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martes, 2 de enero de 2018

UNA MUJER DESPOSEÍDA


RESEÑA DE CLARA GLEZ para LIBROS, 25 de Junio de 2017
Una mujer desposeída - Shobha Rao...
Me gustan los libros de relatos, y más aún cuando estos se entrecruzan de alguna manera, y este libro es uno de ellos.
Son relatos de mujeres, de victimas del lugar donde nacieron, de las circunstancias sociales del, mundo donde les tocó vivir.
Puede parecer que están escritos en épocas remotas, porque en este mundo tan “ civilizado” cuesta creer que aun pasen estas cosas, pero así es. Siguen pasando y lo que es peor, volvemos la cabeza para no verlas.
Aunque el libro es duro, está escrito de una forma tierna, que deja entrever un halo de esperanza en esas vidas cargadas de injusticias desde casi su comienzo.
Lo recomiendo¡¡¡
Sinopsis:
Muchas vidas cambiaron para siempre cuando el subcontinente indio fue oficialmente separado en dos países: India y Pakistán. Una viuda de trece años que encara el futuro cuando su marido es dado por muerto; una madre primeriza retenida en el lado equivocado de la frontera; una criada ambiciosa que seduce tanto a su señor como a su señora; una joven prostituta que planifica en silencio su venganza...
Atrapadas en un mundo de fronteras movedizas exóticamente lejano pero a la vez peligrosamente parecido al nuestro, las vidas de los personajes de estos doce relatos se entrecruzan bajo la mirada profunda, irónica y perturbadora de Shobha Rao.


Mi opinión sobre esta novela especial es la siguiente:
Nota de la autora
"En agosto de 1947, el ocaso del Imperio británico en el subcontinente indio desembocó en la formación de dos nuevos estados soberanos: India y Pakistán. El proceso, que comúnmente se conoce como Partición, llevó a la instauración de Pakistán como una república islámica con una mayoría de población musulmana, mientras que India se constituyó en un estado laico con una mayoría hin
dú. Las prisas con que se trazó la frontera que separa ambos países, la llamada Línea Radcliffe, resultó en un inmenso trasvase de personas entre las dos naciones. A pesar de que las estimaciones varían, se calcula que entre ocho y diez millones de personas quedaron desplazadas de sus hogares y aldeas, principalmente hindúes, musulmanes y sijs que esperaban encontrar refugio en la relativa seguridad de una mayoría religiosa. Este éxodo masivo propició numerosos actos de violencia por ambas partes, que se saldaron con cerca de un millón de muertos. El flujo de población entre India y Pakistán se considera el mayor movimiento migratorio en tiempos de paz de la historia de la humanidad.
Como en la mayoría de los conflictos, durante la Partición de India y Pakistán las mujeres y los niños fueron a menudo los más vulnerables. Hubo un sinfín de brutalidades infligidas específicamente sobre las mujeres, secuestros incluidos. Según datos oficiales, se calcula que fueron raptadas cincuenta mil mujeres musulmanas en India, y treinta y tres mil mujeres hindúes y sijs en Pakistán. A muchas de ellas, por añadidura, las obligaron después a volver con sus familias, que a veces las repudiaban al considerarlas mancilladas. En 1949, India reguló el regreso de estas mujeres con la Ley de (Recuperación y Restitución) de Personas Secuestradas. Aunque se suele hablar de mujeres «recuperadas», he preferido centrarme en el segundo de los términos porque, si bien es posible que una persona se recupere, no lo es que se «restituya» a su estado original, de ahí que para mí sean siempre mujeres unrestored, desposeídas de sí mismas."

Esta es la nota de la autora con la que se inicia este libro de relatos encadenados en los que se demuestra, una vez más, que las mujeres son victimas de todas las guerras, botín de guerra y victimas en la "paz".
Todas las historias son terribles, todas son o pudieran ser ciertas, todas son nuestras aunque sucedan al otro lado del mundo....
Gracias Clara Glez. Me ha encantado¡¡¡¡
Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Un descubrimiento literario. Un libro de relatos magistral. Una autora galardonada con el Premio Katherine Anne Porter de Ficción e incluida en The Best American Short Stories.
«¡Qué colección de relatos sorprendente! Provocadora, feroz, conmovedora, estupenda, generosa y esencial. Me ha parecido terminar el libro en un mundo diferente de aquel en el que lo empecé a leer.»
Kelly Link
Muchas vidas cambiaron para siempre cuando el subcontinente indio fue oficialmente separado en dos países: India y Pakistán. Una viuda de trece años que encara el futuro cuando su marido es dado por muerto; una madre primeriza retenida en el lado equivocado de la frontera; una criada ambiciosa que seduce tanto a su señor como a su señora; una joven prostituta que planifica en silencio su venganza...
Atrapadas en un mundo de fronteras movedizas exóticamente lejano pero a la vez peligrosamente parecido al nuestro, las vidas de los personajes de estos doce relatos se entrecruzan bajo la mirada profunda, irónica y perturbadora de Shobha Rao, que sigue las huellas de grandes cuentistas como Lucia Berlin o Jhumpa Lahiri.

Una mujer desposeída (fragmento)

Una mujer desposeída

La noche que se enteró de la muerte de su esposo, Neela se sentó bajo el bayán que crecía junto a su choza y sintió un hambre acuciante. Fue la noche del accidente del tren. No, accidente no, se corrigió. Ni mucho menos. Sintió esa misma hambre el día de su boda. Tenía trece años y, sentada en el altar con un sari rojo centelleante y alrededor del cuello el mangal sutra de oro —fino, incluso para las modestas posibilidades de una aldea del norte sumida en la penuria—, intentaba desesperadamente acallar los rugidos de su estómago.
El hambre del día de su boda quizás se debiera a las tentadoras montañas de comida que había a su alrededor. Frutas, cocos, laddus, pilas enrevesadas de jalebi de naranja. Nunca había visto tanta comida; se le hacía la boca agua. No probaba bocado desde muy temprano, y entonces solo había tomado una escasa ración de arroz con suero de leche. A Neela se le iban los ojos tras la bandeja de plátanos y mangos colocada entre ella y el sacerdote, que recitaba plegarias en sánscrito. El que iba a ser su esposo, sentado junto a ella, enjuto y oscuro como una guindilla seca, le daba la espalda para hablar con un hombre a quien Neela no reconoció. A decir verdad, apenas reconocía al novio. El velo rojo se lo ocultaba. Además, solo lo había visto una vez, hurtando una mirada cuando trató con su padre los detalles del matrimonio, ambos agazapados como dos cuervos sobre un mendrugo de pan rancio.
Su padre dijo que era un buen partido; le había dado a su futuro esposo —un hombre de veinticuatro años y dueño de una tetería que daba servicio a los trenes regionales entre Amritsar y Lahore— dos vacas, un baúl lleno de cacerolas y loza, una bolsa de simiente y una manta de lana verde. Incluso negociaron el grosor del collar de oro. Babu, el novio, puso mala cara porque fuera tan fino, y solo se apaciguó cuando el padre de Neela dijo: «Mira. Mira a la muchacha. Fuerte como un buey. ¡No te dará menos de diez hijos!».