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domingo, 14 de enero de 2018

BERTA ISLA


RESEÑA DE CLARA GLEZ. para LIBROS, 19 de Noviembre de 2017
Berta Isla – Javier Marías
Pues como en casi todos los libros que acabo y me dejan buen sabor de boca, me gusta dejar esos sabores por escrito....
Ni que decir tiene que el autor ya por sí mismo es una garantía. Y como siempre una narración compleja, donde hay un poco de todo.
Podemos decir que es una red de espionaje, donde se engarzan trozos de ensayo, de filosofía, de viejos clásicos, de temas actuales, pasados. Nada falta en esta historia.
No es difícil de leer, ni te pierdes en la trama, pero tampoco sabes cómo seguirá. Es como si te plantearas tu vida con una serie de posibilidades y vas pasando de unas a otras , según qué carta te toque jugar.
Vas descubriendo sentimientos, posturas frente a ellos, que de antemano jamás pensaste que podrías adoptar, o quizás sí , pero no de la manera en que lo haces.
He leído muchos libros del Marías, pero en este, borda el personaje principal, que además siendo mujer, me parece magistral la forma de desarrollarlo.
Y hay momentos en los que más que leer, es como si vieras trozos de películas, te mete en ambientes y épocas como si las vieras en “cinemascope”. Aparte de recordarte episodios quizás olvidados de épocas pasadas.
Me ha parecido muy buena y he disfrutado de lo lindo con su lectura.
Dejo una frase de las miles que me gustaría haber apuntado:
“…mucho hay que haber perdido antes de renunciar a lo que se tiene, más aún si lo que se tiene responde a un propósito antiguo, a una determinación con elementos de obstinación. Uno va reduciendo sus ímpetus y sus expectativas, se va conformando con versiones deterioradas de lo que quiso alcanzar o creyó haber alcanzado, en todas las fases de la vida se admiten rebajas y desperfectos, se van dejando de lado exigencias: ‘Está bien, esto no ha podido ser’, se reconoce uno; ‘pero todavía queda bastante, todavía compensa y es posible disimular, peor sería que no hubiera nada y se hubiera ido todo al traste’..”


A continuación la opinión de LIBROS acerca de esta magnífica novela de mi admirado Javier Marías:

Otra vez Javier Marías ha vuelto a conseguirlo, me ha tenido absorta con su prosa magnífica, con su pensamiento luminoso, con una historia redonda de una mujer que espera, de una mujer que ama, de una figura femenina que perdurará en la historia de la literatura.
Espías, amor y desamor en más de 500 páginas que he devorado con el ansia de la lectora impenitente que soy y con el encantamiento que produce la buena literatura.
Sin tregua y sin ganas de terminar la lectura, que es lo mejor que se puede decir de un libro.
Muy recomendable!!!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
MEJOR LIBRO DEL AÑO SEGÚN BABELIA (EL PAÍS)
Seleccionado entre los mejores libros del año en ABC Cultural y La Vanguardia
Recomendado entre los libros del año por El Periódico y La Razón
Un día cualquiera, «un día estúpido», condicionará el resto de su existencia.
La envolvente y apasionante historia de una espera.
«Durante un tiempo no estuvo segura de si su marido era su marido. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó. »
Muy jóvenes se conocieron Berta Isla y Tomás Nevinson en Madrid, y muy pronta fue su determinación de pasar la vida juntos, sin sospechar que los aguardaba una convivencia intermitente y después una desaparición. Tomás, medio español y medio inglés, es un superdotado para las lenguas y los acentos, y eso hace que, durante sus estudios en Oxford, la Corona ponga sus ojos en él. Un día cualquiera, «un día estúpido» que se podría haber ahorrado, condicionará el resto de su existencia, así como la de su mujer.
Berta Isla es la envolvente y apasionante historia de una espera y de una evolución, la de su protagonista. También de la fragilidad y la tenacidad de una relación amorosa condenada al secreto y a la ocultación, al fingimiento y a la conjetura, y en última instancia al resentimiento mezclado con la lealtad.
O, como dice una cita de Dickens hacia el final del libro, es la muestra de que «cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado». Y es también la historia de quienes quieren parar desgracias e intervenir en el universo, para acabar encontrándose desterrados de él.

Berta Isla (fragmento)

Durante un tiempo no estuvo segura de si su marido era su marido, de manera parecida a como no se sabe, en la duermevela, si se está pensando o soñando, si uno aún conduce su mente o la ha extraviado por agotamiento. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó.
Estos eran los mejores periodos, los más tranquilos y satisfactorios y mansos, pero nunca duraban mucho, no es fácil desentenderse de una cuestión así, de una duda así. Lograba dejarla de lado durante unas semanas y sumergirse en la impremeditada cotidianidad, de la que gozan sin ningún problema la mayoría de los habitantes de la tierra, los cuales se limitan a ver empezar los días, y cómo trazan un arco para transcurrir y acabarse. Entonces se figuran que hay una clausura, una pausa, una división o una frontera, la que marca el adormecimiento, pero en realidad no la hay: el tiempo sigue avanzando y obrando, no sólo sobre nuestro cuerpo sino también sobre nuestra conciencia, al tiempo le trae sin cuidado que durmamos profundamente o estemos despiertos y alerta, que andemos desvelados o se nos cierren los ojos contra nuestra voluntad como si fuéramos centinelas bisoños en esos turnos nocturnos de guardia que se llaman imaginarias, quién sabe por qué, quizá porque luego le parece que no hayan tenido lugar, al que se mantuvo en vigilia mientras dormía el mundo, si consiguió mantenerse en vigilia y no ser arrestado, o pasado por las armas en tiempo de guerra. Una sola cabezada invencible y por su causa se encuentra uno muerto, o es dormido para siempre. Cuánto riesgo en cualquier cosa.
Cuando creía que su marido era su marido no estaba tan sosegada ni se levantaba de la cama con demasiadas ganas de iniciar la jornada, se sentía prisionera de lo largamente aguardado y ya cumplido y no más aguardado, quien se acostumbra a vivir en la espera nunca consiente del todo su término, es como si le quitaran la mitad del aire. Y cuando creía que no lo era pasaba la noche agitada y culpable, y deseaba no despertarse, para no hacer frente a los recelos hacia el ser querido ni a los reproches con que se castigaba a sí misma.