sábado, 23 de septiembre de 2017

UNA BALA PARA EL COMISARIO VALTIERRA


Acabo de terminar una novela desconcertante, con título de novela negra, portada de novela negra y editorial dedicada a la negra......se esconde una novela que más bien es político-policíaca.
Me atrajo la publicidad sobre el "primer comisario porteño",  en la negra-argentina y lo que me he encontrado, nada tiene que ver con esa publicidad.
No sé si será la última novela del comisario Valtierra (debería serlo) o si se espera la reacción del público para continuar.....en todo caso, no creo que repita.

Sinopsis (Ed. RBA)
El comisario Valtierra, porteño nostálgico y tanguero, es jefe de la Sección Política de la policía de Buenos Aires y tiene las manos manchadas de sangre. Por todas las torturas y los asesinatos en los que ha participado, un grupo revolucionario lo ha condenado a muerte y deberá ser ajusticiado para vengar a sus camaradas. Entre los miembros de la organización se encuentra El Inglesito, un universitario idealista de provincias que, por primera vez, se verá implicado en una ejecución. Su decisión revolucionaria tropieza sin embargo con sus escrúpulos personales, con sus miedos y la con incertidumbre ante la opción de matar a un hombre. Una bala para el comisario Valtierra es una novela policíaca, política y, al mismo tiempo, éticamente inquietante. Una profunda reflexión acerca de la justicia, el perdón, la culpa, el castigo y todo lo que padeció la nación argentina a lo largo del turbulento siglo XX.


LOS CUERPOS EXTRAÑOS



Con Lorenzo Silva me ocurre, exactamente, lo contrario que con Juan José Millás. Sus artículos en prensa me resultan insulsos e incluso en ocasiones algo insultantes a la inteligencia, sin embargo, me encantan sus libros.
Comencé a leerle con La flaqueza del bolchevique y me interesó, pero la conquista definitiva tuvo lugar con El lejano país de los estanques en el que conocí al sargento Bevilacqua y a la guardia Chamorro, desde entonces ya no hubo vuelta atrás y esta "parejadelaguardiacivil" cambió mi percepción de la benemérita para siempre. Conocí a Rubén Bevilacqua de sargento y acabo de dejarle de subteniente....., como pasa el tiempo.
Esta última novela de Silva me ha gustado, tanto o más, que las anteriores el tema es tan actual que parece premonitorio y si no fuera porque empezó a escribirse mucho antes y se publicó un poco después, cabría acusar a Silva de oportunista o de médium. La corrupción urbanística y municipal en su máxima expresión en la CCAA que la padece tanto o más que ninguna, narrada con el peculiar estilo de Silva, con un Bevilacqua sembrado y una Chamorro melancólica.
No os la perdáis¡¡¡

Sinopsis (Ed. Destino)
Mientras pasa el fin de semana en familia, el brigada Bevilacqua recibe el aviso de que el cadáver de la alcaldesa de una localidad levantina, cuya desaparición había sido previamente denunciada por el marido, ha sido hallado por unos turistas en la playa. Para cuando Bevilacqua y su equipo llegan y se hacen cargo de la investigación, el juez ya ha levantado el cadáver, las primeras disposiciones están tomadas y se está preparando el funeral.
El lugar es un avispero en el que se desatan todo tipo de rumores sobre la víctima, una joven promesa que venía a romper con los modos y corruptelas de los viejos mandarines del partido y que apostaba por renovar el modo de hacer política. Además, el descubrimiento de su agitada vida sexual, que puede calificarse de todo menos insípida, arroja sobre el caso una luz perturbadora.
Pero no hay mucho tiempo para indagar y en esta ocasión Bevilacqua y Chamorro deben apresurar una hipótesis en un fuego de intereses cruzados, en el que la causa de la joven política es también la causa de la integridad personal, de la que el país entero parece haberse apeado.

Los cuerpos extraños (fragmento)

1
Yo seré tu celador
"—Te tienes que ir.
No era una pregunta, ni un reproche, tampoco una suposición. No había en sus palabras, ya, la más mínima aspiración a intervenir en lo que fuera a suceder, como en mayor o menor medida la tiene quien da en indagar, recriminar o tratar de anticiparse a los hechos. Lo dijo, más bien, como si levantara acta de algo cierto y fatídico, frente a lo que no tenía más opción que resignarse y dar un paso atrás. Por una vez, sin embargo, se equivocaba. Y me reconfortó poder decírselo:
—No, mamá, nos quedamos. No vamos a dejar que se eche a perder toda esa comida que has hecho. Es lo bueno que tienen los muertos: a diferencia de los vivos, pueden esperar lo que haga falta. Nadie mejor que yo sabía que no siempre era así, y no por los difuntos, precisamente, sino por los vivos que a propósito de ellos tenían la voluntad y la capacidad de picarnos espuelas a quienes habíamos sido tan inconscientes como para hacer del siempre embarazoso escrutinio de la muerte nuestra manera de afrontar el transcurso de los días. De hecho, lo primero que había pensado, al ver aquella mañana de domingo el nombre de mi superior parpadeando en la pantalla de mi teléfono móvil, había sido lo mismo que mi madre, apenas terminada mi conversación con él, acababa de poner en palabras.
La información que me suministró mi jefe de grupo y principal hacedor de mi agenda, el siempre circunspecto comandante Rebollo, alimentó de entrada mis peores temores. Era un jefe considerado, en absoluto proclive a esos tics del mando que, en tiempos más tenebrosos, habían hecho de los desdichados que vestían el uniforme que guardaba en mi armario lo más parecido a un siervo de la gleba. Lejos de acuciarme, comenzó interesándose por mis circunstancias:
—Perdona por molestarte en domingo —se excusó—. Espero no pillarte en demasiado mal momento. ¿Puedes hablar?
—Me pilla en Salamanca, mi comandante. Tratando de honrar a mi madre, como ordena el mandamiento. Es su cumpleaños y tenemos reunión familiar para celebrarlo. Pero sí, puedo hablar."

LA MUJER LOCA


Siempre me desconcierta Millás cuando leo una de sus novelas, soy tan aficionada a sus artículos y a sus intervenciones radiofónicas (también lo dice uno de los personajes de esta novela) que espero algo parecido en sus novelas y siempre oh......!, no lo encuentro.
Quizás es que el surrealismo de Millás me supera, porque escribir, escribe bien, pero sus argumentos son tan, absolutamente, epatantes que me invade el desasosiego desde las primeras páginas y no me abandona hasta la última, porque eso sí,  las termino pero con poca satisfacción.
En La mujer loca, todavía no logrado aclarar cual de ellas merece tal epíteto porque debería titularse "las mujeres locas" o mucho mejor "el escritor loco" ya que el personaje más surrealista y desquiciado de esta novela es el propio Millás, en fin...., no digo más; leedla si tenéis fuerzas y ya me contaréis¡¡¡

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Julia trabaja en una pescadería y de noche estudia gramática porque está enamorada de su jefe, que en realidad es filólogo. En sus ratos libres, la joven ayuda en el cuidado de una enferma terminal, Emérita, en cuya casa coincide con Millás, que está haciendo un reportaje
sobre la eutanasia. Durante sus visitas, el escritor se siente atraído por la idea de novelar la vida de Julia, aunque para lograrlo deberá enfrentarse a su bloqueo creativo con la ayuda de una psicoterapeuta.
La realidad trastoca los planes del escritor cuando Emérita revela un secreto que ha guardado celosamente toda su vida. Lo que había comenzado como una crónica periodística se convierte entonces en una suerte de novela en la que él se verá involucrado como personaje.
El mejor Juan José Millás regresa a la novela con La mujer loca, una historia en la que el lector habrá de decidir qué es verdadero y qué es falso, una investigación sobre los límites de la realidad y la ficción en una obra que condensa la esencia del maestro de la extrañeza: humor inteligente, diálogos excepcionales y una escritura provocativa. Un ejercicio de honestidad con el que afronta sus cuitas como autor desde la verosimilitud de la pura ficción.

