viernes, 19 de enero de 2018

LA MARCA DE LA SANGRE


Vigesimosegunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Kay Scarpetta, forense en Richmond - Virginia (EEUU).


Leo La marca de la sangre, enésimo libro de Cornwell protagonizado por Scarpetta y me pregunto a donde se han ido los personajes que me conquistaron en los 90 desde las páginas de Post Mortem o El cuerpo del delito....
¿Dónde está Kay Scarpetta? Intrépida, buena profesional, apasionada, buena cocinera y algo, sólo algo, paranoica.
¿Qué monstruo ha engullido a Lucy? Joven superdotada, ingenua, ter...ca y ansiosa de amor.
¿Qué mente perversa a transformado a Peter Marino? Poli enamorado, impulsivo y bebedor.
Donde están todos en esta orgía de personajes anormales, situaciones imposibles, paranoia constante, desconfianza permanente, egocentrismo patológico y resurrecciones constantes????
Si la escritora quiere destrozar la serie debería "cargárselos" a todos o mejor, dejar de escribir sobre ellos.
Patética.

Sinopsis (Ed. Ediciones B)
En esta vigesimosegunda novela protagonizada por Scarpetta, la gran detective forense se verá en medio de la persecución de un francotirador y asesino en serie.
Con motivo de su cumpleaños, la doctora Scarpetta se dispone a volar a Miami con su esposo cuando descubre siete monedas en la pared trasera de su casa de Cambridge.
¿Se trata de un juego infantil? Y en ese caso,
¿por qué todas las monedas son de 1981 y tan brillantes como si acabaran de acuñarlas?
De pronto suena su móvil y el detective Steve Marino le informa de que se ha cometido un asesinato a cinco minutos de distancia: un profesor de música del instituto ha recibido un certero disparo cuando estaba descargando alimentos de su coche. Nadie vio ni oyó nada.
Kay Scarpetta se verá en medio de la pesadillesca persecución de un francotirador y asesino en serie, una investigación que la llevará a las oscuras profundidades de la costa de Florida, donde se sumergirá en busca de un barco hundido para hallar respuestas que solo ella puede descubrir y analizar. Pronto comprobará que las evidencias señalan a un miembro de su propia familia: nada menos que Lucy, su sobrina experta en tecnología.

La marca de la sangre (fragmento)

1
12 de junio de 2014
Cambridge, Massachusetts

El cobre reluce como fragmentos de cristal de venturina desde lo alto del viejo muro de ladrillo que se alza detrás de nuestra casa. Me vienen a la mente imágenes de hornos ardientes y cañas en los antiguos talleres de estuco de tonalidades pastel que bordean el canal Rio dei Vetrai, donde los maestros sopladores dan forma al vidrio fundido sobre superficies de acero. Con cuidado de no derramar una gota, llevo dos expresos endulzados con néctar de agave.
Sujeto las asas delicadamente curvadas de las tazas de cristallo artesanal, sencillas y transparentes como el cristal de roca, mientras me recreo en el recuerdo del momento en que las descubrimos en la isla veneciana de Murano. Los aromas a ajo y pimientos asados me siguen al exterior, y la puerta mosquitera se cierra detrás de mí con un golpecito sordo. Percibo la deliciosa fragancia de las hojas de albahaca fresca que he desmenuzado con las manos. Es la mañana perfecta. No podría ser mejor.
He preparado mi ensalada especial, he saturado con zumos, hierbas y especias trozos del mantovana que horneé sobre una piedra hace días. Es recomendable dejar que este pan con aceite de oliva se ponga un poco duro antes de utilizarlo en la panzanella que, al igual que la pizza, fue en otro tiempo un alimento de los pobres, cuyo ingenio e inventiva transformaban las sobras de focaccia y verduras en un’abbondanza. Los platos suculentos e imaginativos estimulan y recompensan la improvisación, de modo que esta mañana he añadido un bulbo de hinojo, sal kosher y pimienta molida gruesa. He usado cebolla dulce en vez de roja y un toque de menta que he cogido en la galería acristalada donde cultivo hierbas aromáticas en unas grandes tinajas de barro para aceitunas que encontré hace años en Francia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario