Mostrando entradas con la etiqueta Juan Gómez-Jurado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Gómez-Jurado. Mostrar todas las entradas

lunes, 27 de noviembre de 2017

EL PACIENTE


RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS,  el 21 de Febrero de 2015.
Estoy leyendo "El paciente" de Gómez-Jurado, y aunque no es un novelón hace que se me pase el tiempo volando. Me imagino el final pero es una suposición, igual luego va y me sorprende...al menos con éste no me aburro, jeje.

Sinopsis (Ed. Planeta)
El prestigioso neurocirujano David Evans se enfrenta a una terrible encrucijada: si su próximo paciente sale vivo de la mesa de operaciones, su pequeña hija Julia morirá a manos de un psicópata. Para el Dr. Evans se inicia una desesperada cuenta atrás cuando descubre que el paciente que debe morir para que su hija viva no es otro que el presidente de Estados Unidos.
Con su habitual maestría en la literatura de intriga, Juan Gómez-Jurado atrapa irremediablemente al lector. Una novela apasionante y emotiva que se desarrolla en 63 frenéticas horas, que no da respiro en su lectura y que plantea un dilema moral imposible que puede cambiar el curso de la Historia.

El Jurado (fragmento)

1Todo comenzó con Jamaal Carter. Si no le hubiese salvado, las cosas podrían haber sido muy distintas.
Cuando sonó el busca me froté los ojos con furia. El sonido me había sobresaltado, y me desperté de mal humor. Desde luego que el entorno no ayudaba. La sala de descanso de cirujanos de la segunda planta olía a sudor, a pies y a sexo. Los residentes siempre andan más calientes que la freidora de un McDonald’s en hora punta; no me extrañaría nada que un par de ellos hubiesen estado botando en la litera de arriba mientras yo roncaba.
Tengo el sueño pesado. Rachel siempre bromeaba diciendo que para levantarme había que usar una grúa. Pero esa regla no se aplica para el busca: el maldito trasto consigue despertarme al segundo bip. Es la consecuencia de siete años como residente. Si no respondías al busca a la primera, el jefe de residentes se hacía un tambor con tu culo. Y si no conseguías un hueco para echar una cabezada durante las guardias de treinta y seis horas, tampoco sobrevivías. Así que los cirujanos terminamos desarrollando una gran capacidad para quedarnos dormidos y una respuesta pavloviana al sonido del busca. Llevo cuatro años como médico de plantilla y mis guardias se han reducido a la mitad, pero el condicionamiento continúa.