viernes, 19 de enero de 2018

PUREZA


"Cómo sabes que eres una persona distinta de las otras personas? Guardándote algunas cosas para ti. Te las quedas dentro porque, en caso contrario, no habría ninguna diferencia entre el interior y el exterior. Los secretos son nuestra manera de saber que tenemos un interior." PUREZA
Jonathan Franzen analiza en Pureza (Purity), la comunicación, la Red y los secretos; en un mundo globalizado el cono...cimiento es poder y Franzen lo desmenuza a través de los variopintos personajes que pueblan, como es habitual, sus novelas.
Más de 700 páginas de vidas que se cruzan y entrecruzan, de personalidades excéntricas y auténticos psicópatas; de mundos reales y realidades paralelas que entretejen un relato complejísimo y en ocasiones un poco farragoso a fuer de repetitivo.
Habla Franzen de la teoría conspiratoria y su extensión en la Red, de la caída del comunismo en Alemania del Este y la persistencia de los privilegios, de las sectas y el machismo, de la locura y el amor, de la maternidad irresponsable y los hijos perdidos....
La Pureza del título que es el nombre de la protagonista brilla por su ausencia, no hay en Pureza personajes puros, solo se lo creen.....la protagonista es una muchacha perdida y estulta que confunde terquedad con pureza de sentimientos, su madre una mujer profundamente trastornada que arruina todo lo que hay a su alrededor, el genio de la Red es un psicópata de manual que acaba creando una secta con mujeres a su servicio y confunde sus intereses con la verdad, el periodista es un necio con suerte incapaz de ver más allá de sus narices, su novia una mujer acomplejada a pesar de haber ganado un Pulitzer.....
Podría seguir porque no he empatizado con ninguno de los personajes de la novela, los personajes femeninos son patéticos y un poco increibles, los masculinos están mejor construidos, las relaciones son, por decirlo finamente, absolutamente patológicas.
Bien es verdad que la maestría literaria de Franzen es capaz de salvar muchos obstáculos pero en esta ocasión ha sobrepasado algunos límites, la extensión es excesiva sobran mínimo 300 páginas y la repetición constante hace, en ocasiones, tediosa la lectura.
¿La recomiendo?, por supuesto, pero sabiendo que no llega a la altura de las anteriores obras de Franzen.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Si la literatura es el instrumento ideal para que el ser humano ilumine los recovecos más oscuros de su mundo interior y perciba con mayor nitidez la realidad que lo circunda, Jonathan Franzen es el novelista contemporáneo que más se ha atrevido a explorar las fronteras que condicionan nuestra existencia. Con Pureza, Franzen ha logrado superar el listón marcado con su anterior novela, Libertad, que en su momento supuso un hito admirado y reconocido en todo el mundo tanto por voces expertas como neófitas.
A partir de las vidas entrecruzadas de un puñado de personajes retratados con un grado de realismo que hipnotiza al lector, el relato gira en torno a una joven de nombre dickensiano, Purity «Pip» Tyler, que tras su paso por la universidad se afana en encarrilar su vida acorde con unos principios que considera irrenunciables. Atrapada en una relación malsana con su madre, que nunca ha querido revelarle el nombre de su padre ni por qué se cambió el apellido antes de que ella naciese, Pip sobrevive con trabajos intrascendentes hasta que el encuentro fortuito con una mujer involucrada en el activismo antibelicista se traducirá en unas prácticas en el Sunlight Project, una organización radicada en Bolivia que se dedica a revelar secretos de personas, corporaciones y gobiernos. El fundador y artífice del negocio es Andreas Wolf, un carismático agitador de la ex RDA reciclado durante el caótico período posterior a la caída del Muro de Berlín. El sospechoso interés de Andreas por Pip trastocará sus ideas convencionales sobre el bien y el mal, empujándola hacia un destino que no figuraba ni remotamente en su imaginación.
El talento excepcional de Jonathan Franzen para volcar en palabras las hebras más finas del pensar y del sentir se pone de manifiesto una vez más en esta trepidante historia cargada de humor, por momentos sombría, inquietante, osada, incisiva, pero siempre cautivadora y de amplitud universal, confirmando su sitial entre los más importantes escritores de nuestro tiempo.
Pureza (fragmento)

Purity en Oakland

Lunes
—Ay, preciosa, cuánto me alegro de oír tu voz —dijo la madre de la chica por teléfono—. Me está traicionando el cuerpo otra vez. a veces creo que mi vida no es más que un largo proceso de traiciones del cuerpo.
—Como todas las vidas, ¿no? —dijo Pip.
Había adoptado la costumbre de llamar a su madre desde Renewable Solutions durante la pausa de la comida. esto mitigaba en parte su sensación de no valer para ese trabajo, de tener un trabajo para el que nadie podía valer, o de ser una persona que en realidad no valía para ningún trabajo; y además, al cabo de veinte minutos, podía decir con sinceridad que tenía que seguir trabajando.
—Se me cierra el párpado del ojo izquierdo —explicó su madre—. es como si tuviera un peso que tirase hacia abajo, como uno de esos plomos diminutos que usan los pescadores, o algo parecido.
—¿Ahora mismo?
—A ratos. No sé si será parálisis de Bell.
—Sea lo que sea la parálisis de Bell, estoy segura de que no la tienes.
—¿Y cómo puedes estar tan segura, preciosa? Si ni siquiera sabes qué es.
—No sé... Quizá porque tampoco tenías la enfermedad de Graves. Ni hipertiroidismo. Ni melanoma.

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