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jueves, 28 de abril de 2022

CANCIONES PARA TIEMPOS OSCUROS


  Vigésimotercera entrega de la serie de libros protagonizados por el Inspector John Rebus, policía en la comisaría de St Leonard (Edimburgo)

Vuelve mi añorado John Rebus y es una vuelta agridulce porque se atisba el final, dos casos paralelos se desarrollan en esta novela,  Rebus en el norte y Clarke&Fox en la comisaría de siempre, creo que Rankin intenta una "transición suave" pero al lado de John Rebus el resto son meros comparsas, la sinopsis de la editorial lo sabe y sólo menciona al auténtico protagonista.

Aunque solo protagonice la mitad de la novela, vale la pena.🌞🌞

SINOPSIS 

HASTA QUÉ PUNTO SON FUERTES LOS VÍNCULOS FAMILIARES

John Rebus sabe que si su hija Samantha le llama por teléfono de madrugada no es para darle buenas noticias. Angustiada, le confiesa que su pareja, Keith, desapareció hace dos días y no se sabe nada de él. Aunque Rebus no haya sido el mejor padre, Samantha es lo primero, así que pone rumbo al pueblecito costero del norte de Escocia donde ella reside y donde se ocultan más secretos de lo que parece. Es posible que, por una vez, sea mejor no descubrir toda la verdad.

«Canciones para tiempos oscuros es el mejor Rankin y el mejor Rebus, una narración que se adapta a la actualidad y trasciende todos los géneros y expectativas». MICHAEL CONNELLY

FICHA TÉCNICA 

Nº de páginas: 464

Referencia: OBFI376

ISBN: 9788491876816

Colección: Colección de SERIE NEGRA

Fecha de publicación: 07/04/2022

Traductor/a: CRISTINA MARTIN VIGO

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martes, 11 de diciembre de 2018

MEJOR EL DIABLO


Vigesimoprimera entrega de la serie de libros protagonizados por el Inspector John Rebus, policía en la comisaría de St Leonard (Edimburgo)


La combinación Rankin-Rebus es irresistible, aunque viejo, jubilado y hasta delicado de salud, nuestro John Rebus sigue investigando, removiendo el pasado y acosando a los que ocultan algo, sea lo que sea.
En esta última novela (por ahora o eso espero), las cloacas de Edimburgo hieden y las ratas corren enloquecidas en todas las direcciones, nada bueno puede salir de una lucha entre mafiosos, pero ahí está Rebus "dirigiendo" a los inspectores Clarke y Fox y, como siempre, llevándose el gato al agua.
Tengo la impresión de que Rankin quiere preparar la despedida de Rebus (lo está ablandando y hasta le ha enamorado), pero creo que lo tiene muy difícil...!
Me ha encantado!



Sinopsis (Ed. RBA)

En 1978 una joven llamada Maria Turquand fue asesinada en una habitación de hotel. Se investigó a los sospechosos, pero el culpable nunca apareció. John Rebus siempre tuvo la sensación de que algún detalle importante sele escapaba a la policía. Ahora ha decidido recuperar el caso y parece que eso aún puede acarrear imprevisibles consecuencias. No es lo único que le preocupa al ex-inspector Rebus. Darryl Christie, aspirante a controlar las actividades delictivas en Edimburgo, ha recibido una paliza que lo ha dejado fuera de combate. Todas las miradas recaen sobre un viejo conocido de Rebus: el gánster Big Ger Cafferty, que asegura haberse retirado del negocio.

Mejor el diablo (fragmento)

PRIMER DÍA
1

Rebus dejó el cuchillo y el tenedor encima del plato, que estaba vacío, y se recostó en la silla para estudiar al resto de los comensales del restaurante.
—Una vez se cometió un asesinato aquí, ¿lo sabías? —comentó.
—Para que luego digan que el romanticismo ha muerto.
Deborah Quant ignoró momentáneamente el bistec. Rebus estaba a punto de decir que lo cortaba con el mismo esmero que cuando utilizaba el bisturí con un cadáver, pero le vino a la mente el asesinato y le pareció que era un tema de conversación más oportuno.
—Lo siento —dijo Rebus, que bebió un sorbo de vino tinto.
En el restaurante vendían cerveza. Había visto a los camareros servirla en varias mesas, pero estaba intentando reducir el consumo.
Era un nuevo comienzo. De hecho, ese era el motivo por el que habían salido a cenar. Estaban celebrando una semana sin tabaco.
Siete días enteros.
Ciento sesenta y ocho horas.
(Quant no tenía por qué enterarse de que tres días antes había pedido un cigarrillo a un hombre que estaba fumando delante de un edificio de oficinas. De todos modos, había sentido náuseas.)
—Notas más el sabor de la comida, ¿verdad? —preguntó ella, y no por primera vez.
—Sí, claro —dijo Rebus, conteniendo la tos.

lunes, 8 de enero de 2018

MUERTE HELADA


Séptima entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector de la policía escocesa John Rebus.


Cuando ya se han publicado 21 libros de la serie protagonizada por John Rebus, una de nuestras queridas editoriales nos concede el placer de publicar el séptimo de la serie en castellano, eso sí con un título tan desconcertante que te pasas media novela intentando averiguar de donde lo han sacado....., el título original es Let it bleed y los aficionad@s a la serie de Rebus le encontrarán sentido inmediatamente.
Esta novela, publicada en castellano el año en que John Rebus cumpliría 70 años, nos sumerge en la corrupción política más absoluta narrada con la crudeza que caracteriza a Rankin y "resuelta" con la cabezonería que caracteriza a Rebus.
Es verdad que nada nuevo nos cuenta Rankin pero lo cuenta tan bien que he disfrutado enormemente de este Rebus más joven y un Edimburgo tan negro que estremece.
De la política editorial de este país....nada que añadir!!

Sinopsis (Ed. RBA)
Pocos inviernos en Edimburgo han sido tan largos y fríos como este. Pero la temperatura no es lo único que deja helado al inspector John Rebus. De la nada, surgen una serie de extrañas incógnitas para las que Rebus no encuentra respuesta y todas ellas conducen a las altas esferas políticas de la ciudad y del país.
Esta vez, el pesimismo teñido de sarcasmo del inspector Rebus puede estar más justificado que nunca. Esta vez, los culpables pueden encontrarse fuera del alcance de la justicia.

Muerte helada (fragmento)
1
Una noche de invierno, saliendo a todo gas de Edimburgo.
El coche que circulaba delante era perseguido por otros tres, ocupados por agentes de policía. Caía aguanieve en medio de la oscuridad, y el viento soplaba en horizontal. En el segundo coche de policía, el inspector John Rebus apretaba la mandíbula. Con una mano se agarraba con fuerza a la puerta, y con la otra sujetaba la parte delantera del asiento del copiloto. Tras el volante, el inspector jefe Frank Lauderdale parecía haber rejuvenecido treinta años. Estaba claro que disfrutaba de la sensación de poder que le confería conducir a toda pastilla, un poco alocadamente, y se inclinaba hacia delante, casi pegándose al parabrisas.
—¡Los atraparemos! —gritó por enésima vez—. ¡Cogeremos a esos cabrones!
Rebus no pudo abrir la mandíbula lo suficiente para formar una respuesta. No es que Lauderdale fuese mal conductor... De acuerdo, lo era, pero es que además, con aquella lluvia... Cuando bordearon la segunda rotonda en la intersección de
Barnton, Rebus notó que las ruedas traseras perdían adherencia en la resbaladiza superficie de la carretera. Para empezar, los neumáticos no eran nuevos... Probablemente incluso fuesen recauchutados. La temperatura rondaba los cero grados y el aguanieve los esperaba traicioneramente. Habían salido de la ciudad, dejando atrás semáforos y cruces, y allí una persecución automovilística sería más segura... Pero Rebus estaba cada vez más nervioso.
En el coche de delante viajaban dos efectivos uniformados, jóvenes y sagaces, y en el otro vehículo un sargento y un agente. Rebus miró por el espejo retrovisor y vio unas luces. Miró también por la ventanilla... y no vio nada. Allí fuera estaba negro como la boca del lobo.
«No quiero morir en la oscuridad», pensó.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Uñas y dientes


