miércoles, 20 de septiembre de 2017

PARÍS


RESEÑADO  por Marie-Loup Raffestin para LIBROS, el 13 de Marzo de 2014
He terminado "Paris" de Edward Rutherfurd. Cuenta la Historia de la capital francesa, de 1261 a 1968, y las vivencias de varias familias : los obreros Gascon, los revolucionarios Le Sourd, los aristócratas De Cygne, los burgueses Blanchard y unas cuantas más. También aparecen personajes reales como Coco Chanel, Claude Monet o Ernest Hemingway. Y el escritor nos ofrece un paseo por los lugares emblemáticos de Paris y las épocas. No sigue un orden cronológico así que al principio, me perdía entre tantos personajes y cambios de épocas. Usé mucho el árbol genealógico que viene en el libro. Pero le cogí el ritmo.
A medida que avanza la historia, conocemos mejor a las diferentes familias y las conexiones entre estas se hacen más interesantes. A ciertos personajes les cogí mucho cariño y sus vidas me conmovieron. Y tenemos muchos puntos de vista, es interesante descubrir el modo de vida y las ideas de diferentes clases sociales épocas. El autor hizo un gran trabajo de investigación y se nota que se apropió lo que investigó. Lo único que lamento es que muchas veces la Historia no se vive en el primer plano, está contada por un personaje lejano a la acción o en otra época. No deja de ser interesante pero parece un poco distante. Los capítulos de Thomas Gascon, que participa a la construcción de la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel, son los mejores y me hubiera gustado tener más capítulos así.
Esta lectura ha sido como un viaje. No me han gustado todas las paradas, hay visitas que me han aburrido un poco pero en general, he aprendido y lo he disfrutado. Ya iré a Londres y Nueva York.

Sinopsis (Ed. Roca)París, de
Edward Rutherfurd, autor de otras novelas de narrativa histórica como Nueva York o Londres, es una impresionante novela sobre París, ciudad del amor, de la elegancia, de los sueños, ciudad de la revolución. En todas sus novelas Rutherfurd nos ofrece una rica panorámica de las ciudades más atractivas del mundo a través de personajes ficticios y reales que se ponen al servicio de una investigación minuciosa en lo que ya se ha convertido en el sello particular de autor.
París se desarrolla a través de las historias de pasiones, lealtades divididas y secretos guardados durante años de personajes tanto ficticios como reales, con el escenario de esta gloriosa ciudad como fondo. De la construcción de Notre Dame a las peligrosas maquinaciones del cardenal Richelieu; de la resplandeciente corte de Versalles a la violencia de la Revolución francesa y las comunas parisinas; del hedonismo de la Belle Époque, cuando el movimiento impresionista alcanza su cénit, a la tragedia que supuso la Primera Guerra Mundial; de los escritores de la Generación Perdida de los años 1920 a los que se podía encontrar bebiendo en Les Deux Magots a la ocupación nazi, los luchadores de la Resistencia y la revuelta estudiantil de mayo de 1968… Un mosaico impresionante, sensual, arrebatador


París (fragmento)

Capítulo uno
1875

"París, ciudad del amor, ciudad de ensueño, ciudad de esplendor, ciudad de santos y eruditos, ciudad de alegría. Pozo de iniquidad. En dos mil años, París había sido escenario de todo.
Julio César fue el primero en darse cuenta de las posibilidades de aquel lugar donde se había asentado la modesta tribu de los parisii. Por aquel entonces, hacía varias generaciones que los territorios mediterráneos del sureste de la Galia eran provincias romanas, pero cuando César decidió anexionar también al Imperio las belicosas tribus célticas del norte de la Galia, le llevó bastante tiempo lograr su objetivo.
Los romanos no tardaron en advertir que, en su posición junto aquel río navegable, el Sena, el territorio parisino constituía un lugar idóneo para instalar una ciudad, punto de convergencia de la producción de las inmensas y fértiles llanuras del norte de la Galia. Desde su cabecera, situada un poco más al sur, era fácil acceder al caudaloso río Ródano, que comunicaba con los activos puertos del Mediterráneo. Por el norte, el Sena desembocaba en un estrecho mar, al otro lado del cual se encontraba la isla de Britania. Aquel era el gran sistema fluvial que constituía una intersección entre los mundos del sur y del norte. Los comerciantes griegos y fenicios ya lo habían usado antes incluso de la fundación de Roma. El sitio era perfecto. El núcleo de las tierras de los parisii se encontraba en un amplio y plano valle que el Sena atravesaba trazando una serie de airosas curvas. En un meandro del centro, el río se ensanchaba dando cabida a diversas marismas e islas, dispuestas a la manera de enormes barcazas ancladas en medio del cauce. En la orilla norte, los prados y pantanos se sucedían sin interrupción hasta la base de una cadena de colinas parcialmente cubiertas de viñas."

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