Mostrando entradas con la etiqueta Selena Millares. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Selena Millares. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de diciembre de 2018

EL FARO Y LA NOCHE


Y esta magnífica recomendación de nuestra querida Amelia Ruiz, si que no me la perderé, porque me fío de ella y porque hay que mantener la memoria.
Gracias amiga!

RESEÑA de AMELIA RUIZ para LIBROS
“El faro y la noche” de la grancanaria Selena Millares. La novela tiene una extraña e imaginativa forma de narrar, ya que se trata de seguir las creación de un libro por parte de una historiadora, en la que intenta hacer un trabajo sobre la conjunción del arte y la violencia, contando para ello con episodios de vida de personajes ficticios o reales como Goya o su propio antepasado, un maestro represaliado tras la guerra civil española. Interesante también el episodio que cuenta de El Corredera, ejecutado a garrote vil en 1959 por su oposición al Régimen y que para nosotros los canarios de cierta edad tiene un añadido de tristeza y curiosidad. Yo tenía 8 años y aún recuerdo aquel día en que en baja voz, familiares y vecinos comentaban lacónicamente: “han ejecutado al Corredera” y bajaban la cabeza en silencio, en un gesto en el que me pareció había miedo aunque no entendía el porqué.

Sinopsis (Ed. Barataria)
Julia es historiadora, y desde hace años participa cada fin de mes en una tertulia con tres viejos amigos. Se decide a comentarles su último trabajo, un libro donde reflexiona sobre el arte y la violencia a través de biografías como la de Goya, con su destierro y muerte en Burdeos. Inmersa en sus investigaciones, la conmociona un hallazgo: las memorias de un oscuro poeta y profesor represaliado tras la guerra civil española, en cuyas páginas se reflejan los mismos temas del libro que está escribiendo. A través de toda la novela se entrelazan tres voces narradoras: la que nos relata esas tertulias, la de los recuerdos de ese poeta olvidado y la del libro que Julia va escribiendo. Entre los nudos e intersecciones de esas tres voces, el lector tal vez halle algunas respuestas a esas preguntas abiertas.

La configuración de El faro y la noche, como un sistema de cajas chinas o muñecas rusas, de relatos dentro de relatos, recuerda que el espejo de Stendhal hace muchas décadas que se rompió en pedazos y nos dejó sólo fragmentos; recuerda también que ya Unamuno y Menéndez y Pelayo defendieron la novela como espacio para el pensamiento y la poesía, más allá de la adocenada sucesión de acontecimientos que postula un tradicionalismo aún vigente.

El faro y la noche (fragmento)

«En un momento dado, Juan fue citado a declarar, y también está ahí su declaración, de puño y letra, diciendo que había estado afiliado a Izquierda Republicana y que nunca había pertenecido a la masonería. Pero no ocurre nada entonces… Como no le hacen caso, el cura sigue mandando cartas ahora a Burgos. Se ve que son suyas porque son iguales, pero ahora ya no firma con su nombre sino con un garabato. 
Hay otra carta, del Servicio de Información y Policía Militar de Burgos, informando al Ministerio de Educación en Vitoria, que no conoce antecedentes de ese catedrático. Y entonces el cura, con otros firmantes, manda otra carta que reitera los mismos argumentos y propone separarlo del servicio. Desde Vitoria, ante semejante bombardeo, sólo tienen ya la opción de ratificar, y envían a Juan el oficio en que se le suspende de empleo y sueldo en virtud de constantes denuncias; en realidad es una sola, pero repetida sin descanso»