La mujer loca (fragmento)

1"Pobrema, por ejemplo, jamás había sido escrita ni pronunciada, no estaba en ningún libro ni en ningún periódico, no formaba parte de ninguna canción, de ningún verso, ni de manual alguno de instrucciones. Nadie la añadiría a la lista de la compra. Pobrema estaba excluida del mundo de las palabras, que no toleraban su presencia. Si se acercaba a un libro le cerraban el paso antes de que cruzara la cubierta; si a un diálogo, era rechazada por los que participaban en él; si a un taller de etiquetas o rótulos, terminaba en el cubo de la basura, junto a los desperdicios de la jornada. Inhábil para pertenecer a nada o a nadie, se ocultaba durante el día y por la noche salía a respirar, pegándose, como los insectos nocturnos, a las ventanas en las que había luz. Si descubría a alguien escribiendo o hablando al otro lado, intentaba llamar discretamente su atención con la esperanza de que solicitara sus servicios. Lejos de eso, la gente corría las cortinas o bajaba las persianas como quien vuelve la vista frente a un espectáculo desagradable."

EL SECRETO DE GAUDLIN HALL


No se si es que yo no acabo de pillar el tono literario de Boyne, el caso es que con este escritor voy "un paso para adelante y tres o cuatro pasos para atrás", ahora ha tocado para atrás.
Esta novela de sugerente título es como una especie de "re-mix" imitativo de la novela victoriana de misterio y para escribir bien una novela de misterio hay que escribir muy-muy bien, pues de lo contrario lo escrito causa risa en lugar de pavor.
No es que esta novela sea cómica, pero miedo-miedo no da y claro, siendo esa su única pretensión pues se queda en......casi nada¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Después de perder a su anciano padre, la joven Eliza Caine no tiene más opción que aceptar un puesto de institutriz en la mansión de Gaudlin Hall, en Norfolk. Pero lo que debería ser un trabajo digno y sencillo se convierte en una experiencia espeluznante. En cuanto se apea del tren, un par de manos invisibles intentan arrojarla a la vía, y cuando finalmente llega al caserón, los únicos que salen a recibirla son dos niños, Isabella y Eustace, que aparentemente viven solos. Eliza no sabe quién la ha contratado, y una serie de extraños sucesos la convencen de que algo muy grave está ocurriendo en la casa. Es como si una presencia maligna, que parece querer proteger a los pequeños, se manifestara continuamente, por lo que Eliza comprende que deberá desvelar los secretos que Gaudlin Hall guarda celosamente.
Autor de éxitos mundiales como El niño con el pijama de rayas y La casa del propósito especial, John Boyne ha escrito una novela inquietante que cautiva al lector hasta la última página. Como un homenaje a la novela gótica del siglo XIX, con abundantes guiños a Charles Dickens y Wilkie Collins, el relato gira en torno a Eliza Caine, su valerosa e inteligente heroína, que logra superar el miedo a lo desconocido con una fortaleza de espíritu encomiable.

El Secreto de Gaudlin Hall (fragmento)

1Londres, 1867
"Charles Dickens fue el culpable de la muerte de mi padre.

Cuando trato de esclarecer el momento en que mi vida pasó de la serenidad al horror, en que lo natural se convirtió en inenarrable, me veo sentada en el saloncito de nuestra pequeña casa cerca de Hyde Park, observando los bordes deshilachados de la alfombra ante la chimenea y preguntándome si ya era hora de comprar una nueva o de intentar remendarla. Pensamientos sencillos, domésticos. Aquella mañana caía una llovizna continua. Al apartar la vista de la ventana para contemplarme en el espejo sobre la chimenea, mi aspecto se me antojó descorazonador. Es cierto que nunca he sido atractiva, pero estaba más pálida de lo habitual y tenía el cabello encrespado y despeinado. Me hallaba allí sentada, con los codos sobre la mesa y una taza de té en las manos. Traté de relajarme y corregir la postura. Entonces hice algo ridículo: sonreí, esperando que la manifestación de cierta alegría mejorase mi imagen, y en ese instante me sobresalté al advertir un segundo rostro, mucho más pequeño que el mío, que me miraba fijamente desde una esquina inferior del espejo.
Con un grito sofocado, me llevé una mano al pecho, para acabar riéndome de mi propia insensatez: aquella imagen no era más que un retrato de mi difunta madre que pendía en la pared detrás de mi silla. El espejo nos captaba a ambas, una junto a la otra, aunque yo no salía bien parada de la comparación, pues mi madre era una mujer muy hermosa, de ojos grandes y brillantes, mientras que los míos eran pequeños y apagados; la curva de su mandíbula era femenina, pero la mía se veía dura y algo masculina, y ella era una mujer esbelta, en tanto que yo siempre me había sentido grandota y ridícula."

jueves, 21 de septiembre de 2017

LA EMOCIÓN DE LAS COSAS


No es una novela, al uso, de Ángeles Mastretta, más bien unas memorias un tanto deslavazadas cuyo desencadenante parece ser la muerte de la madre de la escritora.
Una autobiografía atípica, que conserva intacto el espíritu de esta escritora mágica que ha hecho del universo femenino un referente, no la he identificado con ninguna de sus novelas y he encontrado un poco de todas en este texto que habla, fundamentalmente, de sí misma y sus circunstancias, que casi parece una despedida de la literatura e incluso de la vida.
Me ha gustado leerla y la recomiendo, sobre todo, a l@s aficionad@s a Angeles Mastretta.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
En La emoción de las cosas Ángeles Mastretta indaga en un gran secreto familiar: el silencio de su padre, que luchó en Italia durante la segunda guerra mundial y volvió a México al cabo de cuatro años que quedaron enterrados para siempre en su memoria. A través de recuerdos, intuiciones e impresiones, atesora el recuerdo de su madre, recupera detalles de vida desde tiempos de sus abuelos hasta el día de hoy, caminando de puntillas por hermosas divagaciones sobre la escritura, la maternidad, la familia, sobre autores como Jane Austen o Isak Dinesen, el miedo, la religión o la muerte.
En esta novela personal que nace de las entrañas, la autora de Arráncame la vida entona un canto de sirena que envuelve y seduce.

La emoción de las cosas (fragmento)

MIS DOS CENIZAS
"Todas las luces están prendidas, pero yo me he quedado a ciegas en la casa de mi madre. Es una casa, en mitad del jardín, que es de todos.

