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martes, 21 de agosto de 2018

LA SALVACIÓN DE UNA SANTA


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Manabu Yukawa, apodado Profesor Galileo, imparte clases de física en la Universidad de Teito, Tokio (Japón). Colabora estrechamente con el detective de policía Kusanagi.

Una novela que jamás compraría por su portada, un regalo de una querida amiga, una grata sorpresa.
Keigo Higashino me gustó bastante en La devoción del sospechoso X y ha confirmado mi buena impresión en esta novela de título extraño que se lee rápidamente sin que el interés decaiga en ningún momento.
No soy fan de la literatura japonesa, pero hay ciertos autores que me reconcilian con ella, de alguna forma.
Gracias Amelia Ruiz, un beso.

Sinopsis (Ed. B)
El autor de novela negra más leído en Japón, Keigo Higashino irrumpe de nuevo con La salvación de una santa, protagonizada por el entrañable profesor Galileo, un personaje ya presente en su anterior novela, que vendió más de dos millones de ejemplares: La devoción del sospechosos X.
Un asesinato que parece imposible, tan meticuloso como terrible, cometido por unos motivos aún más estremecedores. La víctima, Yoshitaka Mashiba, un rico empresario de Tokio, muere un domingo cuando está solo en su casa. Ha sido asesinado con una taza de café envenenado. Estaba a punto de abandonar a su esposa, Ayane Mashiba, que se convierte en la principal sospechosa. Pero Ayane tiene una férrea e irrefutable coartada: cuando su esposo murió ella estaba a más de cien kilómetros de distancia.
¿Cómo llegó, pues, el veneno a la taza de café?
El profesor Yukawa deberá utilizar todo su talento para ordenar las pistas y encontrar la verdad, a través de una atmósfera cautivadora, claustrofóbica y a la vez extremadamente pulcra y ordenada, que nos sumerge en un «crimen doméstico» donde los elementos de la cultura japonesa emergen en su vertiente más fría, calculadora y pura.
Maestro de la «lab lit» o literatura de laboratorio, Higashino construye una novela magistral a través de un procedimiento policial ultradetallado. Un libro que emocionará a todas aquellas mentes que disfrutan con el juego de la deducción, con un giro inesperado que asombrará y sorprenderá al más experimentado de los lectores.
La salvación de una santa (fragmento)
1
Los pensamientos de las jardineras ya habían echado algunas florecillas. La tierra parecía haberse resecado bastante, aunque aparentemente no las había afectado, ya que los dibujos de sus pétalos eran de una nitidez absoluta. No eran flores ostentosas, pero sí se veían fuertes. Tengo que regar también las de las macetas, se dijo Ayane mientras miraba la terraza a través de la puerta de cristal.
—Pero ¿me estás escuchando? —dijo una voz tras ella.
Ayane se volvió esbozando una leve sonrisa.
—Claro que sí. ¿Acaso no es evidente?
—Pues para ser evidente no reaccionas muy rápido que digamos... —repuso Yoshitaka desde el sofá mientras volvía a cruzar sus largas piernas. A pesar de que frecuentaba el gimnasio, parecía cuidarse de no ganar excesiva musculatura en la cintura y las piernas, para así poder seguir poniéndose aquellos pantalones estrechos que tanto le gustaban.
—Estaba algo distraída.
—¿Distraída? Eso no es muy propio de ti —dijo Yoshitaka arqueando una de sus bien cuidadas cejas.
—Es que me ha sorprendido.
—¿En serio? Pues yo creo que ya deberías estar al corriente de mi proyecto de vida, ¿no?
—Bueno, sí, pero...
—¿Hay algo que quieras decirme? —preguntó él ladeando levemente la cabeza. Estaba repantingado en el sofá con gesto despreocupado, como si la cosa no fuera con él.
Ella no estaba segura de si estaba haciendo teatro o era que realmente se sentía así. Dejó escapar un suspiró y lo miró de nuevo a los ojos.
—¿Tan importante es eso para ti?
—¿A qué te refieres con «eso»?
—Ya sabes... lo de los niños...
Yoshitaka esbozó una leve sonrisa burlona, miró un instante hacia un lado y volvió finalmente su mirada