domingo, 1 de octubre de 2017

EL MUNDO DESPUÉS DEL CUMPLEAÑOS


Esta es la novela que la magnífica escritora Lionel Shriver, publicó inmediatamente después de la impactante Tenemos que hablar de Kevin, evidentemente no tiene la carga trágica de la historia de Kevin, pero confirma las "sospechas" de que estamos ante una de las grandes escritoras contemporáneas.
El mundo después del cumpleaños es la historia del amor, la historia de la fidelidad y la infidelidad..., la historia de lo que "pudo haber sido y no fue" o ¿si que fue?........
Es la historia de Irina Galina McGovern y todo lo que se mueve a su alrededor, es la historia de una mujer casada y ¡que levante la mano la casada (o emparejada) que al leer esta novela no se haya sentido reflejada en algún momento!!!
Es una gran novela en contenido y extensión (más de 500 páginas) en las que se "destripa" una relación y dos posibles desenlaces, cumple esa fantasía de ".....y si hubiera hecho esto en lugar de...." Me ha encantado¡¡¡¡¡ desde la construcción de los personajes, pasando por la estructura de capítulos intercalados (lo hice-no lo hice) y la resolución en la que sólo hay una certeza......que dejo a l@s lector@s descubrir por si mism@s¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Irina y Lawrence son dos americanos que viven en Londres. Desde hace cinco años, el día del cumpleaños de su amigo Ramsey Acton, cenan con él. Irina se compadece un poco de Ramsey, un jugador profesional de snooker, que está solo desde su divorcio –o eso es lo que ella cree–, y siempre ha evitado quedarse a solas con él. Llega el día del cumpleaños, Lawrence, ausente en un viaje de trabajo, insiste en que Irina cene con Ramsey. Ella no tiene ninguna gana, pero van a un refinado restaurante japonés, y después a casa de él. E Irina descubre a un Ramsey desconocido, y lo que iba a ser un encuentro inocuo se convierte en la divisoria de las aguas, en ese instante único en que la decisión que se tome cambia para siempre la vida. Shriver, en un giro inesperado, conduce a los protagonistas de su novela y al lector por dos caminos simultáneos y alternativos, los dos futuros que se abren ante Irina...«Fascinará a cualquiera que se haya preguntado alguna vez qué habría pasado si hubiera seguido, o ignorado, uno de esos impulsos que cambian la vida» (Francine Prose, People).

El mundo después del cumpleaños (fragmento)

1Lo que empezó como una coincidencia terminó cristalizando en tradición: el seis de julio cenaban con Ramsey Acton en el día de su cumpleaños.
Cinco años antes, Irina había colaborado en un libro para niños con Jude Hartford, entonces aún casada con Ramsey. Jude había hecho algunos gestos para abrirse a la vida social; renunciando a los displicentes amagos estilo «tenemos-que-vernos-alguna-vezen-serio», tan típicos de Londres, que pueden prolongarse indefinidamente sin que por ello la agenda se vea amenazada por una hora y un lugar reales, Jude había parecido interesada en concretar un encuentro de las dos parejas para que Irina, su ilustradora, conociera a Ramsey, su marido. Concretamente, lo que dijo fue: «Mi marido, Ramsey Acton». Y esa manera de decirlo no pasó inadvertida. Irina supuso que Jude se sentía orgullosa, en ese cansado tono feminista, de no haber cambiado su apellido por el del marido.
Pero ya se sabe, siempre es difícil impresionar a los ignorantes. En 1992, mientras intentaba ponerse de acuerdo con Lawrence sobre los detalles de la inminente cena, Irina no sabía lo suficiente para decir: «Lo creas o no, Jude está casada con Ramsey Acton». Por una vez Lawrence podría haber salido disparado a buscar su agenda diaria del Economist en lugar de objetar que, si ella necesitaba cotillear por motivos profesionales, al menos podía programar una cena no demasiado tarde para que él pudiese volver a tiempo y ver Policías de Nueva York. Sin darse cuenta de que le habían legado dos palabras mágicas capaces de vencer la abierta renuencia de Lawrence a los compromisos sociales, Irina dijo: «Jude quiere que conozca a su marido, Raymond o algo por el estilo».
Sin embargo, cuando la cita propuesta resultó ser el cumpleaños de «Raymond o algo por el estilo», Jude insistió en que, cuantos más fuesen, más se divertirían. En cuanto volvió a la soltería, Ramsey contó sobre su matrimonio detalles suficientes para que Irina reconstruyera la situación. Al cabo de unos años de vida en común, Jude y él ya no podían mantener una conversación de más de cinco minutos; de ahí que Jude no hubiese dejado escapar la oportunidad de evitar una cena triste y callada en la que los dos únicos comensales habrían sido Ramsey y ella.

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