Este lugar lo heredó mi padre de su padre, un inmigrante italiano que llegó a México a finales del siglo XIX. Podría haberse perdido en la nada de las deudas si mi madre no se hubiera aferrado a esta tierra que entonces era un paraje remoto a la orilla de la ciudad.
A mi padre le tocó la guerra, y el matrimonio como lo que debió ser la única secuela posible de aquel sueño de horrores: una tregua. La ardua paz que él resumía: «En la iglesia te atan una esponja a la espalda. El presbítero dice que semejante carga habrá que llevarla de por vida con serenidad y alegría. Uno piensa que no habrá nada más fácil. Luego, termina la ceremonia, se abre la puerta de la iglesia y los cónyuges salen para siempre a un aguacero».
A mi madre le tocaron la belleza y la tenacidad. El matrimonio como una decisión que supuso en su mano y que no fue sino la mano del destino, jugando a hacerla creer que ella mandaba en la desmesura de sus emociones.
Sucedió que se casaron tras dos años de un noviazgo a tientas. Él quería besarla, ella se preguntaba si podría soportar de por vida que su marido no fuera alto, como su padre.
Hay una foto en que mi madre sonríe y es divina como una diosa: así, con su cara de niña que por fin se hizo al ánimo de no serlo. Él la lleva del brazo y está como de vuelta, como si de verdad fuera posible no contarle nada de lo que hubo detrás. Es el día de su boda, en la mañana, el 11 de diciembre de 1948. También él sonríe, como si pudieran olvidarse el desaliento y las pérdidas. Se ve dichoso. Mi madre tenía entonces la edad que hoy tiene mi hija."


LAS INVIERNAS


Me atrajo la portada, porque en mi niñez, todavía, se veían mujeres por la calle con un atado de trapos en la cabeza, llevando sobre ella pesos inmensos que no restaban un ápice de elegancia a su caminar erguido y orgulloso. Luego al leer la sinopsis, me chirrió un poquito lo de Tierra de Chá, me recordó demasiado al Carballino, Sangenjo, etc....esas traducciones franquistas de nuestra toponimia, pero....., me pudo la curiosidad y, la verdad, ha valido la pena.
Es, quizás, un libro para galleg@s o para los que quieran conocer esa Galicia profunda, mágica, fratricida, pobre, inculta, culta, aislada y miedosa que una vez tuvimos y, todavía, tenemos en muchos casos.
Me ha gustado leer la historia de Saladina y Dolores, "las inviernas" y quitando lo de Tierra de Chá, en Galicia existe A Terra Chá y es un nombre magnífico, me he sumergido en la historia, tan irreal-tan real¡¡¡.
Querida amiga, Calipso Breogán, creo que es un libro para ti.
La recomiendo, sin duda!!

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Galicia, años cincuenta. Dos hermanas regresan a Tierra de Chá después de una larga ausencia, muy unidas por un hecho oscuro cometido en el pasado, y también por su pasión por el cine y la vida de los artistas de Hollywood. Vuelven a la que fue la casa de su abuelo, de la que tuvieron que huir cuando eran niñas, y donde hombres y animales conviven bajo el mismo techo. En Tierra de Chá, nada y todo ha cambiado, las gentes, la pequeña casa lejana bajo la lluvia, el olor acre del tojo, las flores, las cosechas, las costumbres... Pero las fronteras entre la verdad y la mentira, los recuerdos y la realidad son difusas. Por algún motivo, el regreso de las hermanas trastoca la plácida existencia de los habitantes de la aldea. ¿Por qué nadie quiere hablar de don Reinaldo, el abuelo? ¿Qué ocurrió durante la guerra que ahora les ocultan? ¿Por qué las llaman así, «las Inviernas»? Las subidas al monte con la vaca; la costura; las discusiones; la novela de la radio que las hace llorar: a pesar de todo, la rutina acaba imponiéndose poco a poco. Pero cuando, a la caída de una tarde de verano, una de las Inviernas escucha en la radio la noticia de que la famosa actriz americana Ava Gardner, «el animal más bello del mundo», tiene previsto viajar a España, Tossa de Mar, para rodar una película en la que buscan dobles, las hermanas no tienen ninguna duda de que al fin ha llegado la oportunidad de convertirse en las actrices que han estado esperando toda su vida...
En paralelo, una serie de acontecimientos están teniendo lugar en la aldea: una vieja centenaria revela que don Reinaldo le pagó dinero para quedarse con su cerebro cuando muriera, con el fin de investigarlo. A partir de que este macabro hecho se hace público, todos los habitantes empiezan a inquietarse. Poco a poco, mientras pasado y presente se funden y entrecruzan, vamos descubriendo quién fue don Reinaldo, qué hizo y por qué tuvieron que huir sus nietas. También descubrimos qué hecho misterioso hizo regresar a las Inviernas a tan recóndito lugar.
¿Conseguirán las hermanas hacer realidad su sueño de convertirse en actrices o quedarán atrapadas en la ciénaga del remordimiento?

Las Inviernas (fragmento)

1"Pasaron una mañana como el susurro de un avispón, más rápidas que un instante.
Ellas.
Las Inviernas.
Los hombres doblados sobre la tierra se enderezaron para observar. Las mujeres detuvieron las escobas. Los niños dejaron de jugar: dos mujeres con grandes huesos cansados, como irritados de la vida, atravesaban la plaza del pueblo.
Dos mujeres seguidas de cuatro ovejas y una vaca de andar balanceado que tiraba de un carromato cargado de bártulos.
Al final de un carreiro que zigzagueaba entre nabizales, seguía estando la vieja casa del abuelo – también su casa–, ahora cubierta por las ramas de una higuera.
Murciélagos y búhos se estrellaban haciendo círculos. La hiedra había invadido la casa, y la chimenea, abultada por el follaje, adquiría las proporciones y la apariencia de una torre ruinosa. La casa tenía una huerta con un limonero y matorrales que albergaban mariposas y crujidos; al fondo corría un río con truchas finas y sabrosas.
Más allá del río nacía la fraga con frondosos árboles.
Una vegetación apretada y tupida que se entretejía desde el suelo hasta las copas de los árboles, ceñida por huertos y minúsculos prados de labor.
Llovía, y se metieron dentro.
Ellas y las bestias. Barrieron el suelo. Arrancaron las telarañas. Colocaron los bártulos que traían. Hicieron una sopa. Menguó la luz y aumentó el frío.
Un olor doméstico y familiar las envolvió; les recordó la dulzura de ciertos días de verano, las comidas en la huerta y la infancia perdida. Pero el olor también les habló de la guerra, de la humedad y de la risa. Ratones. Rabia.
Una se sentó junto a la otra y le dijo:
–Estaremos bien.
La otra contestó:
–Sí.
Y pasaron el rato sorbiendo la sopa, enfrascadas en aquella conversación.
–Estaremos bien.
No era temor. Acaso una sospecha, una rara intuición.
–Estaremos."

ASESINATO EN LA MONCLOA


Atraída, en más de un sentido, por el título de la novela he "picado" pensando en un autor nuevo de novela negra-patria y......., el fiasco ha sido "de órdago a la grande".
Me explico, no se la edad del "escritor" pero parece escrita por un adolescente "deficientemente escolarizado": incorrecciones gramaticales múltiples, lenguaje vulgar, personajes increíbles (excepto el presidente del gobierno que... es bobo perdido), trama absurda.......no puedo seguir, 112 páginas de un despropósito tras otros que, eso sí, en algún momento (escenas de sexo) me han hecho reír.....
Os dejo una de sus perlas:
"....de pronto escuchó el burbujeante sonido de la cafetera, la cual que había puesto nada más de levantarse....."

