domingo, 3 de septiembre de 2017

LAS TRES BODAS DE MANOLITA



Creo que hace tiempo que no lloro tanto leyendo una novela, ojo, un llanto de emoción, de sentimiento, por tantas vidas perdidas, tantas vidas arruinadas en un exilio interior que fue, quizás, peor que el de los que estaban lejos muy lejos, pensando en España e idealizando a esa "madre-madrastra" que envenenaba sus sueños día tras día y año tras año. Lejos respiraban, dentro se ahogaban en un mar de prohibiciones, detenciones, delaciones, torturas y muerte, y aun así los que sobrevivieron llegaron a ser felices.
Varias novelas dentro de una novela, con el hilo conductor de la vida, los pensamientos, la valentía y el amor de Manolita, varias novelas con personajes sorprendentes, conocidos y desconocidos, y España, siempre España en el corazón de todos, para matar y hacer sufrir sólo a unos pocos.
Me ha gustado tanto, que no se que más decir, sólo que no os la perdáis porque el ascenso literario de estos "Nuevos episodios nacionales" es imparable, Inés y la alegría, bueno; El lector de Julio Verne, mejor; Las tres bodas de Manolita, impresionante¡¡¡


RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS, el 22 de Enero de 2015.
Empezar el año con la Grandes es saber de antemano que lo empiezas bien. Me quedo con aquello de que la guerra no duró solo hasta el 39 como nos pone en los libros de historia. Un periodo durísimo, oscuro, cruel...una guerra por la vida, para seguir viviendo. La posguerra contada a través de unos personajes llenos de fuerza y por una autora maravillosamente documentada.
Eso sí, hasta ahora " El lector de Julio Verne" sigue teniendo el puesto número uno en mi ranking.

Sinopsis (Tusquets Editores)
En el Madrid recién salido de la guerra civil, sobrevivir es un duro oficio cotidiano. Especialmente para Manolita, una joven de dieciocho años que, con su padre y su madrastra encarcelados, y su hermano Antonio escondido en un tablao flamenco, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de otros tres más pequeños. A Antonio se le ocurrirá una manera desesperada de prolongar la resistencia en los años más terribles de la represión: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para imprimir propaganda clandestina. Y querrá que sea su hermana Manolita, la señorita «Conmigo No Contéis», quien visite a un preso que puede darles la clave de su funcionamiento. Manolita no sabe que ese muchacho tímido y sin aparente atractivo va a ser en realidad un hombre determinante en su vida, y querrá visitarlo de nuevo, después de varios periplos, en el destacamento penitenciario de El Valle de los Caídos. Pero antes deberá descubrir quién es el delator que merodea por el barrio.
Las tres bodas de Manolita es una emotiva historia coral sobre los años de pobreza y desolación en la inmediata posguerra, y un tapiz inolvidable de vidas y destinos, de personajes reales e imaginados. Una novela memorable sobre la red de solidaridad que tejen muchas personas, desde los artistas de un tablao flamenco hasta las mujeres que hacen cola en la cárcel para visitar a los presos, o los antiguos amigos del colegio de su hermano, para proteger a una joven con coraje.

La segunda edición de la versión en ebook de Las tres bodas de Manolita, de diciembre de 2014, incluye La mirada de Manolita: Un recorrido sentimental por la España de posguerra de la mano de Almudena Grandes.


Las tres bodas de Manolita (fragmento)

(Un principio: El caso de las máquinas inútiles)

"Los envíos empiezan a llegar a Bilbao en 1940, en buques mercantes con pabellón de Estados Unidos de América. Algunos tienen un nombre exótico, de aire anglosajón, como Lehigh o Cold-Haiburg. Otras veces, la palabra pintada en su casco, Artiga, o Capulín, parece de origen sudamericano, más sospechoso por lo familiar, pero este detalle no tiene importancia. La carga que nos interesa nunca pasa por la aduana.
Las cajas suben a bordo en secreto, de madrugada, en Veracruz o en La Habana, bajo la protección de los gritos y los cánticos de una tripulación aficionada a celebrar su última escala americana con una juerga memorable. Después cruzan el Atlántico ocultas en las taquillas, en la bodega, o bajo los colchones de las literas de algunos marineros. Al llegar a su destino, ellos mismos reparten su contenido entre sus equipajes y los de otros miembros de la tripulación que cumplen con dos condiciones básicas, ser antifascistas y carecer de un pasaporte español. Aunque estos camaradas anónimos corren un riesgo moderado —la expulsión del país al que acaban de arribar y, a lo sumo, el despido fulminante de un armador poco amante de los problemas—, en 1940 el internacionalismo es mucho más que una bella palabra.

Si algún funcionario franquista llega a revisar alguna vez aquellos equipajes, los vuelve a cerrar con una sonrisa asombrada, complacida al mismo tiempo por la religiosidad y el elevado nivel cultural de los marineros extranjeros, en comparación con sus compatriotas, tan brutos. Porque con ellos, revueltos entre la ropa que llena sacos y maletas, entran en España unos folletos grapados, impresos en papel biblia con tipografía menuda, apretada, cuyas cubiertas de cartulina de tonos pastel están casi siempre ilustradas con una cruz y un piadoso retrato, como es de esperar en tan baratas aunque pulcras ediciones de la Novena a San Ignacio de Loyola o las Homilías de San Basilio Magno, Padre de la Iglesia. A veces, entre ellas viajan otros libritos de similar aspecto y factura, cuyo contenido no por profano resulta menos exquisito. Desde su portada, Rubén Darío, expresión melancólica de ojos sedientos y tez cetrina, bendice con alcoholizada complicidad estas modestas reproducciones de su Poesía completa, cuyos editores no han escatimado el esfuerzo de incluir abundantes, y larguísimos, comentarios de cada poema en una letra de cuerpo diminuto."

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