales.

La última noche del Rais (fragmento)

Sirte, distrito 2 Noche del 19 al 20 de octubre de 2011
Cuando yo era niño, mi tío materno me llevaba a veces al desierto. Para él, más que un regreso a las fuentes, esa excursión era una ablución mental.
Era demasiado joven para entender lo que intentaba inculcarme, pero me encantaba escucharlo.
Mi tío era un poeta sin gloria ni pretensiones, un beduino humilde, patético, cuyo único deseo era montar su tienda a la sombra de una roca y mantenerse atento al viento que se deslizaba sobre la arena, furtivo como una sombra.
Tenía un magnífico caballo bayo de pelaje pardo, dos espabilados lebreles árabes, un viejo fusil con el que cazaba muflones, y sabía como nadie trampear jerbos por sus virtudes medicinales y lagartos de cola espinosa, que vendía en el zoco una vez disecados y barnizados.
Al anochecer encendía una fogata y, tras una escueta cena y un vaso de té demasiado azucarado, se sumía en sus ensueños. Me extasiaba verlo comulgar con el silencio y la desnudez del pedregoso desierto.

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