Atentos a la sinopsis que ha escrito el propio autor.....increíblemente mal redactada, es un fiel reflejo de la novela

Sinopsis (Editado por el autor)
Este thriller policiaco llevado por la inspectora Marta Vázquez, os llevará, a un supuesto que quizás un día no muy lejano se pueda dar en nuestro país y en otros muchos. Posiblemente nos acerque a un momento convulso, donde los mandatarios solicitaran un esfuerzo extremo a la población más humilde. En la novela encontrareis intriga, historia de amor, sexo, odio, celos, altos mandatarios implicados en el título de la novela y algo de humor. Todo un cóctel que espero que sea atractivo a ustedes y os haga pasar un rato ameno.

No he considerado necesario incluir el habitual fragmento de la novela reseñada, ya que en muchos de sus párrafos "ofende la vista y el espíritu".
Es mala, muy mala!!!

JUEGO DE ESPEJOS




Decimonovena entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Comisario Salvo Montalbano.

Tal vez no sea la mejor novela de Camilleri, ni el mejor caso de Montalbano, pero que placer leer una novela negra mediterránea con todos sus ingredientes bien mezclados y cocinados. Como en un juego el comisario va pasando de un escenario a otro hasta desembocar en un final que, no por previsto, es menos emocionante.
Vigatà en estado puro y nuestro Salvo más Salvo que nunca¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
La explosión de un pequeño artefacto frente a un almacén vacío, en pleno centro de Vigàta, y la consiguiente investigación puesta en marcha por el comisario Montalbano y su equipo, precipitan una serie de acontecimientos que se suceden de forma caótica y vertiginosa: pistas contradictorias, cartas anónimas, delaciones misteriosas... Montalbano tiene la sensación de que alguien pretende guiar sus pasos, confundirlo y manejarlo como si fuera una marioneta, alejándolo de la verdad de los hechos. Y cuando además entra en escena Liliana, su nueva vecina, una mujer de rompe y rasga cuyo marido se halla a menudo ausente por razones de trabajo, Salvo se encontrará inmerso en un mar de confusión que dificultará su trabajo más allá de lo tolerable.
Realidad e ilusión se confunden en esta última entrega del comisario Salvo Montalbano, en la que Andrea Camilleri rememora la magistral escena de los espejos de La dama de Shanghai, de Orson Welles, en la que sólo una de las imágenes es la auténtica. Para escapar de este laberinto de reflejos, Montalbano habrá de recurrir a su veteranía y su finísima intuición, sin perder nunca el irreverente sentido del humor que lo caracteriza.

Juego de Espejos (fragmento)

1"Llevaba unas dos horas sentado, como Dios lo había traído al mundo, en una especie de silla peligrosamente parecida a una silla eléctrica. Le rodeaban las muñecas y los tobillos unas argollas de hierro de las que salían manojos de cables que iban a parar a un armario metálico decorado con cuadrantes, manómetros, amperímetros, barómetros y luces —verdes, rojas, amarillas y azules— que se encendían y se apagaban sin cesar. En la cabeza llevaba un casco idéntico al que los peluqueros ponen a las señoras para hacerles la permanente, pero éste estaba unido al armario por un grueso cable negro dentro del cual había centenares de hilos de colores.
El profesor, cincuentón, con un corte de pelo estilo paje con la raya en medio, barbita de chivo, gafas con montura dorada, bata blanca inmaculada y expresión antipática y arrogante, lo había ametrallado con preguntas tipo:
«¿Quién era Abraham Lincoln?»
«¿Quién descubrió América?»
«Si ve un buen trasero de mujer, ¿qué piensa?»
«¿Nueve por nueve?»
«Entre un cucurucho de helado y un mendrugo de pan mohoso, ¿qué
prefiere?»
«¿Cuántos fueron los siete reyes de Roma?»
«Entre una película cómica y un espectáculo pirotécnico, ¿qué elegiría?»
«Si un perro lo ataca, ¿sale usted huyendo o le planta cara gruñendo?»
En un momento dado, el profesor se levantó de golpe de su asiento, hizo «ejem, ejem», se quitó una pelusa de la manga de la bata, miró fijamente a Montalbano, suspiró, movió la cabeza con desolación, suspiró de nuevo, volvió a hacer «ejem, ejem», pulsó un botón y, automáticamente, las argollas se abrieron y el casco se elevó."

EL VENENO DE LAS ADELFAS


El Veneno de las Adelfas es insidioso y mortal, mezclado con perfume y belleza penetra en la piel hasta acabar con nuestra vida.....así es el pasado que envenena nuestro presente insidiosamente a través de la belleza de las imágenes y el recuerdo.
Todo vuelve en esta novela de Agnello Hornby situada, como es habitual, en Sicilia narra el esplendor (en pasado) y decadencia (en presente) de una familia a la que la incomunicación y los secretos han envenenado como las adelfas que rodean la propiedad familiar de Pedrara.
La escritora recorre el pasado y lo trufa con lo más sórdido del presente, hasta un final que es el principio.
Me ha encantado¡¡¡

Sinopsis (Tusquets Editores)
En Pedrara, en el extremo sureste de Sicilia, entre antiguas tumbas y corrientes de agua acariciadas por la opulencia sofocante de las adelfas, se yergue una villa entre altas paredes de roca. En ella, la familia Carpintei se reúne en torno a la cama de la tía Anna, que va cayendo en una distraída demencia senil. ¿Existen realmente las piedras preciosas sobre las que desvaría? ¿Dónde están ocultas? Y, sobre todo, ¿qué lazos atan a la tía con el atractivo bede, auténtico guardián de la propiedad y ambiguo factótum? Como el agua en la blanda cal, los Carpinteri excavan en secretos del pasado, rebuscan en armarios y exigen verdades nunca antes dichas, riquezas jamás disfrutadas. Las voces de Mara, la sobrina predilecta de Anna, y de Bede guían a los lectores por un sinuoso laberinto de relaciones y recuerdos, que atraviesan los confines de la propia muerte, mientras van desvelándose la influencia de los notables locales, el tráfico con los poderes ocultos y, por encima de todo, pasiones ingobernables.
Simonetta Agnello Hornby saca a la luz, con la sabiduría de una imaginación majestuosa, un microcosmos que parece ensancharse, a través de un escalofrío, como representación de los problemas, las ambiciones y las ansias de liberación del entero universo familiar.

El veneno de las adelfas (fragmento)

1Nuddu ammiscatu cu nenti
Jueves, 24 de mayo, por la mañana (Bede)

