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miércoles, 13 de septiembre de 2017

ÁNIMA



RESEÑADA por Gloria González para LIBROS,  el 11 de Mayo de 2014
Ánima" de Wajdi Mouawad es una novela rara.
La trama es sencilla: Un hombre encuentra a su mujer brutalmente violada y asesinada en su casa y emprende un viaje para buscar al asesino; pero no quiere venganza, solo desea ver su rostro. Durante su viaje, el pasado no dejará de acuciarle con viejas y escondidas heridas.
Es rara, sorprendente, original, por la forma en que se nos cuenta. Los encargados de la narración son todos los animales con los que se cruza el protagonista en este viaje: aves, insectos, mamíferos... Desde una mofeta a una mariposa, desde un perro a una águila, desde una araña a un caballo. Increíble el ejercicio narrativo y, para mí, muy conseguido el resultado.
Pero es, sobre todo, una novela violenta, cruda, con escenas que uno lee con verdadero horror y dolor. Como dice la contraportada, es una novela entre el thriller, el western y la tragedia griega (¡ese final!). Y, como dicen las críticas, nadie que la lea puede salir indemne.
Aviso: cuando los animales nos trasladan los diálogos de los humanos, los que hablan en inglés aparecen sin traducir. No son demasiados y con un inglés básico-medio creo que son entendibles. También aparecerá el árabe (esta vez sí se traduce por uno de los personajes, pues el protagonista no entiende este idioma). Y el latín, en el encabezamiento de los capítulos con el nombre del animal narrador.
Una obra que recomiendo si apetece una rareza literaria y se tiene estómago.

Totalmente de acuerdo con la reseña de Gloria, diferente y no, para todos los públicos. Esta es mi opinión tras la lectura:

"Los humanos están solos. A pesar de la lluvia, a pesar de los animales, y de los ríos y de los árboles y del cielo, a pesar del fuego...." Wajdi Mouawad (Ánima). Hace tiempo que una querida amiga de LIBROS, me recomendó y envió este libro diferente y tras leer la sinopsis lo fui posponiendo, no me pareció "que fuese de mi estilo lector"...., craso error, acabo de leerlo y esta caza al asesino trufada de nombres latinos, espíritus animales, sentimientos al límite, historia e historias; me ha conquistado.
Una novela diferente, que recomiendo.


Sinopsis (Ed. Ediciones Destino)
Wahhch Debch descubre el cuerpo de su mujer, brutalmente violada y asesinada, en el salón de su casa. Empujado por el dolor, se lanza a la caza del asesino: necesita ver su rostro, pero no por venganza, sino por supervivencia. Durante su odisea a través de América, solo y sin esperanza, brutales recuerdos escondidos en los pliegues de su infancia despiertan poco a poco. Para evocar la parte monstruosa del ser humano, Wajdi Mouawad hace callar al hombre y da voz a los animales: son ellos quienes nos narran la escalofriante búsqueda de la verdadera bestia.
Ánima nos lleva por un camino desconocido a un territorio entre el thriller, el western y la tragedia griega, un lugar inhóspito y de una violencia feroz que sin embargo no queremos abandonar y que somos incapaces de olvidar cuando hemos acabado el libro: ese espacio nuevo, amenazante y a la vez redentor de la gran literatura.

Ánima (fragmento)

Felis sylvestris catus carthusianorum

"Habían jugado tantas veces a morirse el uno en los brazos del otro,  que al encontrarla ensangrentada en mitad del salón se echó a reír, convencido de estar asistiendo a una representación, a algo grandioso que consiguiera sorprenderlo esta vez, anonadarlo, pasmarlo, hacerle perder la cabeza, quedarse con él.
Por la mañana, tras darle la bolsa de plástico amarillo, ella había dicho en tono jovial Compra atún porque el-atún-es-bonito, pero era evidente que estaba muerta, pues tenía los ojos abiertos, la mirada fija y, entre las manos, la herida, el cuchillo clavado en el sexo. Quitadme la tierra de encima, quiso gritar, como el día ya lejano en que unos hombres lo enterraron vivo. No debo llorar, se había dicho, si lloro, si grito, empezarán de nuevo, me sacarán, me matarán y volverán a meterme dentro. Y allí, de pie en mitad del pasillo de la entrada, perdiendo la noción del tiempo, se quedó quieto, sin respirar, por miedo a que todo volviera a empezar, a que ella muriese otra vez, algo absurdo a fin de cuentas, ya que estaba muerta sin duda alguna, con las manos aferradas a la hoja, ramo de flores sobre su vientre destripado. Ignoro si intentó retirar el cuchillo durante la agonía, pero si lo hizo tuvo que morir antes de conseguirlo, pues el esfuerzo exigía demasiada sangre. Estoy seguro de que él imaginó los últimos latidos de su corazón, pez gato en mitad del pecho, abandonado a sí mismo, arrastrado hacia las profundidades. Estoy seguro de que imaginó fluir su sangre por última vez, fuga desbocada, ciega, a través del dédalo de venas para brotar como una carcajada por la herida abierta de su sexo, donde el cuchillo se había clavado y clavado y clavado y vuelto a clavar.
¡Léonie...! ¡Léonie...! No era nada, ni una llamada, ni un quejido, apenas un hálito, el reflejo de lo cotidiano. Le gustaba tanto decir su nombre, con toda la dulzura de la que era capaz, Léonie, me gusta tanto decir tu nombre, Léonie, nacen libélulas al mover los labios, Léonie, se acabaron las libélulas. Frente a él se alzaban muebles y objetos, insoportables en su mutismo, en su indiferencia ante la desdicha. "