Mostrando entradas con la etiqueta Albert Camus. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Albert Camus. Mostrar todas las entradas

domingo, 26 de noviembre de 2017

EL EXTRANJERO


MINI-RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS, el 9 de Enero de 2015.
Lo único que tengo para decir sobre este libro es:
¿En serio tanta alharaca por esto?
En fin...
siguiente.

Sin que sirva de precedente, discrepo de la opinión de Rossana Cabrera. El extranjero me parece una obra fundamental de la literatura de Camus y de la Literatura Universal. Un personaje siniestro y absurdo nos conduce por los vericuetos del alma humana y de la sociedad que nos anula hasta la nausea.

Sinopsis (Ed. Alianza Editorial)
Albert Camus (1913-1960) no sólo fue uno de los escritores más prestigiosos de la generación que llegó a la madurez entre las ruinas, la frustración y la desesperanza de la Europa demolida por las dos Guerras Mundiales, sino que el paso del tiempo agiganta cada vez más su figura excepcional y el valor de su obra." El extranjero" , novela con cuya publicación saltó a la fama en 1942, tiene como referencia omnipresente a Meursault, su protagonista, a quien una serie de circunstancias conduce a cometer un crimen aparentemente inmotivado. El desenlace de su proceso judicial no tendrá más sentido que su vida, corroída por la cotidianidad y gobernada por fuerzas anónimas que, al despojar a los hombres de la condición de sujetos autónomos, los eximen también de responsabilidad y de culpa.

El extranjero (fragmento)
"Yo sentía una naturaleza tal que mis necesidades físicas desplazaban a menudo mis sentimientos. Cuanto más reflexionaba, más cosas desconocidas y olvidadas sacaba de mi memoria. Comprendí entonces que un hombre que no hubiera vivido más que un solo día podría sin esfuerzo vivir cien años en una prisión. Tendría bastantes recuerdos para no aburrirse.
(...)
Comprendí que había destruido el equilibrio del día, el silencio excepcional de una playa donde había sido feliz. Entonces disparé cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que se hundían las balas sin que lo pareciese. Fueron cuatro golpes breves con los que llamaba a la puerta de la desgracia. "