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector John Rebus

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 30 de Septiembre de 2014.
Rebus, capítulo 3.
Lástima haber leído este libro días después del referéndum escocés.
Las continuas referencias sobre los múltiples acentos idiomáticos y lo ininteligibles que son para algunos oyentes, las comparaciones entre cervezas, whiskys y pubs, la competición sobre la peligrosidad Londres vs Edimburgo... Incluso la efervescencia producida por el 'Flowers of Scotland'. Todo eso viste de 'britanismo' una novela dura en las descripciones, casi diría que Rankin se regodea en y con la sangre pero que te lleva en volandas. Igual como llevan al pobre Rebus por todo Londres, de arriba a abajo.
Buena. Bien Rankin y bien Rebus.
Por cierto, no sé que votó el escritor pero sí se sabe que votó el inspector Rebus. Pero eso es un trabajo que dejo para LIBROS.

Sinopsis (Ed. RBA)
Un maníaco anda suelto por las calles del East End londinense. Las comparaciones son odiosas, pero el modus operandi del criminal le acerca demasiado al perfil del ya mítico Jack el Destripador: después de cada asesinato, arranca e ingiere una parte del cuerpo de su víctima. El nuevo monstruo del East End es objeto de toda la atención delos medios, que le han apodado Wolfman (Hombre Lobo) por haber sido hallada debido a que su primera víctima ha sido hallada en Wolf Street. Scotland Yard pide ayuda al el inspector Rebus, experto en crímenes macabros, es requerido por Scotland Yard para que colabore en la investigación, algo que el inspector George Flight verá como una interferencia innecesaria y molesta. Si quiere resolver el caso, Rebus deberá lidiar no solo con el esquivo asesino, sino también con su hostil colega londinense y con la presencia de una atractiva psicóloga que despertará sus instintos más incontrolables. Ian Rankin vuelve a sobrecoger a los lectores con una terrorífica historia cargada de intriga y verosimilitud.

Uñas y dientes (fragmento)

PRÓLOGO Hunde el cuchillo, ella.
Por experiencias pasadas, sabe que es un momento de mucha intimidad. Su mano aferra el mango frío del cuchillo y el impulso clava la hoja entera en la garganta hasta que su propia mano roza la piel. Carne contra carne. Primero, la chaqueta, o el jersey de lana, la blusa o la camiseta de algodón, y después la carne. Ahora un tajo. El cuchillo palpita como un animal que olfatea. La sangre caliente cubre el mango y la mano. (La otra mano tapa la boca y ahoga los gritos). El momento es sublime. Un encuentro. Un contacto. El cuerpo es fogoso, trémulo, cálido de sangre, y borbotea por dentro cuando lo de dentro se exterioriza. Hierve. El momento acaba demasiado pronto.
Y aún siente ganas. No está bien, no es habitual, pero las siente. La desviste un poco; en realidad, la desviste mucho, quizá más de lo necesario. Y hace lo que tiene que hacer, barrenando otra vez con el cuchillo con los ojos fuertemente cerrados. Esta parte no le gusta. Nunca le ha gustado esta parte, ni aquella vez ni ahora. Pero, sobre todo, aquella vez.
Finalmente, saca los dientes y los hunde en el blanco vientre hasta cerrarlos en un mordisco satisfactorio, y susurra, como siempre, las cuatro palabras:
—Es sólo un juego.
Es de noche cuando George Flight recibe la llamada. La noche del domingo. El domingo es su bendito día: rosbif con pudin, los pies en alto delante del televisor y el periódico abierto, abandonado en el regazo. Pero durante toda la jornada ha tenido un presentimiento; lo sintió en el pub, a la hora de almorzar, un retortijón como si tuviera gusanos, gusanitos blancos hambrientos, gusanos imposibles de satisfacer. Después, ganó el premio en la rifa del pub: un oso de peluche naranja y blanco, de casi un metro de alto. Hasta los gusanos se rieron, y supo que el día acabaría mal.
Que es lo que, efectivamente, sucedía, con el teléfono sonando sin parar, anunciando las malas noticias que no podían esperar al día siguiente.

sábado, 11 de noviembre de 2017

LA BIBLIA DE LAS TINIEBLAS


Decimonovena entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector de la policía escocesa John Rebus.

