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martes, 29 de julio de 2014

BAJO EL VOLCÁN



"Me encanta el Infierno, se me hace tarde para regresar a él......"

Cada hombre tiene su propio infierno pero pocos saben narrarlo con la maestría de Malcom Lowry, sin flaquezas, sin autocomplacencia nos conduce con mano firme durante 24 horas en la vida de un hombre como resumen de toda una vida, como anticipo de destrucción y consumación de la decadencia. 24 horas en la vida de Geoffrey Firmin, toda una vida de Malcom Lowry. Todo lo que se pueda decir de este libro es poco, hay que leerlo disfrutando de la prosa dura de Lowry, de sus descripciones ambientales, el simbolismo y  la autodestrucción que es una historia propia. Leer Bajo el Volcán es acompañar al alter-ego del escritor en una espiral de locura, alcohol y muerte, no hay sosiego, no hay tregua, un@ no puede parar de leer.
Lowry escribió Bajo el volcán en 1947, diez años después murió y las circunstancias de su muerte merecerían una novela. En 2009 se cumplieron 100 años del nacimiento del autor, esta obra justificaría toda una vida.

Sinopsis (ed. Tusquets)
El Día de Muertos de 1938 es una jornada aciaga para el ex cónsul británico en México, Geoffrey Firmin, un hombre alcohólico, arruinado por los fantasmas de su mente y de su pasado y cuyos oscuros sentimientos de culpabilidad alimentan una soterrada voluntad de autodestrucción. Incapaz de reaccionar al regreso de su ex mujer, Yvonne, el cónsul deja que ella se acerque de nuevo a su hermanastro Hugh, trotamundos implicado en actividades políticas. Y durante las veinticuatro horas en que transcurre la novela, en un México que simboliza al tiempo el paraíso y el infierno terrenales, se suceden alejamientos, malentendidos y encuentros conflictivos, y hasta violentos, con personajes de toda índole. Un funesto augurio —un indio moribundo al borde de un camino— da la primera señal de alarma. Mientras Geoffrey, cada vez más ensimismado, naufraga lentamente en sus delirios etílicos ante los ojos de Yvonne y Hugh, éstos asisten impotentes a los estragos de su trágica caída.

Bajo el volcán (fragmento) 

"Por la ventana, el Popocatépetl se erguía con su inmensa falda en parte oculta por los tempestuoso nubarrones; su cima cubría el cielo, y se alzaba sobre la cabeza del cónsul… ¡Bajo el Volcán!. Por algo los antiguos situaron el Tártaro bajo el Monte Etna, y en su interior al mounstruo Tifeo con sus cien cabezas y sus ojos y voces- relativamente- temibles".