lunes, 28 de agosto de 2017

BARCELONA TRÁGICA


RESEÑADA por Dani Tavares para LIBROS,  el 23 de Mayo de 2013.
Acabo la última página de "Barcelona trágica" y durante un buen rato tengo el corazón en un puño, y es que Andreu Martín hace un retrato durísimo de una semana que aun está muy presente en el recuerdo de los catalanes, aunque hayan pasado mas de cien años.
Una novela magnífica, bien estructurada, con misterio y personajes bien dibujados, imprescindible para amantes de la historia de Barcelona y Catalunya y creada por un mago como es Andreu Martín.

Sinopsis (Ediciones B)
Una apasionante novela ambientada en los turbulentos días de la semana trágica.
En el verano de 1909, las tropas españolas están sufriendo una sangrienta derrota en el frente de Marruecos. En las calles de Barcelona se recluta reservistas para ir a la guerra, a pesar de la creciente oposición popular. Mientras, los Estrada, una familia de al alta burguesía barcelonesa, reorganizan su negocio y la repartición de bienes tras la muerte de la madre. Pero en las fábricas y en las calles se libra una auténtica guerra, a la que los Estrada no permanecerán ajenos.

Barcelona Trágica (fragmento)

1"El día 23 de junio de 1909, verbena de San Juan, la padrina Amparo desayunó pies de cerdo. Pies de cerdo, café con leche y tostadas con mantequilla y mermelada.
Lo anunció en cuanto Emilia entró en la habitación, a las nueve en punto como cada día, y descorrió las cortinas para dejar que entrara la luz del sol a través del visillo. Como cada día, Emilia dijo, desganada «Buenos días, madre, las nueve», y del embozo de las sábanas salió la voz ronca y ominosa que anunciaba:
—Hoy desayunaré pies de cerdo. ¿Verdad que sobraron, anoche? Pues me los voy a comer ahora. Hoy me he despertado inspirada y desayunaré pies de cerdo.
—¿Usted cree, madre? —respondió Emilia sin ningún interés mientras disponía primorosamente sobre el diván la ropa que tenía que ponerse la anciana, el vestido negro, las enaguas almidonadas, la ropa interior, las medias.
Ayudó a la padrina Amparo a bajar de la cama con dosel, y la acompañó hasta el cuarto de baño. La mujer enorme, gorda y pesada se entregó a sus necesidades y abluciones, y la hija bajó
a la cocina para buscar el desayuno.
—Hoy dice que quiere desayunar pies de cerdo, de los que sobraron de anoche.
Adelaida, la cocinera, desorbitó los ojos."

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