domingo, 1 de octubre de 2017

FAITHFUL PLACE


He recorrido Dublín de la mano de Tana French, junto a Frankie Mackey, un buen policía y superviviente del duro barrio de su infancia, un superviviente de su propia familia.
Faithful Place, título ganador del Premio Points y que quedó finalista en los premios Edgar, LA Times, Anthony, Strand Magazine y Irish Book Award for Best Mystery Novel of 2010, es una novela negra con todos los ingredientes necesarios, es una historia familiar y es la historia de un crimen. Me ha entretenido, muchísimo y me ha gustado.
Creo que la próxima novela de French tiene el mismo protagonista, y seguro que la leeré¡¡


RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS,  el 2 de Enero de 2015.
Qué decepción me he llevado con Faithful Place de Tana French..., con las ganas que le tenía..., previsible, diálogos mediocres y situaciones poco creíbles..., me queda uno más para mandarla a freír espárragos..., se lo paso por ser navidad....


Sinopsis (Ed. RBA)
Tana French se ha convertido, con tan sólo cuatro títulos, en una de las autoras más interesantes del panorama literario negrocriminal, y sus novelas han situado Dublín en el mapa policíaco del continente europeo, además de habernos presentado a una serie de detectives harto peculiares. Y es que Tana French no usa al mismo personaje en todas sus novelas, sino que crea uno nuevo con cada libro, permitiendo en ocasiones que los protagonistas de sus anteriores títulos hagan ‘cameos’ en los nuevos o presentándonos a veces al detective de su siguiente obra en el libro presente. Así, en Faithful Place, título ganador del Premio Points y que quedó finalista en los premios Edgar, LA Times, Anthony, Strand Magazine y Irish Book Award for Best Mystery Novel of 2010, el protagonista Frank Mackey interactuará con el personaje principal de su siguiente novela, Schocer Kennedy, a quien los lectores de otros países ya conocen por ‘Broken Harbour’ (todavía inédita en España).
Faithful Place arranca con dos adolescentes enamorados, Frank y Rosie, que planean una huida que les ha de llevar lejos de Faithful Place y de los problemas familiares que padecen. El día acordado, Frank acude a la cita, pero Rosie, no. Convencido de que su amada ha cambiado de opinión en el último momento, Frank emprende solo una fuga que le permitirá borrar de su memoria los horrores de la infancia y la imagen de la frágil muchacha que una noche le abandonó. Veinte años después, siendo ya inspector de policía en Dublín, Frank descubre que en una casa abandonada se ha hallado una maleta que pertenece a Rosie. Sin duda, se trata del equipaje que la joven preparó para su huida. Pero, ¿qué sucedió en realidad para que jamás llegara a la cita? Frank se aplicará a fondo para descubrirlo, pero enfrentarse de nuevo con los fantasmas del pasado podría ser una decisión que acabe lamentando.

Faithful Place (fragmento)


Capítulo 1
Mi padre me dijo en una ocasión que lo más importante que debe saber todo hombre es por qué estaría dispuesto a morir. «Si no lo sabes —dijo—, ¿qué valía tienes? Ninguna. Entonces no eres un hombre». Yo tenía trece años y él se había bebido ya tres cuartos de una botella de Gordon’s de calidad, pero que conste que la conversación era seria. Por lo que alcanzo a recordar, mi padre estaba dispuesto a morir: a) por Irlanda, b) por su madre, que llevaba muerta diez años, y c) por echarle la
mano al pescuezo a esa zorra de Margaret Thatcher.
Sea como fuere, a partir de aquel instante podría haber dicho en cada momento de mi vida por qué daría mi vida. Al principio me resultaba fácil decidir: por mi familia, por mi novia, por mi hogar. Más tarde, durante un tiempo, las cosas se complicaron un tanto. Hoy lo tengo claro, y me gusta; es algo de lo que uno puede sentirse orgulloso. Moriría por, sin ningún orden concreto, mi ciudad, mi trabajo y mi hija.
Mi cría, hasta el momento, se porta bien; mi ciudad es Dublín, y trabajo en la brigada secreta, de manera que parece obvio por cuál de ellos es más probable que acabe muriendo, pero hace tiempo que mi empleo no me representa ningún peligro más temible que un follón de papeleo. Las dimensiones de este país implican que la vida útil de un agente infiltrado sea relativamente breve; dos operaciones, cuatro a lo sumo, y el riesgo de que a uno lo descubran se multiplica exponencialmente. Yo consumí mis siete vidas hace ya mucho tiempo. Por ahora me mantengo entre bambalinas y dirijo operaciones.
El verdadero riesgo de la policía secreta, tanto en el campo de acción como desde fuera, reside en que uno acaba forjándose ilusiones y empieza a pensar que tiene la situación bajo control.

No hay comentarios:

Publicar un comentario