jueves, 24 de agosto de 2017

NO CONFIES EN PETER PAN


Termino la cuarta entrega de las aventuras del policía retirado Dave Gurney y su insufrible esposa Madeleine, nada nuevo bajo el sol, la intriga brilla por su ausencia desde la primera página del libro, eso sí, se recrea abundantemente en las "paranoias sentimentaloides" de la citada Madeleine y los "remordimientos patológicos" del querido Dave......
En fin, totalmente prescindible y, ni siquiera, muy entretenido.
No sé porque tengo esta afición a "picar y repicar" en ciertos autores.....!

RESEÑADO por Ricardo Cortat  para LIBROS, el 25 de Septiembre de 2014.
"-¿Me quieres?
-Sí, pero no formas parte de mi mundo interior."

La relación entre el protagonista y su mujer se resume en esa frase. Una frase que lleva arrastrándose 4 libros. ¡Por favor! Y aún hay gente que se queja de la señora de Brunetti....
Y sobre el libro... Bueno, si consumes palomitas no puedes quejarte de tener el colesterol por las nubes, digo yo. Por tanto, igual no puedo quejarme de que... De que haya novelas que siempre acaben bien.
Lo dicho. Palomitas. Pero que han conseguido engancharme 200 páginas seguidas y que trasnoche. ¡Qué cosas tiene la grasa!

Sinopsis (Roca Editorial)
Han pasado cuatro meses desde que David Gurney resolvió el caso del Buen Pastor y las consecuencias han sido terribles: se perdieron vidas y hubo carreras profesionales afectadas.
Uno de los que más ha sufrido ha sido Jack Hardwick, que violó la normativa por ayudar a Gurney. Los superiores de Hardwick pensaron que despidiéndole arreglaban todos sus problemas. En realidad, se buscaron un enemigo acérrimo.
Ahora, Hardwick se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos empleadores presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas. Empieza con el caso Spalter, un rico empresario y promotor asesinado en el funeral de su madre. Su infiel esposa Kay fue condenada a cadena perpetua pero Hardwick está seguro de que a la mujer le hizo la cama un detective corrupto y quiere que Gurney le ayude a probarlo.
Muy pronto Gurney se encuentra enfrentándose a un fiscal sin escrúpulos, un detective completamente corrupto, un jefe mafioso extrañamente amable y un famoso criminal griego, Petros Panikos, Peter Pan, un hombre menudo que esconde un insaciable apetito por el asesinato. Todo por alguien que, después de todo, puede que sea realmente culpable…

No confíes en Peter Pan (fragmento)

1.
La sombra de la muerteEn la zona rural de las montañas Catskill, al norte del estado de Nueva York, agosto era un mes inestable que iba y venía entre las resplandecientes glorias de julio y los grises chubascos del largo invierno que habría de seguir después.
Era un mes capaz de erosionarle a uno el sentido del tiempo y del espacio. En el caso de Dave Gurney, parecía alimentar la confusión sobre su propio lugar en la vida: una confusión que había comenzado con su retiro del Departamento de Policía de Nueva York, tres años antes, y que se había visto intensificada cuando él y Madeleine se habían mudado al campo, abandonando la ciudad natal de ambos: la ciudad donde se habían criado, donde se habían educado y donde habían desarrollado sus carreras.
En aquel momento, una tarde nubosa de la primera semana de agosto, con un ronco fragor de truenos a lo lejos, ambos estaban ascendiendo a Barrow Hill por lo que quedaba de un sendero ahora infestado de maleza que unía tres pequeñas canteras de piedra caliza,
actualmente abandonadas y cubiertas de zarzas salvajes de frambuesas. Gurney caminaba arrastrando los pies por detrás de Madeleine, que ya se dirigía a la roca baja donde solían parar a descansar, y procuraba seguir el consejo que ella siempre le daba: «Mira a tu alrededor. Estás en un sitio precioso. Relájate, absorbe toda esta belleza».

—¿Eso es una poza? —preguntó Madeleine.
Gurney parpadeó.
—¿Cómo?
—Esto —dijo ella, ladeando la cabeza hacia la profunda e inmóvil laguna que llenaba el amplio hueco dejado tiempo atrás por la extracción de la piedra caliza.

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