jueves, 28 de diciembre de 2017

AZUL MARINO


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Ana Martí Noguer, periodista en Barcelona (España), años 50.

¿Novela negra?, olvídate de la que llega del frío norte y lee a Rosa Ribas y Sabine Hofmann, están más cerca y escriben de maravilla.
Nada más negro que la España de los 50, Barcelona oscura y lluviosa, sin libertad, sin horizontes, con la opresiva sombra del franquismo sobrevolando las vidas que pasan sin pena ni gloria, la iglesia y su caridad subvencionada, los ricos y su caridad altiva, los p...obres y la resignación sin fin. En este escenario la Sexta Flota llega a puerto y todas las pasiones se desatan.
Un inspector de policía que cree en el orden establecido y una joven reportera que se siente asfixiada por el régimen, colaboran para resolver un crimen sin saber que su investigación les llevará por los oscuros caminos de los más bajos instintos del ser humano.
Con esta novela se cierra la trilogía que las escritoras dedican a la España de los 50 y estoy segura de que echaré de menos a sus protagonistas.
Muy recomendable¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Siruela)
Azul marino, última novela de la serie policiaca de Rosa Ribas y Sabine Hofmann, cierra magistralmente la trilogía protagonizada por la joven periodista Ana Martí.

Barcelona, 1959. Mientras la Sexta Flota norteamericana permanece fondeada en el puerto, alterando la rutina de una ciudad en plena dictadura, un marinero estadounidense es asesinado en un antro del Barrio Chino en lo que a primera vista no parece más que una simple reyerta arrabalera.
Pero una vez más, la indudable perspicacia e incansable curiosidad de la periodista Ana Martí serán fundamentales a la hora de esclarecer el suceso. Ya sea ejerciendo como intérprete del inspector Isidro Castro —viejo conocido con el que ya colaboró anteriormente— en su forzoso entendimiento con la Policía Militar de la Marina americana o bien desarrollando sus propias investigaciones para El Caso y Mujer Actual, nuestra intrépida protagonista irá desenmarañando una historia plagada de medias verdades e intereses diversos: los de quienes buscan un culpable español y los de aquellos que preferirían que el asesino fuera un extranjero. Además, una serie de tramas interconectadas, que van desde la prostitución y el contrabando de los bajos fondos hasta la degradación moral de las altas esferas de la burguesía, vendrán a complicar las cosas en este extraordinario fresco de una ciudad y un tiempo recreados con tal maestría que permanecerán para siempre en el imaginario de todos los lectores.

Azul Marino (fragmento)

1—Hay que joderse.
Un exabrupto no sería la mejor manera de empezar el día, pero en los últimos tiempos era tan habitual para el inspector de primera Isidro Castro como el café cargado que tomaba antes de salir de casa o el saludo mudo a los dos policías que flanqueaban la entrada del edificio de la Jefatura de Policía.
Ese lunes necesitó repetirlo al volver a su despacho. Abrió la ventana. El tráfico en la Vía Layetana llenó la pequeña estancia de ruidos de motores y voces. Isidro contempló los vehículos y a las personas que subían y bajaban la calle. El azul incierto de la mañana había cedido al contundente gris de las nubes que cubrían el cielo. Isidro las miró con suficiencia. Es que ni llover sabía allí. Tantos años y aún no había visto una lluvia como las de Galicia. Eso era llover y no lo que ofrecía Barcelona, o trombas de agua o un goteo feo, indeciso; pusilánime, como la gente que habitaba una ciudad a la que se negaba a querer por más que sus dos hijos hubieran nacido en ella. Encendió otro cigarrillo y lanzó una densa humareda a la calle, como si quisiera perderla de vista. A pesar de que a su mujer le disgustaba el aliento a tabaco, volvía a fumar desde hacía varios meses. Tampoco es que se besaran mucho, a decir verdad.
—Hay que joderse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario