miércoles, 10 de enero de 2018

UN MISTERIO EN TOLEDO


Trigésima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Thomas Pitt policía en el Londres victoriano y su intrépida esposa Charlotte, detective aficionada.

Última entrega, y ya van 30, de la serie protagonizada por Thomas Pitt y su esposa Charlotte.
Misterio religioso con origen en España y una resolución tan prosaica como era de esperar con la iglesia por medio. Bien armada, se echa de menos mayor protagonismo de Charlotte y a su hermana que no aparece en esta novela, pero la ambientación de finales del siglo XIX, con referencias a la Guerra de Cuba..., el caso Dreyfuss y la inestabilidad política europea, hacen de ella una opción entretenida sobre todo para los que nos gustan esas series en las que los protagonistas nacen, crecen y cambian con el lector.
Me ha gustado, porque soy aficionada y a pesar de haber descubierto el misterio antes de llegar a la mitad de la novela.

Sinopsis (Ed. B)
La apasionante nueva novela de Perry protagonizada por Charlotte y Thomas Pitt nos invita a regresar al Londres victoriano, donde la codicia y la ambición nunca duermen y las pasiones a veces se desbocan.
El siglo XIX llega a su fin y casi toda Europa se encuentra sumida en una profunda crisis política. Las amenazas terroristas proliferan y asuelan el continente.
En este contexto, Sofía Delacruz llega a Londres procedente de España para predicar un evangelio revolucionario de amor y perdón que muchos consideran blasfemo. Thomas Pitt recibe el encargo de proteger a Sofía y también al gobierno de Su Majestad de cualquier situación bochornosa que esa mujer -tan bella como carismática- pudiera causar.
Cuando de pronto Sofía desaparece y dos de sus seguidoras son brutalmente asesinadas, Pitt se enfrenta a su mayor desafío. ¿Acaso Barton Hall, el rico primo banquero de Sofía, está involucrado de algún modo? Y ¿por qué Dalton Trague, la estrella del críquet, se ha deslizado dentro de la investigación de Pitt? Temeroso de que estos hechos puedan desencadenar un incidente internacional, Pitt acepta la ayuda de tres aliados: su inteligente esposa Charlotte, su tía abuela lady Vespasia y su amigo Victor Narraway.
Desde las estrechas calles de Toledo y un solitario monasterio en tierra española, hasta los muelles londinenses, Pitt y sus amigos libran una carrera contra el tiempo en un intento desesperado de atrapar a un asesino.

Un misterio en Toledo (fragmento)

Pitt miró al ministro de Interior con incredulidad. Estaban en una estancia silenciosa y soleada de Whitehall, el tráfico de la calle apenas se oía.
—¿Una santa española? —dijo, esforzándose en mantener un tono más o menos neutro.
—No es española, es inglesa —respondió sir Walter con paciencia—. Simplemente vive en España. En Toledo, tengo entendido. Ha venido a ver a su familia.
—¿Y qué relación guarda eso con la Special Branch, señor? —preguntó Pitt. La Special Branch se había creado inicialmente para que se encargase del problema irlandés y ahora, en la primavera de 1898, su jurisdicción se había ampliado enormemente para abordar cualquier asunto que se considerase una amenaza para la seguridad nacional.
El caos era dueño de Europa mientras el siglo tocaba a su fin. La agitación social se intensificaba y era cada vez más patente. Cada pocas semanas había atentados anarquistas con bomba en uno u otro lugar. En Francia, el caso Dreyfus estaba exasperando los ánimos y apuntaba hacia un clímax que nadie era capaz de prever. Incluso circulaban rumores de que el gobierno podría caer.
Encarar la amenaza de asesinato de un dignatario de visita en Inglaterra era una de las misiones de la Special Branch, pero atender las necesidades de una monja en gira, o lo que quiera que fuese, sin duda no lo era. Pitt abrió la boca para señalarlo pero sir Walter habló primero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario