jueves, 7 de diciembre de 2017

EL AROMA DEL CRIMEN


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Vicente Parra,  oficial instructor de la Ertzaintza en la comisaría del Antiguo, un barrio de San Sebastián.

Tengo que decir que, a priori, el nombre de este oficial de la Ertzaintza me trae unas reminiscencias tan folklórico-cinéfilas que.....uggg; aun así caí en la tentación de la portada y la biblioteca.
Dos cosas tengo claras:
1ª- que el escritor es cocinero
2ª- que es hombre
Sin la primera no se explicaría la prolija descripción de platos y platos y platos, algunos de los cuales no se comprenden salvo si has trabajado en la "nouvelle cuisine" o te has "chapado de pe a pá" todos los libros que han caído en tus manos.
La segunda es evidente por el nombre, diréis vosotros, no tan evidente digo yo porque puede ser pseudónimo, peeeero....., en cuanto he leído que una de las protagonistas de la novela se pone en los labios manteca de cacao...., jejeje ¡¡¡¡en el año 2014!!!! he comprendido que sólo un hombre puede escribir esto y quedarse tan pancho¡
En cuanto al resto....dos tramas paralelas bastante previsibles, un final semi-abierto que conduce a más aventuras de Vicente Parra y......, poco más
Porque si el interés quiere centrarse en la vida de los protagonistas (moda que triunfa en el norte y en el sur), lo mínimo es que esta tenga un mínimo de interés y no digo más, porque dada mi afición, seguramente le daré una segunda oportunidad al ínclito Vicente Parra y a su autor, que de cocina sabe muchísimo y del resto...., bastante menos.

Sinopsis (Ed. Destino)
Una oscura pasión en las cocinas. Descubre al chef Xabier Gutiérrez: el ingrediente secreto del gastrogastronómico.
Vicente Parra, oficial instructor de la Ertzaintza, con sede en el barrio del Antiguo de San Sebastián, le son asignados dos casos aparentemente muy diferentes. La diseñadora de moda Elena Castaño ha sido salvajemente apuñalada en su mansión y aunque los indicios apuntan a un robo, pronto queda claro que se trata de un crimen personal disfrazado de asalto. El otro caso es la muerte por insuficiencia renal y hepática de un joven llamado Cristian José, bedel en la universidad. La madre del joven sospecha que la muerte no fue natural pues ha encontrado importantes cantidades de dinero en efectivo en su casa y además llevaba últimamente un tren de vida que no se correspondía con su sueldo. Vicente pronto descubre que los sospechosos están todos relacionados con el mundo de la gastronomía, y más cuando la autopsia del cadáver de Cristian no ofrece dudas sobre las causas de su muerte.

El aroma del crimen (fragmento)

0Isla de Delos. Mar Egeo. Mediterráneo Oriental. 
Junio de 1996. Solsticio de verano. 22 horas

La noche se dormía. El mar estaba en calma. Una barca atravesó un horizonte cada vez más oscuro en el que las únicas luces visibles eran las de las casas de la cercana isla de Mikonos. La estela que dejaban los dos motores agitaba la tranquila superficie.
Cuando llegó a la altura de la boca, Alicia Montesinos reaccionó e intentó chillar, pero una nueva bocanada de agua inundó su garganta. Intentó quitarse la chaqueta. Sin embargo, una dulce sensación caliente la distrajo.
Era su propia sangre.
No sintió miedo, el golpe la había dejado tan aturdida que dudaba de su propia situación. Intentó nadar, pero el corte en el hombro, producido por las hélices de la motora, era tan profundo que no podía moverlo. Sintió que perdía sensibilidad en las manos. Apenas podía chapotear en círculos con uno de sus brazos.
La popa de la motora era un lejano punto blanco. Su cuerpo se hundió en la noche sin testigos, desapareciendo con la misma sencillez con que había vivido. Ajena a los avatares del mundo.
La luna empezó a asomar, intentando con su luz solidarizarse con ella y lanzar algo de claridad a la escena. Pero llegó tarde.
Cuarenta y ocho horas después encontraron el cadáver.

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