El referéndum para la independencia de Escocia como fondo, un extraño accidente de coche que parece no convencer a nadie y el pasado que vuelve cuando menos se lo espera.....
Rebus en estado puro, rebajado de categoría, para incorporarse, sigue siendo el mismo gruñón concienzudo que conocemos, sigue siendo el mismo detective intuitivo de siempre, sigue siendo el mejor; aunque vuelva a ser sargento detective, como en sus principios..., espero que esto signifique que nos quedan todavía muchos relatos con John Rebus de protagonista.
Con la política como soporte, narración muy actual en la que nada es lo que parece pero todos se parecen a algo....¡¡
Muy recomendable.

Sinopsis (Ed. RBA)
«Los buenos nunca son tan buenos y los malos nunca son tan malos, pero hay un punto en que ambos se encuentran, y es entonces cuando el asunto puede ponerse interesante».Un accidente de tráfico en el culo del mundo. Implicados: la heredera de un magnate londinense y el hijo de un ministro, adalid de la secesión escocesa. Justo cuando el país se parte en dos ante el referéndum para la independencia. Algo en la escena no cuadra, y el veterano John Rebus, recién reincorporado al cuerpo de policía, empieza a investigar.
Al tiempo, la fiscalía reabre un caso feo de hace treinta años, en el que Rebus y su antigua cuadrilla, autodenominados los «Santos», tuvieron mucho que ver. Aquella vieja división de policías juraron silencio sobre «la Biblia de las Tinieblas» y ahora se han convertido en sospechosos. Nada evitará que el detective Rebus y el inspector de asuntos internos Malcolm Fox se enfrenten para descubrir quiénes son los santos y quiénes los pecadores, y lo que se oculta tras el juramento.

La biblia de las tinieblas (fragmento)

PRÓLOGO—¿Adónde vamos?
—Solo estamos dando una vuelta en coche.
—Pero dando una vuelta ¿adónde?
Rebus volvió la cabeza para ver a su acompañante. Se llamaba Peter Meikle. El hombre había pasado casi la mitad de su vida adulta cumpliendo condena en diversas cárceles y tenía la palidez y la actitud propias de los ex presidiarios. Necesitaba un afeitado y sus ojos hundidos eran como agujeritos negros y recelosos. Rebus lo había recogido a la puerta de una casa de apuestas en Clerk Street. Unas cuantas hileras de luces y empezaron a dejar atrás Commonwealth Pool en dirección a Holyrood Park.
—Hacía una buena temporada — comentó Rebus—. ¿Qué te traes entre manos ahora?
—Nada de lo que la poli tenga que preocuparse.
—¿Te parezco preocupado?
—Tiene la misma pinta que cuando me puso a la sombra en 1989.
—¿Tanto hace? —Rebus hizo alarde de menear la cabeza en un gesto de sorpresa—. Pero, a decir verdad, Peter, opusiste resistencia a la detención… y por aquel entonces tenías muy mal talante. —¿Acaso no lo tenía usted?
Al no responder Rebus, Meikle siguió mirando por la ventanilla. A estas alturas, el Saab había llegado a Queen’s Drive, las escarpaduras de Salisbury Crags camino de St. Margaret’s Loch. Algún que otro turista intentaba dar pan a los patos y los cisnes, aunque toda una tropa de acechantes gaviotas parecían estar llevándose bastante más de lo que les correspondía. Rebus puso el intermitente derecho para iniciar el sinuoso ascenso por la ladera de Arthur’s Seat. Adelantaron a corredores y paseantes mientras la ciudad se perdía de vista.

sábado, 30 de septiembre de 2017

JACK AL DESNUDO


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector John Rebus.