"Me han vestido con mis mejores ropas.
El doble cortejo fúnebre se despliega por las calles de Pezzino y aminora el paso ante la iglesia del
Purgatorio. Allí, cuarenta años antes, se celebraron tus bodas con Tommaso, en la misma iglesia en la que se había casado tu hermana Mariangela. Yo no estaba; Tommaso me había aconsejado que no me dejara ver por Pezzino, donde todavía se hablaba del «asunto» a causa del cual me había ido a vivir con su familia. Pero después de oírtelo contar tantas veces, era como si yo también hubiera estado en vuestra boda: Giulia, de cinco años, sentada en el banco de delante con los Belmonte, tu familia, alejada de la hermana mayor, Mara, sentada ella también en primera fila pero en el lado opuesto, junto a la abuela de quien había heredado el nombre, doña Mara Carpinteri. Cuando Giulia vio a su padre colocarte la alianza en el dedo, se levantó de su sitio y avanzó muy decidida hacia vosotros: ella también quería un anillo. Tommaso estaba abochornado, así que Giulia se dirigió al sacerdote, para que le dijera a su padre que le diera el otro anillo, y señalaba con la mano el cojinete de terciopelo. Tú, más avispada, te quitaste la alianza y se la pusiste en el pulgar a Giulia; luego ella te la devolvió y regresó a su sitio de lo más contenta.
Tus restos mortales van en cabeza, austeros; sobre el ataúd, una corona de lirios y violetas. Los otros despojos, los míos, están cubiertos por una gran cantidad de coronas y ramos de flores, ofrecidos por mis parientes.
Ante el portal barroco, las figuras semidesnudas de las ánimas del purgatorio contrastan con la sobria fachada catalana. Una vieja que se disponía a entrar en la iglesia se detiene en el pórtico, sorprendida, y observa la fila de vehículos negros de cristales tintados. El cortejo toma la calle principal del pueblo. En la acera del bar del centro —ese donde trabajé de chico — los parroquianos dejan los vasos de vino y las jarras de cerveza sobre las mesitas, como muestra de respeto.
—Gente de una pieza, esos Lo Mondo —dice uno.
—¡No se detuvieron ante nada! — susurra otro a su vecino, con la mano en forma de concha delante de la boca.
—¡Para defender a la familia y vengar su honor! —contesta éste en un cuchicheo.
—Desde que se han vuelto ricos…
—Es verdad, pero son scantusi, unos gallinas. Desde el «asunto» no se les ha vuelto a ver por el pueblo. —Te equivocas, en las recepciones del alcalde sí que se dejan ver. Sólo de la gente pobre como nosotros no quieren saber nada.
—No le tienen miedo a nadie, de lo contrario no habrían organizado el funeral en el pueblo. —Y luego, en voz baja, añadió—: Ha llegado un forastero demasiado interesado en historias antiguas… Y los Lo Mondo lo saben.
Me han querido mucho, mis hermanos."

LA RESTAURADORA


RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS,  el 10 de Mayo de 2014
Me recomendaron "La restauradora", "léetela que está muy entretenida", me dijeron...pero no me contaron que la protagonista es una chica que ve fantasmas y que se dedica a restaurar cementerios..., para lo que me queda, lo termino, pero vamos, estoy esperando que aparezcan los vampiros esos de Crepúsculo en cualquier momento.
No repito, vamos.

Sinopsis (Ed. Roca)
Amelia Gray tiene veintisiete años y desde los quince puede ver fantasmas. Heredó el don (o maldición) de su padre, y también a través de él supo las reglas que todo médium debe respetar para poder serlo y llevar una vida tranquila: no alejarse de los campos santos; ignorar la presencia de fantasmas a su alrededor, aunque quieran hacerse presentes; no relacionarse con personas a las que los espíritus acechan. Amelia se dedica a restaurar cementerios de valor histórico artístico y con ello cumple con una de las reglas que su padre le impuso en su momento también consigue llevarlas a rajatabla. Esto es, hasta que todo cambia.
Un asesinato en uno de los cementerios en los que está trabajando la pone en contacto con un detective acechado. Y hay algo que la empuja a estar cerca de él, a pesar del peligro al que casi de inmediato se ve sometida. Los fantasmas del detective empezarán a amenazarla y ella deberá elegir entre sus sentimientos y su propia seguridad.

La restauradora (fragmento)

Capítulo 1
"La primera vez que vi un fantasma tenía nueve años.
Estaba ayudando a mi padre a recoger y amontonar las hojas secas del cementerio donde trabajó durante muchos años como vigilante. Fue a principios de otoño, en esa época del año en que todavía no hace suficiente frío como para ponerse un jersey. Sin embargo, aquel día, cuando el sol desapareció tras la línea del horizonte, el aire se volvió helado. Pasó una suave brisa que desprendía un delicioso aroma a madera y hojas de pino y, cuando se levantó algo de viento, una bandada de pájaros alzó el vuelo de las copas de los árboles y se deslizó como una nube de tormenta hacia el cielo añil.
Observé que las aves desaparecían entre las nubes. Cuando por fin bajé la mirada, le vi a lo lejos. Estaba detrás de las ramas colgantes de un roble. Debajo del musgo negro se advertía un brillo verde y dorado que envolvía a aquella figura en un resplandor sobrenatural. Pero estaba escondido entre tantas sombras que, por un momento, pensé que era un espejismo.
Cuando la luz empezó a atenuarse, pude ver con más claridad su silueta e incluso intuí sus rasgos. Era un hombre mayor que mi padre. El cabello blanco le llegaba al cuello del abrigo y tenía unos ojos en cuyo interior parecía arder una llama eterna.
Mi padre seguía agachado, concentrado en su trabajo. De repente, mientras apartaba las hojas de las lápidas con el rastrillo, dijo en voz baja:
—No lo mires. Me giré, sorprendida.
—¿También puedes verlo?
—Sí. Ahora vuelve al trabajo.
—Pero ¿quién es?
—¡Te he dicho que no lo mires!
La severidad de su tono me dejó de piedra. Podía contar con los dedos de una mano las veces que me había alzado la voz. Acababa de gritarme, y la verdad es que no le había dado motivos para ello. No pude contener las lágrimas. Lo único que nunca había sido capaz de soportar era la desaprobación de mi padre.
—Amelia.
Su voz destilaba arrepentimiento."

miércoles, 20 de septiembre de 2017

LA HERMANDAD DE LA UVA



RESEÑADA por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 20 de Enero de 2014
Acabo 'La hermandad de la uva' de John Fante. Un relato sobre las relaciones en una família italo-americana.
Bien escrito, bien ambientado, bien resuelto pero no me ha llegado. Como si le faltara algo.
No va en la lista de los 100 mejores, para nada.

Sinopsis (Ed. Anagrama)
En este libro de John Fante aparecen los personajes tiernos y rencorosos, emocionantes y divertidos, en suma memorables, que componen «La hermandad de la uva», una pandilla de consumados borrachines. El mejor cantero de América, el viejo Nick Molise, tiránico y orgulloso, está de nuevo en crisis con su mujer. Ninguno de los hijos quiere intervenir; por otra parte, Nick, que «habría sido más feliz si no hubiera tenido descendencia,  sus hijos habían sido los clavos que lo habían crucificado», no tiene intención de pedir nada a nadie, y menos cuando se lo pasa de maravilla con sus viejos amigos, y a pesar de la edad, alberga un montón de proyectos. Puede flirtear, beber y vanagloriarse tanto como quiera de su gran pasado. Su sueño era una tribu de hijos-albañiles seguidores de su arte, y en cambio tiene que habérselas con un guardafrenos, un empleadillo de banca y un escritor.
Pese a su innata pereza, Henry -un álter ego de John Fante- deja mujer e hijos y se embarca en un avión para sumergirse en el mundo de sus padres. Al llegar a San Elmo, su padre lo invita a una empresa tan absurda como inútil: construir un secadero de pieles de ciervo, en un pueblo imposible a dos mil metros de altura. Henry en un principio duda, después acepta, atraído por la panda de chiflados amiguitos de papá.

