El libro de hoy tiene que ser de Hemingway, escrito en Cuba en la Finca Vigía en 1952, y galardonado con el Pulitzer en 1953. Un alegato contra el fracaso, contra la vejez, contra la intolerancia y a favor de la amistad, la compasión, la lucha y la vida. Santiago y Manolin representan a todos los buenos del mundo, a los que nunca se rinden y comparten amistad y amor, más allá de la edad, la ideología y la patria. Un libro corto, pero tan intenso, que encierra entre sus páginas toda una vida, metáfora del nacimiento y el declive del hombre, metáfora de la lucha y la unión ante la adversidad, metáfora, sobre todo, de la entereza ante la dureza de la vida, de no resignarse y luchar contra el determinismo de los que quieren establecer nuestro destino en contra de nosotros mismos, metáfora pura de la libertad individual.
Y además de todo esto, es un libro de aventuras, a la manera clásica de el hombre contra la naturaleza, un libro para devorar en una tarde, una magnífica historia. Debería leerse en todas las escuelas del mundo.
Y además de todo esto, es un libro de aventuras, a la manera clásica de el hombre contra la naturaleza, un libro para devorar en una tarde, una magnífica historia. Debería leerse en todas las escuelas del mundo.