Por las calles de Edimburgo de la mano de John Rebus y sus dudas, sus problemas, sus complejos, sus amores, desamores......he leído esta novela de la serie Rebus, que tenía pendiente, y otra vez he comprendido porque Ian Rankin es uno de los grandes de la novela negra-policiaca.
Tema de rabiosa actualidad, aunque la novela es de 1992, político mentiroso y, probablemente corrupto, que cree que todos lo demás son mucho más tontos que el......No digo más¡¡¡

Sinopsis (Ed. RBA)
Una novela inédita del mítico Inspector Rebus.
Durante una redada en un prostíbulo de Edimburgo, la policía descubre a Gregor Jack, un joven y popular diputado del Parlamento escocés, en compañía de una prostituta.

jueves, 7 de septiembre de 2017

SOBRE SU TUMBA



Decimoctava entrega de la serie de novelas protagonizadas por el inspector John Rebus.

¿Por qué me gusta John Rebus? será por su individualismo salvaje, por su incorrección política, por su contumacia investigadora, por su libertad absoluta, por su falta de convencionalismo, por su desprecio absoluto hacia los pelotas, por su fidelidad a los amigos, por sus gustos musicales, por su soledad, porque no cae bien a los jefes.......podría seguir durante 100 líneas más, me limitaré a decir que es uno de los grandes personajes de la novela negra y que su vuelta, tras cinco años de orfandad absoluta, me reconforta, espero que esta vuelta sea definitiva, porque Fox no le llega a Rebus ni a la suela del zapato¡¡¡¡
Sobre su tumba, vuelve Rebus y Escocia tiembla de nuevo¡¡¡

Sinopsis (Ed. RBA)Su alergia a todo tipo de autoridad, unos métodos de trabajo que desafían la ética profesional y un apego profundo por la botella condujeron a John Rebus a ser apartado a la fuerza del departamento de policía de Edimburgo. Pero al contrario que el resto de sus compañeros, él no es de los que acepta resignado el reloj de oro con el que se les da puerta y procede mansamente a dedicarse a la jardinería o se compra un perro al que pasear por la playa. Mientras maniobra por la vía burocrática para ser readmitido al haberse ampliado la edad de jubilación, algo de lo que muchos en el cuerpo y en Asuntos Internos no quieren ni oír hablar, pasa los días colaborando como civil con una desatendida unidad que se dedica a volver a examinar casos que en su día fueron cerrados por falta de pruebas. La pobreza de medios y el calamitoso estado de los expedientes convierten la tarea en una frustración constante. Es un destierro en toda regla, al que además le quedan cuatro días, pues sus competencias van a ser transferidas a un súper organismo de ámbito estatal.
El panorama comienza a cambiar el día en que atiende de forma azarosa a una mujer, Susan Hazlitt, madre de una adolescente desaparecida en la Nochevieja de 1999. Esta alberga la teoría de que su hija fue la primera de una lista de varias menores unidas por el hecho de haber sido raptadas en algún tramo de la autopista A9 durante los últimos años. Annette McKie, de 15 años, lleva ausente de su hogar apenas tres días, según informan los medios, pero Susan no duda de que es la víctima más reciente en unirse a tan desafortunado grupo.

Sobre su tumba (fragmento)