La hermandad de la uva (fragmento)


1"Una noche del pasado septiembre me llamó mi hermano desde San Elmo para decirme que nuestros padres volvían a hablar de divorciarse.
—¿Y dónde está la novedad?
—Esta vez va en serio —dijo Mario.
Nicholas y Maria Molise llevaban casados cincuenta y un años, y aunque desde el principio había sido una relación infeliz, mantenida y conservada por el inflexible catolicismo de mi madre, que castigaba a mi padre tolerando de un modo irritante su egoísmo y su desprecio, ahora nos parecía una completa locura que quisieran separarse, ya que mi madre tenía setenta y cuatro años y mi padre setenta y seis.
Pregunté a Mario de qué se trataba esta vez.
—Adulterio. Mamá lo pilló con las manos en la masa.
Me eché a reír.
—¿Cómo va a cometer adulterio el pobre viejo?
La verdad es que hacía muchos años que no se le acusaba de una cosa así. La última vez había sido por coquetear con Adele Horner, una empleada de Correos («una arpía pequeñita y borde», según mi madre), una señora cincuentona que cojeaba un poco. Pero había transcurrido mucho tiempo desde entonces y papá ya no era el de antes. Sin ir más lejos, en abril, el día de su cumpleaños, lo había visto doblado en el suelo, gimiendo y golpeando la moqueta con los puños, hasta que se le pasaba el dolor de la próstata.
—Venga, Mario —repliqué—. Es un viejo que está para el arrastre.
Me contó que mamá había descubierto manchas de carmín en los calzoncillos de papá, y cuando le puso delante la prueba (me la imaginé restregándole los calzoncillos por la nariz), papá la asió por el cogote, la obligó a doblarse sobre la mesa de la cocina y le pateó las nalgas. Aunque iba descalzo, los puntapiés le produjeron una moradura en la cadera, y le quedaron señales rojas en el cuello."

TESTAMENTO MORTAL . CONCLUSIÓNS PRELIMINARS



Vigésima entrega de la serie de novelas protagonizada por el Inspector Guido Brunetti. Titulada en inglés Drawing Conclusions y en castellano Testamento Mortal.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 13 de Marzo de 2014
Acabo con Brunetti y sus 'Conclusiones preliminares'.
Este hombre me gusta pero no me gustan sus mujeres, al final voy a tener que darle la razón a mister LIBROS.
Su hija es una pedante, su mujer es una rica aburguesada con más prejuicios que nadie y la secretaria de su jefe o está enamorada de él y viceversa o... me lo callo porque no es políticamente correcto.
Además, alguien de por aquí dijo que eran personajes planos y poco evolucionados.
Vamos... que habéis conseguido arruinarme al personaje y la lectura.
Menos mal que soy un cabezón y voy a persistir. A pesar de que lo mire con los ojos bizcos.
¿Sobre el libro? Más de lo mismo. A estas alturas ya está todo dicho. Si a alguien no le suena el personaje, que no se inmute por todo lo anterior. Que viaje a 'Muerte en la Fenice' y desde ahí que vaya transitando.

Y ahora tocaba Sicilia y Montalbano pero lo voy a cambiar por algo de rabiosa actualidad. La retirada alemana del frente ruso. 'La Cruz de Hierro' de Willi Heinrich, libro en el que se basa la película del mismo nombre de Sam Peckinpah. Evidentemente, el libro va a tener más sangre que lo que estamos viviendo actualmente, sobre todo alemana, pero no deja de ser un paralelismo. El oso ruso imponiendo su ley al águila alemana.
¡Vamos, que nos vamos!

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Al regresar de viaje, una joven traductora encuentra muerta a su vecina de abajo. La víctima es una señora mayor, encantadora y sin enemigo aparente. En la casa está todo en orden pero unas gotas de sangre junto a la cabeza del cadáver llaman su atención y decide llamar a la policía, de esta manera el caso queda en manos de Brunetti. El informe forense determina que la mujer tuvo un ataque al corazón y la sangre obedece a que al caer al suelo se golpeó la cabeza, pero hay ligerísimos indicios de violencia. Aunque nada apunta a un delito criminal, Brunetti tiene una intuición, no sabe qué es lo que no cuadra, pero no se conforma con esta explicación e investiga. El famoso comisario deberá descubrir si se trata de una muerte natural o hay algo criminal en ella.

PARÍS


RESEÑADO  por Marie-Loup Raffestin para LIBROS, el 13 de Marzo de 2014
He terminado "Paris" de Edward Rutherfurd. Cuenta la Historia de la capital francesa, de 1261 a 1968, y las vivencias de varias familias : los obreros Gascon, los revolucionarios Le Sourd, los aristócratas De Cygne, los burgueses Blanchard y unas cuantas más. También aparecen personajes reales como Coco Chanel, Claude Monet o Ernest Hemingway. Y el escritor nos ofrece un paseo por los lugares emblemáticos de Paris y las épocas. No sigue un orden cronológico así que al principio, me perdía entre tantos personajes y cambios de épocas. Usé mucho el árbol genealógico que viene en el libro. Pero le cogí el ritmo.
A medida que avanza la historia, conocemos mejor a las diferentes familias y las conexiones entre estas se hacen más interesantes. A ciertos personajes les cogí mucho cariño y sus vidas me conmovieron. Y tenemos muchos puntos de vista, es interesante descubrir el modo de vida y las ideas de diferentes clases sociales épocas. El autor hizo un gran trabajo de investigación y se nota que se apropió lo que investigó. Lo único que lamento es que muchas veces la Historia no se vive en el primer plano, está contada por un personaje lejano a la acción o en otra época. No deja de ser interesante pero parece un poco distante. Los capítulos de Thomas Gascon, que participa a la construcción de la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel, son los mejores y me hubiera gustado tener más capítulos así.
Esta lectura ha sido como un viaje. No me han gustado todas las paradas, hay visitas que me han aburrido un poco pero en general, he aprendido y lo he disfrutado. Ya iré a Londres y Nueva York.

Sinopsis (Ed. Roca)París, de
Edward Rutherfurd, autor de otras novelas de narrativa histórica como Nueva York o Londres, es una impresionante novela sobre París, ciudad del amor, de la elegancia, de los sueños, ciudad de la revolución. En todas sus novelas Rutherfurd nos ofrece una rica panorámica de las ciudades más atractivas del mundo a través de personajes ficticios y reales que se ponen al servicio de una investigación minuciosa en lo que ya se ha convertido en el sello particular de autor.
París se desarrolla a través de las historias de pasiones, lealtades divididas y secretos guardados durante años de personajes tanto ficticios como reales, con el escenario de esta gloriosa ciudad como fondo. De la construcción de Notre Dame a las peligrosas maquinaciones del cardenal Richelieu; de la resplandeciente corte de Versalles a la violencia de la Revolución francesa y las comunas parisinas; del hedonismo de la Belle Époque, cuando el movimiento impresionista alcanza su cénit, a la tragedia que supuso la Primera Guerra Mundial; de los escritores de la Generación Perdida de los años 1920 a los que se podía encontrar bebiendo en Les Deux Magots a la ocupación nazi, los luchadores de la Resistencia y la revuelta estudiantil de mayo de 1968… Un mosaico impresionante, sensual, arrebatador


París (fragmento)

Capítulo uno
1875

"París, ciudad del amor, ciudad de ensueño, ciudad de esplendor, ciudad de santos y eruditos, ciudad de alegría. Pozo de iniquidad. En dos mil años, París había sido escenario de todo.
Julio César fue el primero en darse cuenta de las posibilidades de aquel lugar donde se había asentado la modesta tribu de los parisii. Por aquel entonces, hacía varias generaciones que los territorios mediterráneos del sureste de la Galia eran provincias romanas, pero cuando César decidió anexionar también al Imperio las belicosas tribus célticas del norte de la Galia, le llevó bastante tiempo lograr su objetivo.
Los romanos no tardaron en advertir que, en su posición junto aquel río navegable, el Sena, el territorio parisino constituía un lugar idóneo para instalar una ciudad, punto de convergencia de la producción de las inmensas y fértiles llanuras del norte de la Galia. Desde su cabecera, situada un poco más al sur, era fácil acceder al caudaloso río Ródano, que comunicaba con los activos puertos del Mediterráneo. Por el norte, el Sena desembocaba en un estrecho mar, al otro lado del cual se encontraba la isla de Britania. Aquel era el gran sistema fluvial que constituía una intersección entre los mundos del sur y del norte. Los comerciantes griegos y fenicios ya lo habían usado antes incluso de la fundación de Roma. El sitio era perfecto. El núcleo de las tierras de los parisii se encontraba en un amplio y plano valle que el Sena atravesaba trazando una serie de airosas curvas. En un meandro del centro, el río se ensanchaba dando cabida a diversas marismas e islas, dispuestas a la manera de enormes barcazas ancladas en medio del cauce. En la orilla norte, los prados y pantanos se sucedían sin interrupción hasta la base de una cadena de colinas parcialmente cubiertas de viñas."

