jueves, 24 de agosto de 2017

EL HOMBRE QUE INVENTÓ MANHATTAN


RESEÑADA POR LOSRELATOSDEPATRI para LIBROS, el 24 de Marzo de 2013.
He terminado "El hombre que inventó Manhattan" de Ray Loriga.
Un autor más que estoy descubriendo y que me ha dejado muy buen sabor de boca.
Esta novela es de historias cruzadas un recurso utilizado en algunas películas como por poner algunos ejemplos "Short Cuts", "Crash", "Magnolia" o "21 gramos".
Historias de personas que en algún momento de la trama se cruzan. En este caso las historias están ambientadas en Manhattan y se narran como si cada capítulo fuese un relato, podrían leerse de forma independiente yo creo, pero en conjunto van dando idea de una pequeña porción de la vida algunos personajes que viven en esta ciudad, y sobre todo del modo de vida general y de una radiografía en sí de la ciudad de Manhattan y las personas que allí habitan.
La forma de narrarlo es sencilla, con frases breves y certeras, me ha gustado su estilo. A medida que vas leyendo e hilvanando historias puedes llevarte muchas sorpresas.
En resumen me ha gustado este libro y me ha gustado Ray Loriga, repetiré.

El hombre que inventó Manhattan (fragmento)

"El hombre que inventó Manhattan se hacía llamar Charlie, aunque su verdadero nombre era Gerald Ulsrak, estaba casado y tenía dos hijas. A lo mejor sólo una. Se decía que la mayor de las niñas era hija de otro hombre, tal vez por la manera en que Charlie la miraba o, mejor, no la miraba. Gerald Ulsrak había nacido en un pequeño pueblo en las montañas de Rumania y siempre había soñado con un sitio mejor, Manhattan, y un nombre distinto, Charlie.
Charlie tenía un amigo, al que todos llamaban Chad y que era la clase de persona a la que nadie suele referirse usando sólo su nombre de pila, de manera que Chad era siempre «el bueno de Chad», o «el viejo Chad» o «menudo es Chad». Por supuesto Chad no se llamaba Chad, ni nada por el estilo, se llamaba Pedja Ruseski, pero, como digo, todos le llamaban Chad.
Charlie pensaba que Chad era el tipo más divertido que había conocido nunca, a pesar de que la mayor parte de la gente opinaba justo lo contrario.
Charlie siempre contaba que Chad había llegado antes que él a Nueva York y que, por lo tanto, parte de la invención debía de ser suya, pero Chad negaba tales acusaciones con un ligero movimiento de su dedo índice y levantaba su pinta de cerveza para brindar por Charlie, mientras Manhattan-final gritaba: «por el hombre que inventó manhattan». Así que no había más que hablar.
Por cierto, Chad negaba siempre con el dedo y en cambio afirmaba con un frenético movimiento de cabeza, que más parecía un no que un sí. Lo cual justificaba la aseveración favorita de Charlie: «Jamás intentes comprender a un rumano»."


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