miércoles, 23 de agosto de 2017

DIEZ MUJERES


Diez Mujeres, es obviamente una historia de mujeres, nueve mujeres y su terapeuta, también mujer. Diez historias de mujeres entre 19 y 75 años, de diferente extracción social, distinta educación y procedencia, intereses dispares y vida agitada interior o exteriormente.
Me ha gustado leer las historias de Francisca, Mané, Juani, Simona, Layla, La Luisa, Guadalupe, Andrea y Ana Rosa; y me ha sobrado la historia rebuscada y artificial de Natasha, la terapeuta.
Pero aún así recomiendo este libro como ejercicio introspectivo de la condición femenina, en Chile o en cualquier lugar del universo.

Diez mujeres (fragmento)

"Las locas, ahí vienen las locas, dirán los trabajadores del lugar, espiándolas detrás de los árboles. Natasha no sabe bien qué la divierte más, observar el desconcierto de esos hombres recios con picos y azadones en las manos, o a las mujeres que en ese momento descienden de la enorme camioneta. Una a una van bajando y pisan con firmeza la tierra esparcida de maicillo, como si quisieran tener los pies bien firmes en ella.
Quizás a alguna le entretenga la idea de ser objeto de observación o de sospecha, piensa, y recuerda a Andrea diciendo alegremente al despedirse el jueves pasado: ¡avísales, Natasha, que somos sólo un poco neuróticas y no locas de atar!
Sin pudor, los hombres han dejado de trabajar y, apoyándose en sus herramientas, las miran. Hay para todos los ojos. El que las prefiera morenas tiene más donde elegir. Bajas, altas, jóvenes, viejas, delgadas y entradas en carnes. Son nueve mujeres. Son muchas mujeres. El pasto ya se cortó, descansan las bolsas plásticas negras abundantes de chépica sobre el tronco de dos paltos enormes. El aroma fresco llega hasta la casa principal del instituto y a Natasha se le mezcla el olor del pasto con el de la cordillera. Al prestar el lugar, el director avisó: los sábados hacen el jardín. A los ojos de Natasha, más que un jardín éste es un parque. Ella quisiera distinguir el nombre de tanto árbol, sólo el magnolio, los aromos y los jacarandás le resultan conocidos, los tiene iguales en su casa de campo en el valle del Aconcagua. Pero aquí está en las afueras de Santiago y la cordillera de Los Andes parece una desvergonzada mostrando sus atributos."

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