sábado, 6 de enero de 2018

BETTÝ


"Si Bettý entra en tu vida, ya nada volverá a ser lo mismo. Ella es una mujer de una belleza única. Y también posee algo más. Una mujer de las que no se olvidan nunca, de las que saben lo que quieren y a las que no puedes responder con un no. Por una mujer como ella cualquiera podría llegar a cometer una locura." Bettý

«Bettý es un ejercicio de estilo virtuoso y una intensa novela negra… Brillan
...te». Le Figaro

«[Bettý] Encierra ese tipo de sorpresas que dejan totalmente atónito y casi empujan al lector a volver a empezar la novela desde el principio». La Liberté

«La manipulación entendida como un arte [en Bettý] alcanza una de sus cimas gracias a Arnaldur Indridason». Le Soir

Esta es la sinopsis y estas son las críticas de una novela que, realmente, no es una novedad sino que se publicó en Islandia en 2003 y......, Indridason, que se confiesa apasionado de la novela negra norteamericana, se lo planteó como un experimento en su carrera literaria; pues bien yo le recomendaría que volviese a la negra-nórdica porque aún a despecho de que Bettý tiene algún giro sorprendente es una novela mediocre en la que no se reconoce al narrador que nos ha conquistado con sus personajes, sus tramas y su ambientación oscura.
Dudé mucho antes de leer esta novela, y ahora creo que no habría debido hacerlo, no he reconocido la pluma de Indridason en ninguna de las líneas de esta novela, los diálogos artificiosos y la resolución apresurada no han contribuido a mejorar las cosas.
Por eso Mr. Indridason, los experimentos con gaseosa......!

Sinopsis (Ed. RBA)
¿Podría alguien haberse negado a los deseos de una mujer como Bettý? Probablemente nadie podría haberse resistido a ella, nadie podría haberse negado a todas y cada una de sus proposiciones. Desde el momento en que aparece una mujer así en tu vida ya nada vuelve a ser igual. Con Bettý es inevitable caer en un universo de sensualidad, pasión y también perversidad como jamás nadie había soñado.
Betty (fragmento)

1Todavía no he llegado a entender del todo lo que ocurrió, pero por fin sé cuál fue mi función en esta historia.
Llevo tiempo tratando de ensamblar las piezas, pero no es sencillo. Por ejemplo, no sé cuándo comenzó todo. Sé en qué momento entré en juego, recuerdo cuándo la vi por primera vez, pero quizá mi papel en aquella extraña maquinación estaba adjudicado desde hacía mucho tiempo. Mucho antes de que ella se acercara a hablar conmigo.
¿Podría haberlo visto venir? ¿Podría haberme percatado de lo que pasaba y haber escapado? ¿Haberle puesto fin y desaparecer? Ahora, tras haberse esclarecido lo que realmente sucedió, me doy cuenta de que podría haber adivinado hacia dónde se encaminaba todo. Debería haber detectado las señales de peligro. Debería haber entendido mucho antes lo que pasaba. Debería... debería... debería...
Qué fácil es cometer errores cuando se vive en la ignorancia. Ni siquiera son errores hasta que no nos damos cuenta, mucho tiempo después, de lo que ha ocurrido; hasta que no echamos la vista atrás y vemos cómo se han producido los acontecimientos y por qué. Cometí un error. Caí en una trampa tras otra. En ocasiones queriéndolo. En mi fuero interno sabía que era peligroso, pero había cosas que no sabía.
A veces pienso que seguramente volvería a caer otra vez en algunas de ellas, si tan solo tuviera la ocasión de hacerlo.

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