jueves, 7 de diciembre de 2017

EL BOUQUET DEL MIEDO


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Vicente Parra  oficial instructor de la Ertzaintza en la comisaría del Antiguo, un barrio de San Sebastián.

Segundo libro (parece que van a publicarse cuatro) protagonizado por el subcomisario de la ertzaintza Vicente Parra.
En esta ocasión el fondo es el mundo del vino, tiene, como el anterior, toques de cocina pero de forma tangencial y como acompañante de la enología, las bodegas de la rioja alavesa, la vendimia y la cata.
Historia sencilla en la que se adivina el final fácilmente, aun así su lectura es amena e interesante.
Tiene un regusto a Donna Leon en cuyas novelas la vida familiar es tan importante como la trama criminal relatada, y la familia Parra puede llegar a resultarnos tan querida como la familia Brunetti.
No pasará a la historia de la novela negra pero sirve para pasar un buen rato, y me ha gustado más que la anterior.

Sinopsis (Ed. Destino)
El original creador del noir gastronómico, Xabier Gutiérrez, vuelve a estremecernos con un nuevo crimen a resolver entre las viñas riojanas y el entorno vinícola.
En pleno mes de septiembre, tiempo de vendimia, y a pocos días para  que empiece la recolección de la uva, al subcomisario de la Ertzaintza Vicente Parra le asignan la investigación del asesinato de la enóloga Esperanza Moreno, encargada hasta entonces de la elaboración del vino de las Bodegas Sáenz de la finca Marbil, una de las más prestigiosas haciendas de La Rioja, y productora del apreciado vino VVV. Su cuerpo ha sido hallado sin vida en su piso del barrio antiguo de San Sebastián, en medio de un charco de sangre y con la garganta seccionada. Todo parece indicar que se trata de un crimen pasional, cuando a las pocas horas de encontrar el cadáver, desaparece el novio de la víctima, Roberto, operador de cámara en uno de los programas de televisión de cocina más exitosos del país y dirigido por un afamado cocinero.
El subcomisario Parra tendrá que dilucidar quién puede estar detrás de este crimen, a la vez que la búsqueda del paradero de Roberto se convierte en una carrera contrarreloj para solucionar el caso.
La intriga que yace detrás de la liturgia de la elaboración del vino se mezcla con la tensión y el vértigo que rodean el mundo de la televisión, sus protagonistas y los límites de sus egos y ambiciones. Nadie está a salvo en estos dos sectores tan competitivos donde el poder lo puede todo.

El bouquet del miedo (fragmento)

1El timbre del portero automático sonó con un tono extraño, como de interrogación.
—Será tu abuelo que se ha vuelto a olvidar las llaves —comentó Françoise Clavert a su hijo Alberto Parra—. Ábrele, porfa.
Este se dirigió al telefonillo con cara de circunstancia descolgándolo mientras sonreía.
—Ábreme, que me he olvidado las llaves. —Se oyó entre los ruidos de la calle.
Su sonrisa se trasformó en una breve risita mientras apretaba el botón de apertura mirando a su madre con complicidad.
Se acercó a la puerta de la calle y la abrió de par en par. Se dio media vuelta para seguir cocinando, pero decidió esperarle en el hall como si fuera un portero. Se oyó el traqueteo del ascensor llegando. La puerta se abrió con lentitud.
—Abuelo, que un día te vas a olvidar los pantalones. —Rio mientras lo abrazaba con cariño y besaba su calva como le gustaba hacer.
—Estaba convencido de que las tenía junto con las de la librería. Ha sido culpa de tu madre, que me ha echado a lavar la zamarra. Siempre las llevo en el bolsillo interno. —Se disculpó. Cuando llegó a la sala recriminó con media sonrisa a su nuera—: Sí, tú tienes la culpa. ¿Dónde están?
—Yo, sí claro, culpable de lavarte la ropa. Sin discusión alguna, lo soy. Están encima de tu mesilla, donde las dejo siempre que te lavo algo.
—¿Se cena en esta casa? —preguntó el subcomisario de la Ertzaintza Vicente Parra irrumpiendo en la cocina con cara de hambre—. Hola, aita —dijo dirigiéndose en la distancia a su padre—, ¿qué tal ha ido el día, se ha vendido bien?

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