domingo, 26 de noviembre de 2017

PRIVADO DE TÍTULO




RESEÑADO por Emilio Camarasa para LIBROS, el 10 de Enero de 2015.
Camilleri nos cuenta un hecho histórico acaecido en 1921. La noche del día 24 de abril de ese año, el fascista Gigino Gattuso, murió asesinado de un disparo a la edad de 18 años en una reyerta con un simpatizante comunista, convirtiéndose así en el “único mártir fascista siciliano", símbolo de una generación entregada al amor a la patria y al ideal fascista.
Lo que se produce tras este hecho es el abuso de poder, la persecución selectiva y la caza con o sin razón hacia el simpatizante comunista, que pasó y sufrió un martirio de detenciones, humillaciones, hambre y destierro durante años y años, aún contando con las suficientes pruebas de su posible inocencia.
La historia está rememorada a través de los ojos de un niño que asiste 20 años después con sus compañeros de colegio a la gran concentración juvenil-fascista, para conmemorar el aniversario de la muerte de Gattuso.
La injusticia, la sinrazón de lo absurdo, Camilleri nos lo muestra con su particular ironía, llegando a lo ridículo y lo grotesco. Esta historia de fascistas y comunistas, es una reflexión de cómo se manejaban ciertas situaciones en la Italia de Mussolini.
Muy recomendable.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
En una nueva demostración de sus dotes narrativas, que en esta novela alcanzan nuevas cotas de excelencia, Andrea Camilleri reafirma su categoría de maestro del retrato psicológico y social. Sin renunciar al tono socarrón que lo caracteriza, el gran autor siciliano aborda con rigor la investigación de unos hechos verídicos acaecidos durante las primeras décadas del siglo pasado, exponiendo sin remilgos la capacidad del poder político para envolver la realidad en un manto de mistificación y retórica exaltadora, hasta el punto de llevarla al límite del absurdo.
Corre el año 1941 cuando el narrador asiste con sus compañeros de colegio a la conmemoración de la muerte del joven Gigino Gattuso, el «único mártir fascista siciliano», que veinte años atrás había caído durante un enfrentamiento con un grupo de militantes comunistas. Paso a paso y detalle a detalle, como si de una moviola se tratase, el autor repasa la secuencia de los acontecimientos, alternando la malicia burlona con una magnánima compasión por las víctimas de los dos bandos, a su manera siempre inocentes. Tan inocente es el comunista inculpado como el difunto fascista, obviamente ajeno a la póstuma conspiración política que lo despojó de la dignidad de simple muerto «sin título». Y como si el relato de esta farsa no bastara, Camilleri añade, a modo de colofón, la monumental fantochada que supuso el proyecto Mussolinia, la ciudad-jardín ideada por los jerarcas de Caltagirone para dejar testimonio eterno de la gloria del Duce.
Enormemente divertido a la par que profundo, nadie como Andrea Camilleri para alumbrar los aspectos más oscuros y trágicos del espíritu humano.

Privado de título (fragmento)
"Y allí me encontré al ujier deshecho en lágrimas. No conseguía encontrar ni el revólver ni el pequeño estuche de la bala. Y en efecto, en el correspondiente anaquel de la estantería, entre la prueba trescientos diecinueve y la trescientos veintiuno, había un espacio vacío. Entonces yo también decidí poner manos a la obra, esperando, aunque después la esperanza resultó vana, que se hubiera producido un cambio de sitio fortuito. A medida que pasaban las horas, la posibilidad del cambio de sitio iba resultando cada vez más remota. Pero yo no desistí y mandé que siguiera la búsqueda entre las pruebas que allí se acumulan desde hace decenas de años. Esta tarde, hacia las diecisiete horas, Bonifati me dijo que alrededor de la cerradura de la puerta de acceso a la estancia se observaba una mínima aunque bien visible señal de forzamiento en la que no habíamos reparado anteriormente. ¡Está claro que alguien tuvo la audacia de entrar de noche en la sede del tribunal, descerrajó la puerta de la sala de las pruebas y se apoderó tanto del revólver como de la bala! Tenía intención de presentar la correspondiente denuncia cuando, hacia las diecinueve horas, a punto de abandonar mi despacho, un ujier me trajo lo que, a primera vista, parecía una caja de zapatos, entregada en mano, según dijo, por un desconocido. Pues bien, se trataba efectivamente de una caja de zapatos, pero en su interior se encontraban ¡el revólver, el pequeño estuche con la bala y una nota! "


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