LA TRABAJADORA


RESEÑADO por Gloria González para LIBROS,  el 16 de Marzo de 2014
Cuando a un libro le llueven las buenas críticas, pero a mí no me ha gustado nada, pero nada, nada, me siento un poco... No habré sabido sacarle todo el jugo.

Sinopsis (Ed. Literatura Random House)
Elvira Méndez trabaja como correctora para un gran grupo editorial. Sus escasos ingresos la obligaron a mudarse a un piso al sur de Madrid, y para poder pagar el alquiler aceptó como inquilina, por recomendación de su amigo Germán, a su antigua colega Susana, una estrambótica e inmensa rubia con algunos problemas mentales que acaba de regresar de una temporada en Utrech. Susana es una artista que hace collages con trozos de mapas, pero que trabaja como teleoperadora. Elvira siempre está intentando sonsacar información sobre sus labores a Susana, aunque sea sólo para conseguir un trabajo similar con el que lograr llegar a fin de mes, pero nunca lo consigue. Años después, Elvira intenta poner punto y final a una novela que cuenta todo lo que vivió en el pasado. Sentada frente a su psiquiatra, le expone que necesita que la terapia le sirva de coda a su obra; y que su superación del miedo y su paranoia serán narradas como un capítulo final a partir de sus conversaciones. Pero la cuestión es, ¿y si no consigue superarlos? Entonces el libro, y la vida, tendrán que quedarse como están.

La trabajadora (fragmento)

FABIO

"[Este relato recoge lo que Susana me contó sobre su locura. También anoto algunas de mis reacciones, en verdad no muchas. Huelga añadir que su narración fue más caótica:]
Acababa de regresar a Madrid, no existía Internet y tenía que recurrir a los periódicos. Mi deseo se cifraba en que alguien me lamiera el coño con la regla en un día de luna llena. Así por las buenas. Creo que el delirio se había escondido ahí, en esa pretensión al límite y al mismo tiempo diminuta, como tragarse un ciempiés aliñado en la ensalada. Al principio no pensaba en ello a no ser que tuviera delante un periódico con su sección de hombres y mujeres conspirando en tres líneas; entonces me entraba la neura, llamaba e iba de cualquier manera a la cita. Llevaba un calendario de mis reglas y les pedía que el siguiente encuentro fuera en luna llena y en mi casa. La mayoría me contestaba con un no nervioso, en absoluto porque les pareciera una desmesura, sino por haber lanzado yo la propuesta como si jugase a la ruleta rusa. También por mi rubicundez oronda y mi hablar deshilachado y unos ojos que lo decían todo en su naufragio vano y terrorífico. Sé cómo eran mis ojos, medía con la precisión vaporosa de mis cinco sentidos lo ridículo de mis gestos intoxicados, bobos, atentos por encima de mis posibilidades. Mi rostro se agitaba por corrientes convulsas, producía torsiones imprevistas. Todos me miraban con asco, pues además de ser fea y evidenciar mi locura, mi propuesta no me redimía. No vayas a pensar que me importaba. Sí cuidaba el escenario, y a tal fin recorrí todos los bares de Huertas que tuvieran un ambiente de cafetería, de manos abrazando tazas calientes a la luz de una tarde mortecina. Me gustaba contemplar la calle a través de un cristal que connotara el frío de fuera y la pátina de calor seco de dentro, ese calor arrebujado, de agua encima de los radiadores y humo de cuando fumábamos todos. Digo ambiente de cafetería porque no deseaba que fueran exactamente cafeterías. A las cafeterías iban las viejas a merendar, y sus miradas me pintaban culpable. Te estoy hablando de cuando las cafeterías rezumaban mujeres cardadas y de luto. Aquellas mujeres sesentonas no perdonaban el croasán plancha mojado en Nescafé de las seis, y yo quedaba con los anunciantes a las siete. Logré encontrar un bar de paredes verdes, ligeramente inhóspito, donde siempre había una mesa libre junto a la ventana. No reparaba en la edad de los hombres con los que me citaba, ni tampoco en el aspecto, siempre y cuando no lucieran manchas, uñas sin cortar y con los bordes negros o restos de ensaladilla entre los dientes. No solía ser el caso; a la primera cita acudían todos limpios. A la segunda, y dado mi requerimiento, algunos se descuidaban. Yo veía entonces cómo colgaba de sus cuerpos el pensamiento de Esta tía qué importa. Si pide eso es que no importa, pero aun así lo intentaban una vez más, puesto que algunas brevas siempre caen. Trataban de que los subiera a mi buhardilla diciendo que desde luego, oh, cómo no, las señoritas primero. Pero yo ya les había visto la cara. Los que se han perdido el respeto a sí mismos no tardan en perdérselo a los demás. Para serte sincera, eran muy pocos los que se prestaban a una segunda cita. Únicamente los que llevaban tanto tiempo solos que arrastraban una higiene de macarrón en la solapa. Por eso te hablo de las manchas. La desesperación no solía ir tan lejos. Mi locura daba miedo, y los hombres se levantaban de la silla después de que yo desplegara mi calendario y señalara con una punta del dedo lívido la fase lunar como si evocara las mareas. Los delicados se esperaban a acabarse la cerveza para marcharse. Conseguir que alguien accediera a mi deseo llegó a ser tan importante para mí que, cuando me di cuenta de que ningún hombre de los que no me asustaban estaba dispuesto a empezar por ahí, me pasé a las mujeres. Nunca me han gustado mucho porque son como besarme a mí misma, pero para lo que quería me valían igual, o tal vez un poco menos. Ellas tampoco se escandalizaban, si bien les parecía un primer plato descomunal. Me di cuenta de que responder al reclamo de alguien me hacía sentirme menos poderosa, por lo que empecé a poner mis propios anuncios."

MATARTE LENTAMENTE


RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS,  el 22 de Marzo de 2014
"Matarte lentamente" de Diego Ameixeiras no es exactamente una novela negra al uso, no hay asesinatos ni policías ni comisarios...pero las historias que cuentas son casi tan negras y sórdidas...

