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martes, 28 de noviembre de 2017

APROPIACIÓN INDEBIDA. Una novela sobre el amor


Apropiación indebida es, como reza su subtitulo, una novela sobre el amor y, también, una novela de amor; ese amor que nos descontrola y hace que no nos reconozcamos, ese amor "obsesivo" que altera nuestros ritmos vitales y nos hace vivir única y permanentemente sumergidos en la vida del otr@.
Un amor que, correspondido o no, se apropia de nuestra vida para poner "patas arriba" nuestro cuerpo y nuestra alma, distorsionando nuestra realidad, nublando el pensamiento, llevándonos por senderos que, de otro modo, nos harían sentir vergüenza ajena......ese AMOR.....¡
Original y elegantemente escrita, es la primera novela que leo de esta autora, creo que repetiré¡¡

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
¿Somos nosotros mismos cuando nos enamoramos? Una original y brillante disección acerca de un tema del que sabemos todo y nada.Ganadora de los prestigiosos premios Svenska Dagbladet y August, con más de 200.000 ejemplares vendidos en Suecia

Apropiación indebida (fragmento)

El seminario destinado a repasar la trayectoria vital y artística de Hugo Rask dio comienzo a las trece horas del sábado. Aparte de Ester, también hablaría un conocido crítico de arte, cuya ponencia iría seguida de una mesa redonda sobre «la responsabilidad social del artista».
El grupo había acordado reunirse un cuarto de hora antes del inicio del acto. Todavía hacía una temperatura agradable, por lo que Ester llevaba un abrigo muy fino de paño gris que le caía con elegancia sobre las piernas, dando un aspecto de prenda cara: y así era, en efecto, si bien ella lo había comprado en rebajas. Tras quitárselo, lo puso en el respaldo de una silla al lado de la suya. Cuando Hugo Rask entró en la sala, eligió precisamente esa silla para sentarse, aunque había otras desocupadas; antes, tomó el abrigo de Ester con cuidado y lo depositó en la repisa de la ventana. El modo en que sus dedos apresaron la prenda y la manera de desplazarla se le antojaron a Ester lo más sensual que había presenciado nunca en lo que al contacto de la mano humana con un objeto se refiere. En la suavidad de esa acción había una gentileza absoluta, la representación física de una atención y un mimo perfectos.
Alguien que era capaz de tocar los objetos y los tejidos de esa forma no podía sino poseer una delicadeza y una sensibilidad singulares, pensó Ester Nilsson.
Durante la conferencia, Hugo Rask permaneció sentado en primera fila, sumamente atento a lo que se decía. Entre los ciento cincuenta asistentes que había en la sala reinaba una intensa concentración. Después, Hugo Rask se acercó a Ester con cara radiante y expresó su agradecimiento tomándola de las manos mientras le daba efusivos besos en las mejillas.
—Es la primera vez que alguien ajeno a mí me entiende de un modo tan profundo y con tanta precisión.
A Ester la invadió tamaño sentimiento de euforia y turbación que le costó mucho seguir las presentaciones posteriores. No podía pensar en otra cosa que en la gratitud que había visto en el rostro de Hugo Rask.
Cuando el programa concluyó a las cinco, Ester procuró no alejarse demasiado de él, esforzándose por que no se reflejara lo que sentía. Estaba presente el hijo del artista, un joven con barba y una gorra de punto que desplegaba unos modales francos y espontáneos, y que elogió la ponencia de Ester y sugirió que fueran a tomar algo los tres. No había nada en este mundo ni en el más allá que Ester Nilsson deseara con tanto fervor: si hubiera podido salir a tomar una copa con Hugo Rask esa noche, su vida habría alcanzado la perfección absoluta.
Pero tenía que volver a casa.