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lunes, 1 de enero de 2018

LA VIDA INVISIBLE DE EURÍDICE GUSMÂO


Porque Eurídice, para que lo sepáis, era una mujer brillante. Si le hubieran dado cálculos elaborados, habría proyectado puentes. Si le hubieran dado un laboratorio, habría inventado vacunas. Si le hubieran dado páginas en blanco, habría escrito clásicos. Pero lo que le daban eran calzoncillos sucios que Eurídice lavaba muy rápido y muy bien para, después, sentarse en el sofá, mirarse las uñas y ...pensar en qué debería pensar.”
Gracias a mi querida Clara Glez.  he leído esta opera prima de la joven escritora brasileña Martha Batalla y el debut es prometedor, muy prometedor.
Discrepo de la "publicidad oficial" de la editorial que cuenta que se trata de "la divertida historia de dos hermanas cariocas, Eurídice y Guida...", la novela es la historia de Eurídice narrada en tercera persona y tangencialmente la de Guida y otros personajes de la novela; divertida es una palabra que jamás utilizaría para definir esta novela, se me ocurren otra muchas, sensible, imaginativa, triste.....con un toque mágico que la vincula directamente a las de Laura Esquivel o Ángeles Mastretta, pero divertida no, definitivamente no.
He disfrutado mucho de la lectura y, además me ha hecho pensar.
La recomiendo y agradezco a Clara su recomendación!!


RESEÑA DE CLARA GLEZ para LIBROS, 28 de Abril de 2017.
La vida invisible de Eurídice Gusmão - Martha Batalha

Hace tiempo escribí un esbozo de cuento sobre los gusanos de seda. En como crecían para convertirse en mariposas a las que se guardaban en cajas de zapatos.
Leyendo este libro, con el que me he divertido, he vuelto a pensar en mis célebres gusanos. Más que en los gusanos en las mariposas en que se convertían. Esas mariposas que aunque tuviesen alas no podrían salir de la caja de zapatos en donde se les confiscaban y en donde ponían sus huevos.
Eurídice es un poco como aquellas mariposas. Parecía ser libre pero sin salir de la caja de zapatos donde le tocó vivir. En esa caja que parecía cambiar cada vez que emprendía una nueva forma con la que rellenar su tiempo, su vida. Esa caja que al fin de cuenta, y por muy bonita que fuera era su cárcel.
Una novela con mujeres , mujeres de muchos tipos, que te pueden hacer reír y llorar en un abrir y cerrar de ojos.
La forma de narrar, me ha encantado. Me recuerda a Angeles Mastretta .No puedo más que recomendarla.


Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Una divertida novela sobre dos hermanas cariocas, Eurídice y Guida, quienes, en los años cincuenta, tomaron caminos muy diferentes. Mientras Guida se escapa de casa para vivir su amor con un prestigioso doctor que acabará abandonándola y dejándola sola a cargo de una criatura, Eurídice, en cambio, se comporta de manera ejemplar y sigue lo que se espera de ella: su mejor perspectiva de vida es ser una buena esposa, ama de casa y madre. Pero en realidad ninguna de las dos es feliz con su elección, y deberá pasar mucho tiempo hasta que se den cuenta de que la felicidad que anhelan está escondida en los lugares más inesperados.

La vida invisible de  Eurídice Gusmão (fragmento)

1Cuando Eurídice Gusmão se casó con Antenor Campelo, la añoranza que sentía de su hermana se había disipado. Ya era capaz de sonreír cuando escuchaba algo gracioso y podía leer dos páginas seguidas de un libro sin levantar la cabeza para pensar dónde estaría Guida en ese momento. Es verdad que seguía buscándola, escrutando por la calle los rostros femeninos, y una vez estuvo segura de haber visto a Guida en un tranvía rumbo a Vila Isabel. Después, ese convencimiento pasó, como todos los otros que había tenido hasta entonces.
Por qué Eurídice y Antenor se casaron nadie lo sabe con exactitud. Unos creen que la boda se consumó porque José Salviano y Manuel da Costa ya estaban comprometidos. Otros señalan la enfermedad de la tía de Antenor como responsable de la unión,ya que ahora no podía lavar la ropa del sobrino con el jabón especial de lavanda o prepararle la sopa de arroz con pollo con trozos transparentes de cebolla, porque aunque a Nonô le gustaba el sabor de la cebolla, detestaba su textura; un único trozo camuflado entre las alubias era capaz de provocarle náuseas y eructos una tarde entera a base de Alka­ Seltzer. Hay quien piensa, incluso, que Eurídice y Antenor se enamoraron de verdad y que esa pasión duró los tres minutos de un baile lento en una fiesta de máscaras del Clube Naval.