Sinopsis (Ed. Xerais)
Na reunión de preferentistas o avogado explica aos afectados que as participacións preferentes son emisións perpetuas cuxo problema é a falta de liquidez inmediata. Dilles que estamos falando de produtos comercializados de xeito enganoso nun momento no que os bancos, durante os primeiros anos da crise, tentaron reforzar o seu capital indiscriminadamente. «Todo respondeu –continúa–, a unha estratexia planificada. A maioría de vostedes pensou que se lles estaba vendendo un prazo fixo, sen ningún tipo de risco. Pero non foi así». Unha voz crebada interrompe desde a porta ao avogado: «Aquí vai haber sangue.»Matarte lentamente consolida a liña de modernización radical da novela negra que Diego Ameixeiras abriu en novelas anteriores como Dime algo sucio, Historias de Oregón e Todo OK. Dosificación da información, economía expresiva, coidada estrutura de tramas e vidas que van encaixando coma un puzzle son características desta novela impactante e inesquecible que presenta con claridade problemas claves do noso tempo.

Matarte Lentamente (fragmento)

1
"La mujer más respetable del edificio regresa a casa en taxi tras una comida de empresa que ha resultado ser menos aburrida de lo esperado. Observa el paisaje urbano a través de la ventanilla y sonríe. Le ha sorprendido la extrema locuacidad del administrador, por lo general poco comunicativo. Ha hablado más de la cuenta, volviendo sobre lugares comunes bastante conocidos por todos,  fingiendo ser un hombre divertido y sin preocupaciones. Incluso diría que en algún momento se ha atrevido a coquetear con ella, a pesar de que ambos están felizmente casados ( como recogen las páginas de la vida social de un periódico de la ciudad). Así que prefiere pensar que todo debe reducirse a una simple anécdota, aunque siempre sea agradable sentirse deseada de esa forma. Pobre desgraciado, el administrador. Por más que lo intenta no puede disimularlo. Sus ojos oscuros visten el traje negro de los entierros. Esa mirada turbia, tan insatisfecha, destila demasiado rencor. Su sonrisa presuntuosa esconde el llanto autómata de un niño. Cada vez que suelta una carcajada, se escucha el húmedo farfullar de los ahogados antes de conocer la muerte entre los dedos del estrangulador.
Mientras el taxista detiene el vehículo en la entrada de la rotonda por la que se accede a la urbanización, la mujer vuelve a hacer una llamada telefónica."

martes, 19 de septiembre de 2017

MUERTE EN VERANO



Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el forense dublinés Quirke

RESEÑADO POR GLORIA GONZÁLEZ para LIBROS
28 de Febrero de 2013

"Muerte en verano", de Benjamin Black.
En esta novela hay un asesinato: un empresario aparece muerto con la cabeza destrozada por una escopeta que aún sostiene entre sus manos, simulando un suicidio. Hay una investigación: la del inspector de policía Hackett, pero sobre todo la realizada por su protagonista, el forense Quirke, un personaje atormentado por su pasado, como debe ser. Y hay un grupo de sospechosos, tan sospechosos todos que es inevitable que el final sea imprevisible.
Todos son ingredientes de una típica novela negra. Otros de estos ingredientes no son tan explícitos, como el estar enmarcada en un momento histórico difícil o ser reflejo de una sociedad casi siempre sórdida. Aunque sí descubrimos cierta relación con un suceso real que conmocionó a la católica Irlanda.
No se caracteriza por la acción, eso es cierto. La información se va mostrando poco a poco, de forma contenida, incluso parece que a veces no se avanza en el esclarecimiento del crimen, un poco a lo Sherlock Holmes.
Es novela negra escrita con una calidad literaria que se nota en el lenguaje, la estructura y los personajes. Lógico, porque “Benjamin Black” es el pseudónimo para escribir novela negra de John Banville, considerado uno de los mejores escritores de lengua inglesa y que suele aparecer como candidato al Nobel.
“Muerte en verano” es la cuarta novela de una serie protagonizada por el doctor Quirke, pero puede leerse perfectamente como novela independiente. A mí me gusta John Banville, pero Benjamin Black me encanta. Un autor muy recomendable en cualquiera de sus dos personalidades.


A la magnífica reseña de Begoña, sólo puedo añadir que me encanta Benjamin Black y su personaje de Quirke es uno de los mejores de la novela negra actual. La recreación de la Irlanda en los 50 es más que destacable y los personajes secundarios tan bien construidos como el principal.
Aunque no es necesario leer las novelas protagonizadas por Quirke, en orden, yo recomendaría que así se hiciese, las claves van surgiendo poco a poco y explican mucho¡¡¡


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 4 de Abril de 2014
Black escribe moderno, fijando la acción hace 40 años con conceptos clásicos:
Policía bueno, doctor curioso y los sospechosos  habituales: Esposa, mayordomo y rival social.
Bien.

Y esta es mi opinión sobre la novela:
Transitar por el Dublin de los 50 de la mano de Black se está convirtiendo en una adicción y es que cuando alguien escribe bien es muy difícil sustraerse al encanto de una página perfecta; si a esto añadimos que me encanta Quirke, pues tenemos el cuadro completo y listo para disfrutar.
El control de la prensa parece el tema de este caso que nuestro forense y su amigo el inspector Hackett tienen que resolver pero debajo hay mucho más....y solo hay que "rascar" u poco para descubrirlo.
La agitada vida sentimental de Quirke sirve de contrapunto a la investigación y la complementa.
"Partido a partido" que diría el cholo....Quirke conquista mi corazón y agudiza mi mente!!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Cuando el magnate de la prensa Richard Jewel aparece muerto en su casa de campo una calurosa mañana de verano, pocos lo lamentan. El doctor Quirke y el inspector Hackett no tardan en darse cuenta de que, lejos de tratarse de un posible suicidio, «Diamante Dick» ha sido asesinado. La investigación lleva a Quirke al orfanato de St. Christopher, donde vivió su infancia, y a frecuentar a la problemática Dannie, la problemática hermana de Jewell; a Carlton Sumner, el empresario rival, y a Françoise d’Aubigny, la elegante y misteriosa viuda.Tras el éxito de En busca de April, elegida como una de las mejores novelas del año (Qué Leer), Benjamin Black crea una nueva y apasionante intriga que nos muestra a un Quirke más íntimo y confundido que nunca sobre el trasfondo del Dublín de los años cincuenta.

Muerte en verano (fragmento)

"Cuando se propagó la noticia de que Richard Jewell había sido encontrado con la cabeza reventada y con una escopeta entre las manos, limpias de sangre, pocas personas ajenas al círculo familiar o pertenecientes al mismo consideraron su muerte una gran pérdida. Jewell, a quien sus detractores más ingeniosos habían bautizado como Diamante Dick, era un hombre rico. El grueso de su fortuna provenía de su padre, el tristemente famoso Francis T. Francie Jewell, que llegó a ser alcalde y el dueño de una exitosa cadena de periódicos, entre ellos el temido y sensacionalista Daily Clarion, el diario más vendido de la ciudad. El viejo Jewell era un diamante en bruto, propenso a venganzas violentas y enemigo a muerte de los sindicatos, pero su hijo, aunque también vengativo y sin escrúpulos, había conseguido limpiar el nombre de la familia mediante actos de filantropía rodeados de una bien orquestada publicidad. Richard Jewell era un conocido mecenas de orfanatos y de escuelas de discapacitados, y el flamante pabellón Jewell del Hospital de la Sagrada Familia estaba en la vanguardia de la lucha contra la tuberculosis. Esas y otras iniciativas similares en una ciudad castigada por la pobreza y con una mala salud endémica deberían haber convertido a Dick Jewell en un héroe, pero ahora que estaba muerto, muchos ciudadanos se declaraban dispuestos a bailar sobre su tumba."