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martes, 15 de agosto de 2017

EL SILENCIO DE TU NOMBRE


RESEÑADA POR JUAN FONT OSABA para LIBROS
23 de Enero de 2013
He leído “El silencio de tu nombre” de Andrés Pérez Domínguez.
Situado en Alemania, Austria y sobre todo en España al acabar la guerra civil española con una muy buena ambientación. Ingredientes: dos miembros del PCE, una mujer alemana, nazis exiliados en España con tesoros robados a los judíos, policías corruptos y la CIA para que no falte nadie. Una historia de intriga, de aventuras, de espionaje, de perdedores idealistas y también de amor. La novela tira del lector desde la primera página hasta la última sin decaer en ningún momento. Escrita con un lenguaje desenfadado, ágil y a la vez profundo penetrando en la psicología de los personajes porque con frecuencia, de un modo introspectivo, son ellos mismos los que dicen lo que sienten y lo que piensan.
Me ha gustado mucho. Lo recomiendo.

Una buena novela de intriga, siempre es recomendable y esta lo es, mucho¡¡¡¡

El silencio de tu nombre (fragmento)

"Se había instalado en las pequeñas rutinas de cada día y, aunque temía que la tranquilidad impostada en que vivía terminara en cualquier momento y el pasado le estallaría en la cara, a veces conseguía olvidarse de todo, de quién era y de quién había sido, de que antes o después alguien iría a buscarla, a ella o a lo que Emil le había pedido que escondiese.
Como si hubiera borrado sus recuerdos y pudiera negar el porvenir, se concentraba sólo en el presente, en las clases de piano que había retomado después de tantos años. Encerraba el pasado en un rincón de su memoria que se le antojaba como una de esas cajas fuertes con puertas acorazadas donde los bancos guardan lingotes de oro, imaginaba que se tragaba la llave y que ya nadie podría abrirla, y se esforzaba en no pensar en el mañana. El futuro no existía más allá de lo que tardase en morir el día, y el mundo, que antes era tan grande, se había reducido al kilómetro y medio que separaba su casa, donde había vuelto a vivir después de tantos años, de la academia de música. La misma escuela donde aprendió a tocar el piano de niña, y en la que, gracias a Mijail, que mantenía una buena relación con el director, había tenido la suerte de encontrar un trabajo de profesora sin tener que responder a preguntas incómodas."