1"Se había cerciorado de que no se hallaba demasiado cerca de la tumba abierta.
Entre el hueco y él mediaban prietas filas de dolientes. A los portadores del féretro no los habían llamado por sus nombres, sino por sus números. Eran seis, comenzando por el hijo del difunto. La lluvia no había empezado a caer todavía, pero había pedido cita. El cementerio era bastante nuevo y estaba situado al sudeste de la ciudad. Se había saltado el oficio eclesiástico, al igual que se saltaría también las bebidas y los bocadillos posteriores. Estaba estudiando las nucas de los allí presentes: hombros encogidos, sacudidas, estornudos y carrasperas. Había gente a la que conocía, pero probablemente no demasiada. Se hizo un hueco entre dos asistentes y atisbó el pie de la sepultura. A los lados habían extendido unas telas verdes, como si pretendieran enmascarar la realidad. La gente hablaba, pero no alcanzaba a oírlos a todos. No se mencionó el cáncer. Jimmy Wallace había sido «cruelmente arrebatado», y dejaba viuda, tres hijos y cinco nietos. Los niños debían de estar delante; la mayoría eran lo bastante mayores como para saber qué estaba ocurriendo. Su abuela había emitido un penetrante alarido y le estaban infundiendo ánimos.
Por Dios, necesitaba un cigarrillo.
¿Conocía bien a Jimmy Wallace? Llevaba cuatro o cinco años sin verlo, pero habían trabajado en la misma comisaría hacía una década o más. Wallace era un agente uniformado y no pertenecía al Departamento de Investigación Criminal, pero se podía hablar con él de todos modos: bromas, cotilleos y algún que otro dato útil. Se había jubilado hacía seis años, y fue más o menos entonces cuando llegó el diagnóstico, junto con la quimioterapia y la pérdida de cabello.
Pertrechado de su humor característico...
Puede, pero mejor ser un desgraciado y estar vivo. Notó el paquete de tabaco en el bolsillo y supo que retrocedería unos metros y que tal vez se escondería detrás de un árbol a fumar. Aquella idea le recordó a sus días de colegial, cuando unos almacenes de bicicletas impedían ver nada desde la ventana del director. De vez en cuando llegaba algún profesor pidiendo fuego, un cigarrillo o el maldito paquete entero.
Era una figura muy conocida en la comunidad local..."


miércoles, 30 de agosto de 2017

UNA CUESTIÓN DE SANGRE


Decimocuarta entrega de la serie protagonizada por el comisario John Rebus de St Leonard en Edimburgo.
Rebus, trasciende al héroe de novela negra, cada uno de sus casos es una lección de historia de Escocia y, sobre todo, de historia humana.
Me ha encantado¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. RBA)
Una pequeña localidad del norte de Escocia sufre la mayor tragedia que sus habitantes recuerdan: un ex militar irrumpe en el colegio y mata a sangre fría a dos de sus alumnos, de tan solo diecisiete años. Semejante acto de locura desconcierta al inspector John Rebus, que se traslada hasta el lugar de los hechos para investigar el móvil del crimen.

Una cuestión de sangre

"– No hay misterio -dijo la sargento detective Siobhan Clarke-. Herdman perdió la chaveta.
Estaba sentada junto a una cama del recién inaugurado hospital Royal Infirmary de Edimburgo, un gran edificio al sur de la ciudad, en una zona llamada Little France, construido sobre un solar muy caro, y del que ya comenzaban a registrarse quejas por falta de espacio para enfermos y de sitio para aparcamiento. Siobhan había logrado encontrar un hueco en un lugar prohibido, y fue lo primero que le comentó al inspector John Rebus al llegar. Rebus tenía las manos vendadas hasta las muñecas. Le sirvió un poco de agua templada y él ahuecó las manos para llevarse el vaso de plástico a la boca con cuidado mientras ella le observaba.
– ¿Has visto? No he tirado ni una gota -comentó bromeando.
Pero al intentar dejarlo en la mesilla lo estropeó todo. Le resbaló entre las manos y la base rozó el suelo. Siobhan lo cogió al vuelo.
– Buena parada -añadió Rebus.
– Bah, estaba vacío; no habría caído nada.
A partir de aquel momento Siobhan sólo dijo lo que los dos sabían no eran más que banalidades eludiendo ciertas preguntas que ansiaba plantearle, explayándose simplemente en pormenores sobre la masacre de South Queensferry.
Tres muertos. Un herido. Una tranquila ciudad costera al norte de Edimburgo. Un colegio de pago mixto para alumnos entre cinco y dieciocho años. Seiscientos matriculados, ahora dos menos.
El tercer cadáver era el del asesino, que se había volado los sesos. Ningún misterio, como decía Siobhan.
Salvo el móvil.
– Era como tú -añadió-. Quiero decir que era militar retirado. Creen que el móvil fue su resentimiento contra la sociedad.
Rebus advirtió que mantenía las manos con firmeza en los bolsillos de la chaqueta, y se imaginó que en ese momento, inconscientemente, estaría apretando los puños.
– Los periódicos dicen que tenía un negocio -comentó él.
– Tenía una lancha motora. Llevaba a gente a hacer esquí acuático.
– ¿Y era un resentido?
Ella se encogió de hombros. Rebus sabía que estaba deseando tener una oportunidad para meter la nariz, cualquier pretexto con tal de apartar su mente de la otra investigación, interna y con ella de protagonista.
Siobhan miraba en ese momento a la pared por encima de la cabeza de él como si le interesara algo más que la pintura y el aparato de oxígeno.
– No me has preguntado qué tal estoy -dijo Rebus.
– ¿Cómo te encuentras? -dijo ella volviendo la vista hacia él.
– Estoy harto de estar aquí. Gracias por tu interés.
– Sólo estás aquí desde ayer por la noche.
– A mí me parece más.
– ¿Qué han dicho los médicos?
– Hoy todavía no me ha visto nadie. Me da igual lo que me digan, esta tarde me marcho.
– ¿Y después qué?
– ¿Qué quieres decir?
– No puedes volver a la comisaría -añadió observando fijamente las manos vendadas-. ¿Cómo vas a conducir o escribir informes? ¿Y coger el teléfono?
– Me las arreglaré -repuso Rebus mirando en derredor para eludir a su vez los ojos de ella.
Estaba rodeado de hombres de su edad con la misma palidez grisácea. Era evidente que la dieta escocesa había hecho estragos en ellos. Un tipo tosía por un cigarrillo. Otro parecía tener problemas respiratorios. Era la masa de carne prototipo del bebedor edimburgués. El hígado hinchado y exceso de peso. Rebus levantó el brazo para pasárselo por la mejilla izquierda y notó que la tenía rasposa. Su barba tendría el mismo color gris plateado que las paredes de la sala."

