jueves, 30 de noviembre de 2017

UN JUEGO PELIGROSO



Octava entrega de la serie de novelas protagonizadas por Anders Knutas  que trabaja en la policía judicial de Visby, en la isla sueca de Gotland.


Últimamente, esta página casi está convirtiéndose en un "parque temático" de la novela negra...., las tenemos de todos los orígenes, y viajamos por el mundo con nuestr@s detectives; el frío norte de la mano de Nesbo, Adler-Olssen, Larsson....; el cálido sur de Europa con Camilleri, Leon, Silva, Markaris..., el purismo anglosajón con Rankin, Rusell, James..., Centroeuropa pura y dura con Neuhaus, K...err....y la cuna de la negra con Connolly, Connelly, Katzembach.....Estamos negr@s y no renegamos de ello¡¡
Hoy, toca el frío del norte de la mano de lo último publicado por Mari Jungstedt y este Juego Peligroso que acaba quemando; de nuevo el falsamente anodino inspector Knutas y la "tranquila isla" de Gotland donde las pasiones se desatan y los más bajos instintos se esconden tras una "muralla de nieve invernal". El mundo de la moda y la anorexia, constituyen el hilo conductor de esta novela, entretenida como pocas y escrita con una corrección formal que se agradece. También agradezco (a título particular) el paso a segundo plano del periodista Johan Berg y su "insoportable" esposa Emma, poco aportan y mucho estorban.
Me la he leído en un suspiro y me lo he pasado bien¡¡


Sinopsis (Ed. Maeva)
Una apasionante nueva entrega de la serie de Gotland protagonizada por Anders Knutas y Johan Berg, que deben desenmarañar los entresijos del mundo de la moda.
La vida de Jenny, estudiante de bachillerato en Gotland, da un giro cuando la ficha una prestigiosa agencia de modelos y se convierte en una de sus grandes estrellas. Mientras, Agnes, una modelo muy joven, es hospitalizada debido a sus trastornos alimenticios. Pero la tragedia también acecha a Jenny: durante una sesión de fotos en Furillen, el fotógrafo Markus, su amor secreto, sufre un intento de asesinato. A pesar de querer volver a su vida normal, pronto Jenny se dará cuenta de que alguien la vigila, alguien con un particular concepto de la justicia. ¿Podrá Anders Knutas detener a tiempo al asesino?


Un juego peligroso (fragmento)

Era un caluroso día de mayo y caminaba sola por las calles de Milán. Al cabo de un rato fue a parar a una amplia piazza pavimentada, situada delante de una iglesia. La plaza estaba repleta de palomas: unas blancas, otras grises y algunas de un azul casi brillante. Revoloteaban como si se tratara de una alegre danza de apareamiento y algunas correteaban satisfechas sobre las baldosas calentadas por el sol, picoteando despreocupadas una migaja aquí y otra allá. A lo largo del gran espacio abierto había unos bancos atornillados en el suelo. Una madre acompañada de su bebé en un cochecito intentaba leer el periódico mientras dos niñas, sus hijas, corrían y jugaban con unas pelotas de plástico de distintos colores, que rebotaban sobre el empedrado ante la fascinada risa de las pequeñas. Detrás de un sencillo puesto, un hombre joven con las mangas de la camisa remangadas vendía almendras tostadas en pequeñas bolsas de papel. El hombre sudaba bajo el sol, con el pelo rizado pegado a la frente, y se secaba el rostro una y otra vez con un pañuelo. El dulce aroma de las almendras se esparció por la plaza y llegó hasta ella. Tenía hambre, se iba a reunir con una persona para almorzar en la parte vieja de la ciudad, hacia donde se dirigía, pero se tomó su tiempo y se detuvo a contemplar la plaza y disfrutar del espectáculo. Había un grupo de colegiales con uniforme verde a cuadros sentados en círculo sobre unas mantas, escuchando a su profesor, que con grandes aspavientos parecía explicar la historia de la iglesia. Una pareja de enamorados se besuqueaba en uno de los bancos y, en otro, tres ancianas vestidas de negro conversaban bajo la sombra de los cipreses. En torno a la plaza se alzaban edificios de viviendas bien cuidadas y contraventanas coloridas. Esbozó una sonrisa al cruzarla y se adentró en los sinuosos callejones de La Brera, el barrio más antiguo de Milán.

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