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lunes, 14 de agosto de 2017

EL INSÓLITO PEREGRINAJE DE HAROLD FRY



RESEÑADO POR JUAN FONT OSABA para LIBROS
6 de Enero de 2013
He leído “El insólito viaje de Harold Fry” de Rachel Joyce.
Harold y su esposa son un matrimonio mayor que viven en el sur de Inglaterra. Un día Harold recibe una carta de una compañera de trabajo a la que no veía desde hacía muchos años en la que le dice que tiene cáncer. En un arrebato decide hacer el viaje caminando de unos 1000 Km para ir a verla, con la fe que así se mantendrá con vida. El viaje, tanto a él como a su esposa, les servirá para ver con otros ojos todo lo que les rodea pero sobre todo para enfrentarse con los traumas de sus vidas y devolverles la felicidad que habían perdido.
Es una novela aparentemente sencilla pero profunda a la vez, dura en algunos pasajes, conmovedora y, por encima de todo, optimista. Me ha gustado.

Otra opinión de una amiga de LIBROS

RESEÑADO POR CATALINA NOVO para LIBROS
3 de Febrero de 2013
He terminado de leer "El insólito peregrinaje de Harold Fry".

Para mi es un canto a esperanza, aunque pase mucho tiempo las cosas se pueden arreglar pero tienes que caminar y luchar por lo que quieres. Algunas veces me resultaba un poquito pesada, pero en general me ha gustado. Tenemos que ser un poco más atrevidos y decir lo que pensamos antes de que sea tarde, si lo hacemos tendremos mas posibilidades de ser felices.
Muy resumido pero eso es lo que me ha parecido.


Y una tercera opinión:

RESEÑADO POR RICARDO CORTAT para LIBROS, el 22 de Mayo de 2013.
Acabo "el insólito peregrinaje de Harold Fry", versión en catalán.
Una duda. ¿Por qué en mi edición las náuticas de la portada son marrones y en la edición en castellano son azules o negras? No es una pregunta absurda, hablamos de un jubilado inglés, esa gente con un dudoso gusto a la hora de vestir. ¿Náuticas marrones? El editor debe tener ventana a Las Ramblas.
Por lo demás, un jubilado que decide contestar una carta de una ex-compañera de trabajo llevándola en mano.
Debo decir que lo empecé a leer con un poco de prevención. Temía una mezcla de "abuelo que salta por la ventana" y "mi madre dice que la vida es como una caja de bombones". Gracias a Dios, ni lo uno ni lo otro.
El viaje, algo más de mil kilómetros de carreteras, se convierte en un viaje interior, en un redescubrimiento de la familia, del matrimonio, de la vida...
Bonito, final un pelín sensiblón, vital sin ser de autoayuda, y te, mucho te, mucha flora inglesa y unas ganas locas de tirar las chirucas y comprarme una náuticas.

El insólito peregrinaje de Harold Fry (fragmento)

1
Harold y la carta
"La carta que habría de cambiarlo todo llegó un martes. Era una mañana cualquiera de mediados de abril, olía a ropa limpia y césped recién cortado. Harold Fry se había afeitado, se había puesto una camisa y una corbata limpias y se había sentado a la mesa de la cocina, delante de una tostada que aún no había probado. Miraba por la ventana, hacia el césped que albergaba el tendedero plegable de Maureen y que las cercas de madera de los vecinos delimitaban por tres lados.
—¡Harold! —llamó Maureen, gritando para sobreponerse al ruido de la aspiradora—. ¡El cartero! Harold pensó que le vendría bien salir, pero lo único que quedaba por hacer fuera era cortar el césped, lo que ya había hecho la víspera. La aspiradora dio unos tumbos y enmudeció, y entonces apareció su mujer con cara de pocos amigos y una carta. Se sentó frente a él.
Maureen era una mujer menuda, de pelo corto canoso y andares resueltos. Al poco de conocerla, nada complacía más a Harold que hacerla reír, ver cómo su intachable compostura se desmoronaba, convertida en indisciplinada alegría.
—Es para ti —anunció."