viernes, 11 de agosto de 2017

NUDOS Y CRUCES


Me encanta la política editorial española....¡¡¡¡ Ahora que el magnífico inspector John Rebus se ha jubilado, nos sorprenden editando los primeros libros con este policía escocés como protagonista......Sin palabras, me han dejado¡¡¡¡
Aun así he disfrutado muchísimo con esta primera entrega de la serie. Nudos y Cruces desvela muchas claves sobre John Rebus, su vida, sus circunstancias y su evolución posterior, todo ello escrito magistralmente por Ian Rankin, creador de uno de los policías más oscuros y tiernos, que conozco, en un marco incomparable, Edimburgo¡

Nudos y cruces (fragmento)

1
" La niña dio un grito, solo un grito.
Fue un leve descuido de él. Podría haber sido el final de todo, y casi desde el principio; algún vecino que sospecha, la policía que se presenta. No, no era nada conveniente. La próxima vez la amordazaría más fuerte, un poquito más, un poquitín más.
A continuación fue al cajón para sacar un carrete de bramante, y con unas tijeras para las uñas, como esas que usan las niñas, cortó un trozo de unos quince centímetros y volvió a guardar las tijeras y el carrete en el cajón. Al oír el motor de un coche, se acercó a la ventana, derribando un montón de libros que había en el suelo y sonrió al ver que el coche pasaba de largo. Hizo un nudo en el bramante, un nudo corriente. Había dejado un sobre encima del aparador.
2
Era el 28 de Abril, llovía - como no - y el agua empapaba la hierba, cuando John Rebus se dirigía a la tumba de su padre, que había muerto hacía cinco años. Colocó sobre el mármol reluciente una corona amarilla y roja, los colores del recuerdo, e hizo una breve pausa, intentando encontrar algo que decir; pero no tenía nada que decir, nada que pensar. Había sido un padre bastante bueno y punto. Al viejo no le habría gustado que malgastara palabras. Así que permaneció de pie, con las manos a la espalda, respetuosamente, en medio del graznido de los cuervos en las tapias del recinto, hasta que el agua que le calaba los zapatos le recordó que en la puerta del cementerio le aguardaba el confortable coche.
Condujo despacio, enojado por haber vuelto a Fife, aquel lugar del pasado, de los buenos tiempos que nunca lo había sido, donde los fantasmas enmohecían en los aposentos de casas vacías y por las tardes alzaba las persianas alguna que otra tienda, esas persianas metálicas que ofrecían a los gamberros un soporte para escribir sus nombres.
Rebus detestaba todo aquello...."