viernes, 1 de diciembre de 2017

CHARLOTTE


Para "desengrasar" de la tristeza y oscuridad de la URSS, volví mis ojos hacia Foenkinos, el problema es que no leí la sinopsis de la novela elegida (últimamente nunca lo hago porque los spoiler y las falsas alabanzas me matan...); en este caso debería haberlo hecho porque salí del frío y caí en el hielo....
Biografía con toque poético de Charlotte Salomon, pintora judía asesinada en Auschwitz a los 26 años.
Foenkinos ha pretendido, creo, un libro original y lo ha logrado en la forma; el fondo es el que todos conocemos, una profunda tragedia que acompañó a Charlotte Salomon desde su nacimiento hasta su prematura muerte.
Como experimento literario, está bien, aunque en este momento yo buscaba otra cosa.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Charlotte Salomon, pintora alemana de origen judío, deja Berlín tras una infancia marcada por una tragedia familiar y una relación amorosa que dejará en ella una huella definitiva, y pone rumbo a Francia huyendo de los nazis. En el sur de Francia le esperan sus abuelos, quienes custodian un secreto que Charlotte no puede conocer. Allí comienza a componer su fascinante autobiografía a través de una obra única. Al saberse en peligro confía sus cuadros a su médico a quien confiesa:

«Es toda mi vida». Charlotte muere a los veintiséis años en Auschwitz, lejos de su gran amor.
La historia de un destino trágico. La búsqueda de un escritor fascinado por una artista. Una novela que, como la obra de Charlotte Salomon, inventa una nueva forma de arte.

Charlotte (fragmento)

1Charlotte aprendió a leer su nombre en una tumba.
Así que no es la primera Charlotte.
Antes existió su tía, la hermana de su madre.
Las dos hermanas están muy unidas, hasta una tarde de noviembre de 1913. Franziska y Charlotte cantan juntas, bailan y ríen también.
Y es algo que nunca resulta extravagante.
Hay pudor en esa forma de practicar la dicha.
Quizá tiene que ver con la personalidad de su padre.
Un intelectual rígido, aficionado al arte y a las antigüedades.
Opina que nada hay que importe más que una mota de polvo romano.
La madre es más dulce.
Pero de una dulzura rayana en la tristeza.
Su vida ha sido una secuencia de dramas.
Resultará de gran utilidad enumerarlos más adelante.
De momento, quedémonos con Charlotte.
La primera Charlotte.
Es guapa, con una melena larga y negra como las promesas.
Con la premiosidad comienza todo.
Poco a poco, lo va haciendo todo más despacio: comer, andar, leer.
Algo en ella se va refrenando.
Seguramente se le ha infiltrado la melancolía en el cuerpo.
Una melancolía devastadora, de la que no se regresa.
La dicha se convierte en una isla en el pasado, inaccesible.
Nadie nota que surge esa premiosidad en Charlotte.
Qué insidioso es todo.
Comparan a ambas hermanas.
Una sonríe más que otra, sencillamente.

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