sábado, 30 de diciembre de 2017

BOTAS DE LLUVIA SUECAS


He terminado esta mañana la última novela de Henning Mankell y todo el día he estado meditando que escribir sobre ella.....
En Botas de lluvia suecas el protagonista que conocimos en Zapatos Italianos tiene 8 años más y los mismos problemas, soledad, egoísmo, remordimientos, incapacidad de expresar sus sentimientos y un deseo irracional de "arreglarlo todo" en la última fase de su vida. Si todo es...to no fuese suficiente su casa se incendia y aquí se inicia una "trama" con claras reminiscencias "wallanderianas" de investigación, sospechas y muertes en cadena.
Escrita con la maestría habitual de Mankell es una novela en la que los temas importantes son personales pero tangencialmente se vuelven sociales, resultando una crítica contundente de una sociedad que quiere encerrarse en si misma y achaca todos sus problemas a lo que "llega de fuera" sin analizar que desde dentro, a veces, acecha lo peor.
Nuestro protagonista quiere unas botas de lluvia SUECAS y al final las consigue......
Muy recomendable.

Sinopsis (Ed. Tusquets)
Una entrañable narración sobre las ganas de vivir, y de enamorarse, en el otoño de la vida.
Una noche de otoño, Fredrik Welin —el protagonista de la exitosa novela Zapatos italianos— se despierta cuando un incendio arrasa su casa. A sus sesenta y nueve años, este solitario médico jubilado sale penosamente de entre las llamas, calzado con unas botas de lluvia (pero ambas pertenecen al pie izquierdo). Sólo quedan, a la mañana siguiente, unas ruinas malolientes: ha perdido su casa y todas sus pertenencias, y tiene que mudarse a un remolque, una caravana que pertenece a su hija. Cuando por el archipiélago se extiende el rumor de que él mismo ha provocado el fuego, la policía lo interroga, sin llegar a acusarlo. De pronto, Louise, la hija de Fredrik, viaja hasta la isla por motivos misteriosos. Todos esos acontecimientos sumen en el desconcierto a Fredrik, que ese otoño ve como se acerca a la vejez, también a la muerte, y desea saldar todas sus cuentas con la vida. Sin embargo, al conocer a Lisa Modin, una periodista que trabaja para el diario local y que investiga el incendio, se despiertan en él sentimientos que llevaban mucho tiempo muertos. Cuando en Nochevieja decide celebrar una fiesta a la que invita a sus amigos, se desata un incendio en otra casa del archipiélago.

Botas de lluvia suecas (fragmento)

1
Mi casa se quemó una noche de otoño hace casi un año. Fue un domingo. Había empezado a levantarse viento a primera hora de la tarde. Al anochecer pude ver en el anemómetro que las ráfagas de aire superaban los veinte metros por segundo.
El viento era del norte y muy frío a pesar de que aún estábamos a principios del otoño. Cuando me acosté a las diez y media, pensé que esa era la primera tormenta otoñal que cruzaba la isla que había heredado de mis abuelos maternos.
Otoño, pronto invierno. Una noche, el agua del mar empezaría a helarse lentamente.
Era la primera vez ese otoño que me metía en la cama con calcetines. El frío lanzaba su primera embestida.
El mes anterior había arreglado el tejado haciendo un gran esfuerzo. Fue un trabajo enorme para un pequeño artesano. Había muchas tejas viejas y rotas. Mis manos, que una vez sujetaron bisturís en complicadas operaciones quirúrgicas, no estaban hechas para manejar ásperas tejas.
Ture Jansson, que había sido cartero aquí fuera, en las islas, durante toda su vida profesional, pero ya estaba jubilado, se había encargado de transportar las tejas nuevas desde el puerto. No quiso ni siquiera cobrar por ello. Como yo he instalado una consulta improvisada en mi cobertizo para ocuparme de todos los achaques imaginarios de Jansson, quizá pensara que debería devolverme el favor.
Durante todos estos años he examinado abajo, en el embarcadero junto al cobertizo, sus supuestos dolores de brazos y espalda. He alcanzado el estetoscopio colgado de un señuelo para cazar eíderes y he constatado que sus pulmones y su corazón sonaban como debían. En todos esos reconocimientos repetitivos, Jansson siempre ha demostrado encontrarse en perfectas condiciones. Su miedo a enfermedades imaginarias ha sido tan exagerado, que yo, durante los muchos años que ejercí de médico, nunca vi nada parecido. Ha sido cartero y, además, hipocondriaco a tiempo completo.

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