martes, 19 de septiembre de 2017

MUERTE EN VERANO



Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el forense dublinés Quirke

RESEÑADO POR GLORIA GONZÁLEZ para LIBROS
28 de Febrero de 2013

"Muerte en verano", de Benjamin Black.
En esta novela hay un asesinato: un empresario aparece muerto con la cabeza destrozada por una escopeta que aún sostiene entre sus manos, simulando un suicidio. Hay una investigación: la del inspector de policía Hackett, pero sobre todo la realizada por su protagonista, el forense Quirke, un personaje atormentado por su pasado, como debe ser. Y hay un grupo de sospechosos, tan sospechosos todos que es inevitable que el final sea imprevisible.
Todos son ingredientes de una típica novela negra. Otros de estos ingredientes no son tan explícitos, como el estar enmarcada en un momento histórico difícil o ser reflejo de una sociedad casi siempre sórdida. Aunque sí descubrimos cierta relación con un suceso real que conmocionó a la católica Irlanda.
No se caracteriza por la acción, eso es cierto. La información se va mostrando poco a poco, de forma contenida, incluso parece que a veces no se avanza en el esclarecimiento del crimen, un poco a lo Sherlock Holmes.
Es novela negra escrita con una calidad literaria que se nota en el lenguaje, la estructura y los personajes. Lógico, porque “Benjamin Black” es el pseudónimo para escribir novela negra de John Banville, considerado uno de los mejores escritores de lengua inglesa y que suele aparecer como candidato al Nobel.
“Muerte en verano” es la cuarta novela de una serie protagonizada por el doctor Quirke, pero puede leerse perfectamente como novela independiente. A mí me gusta John Banville, pero Benjamin Black me encanta. Un autor muy recomendable en cualquiera de sus dos personalidades.


A la magnífica reseña de Begoña, sólo puedo añadir que me encanta Benjamin Black y su personaje de Quirke es uno de los mejores de la novela negra actual. La recreación de la Irlanda en los 50 es más que destacable y los personajes secundarios tan bien construidos como el principal.
Aunque no es necesario leer las novelas protagonizadas por Quirke, en orden, yo recomendaría que así se hiciese, las claves van surgiendo poco a poco y explican mucho¡¡¡


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 4 de Abril de 2014
Black escribe moderno, fijando la acción hace 40 años con conceptos clásicos:
Policía bueno, doctor curioso y los sospechosos  habituales: Esposa, mayordomo y rival social.
Bien.

Y esta es mi opinión sobre la novela:
Transitar por el Dublin de los 50 de la mano de Black se está convirtiendo en una adicción y es que cuando alguien escribe bien es muy difícil sustraerse al encanto de una página perfecta; si a esto añadimos que me encanta Quirke, pues tenemos el cuadro completo y listo para disfrutar.
El control de la prensa parece el tema de este caso que nuestro forense y su amigo el inspector Hackett tienen que resolver pero debajo hay mucho más....y solo hay que "rascar" u poco para descubrirlo.
La agitada vida sentimental de Quirke sirve de contrapunto a la investigación y la complementa.
"Partido a partido" que diría el cholo....Quirke conquista mi corazón y agudiza mi mente!!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Cuando el magnate de la prensa Richard Jewel aparece muerto en su casa de campo una calurosa mañana de verano, pocos lo lamentan. El doctor Quirke y el inspector Hackett no tardan en darse cuenta de que, lejos de tratarse de un posible suicidio, «Diamante Dick» ha sido asesinado. La investigación lleva a Quirke al orfanato de St. Christopher, donde vivió su infancia, y a frecuentar a la problemática Dannie, la problemática hermana de Jewell; a Carlton Sumner, el empresario rival, y a Françoise d’Aubigny, la elegante y misteriosa viuda.Tras el éxito de En busca de April, elegida como una de las mejores novelas del año (Qué Leer), Benjamin Black crea una nueva y apasionante intriga que nos muestra a un Quirke más íntimo y confundido que nunca sobre el trasfondo del Dublín de los años cincuenta.

Muerte en verano (fragmento)

"Cuando se propagó la noticia de que Richard Jewell había sido encontrado con la cabeza reventada y con una escopeta entre las manos, limpias de sangre, pocas personas ajenas al círculo familiar o pertenecientes al mismo consideraron su muerte una gran pérdida. Jewell, a quien sus detractores más ingeniosos habían bautizado como Diamante Dick, era un hombre rico. El grueso de su fortuna provenía de su padre, el tristemente famoso Francis T. Francie Jewell, que llegó a ser alcalde y el dueño de una exitosa cadena de periódicos, entre ellos el temido y sensacionalista Daily Clarion, el diario más vendido de la ciudad. El viejo Jewell era un diamante en bruto, propenso a venganzas violentas y enemigo a muerte de los sindicatos, pero su hijo, aunque también vengativo y sin escrúpulos, había conseguido limpiar el nombre de la familia mediante actos de filantropía rodeados de una bien orquestada publicidad. Richard Jewell era un conocido mecenas de orfanatos y de escuelas de discapacitados, y el flamante pabellón Jewell del Hospital de la Sagrada Familia estaba en la vanguardia de la lucha contra la tuberculosis. Esas y otras iniciativas similares en una ciudad castigada por la pobreza y con una mala salud endémica deberían haber convertido a Dick Jewell en un héroe, pero ahora que estaba muerto, muchos ciudadanos se declaraban dispuestos a bailar sobre su tumba."

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