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domingo, 13 de agosto de 2017

EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO


RESEÑADO POR LOS RELATOS DE PATRI para LIBROS
23 de Febrero de 2013

Termino "El guardián entre el centeno" de J. D. Salinger.
He de reconocer que hacía muchos años que tenía ganas y mucha curiosidad por leerlo, siempre se cita en alguna película americana, es un hito para los jóvenes americanos y tiene y un título muy sugerente. Así que por fin lo leí, y la verdad es que me gustó.
Tiene un estilo muy directo, no se anda con rodeos y describe de forma muy certera sentimientos, situaciones.
También creo que es un libro que puede gustar mucho sobre todo a determinadas edades, pues puedes llegarte a sentir identificado con el protagonista en determinados aspectos. Cuando eres adolescente puedes llegar a sentirte muy confuso y perdido, insatisfecho con todo sin encontrar tu lugar en el mundo y esta historia sabe expresar muy bien este tipo de sentimientos.
Así pues, puedo decir que no me ha decepcionado este libro y me han gustado mucho determinadas escenas y frases que me parece que definen muy bien algunos aspectos de la vida. La recomiendo para cualquier edad, pero yo creo que la disfrutaría todavía más a los 15 o 16 años.

Hoy, nos trae nuestra querida Patri, un clásico de la literatura contemporánea, esa obra que o bien has leído, o tienes que leer, en algún momento de tu vida.
Coincido con Patri en que la adolescencia es la mejor época si de sentirse identificado con Holden Caufield se trata, pero si se trata de disfrutar una gran novela, cualquier edad es buena¡¡¡
Muy recomendable 🌞🌞🌞

Sinopsis (ed. Alianza Editorial) 
Las peripecias del adolescente Holden Cauldfiel en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos, muy lejos de la visión almibarada de la adolescencia que imperó hasta entonces, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo.


El guardián entre el centeno (fragmento)
" Era un taxi viejísimo que olía como si alguien hubiera acabado de vomitar dentro. Siempre me toca uno de ésos cuando voy a algún lado de noche. Pero más deprimente todavía era que las calles estuvieran tan tristes y solitarias a pesar de ser sábado. Apenas se veía a nadie. De vez en cuando cruzaban un hombre y una mujer abrazados por la cintura, o una pandilla de tipos riéndose como hienas de algo que apuesto la cabeza a que no tenía la menor gracia. Nueva York es terrible cuando alguien se ríe de noche. La carcajada se oye a millas y millas de distancia, y hace que uno se sienta aún más triste y deprimido. En el fondo, lo que me hubiera gustado habría sido ir a casa un rato y charlar con Phoebe. Pero, en fin, como les iba diciendo, subí al taxi, y pronto el taxista empezó a darme un poco de conversación. Se llamaba Howitz y era mucho más simpático que el anterior. Por eso se me ocurrió que a lo mejor sabía lo de los patos.
-Dígame, Howitz -le dije-. ¿Pasa usted muchas veces junto al lago del Central Park ?
-¿ Qué ?
-El lago, sabe. Ese lago pequeño que hay cerca de Central South Park. Donde están los patos. ¿ Sabe, no?
-Sí. ¿ Qué pasa con ese lago ?
-¿ Se acuerda de esos patos que hay siempre nadando ahí ? Sobre todo en primavera. ¿ Sabe usted por casualidad dónde van en invierno ?
-Adónde va , quién ?
-Los patos. ¿ Lo sabe usted, por casualidad? ¿ Viene alguien a llevárselos a alguna parte en un camión o se van ellos por su cuenta al sur, o qué hacen ?
El tal Howitz volvió la cabeza en redondo para mirarme. Tenía muy poca paciencia, pero no era mala persona.
-¿ Cómo quiere que lo sepa? -me dijo-. ¿Cómo quiere que sepa semejante estupidez ?
-Bueno, no se enoje por eso.
-¿ Quién se enoja ? Nadie se enoja.
Decidí que si iba a tomarse las cosas tan a pecho, mejor era no hablar. Pero fue él quien sacó de nuevo la conversación. Volvió otra vez la cabeza en redondo y me dijo:
-Los peces son los que no se van a ninguna parte. Los peces se quedan en el lago. Esos sí que no se mueven. "