domingo, 17 de diciembre de 2017

UNA VOZ EN LA NOCHE


Vigésimocuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Comisario Salvo Montalbano, siciliano y vecino de Vigàta.

No debería haber verano sin un nuevo Montalbano.
Esta última historia de nuestro comisario transcurre en Vigatá, como siempre, y aunque en ella pueden percibirse ciertos "desfases temporales" explicados por Camilleri debido al momento en que fue escrita la historia, no coincidente con su publicación (los editores ya sabemos que son raza aparte....), se disfruta como todas las novelas protagonizad...as por el inefable Salvo y su "corte de los milagros detectivescos"
Me lo he pasado muy bien intentando resolver los misterios de la novela y mucho mejor con las comidas de Adelina, las palabras impronunciables de Catarella y las broncas de Livia. En esta ocasión Mimi Augello y Facio están un poco más desdibujados pero ahí siguen, al igual que Lattes y Bonetti.
Me ha gustado, como siempre¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
El día de su cincuenta y ocho cumpleaños, el comisario Salvo Montalbano tiene un altercado en la autopista con un conductor imprudente, un joven que resultará ser el hijo del presidente provincial. Esa misma noche se produce un extraño robo en un supermercado controlado por la familia Cuffaro, una de las más notorias de la mafia local. Cuando Guido Borsellino, el director del establecimiento, se suicida tras el durísimo interrogatorio al que lo someten Montalbano y Mimì Augello, que lo acusan de haber amañado el robo, la opinión pública pondrá al comisario y a sus hombres contra las cuerdas. Pero las cosas se complican aún más cuando la jovencísima prometida de Giovanni Strangio, el conductor temerario, aparece salvajemente acuchillada en casa de éste. Los obstáculos se suceden durante las pesquisas, y Montalbano se verá envuelto en una doble trama en la que el crimen organizado y la política parecen estar dándose la mano por debajo de la mesa. Borsellino, por supuesto, no se suicidó, y para descubrir el secreto que se llevó a la tumba, Salvo decide actuar por su cuenta y tirar de todos los cabos sueltos que tiene al alcance de su intuición. Las dos investigaciones se entrecruzarán y la incómoda verdad será una prueba más de la infinita dimensión que puede alcanzar la miseria humana.
En esta nueva aventura, compleja, siniestra y fascinante a un tiempo, el comisario Montalbano se muestra más escéptico e irreverente que nunca, y no duda en tomar carreteras secundarias para seguir su instinto infalible hasta el final. Vigàta y Montalbano son siempre los mismos, pero, en cierto modo, crecen y se transforman con cada nuevo caso.

Una voz en la noche (fragmento)

1Se despertó cuando apenas eran las seis y media de la mañana, descansado, fresco y con la cabeza perfectamente despejada.
Se levantó, fue a abrir los postigos y echó un vistazo al exterior.
Un mar tranquilo, como una balsa, y un cielo sereno, celeste, con alguna que otra nubecilla blanca que parecía pintada por un pintor aficionado y puesta allí para adornar. Era, en definitiva, un día anónimo, y al comisario le gustó precisamente por esa falta de carácter.
Y es que hay días que imponen desde la primera luz del alba una personalidad fuerte, y uno no puede hacer más que dejar caer los hombros, rendirse y aguantar.
Volvió a acostarse. No tenía trabajo en la comisaría y podía tomarse las cosas con calma.
¿Había soñado?
En alguna revista había leído que se sueña siempre y que, si nos parece que no hemos soñado, es sencillamente porque lo olvidamos al despertarnos.
Y esa pérdida del recuerdo del sueño podía deberse también a la edad: lo cierto era que, hasta un momento determinado de su vida, nada más abrir los ojos le venían a la cabeza de inmediato los sueños de la noche anterior. Los veía pasar por delante, uno tras otro, como en el cine. Luego había tenido que empezar a esforzarse para recordarlos. Ahora simplemente se le olvidaban, y punto.

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