miércoles, 17 de enero de 2018

EL PERIODISTA DEPORTIVO


Un poco más de 400 páginas emplea Richard Ford en relatar cuatro o cinco días en la vida de un norteamericano en busca de la mediana edad.
400 páginas y no sobra ni una; no se como he podido pasar tanto tiempo sin conocer a Frank Bascombe (teniendo en cuenta que Ford es uno de mis escritores favoritos), ese icono del pensamiento verborreico con el que podría identificarme inmediatamente a pesar de no ser hombre, norteamericana ni periodista deportiva; y es que las reflexiones de Frank intentan responder a esas preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento de la vida, intentan paliar la inseguridad y el dolor, intentan que la vida sea como la habíamos imaginado......, todo en cuatro días y la prosa magnífica de Richard Ford uno de los mejores escritores contemporáneos que conozco.
Nunca es tarde, si la dicha es buena y a esta obra seguirán El día de la Independencia, Acción de Gracias y Francamente Frank.
Recomendable, muy recomendable!

Sinopsis (Ed. Anagrama)
El periodista deportivo es la novela que consagró internacionalmente a Richard Ford, de quien Raymond Carver escribió que era «el mejor escritor en activo de nuestro país» y el crítico francés Bernard Géniès afirmó, en una encuesta en el Le Nouvel Observateur, que «se está convirtiendo tranquilamente en el mejor escritor norteamericano».
Frank Bascombe tiene treinta y ocho años y un magnífico porvenir como escritor a sus espaldas. Hace tiempo disfrutó de un breve instante de gloria, tras la publicación de un libro de cuentos, pero luego abandonó la literatura, o fue abandonado por ella.
Ahora escribe sobre deportes y entrevista a atletas, a quienes admira porque «no tienen tiempo para dudas o la introspección». Y escribir sobre victorias y derrotas, sobre triunfadores del futuro o del ayer, le ha permitido aprender una escueta lección: «En la vida no hay temas trascendentales. Las cosas suceden y luego se acaban, y eso es todo» Lección que podría aplicarse a su fugaz fama como escritor, a su breve matrimonio o a la corta vida de su hijo mayor, Ralph, que murió a los nueve años.
¿Cuál es el drama que ha provocado el fracaso de su matrimonio? ¿Por qué Bascombe ha renunciado a la literatura? ¿Qué le anima, sino una «moral de la apatía», un vivir la vida de instante en instante, un rehuir el suicidio por los caminos de la deseada analgésica banalidad?
El periodista deportivo es un implacable testimonio de los desencantos inevitables, de la corrosión de las ambiciones, del aprendizaje de los placeres mínimos que permiten sobrevivir.

El periodista deportivo (fragmento)

1Me llamo Frank Bascombe y soy periodista deportivo. Durante los últimos catorce años he vivido aquí, en el número 19 de Hoving Road, Haddam, Nueva Jersey, en una gran casa estilo Tudor que compré cuando le vendí un libro de relatos a un productor de cine por un montón de dinero, y parecía que mi mujer y yo, así como nuestros tres hijos —dos de los cuales aún no habían nacido—, podríamos empezar a vivir mejor.
No sabría decirles exactamente en qué iba a consistir la mejoría que yo esperaba, y con esto no quiero decir que no llegase, pero desde entonces han pasado muchas cosas. Por ejemplo, ya no estoy casado con X. El hijo que teníamos cuando todo empezó ha muerto, aunque, como he dicho, hay otros dos y son unos niños maravillosos. Poco después de que viniésemos de Nueva York escribí la mitad de una novela corta. Luego la metí en un cajón y allí se ha quedado, y no pienso sacarla a menos que pase algo muy raro. Hace doce años, cuando tenía veintiséis y las cosas nada claras, el
director de una conocida revista deportiva de Nueva York me ofreció un empleo de periodista porque le gustó cómo había escrito un artículo que me encargaron. Y , para mi sorpresa y la de todo el mundo, dejé de escribir mi novela y acepté.

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