lunes, 21 de agosto de 2017

UNA CHICA DE BARRIO


Fin de semana lluvioso y "palomitas de salón", esta mujer cuenta historias sencillas de la vida de mujeres (fundamentalmente británicas e irlandesas), durante y tras, la II Guerra Mundial, nada profundo y nada complicado; historias amables para un fin de semana en el que un@ no quiera pensar mucho en las complicaciones de la propia vida. De vez en cuando un libro de Maureen Lee, no hace daño, no es alta literatura pero es capaz de desarrollar una trama sin sobresaltos y sin maltratar el idioma, esto ya es más de lo que se puede decir de algun@s escritor@s con mayores ambiciones........¡¡¡¡
Y si queréis ver la obra de la autora y leer el primer capítulo de este libro, podéis hacerlo en el siguiente enlace: http://www.maeva.es/colecciones/grandes-novelas/de-vuelta-a-casa
Piscinera e intrascendente, con todos los tópicos del melodrama y ninguna de sus virtudes.
La vida de esta muchacha tenia posibilidades, pero de "donde no hay no se puede sacar".
Me voy a la playa¡¡¡

Sinopsis
La pequeña Joe Flynn debe irse a vivir a casa de sus tíos Ivy y Vince, tras la muerte de su madre justo al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de las dificultades iniciales y de todos los obstáculos que debe superar, Joe se convierte en una hermosa joven llena de esperanzas e ilusiones. Su destino da un giro radical cuando por una casualidad entra a trabajar en la mansión Barefoot House como señorita de compañía de la anciana Louisa Chalcott. Joe entabla una sincera amistad con esta excéntrica escritora, y a la muerte de esta, recibe una herencia que le permite labrarse un futuro en Nueva York. Pero cuando cree que ha alcanzado la felicidad al lado del atractivo Jack Coltrane, su vida cambia de nuevo y regresa a Liverpool, donde se embarca en una carrera profesional que la llevará donde siempre había soñado.

Una chica de barrio (fragmento)

Huskisson Street 1938-1940


1

"–Hola, Pétalo. Ya estoy en casa.
–¡Mamá! –Joe alzó los brazos. La sacó de la cama y la abrazó con tanta fuerza que apenas podía respirar.
–He visto que te has bebido la leche y comido las galletas como una niña buena.
–Sí, mamá. –Apoyó la cabeza contra su cuello, en el espacio curvo que parecía hecho especialmente para ella.
–Te he echado de menos, Pétalo. Ahora tengo una visita, así que quédate sentada un ratito en las escaleras. Llévate la chaqueta de mamá y no te olvides del osito. Saldré a recogerte en un abrir y cerrar de ojos. Luego, prepararé una taza de cacao para las dos y tostadas con mantequilla y mermelada, como siempre.
–Vale, mamá.– Joe se deslizó obediente al suelo y su madre le colocó suavemente la chaqueta azul marino sobre los hombros.
–¿Cuántos años tiene? 
La voz ronca procedía de un rincón oscuro junto a la puerta de la habitación, iluminada por las velas. Un hombre muy alto, de nariz torcida y cabello negro rizado avanzó un paso. Tenía el rostro duro, pero sus ojos reflejaban melancolía.
–Tres. –Más bien pequeña para que la dejes sola tanto tiempo, ¿no?
No es seguro.
–¿Cómo que no es seguro?–replicó la madre, coqueta. Se quitó el largo alfiler de perla del sombrero de fieltro marrón–. Hay un guardafuego, y le dejo algo para comer. Sabe que siempre vuelvo.
En cualquier caso, no es asunto tuyo.
–No, no lo es. Bueno, déjala fuera para que yo pueda tener lo que he venido a buscar. Estás algo piripi y llevo esperando esto toda la noche.
–Es lo que iba a hacer justo cuando metiste las narices. –El tono de voz cambió cuando se volvió hacia la niña–.Vamos, nena –le dijo con cariño, empujándola por la puerta hacia el descansillo.
Joe se sentó en lo alto de las escaleras y sostuvo al osito Teddy en alto para que pudiera ver las estrellas que los contemplaban a través de la claraboya y de las telarañas, unas telarañas que flotaban fantasmales a la luz de la luna."







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