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viernes, 6 de noviembre de 2015

EL TEMBLOR DEL HÉROE


Esta novela fue reseñada por Juan Antonio Carrera Castillo, para LIBROS, el 29 de Marzo de 2012, y tal como escribió, lo reproducimos:.
He leído El temblor del héroe de Álvaro Pombo, premio Nadal 2012. La novela gira en torno a tres protagonistas, dos profesores jubilados y un joven periodista. En las páginas finales advierto una crítica al individualismo que caracteriza a la sociedad actual que nos lleva a la indiferencia por temor a complicarnos la vida. Me ha gustado aunque me parece que apunta otros temas de interés que no desarrolla suficientemente. Juan Antonio Carrera Castillo (29 de Marzo de 2012).

Coincido, parcialmente, con la opinión de nuestro querido amigo Juan Antonio, pero preciso que la novela me ha resultado un poco aburrida o demasiado densa, no sabría como definir la sensación que me produce la profusión de citas filosóficas e hiperculteranismos que contiene; lo que he percibido es que me distraen de la novela aunque en ocasiones me interesen; transforman el discurrir del argumento en una "ascensión escarpada" que puede disuadir de llegar a la cima.
Me gusta el fondo de la novela, la reflexión sobre la vejez, la soledad, la traición, la cobardía, la amistad, el amor; pero.....coincido plenamente con Juan Antonio en que el desarrollo es deficiente y el autor se "pierde" en su erudición y nos hace perdernos en una novela que podría haber sido mejor.

A continuación un fragmento que contiene en sí mismo el espíritu de la novela aunque no sea, totalmente, representativo de la forma empleada para construirla:

“Román está en su sesión de meditación. Lleva años practicando. Hace la mayoría de los ejercicios muy automáticamente, con considerable perfección, elasticidad… pero puede hacerlo sin prestar atención o reflexionar. Esto no está bien. Hoy es uno de esos días. Puede desbaratarlo todo ahora mismo. Desbaratarse y desahuciarse. Y desea darse esta extremaunción, el descabello. No, no está muerto aún. Aún no es inane, pero le ronda la inanidad como una mosca cojonera. Recuerda las clases que él daba. Y cómo se fue adrede desligando de las relaciones.Fue debido todo a una elemental decencia de maestro, de profesor, rodeado de gente muy joven”