lunes, 4 de diciembre de 2017

LA ARAÑA Y LA MARIPOSA


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Greta Lindberg, librera, aficionada a la novela policiaca y detective amateur.

Cuarta entrega de esta serie negro-romántica o romantico-negra, tanto monta-monta tanto, protagonizada por la librera y detective aficionada Greta Lindberg y toda su familia dedicada a labores policiales en el pueblo sueco de Mora.
No pasa de entretenimiento barato, pero como dice Noelia Vallina para las tardes de manta-lluvia-sofá, es suficiente.
No recomendada para los amantes de la buena negra-nórdica, por previsible y romanticona, la traducción tampoco ayuda.
En fin, me voy con Rutherfurd que puede consolarme de cualquier lectura fallida¡¡
Que Sus Majestades de Oriente colmen todos vuestros deseos¡¡¡

Sinopsis (Ed. Vestales)
En el pueblo de Mora, los meses se han vuelto apacibles mientras el invierno llega lento y perezoso para instalar noches eternas y días de encierro. Un hombre, sin embargo, ha sido hallado muerto envuelto en nailon, colgando de una viga, en un viejo internado para varones.
Ese crimen enseguida remite a la desaparición de un niño ocurrida más de treinta años antes en el mismo internado, que nunca pudo ser resuelta. La investigación, entonces, estuvo a cargo de Karl Lindberg, actual inspector y jefe de la policía de Mora, además de padre de Greta, librera y detective aficionada, que no puede evitar investigar cada homicidio que se produce en el pueblo.
Pronto, los crímenes aumentan, aunque la astucia del asesino los disfraza de otra cosa: suicidios, muertes naturales. No hay más conexión entre ellos que el pasado común en el internado y la presencia de mariposas en cada uno de los asesinatos. El homicida trabaja con la minuciosidad y la paciencia de una araña en cuya tela van cayendo uno a uno aquellos que estuvieron relacionados con la desaparición nunca esclarecida.
Lena Svensson ha creado con Greta Lindberg una detective inusual: sagaz pero luminosa, lectora incansable de novelas de misterio, con guiños a otros autores del género; esta vez, Greta deberá lidiar, además de investigar las muertes, para delicia de los lectores que la siguen con devoción, con una media hermana, con los preparativos de la boda del padre y con un vínculo amoroso con el teniente Stevic que se afianza página a página.

La araña y la mariposa (fragmento)

PRÓLOGOMora, 9 de febrero de 1980. l teléfono despertó al agente Karl Lindberg cerca de las siete de la mañana. Se había acostado muy tarde la noche anterior y le costó discernir si lo que retumbaba en sus oídos era efectivamente el teléfono o la maldita alarma del reloj despertador que sonaba cuando se le antojaba. Se rascó la cabeza y barrió la habitación con los párpados entornados. En algún momento, mientras estaba dormido, había llegado a rodar hasta el otro lado de la cama, así que estiró el cuerpo para alcanzar el teléfono. Su torpe mano chocó con el aparato y logró sujetar el tubo antes de que cayera al suelo.
—Lindberg —dijo después de emitir un sonoro bostezo para que no le quedaran dudas a la persona que llamaba de que acababa de interrumpirle el sueño.
—Buenos días, agente. Como si lo tuviera enfrente, Karl se incorporó de inmediato y, al hacerlo, se golpeó la cabeza con el respaldo de la cama. Se mordió los labios para no soltar una palabrota.
—Buenos días, inspector. —No era usual que el inspector en jefe, Bjarne Fälemark, lo llamase a su casa un lunes tan temprano por la mañana. Si se había molestado en levantar el teléfono para comunicarse precisamente con él, que apenas llevaba un par de años en la comisaría, debía de tratarse de algo importante.
—Necesito que se presente de inmediato en el internado Brandeby: han denunciado la desaparición de uno de los niños. Grahn ya está al tanto y lo espera en el lugar —le informó.
Luego, sin despedirse siquiera, cortó. Karl se quedó mirando el teléfono durante unos segundos antes de reaccionar.
Una desaparición.

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