jueves, 11 de enero de 2018

EL BAILE DE LAS LUCIÉRNAGAS


RESEÑADA POR CLARA GLEZ. para LIBROS, 6 de Marzo de 2017.
El baile de las luciérnagas - Kristin Hannah
Pues la verdad es que no sé cómo comentar este libro.
La historia de dos amigas, a lo largo de los años, desde la década de los 70, hasta nuestros días....
Quizás sea uno de los muchos libros que están apareciendo, con una misma fórmula, vidas de amigos contadas con detalle , donde la dureza de ellas te sobrecoge.
No está mal escrito, es intimista, cálido, cercano… pero repetitivo. No por el libro en sí, sino por la historia, que con sus particularidades se asemeja a ” la moda” actual ( léase tan poca vida, por poner un ejemplo).
Con todo y con eso su lectura no estuvo mal, no lo abandoné, ( 650 páginas). Pero no es de los que, al menos a mí ,permanecen en la memoria.
Creo que gustara a muchos lectores, que hará reír y llorar, que trata de muchos temas, amigas, madres, hijos, soledad…No quiero destapar más. Sólo que no todo es tan bonito, ni la gente común es tan digamos “ perfecta” o “imperfecta”. Ni los sueños se consiguen tan fácilmente, ni tampoco son tan imposibles.
De todas formas lo recomiendo, para quienes disfruten de este tipo de lecturas.

Sinopsis (Ed. SUMA)
De la autora de El Ruiseñor, El baile de las luciérnagas es la emotiva novela que querrás que lea tu mejor amiga.

Dos amigas.
Un juramento.
Y toda una vida por delante.
En el caluroso verano de 1974, Kate Mularkey ha decido aceptar su papel de cero a la izquierda en la vida social de su instituto. Hasta que, para su sorpresa, «la chica más guay del mundo» se muda al otro lado de su calle y quiere ser su amiga. Tully Hart parece tenerlo todo: belleza, inteligencia y ambición. No pueden ser más distintas. Kate, destinada a pasar inadvertida, con una familia cariñosa pero que la avergüenza a cada momento, y Tully, envuelta en glamour y misterio aunque poseedora de un secreto que la está destrozando. Contra todo pronóstico, se hacen inseparables y sellan un pacto para ser mejores amigas para siempre.
Durante 30 años se ayudarán mutuamente para mantenerse a flote esquivando las tormentas que amenazan su relación: celos, enfados, dolor, resentimiento... Y creerán que han sobrevivido a todo hasta que una traición las separe... y someta su valor y su amistad a la prueba más dura.

El baile de las luciérnagas (fragmento)

1

Las llamaban las chicas de Firefly Lane. De eso hacía mucho tiempo, más de tres décadas, pero ahora, tumbada en la cama escuchando rugir fuera una tormenta invernal, le parecía que había sido ayer.
En la última semana (sin duda los siete peores días de toda su vida), había perdido la capacidad de distanciarse de sus recuerdos. Regresaba demasiado a menudo en sueños a 1974; volvía a ser una adolescente que madura a la sombra de una guerra perdida, montando en bicicleta junto a su mejor amiga en una oscuridad tan completa que era como ser invisible. El sitio importaba solo en la medida en que era un punto de referencia, pero lo recordaba con todo detalle: una cinta serpenteante de asfalto bordeada a ambos lados por acequias de aguas turbias y laderas de hierba silvestre. Antes de conocerse, aquella carretera había parecido no llevar a ninguna parte, no era más que un camino comarcal con el nombre de un insecto, la luciérnaga, que nadie había visto jamás en aquel rincón perdido del mundo, verde y azulado.
Hasta que lo vieron la una con los ojos de la otra. Desde lo alto de la colina, en lugar de árboles elevados, zanjas embarradas y montañas nevadas en la distancia, veían todos los sitios a los que irían algún día. De noche, se escabullían de sus casas vecinas y quedaban en la carretera. A orillas del río Pilchuck fumaban cigarrillos robados, cantaban Billy, Don’t Be a Hero a voz en cuello y se lo contaban todo, entretejiendo sus vidas de tal modo que para cuando terminaba el verano era imposible saber dónde empezaba una y terminaba la otra. Para todos los que las conocían se convirtieron sencillamente en TullyKate, y durante más de treinta años su amistad fue el muro de carga de sus vidas: fuerte, duradera, sólida. Puede que la música cambiara con las décadas, pero las promesas hechas en Firefly Lane permanecían.
Mejores amigas para siempre.

NUBOSIDAD VARIABLE


RESEÑADA por CLARA GLEZ. para LIBROS, 8 de Marzo de 2017
Nubosidad variable – Carmen Martin Gaite
En este libro se narra la vida de dos mujeres muy distintas, cuya amistad está unida por el gusto a las palabras, por contar a través de ellas una amistad, en el recuerdo y en el presente.
Sofía y Mariana fueron amigas desde su infancia, con dos perfiles muy distintos: Sofía es imaginativa, abierta y, por azares de la vida, se ve atrapada en un rol de esposa y madre. Mariana, una brillante psiquiatra, tiene un perfil más complicado y está atrapada en historias amorosas bastante confusas.
Después de muchos años se encuentran por casualidad y esa antigua amistad resurge. Para ambas es un revulsivo, sobre todo para Sofía, en la que Mariana despierta su afición por escribir, animándola a ello y, por consiguiente, despertando en ella sus miedos, temores, dudas y demás fantasmas que fue acumulando en el transcurrir de su vida.
Mariana, mientras tanto, desaparece y escribe para Sofía unas cartas que no se atreve a enviar en las que también va desvelando sus fantasmas y el momento psicológico por el que está pasando.
Ambas intentan recuperar su vida mientras van creando lazos que afianzan más su antigua amistad.
Como todos los libros de Gaite, ésta maneja maravillosamente todos los recursos para escribir una buena historia: la trama, el suspense, las alusiones poéticas, los diálogos, los cambios de opinión y las dudas que van surgiendo en unos personajes maravillosamente trazados.
Ambos personajes se rodean de otros secundarios, que dan veracidad y motivos para explicar el “estado anímico” en el que se encuentran estas dos mujeres.
Hay un párrafo de la obra que me marcó desde que la leí.
“Los gusanos verdes son las horas muertas, las horas podridas de mi vida entera, horas gastadas en sortear los escollos de la realidad para lograr aprobar materias que no me acuerdo de qué trataban, en las que ni siquiera me doy por examinado, a pesar de haber lidiado tanto con ellas. Porque lo único que sé de esas asignaturas es que siempre hay que estar haciéndoles frente como si fuera la primera vez, y el miedo a suspenderlas sigue siendo el mismo. Muy parecido, además, al miedo de haber perdido los papeles donde pudiera constar que se han aprobado. Se estudiaban para la nota. No eran optativas. Aprobado en hija de familia. Aprobado en noviazgo. Aprobado en economía doméstica. Aprobado en trato conyugal y en deberes con la parentela política. Aprobado en partos, aprobado en suavizar asperezas, en buscar un sitio para cada cosa y en poner a mal tiempo buena cara. Aprobado en paternidad activa, aunque esta asignatura, por ser las más difícil, está sometida a continua revisión. Tales materias, sobre todo la última, pueden llegar a ser apasionantes. Depende de cómo se tomen. Pero se parecen a los problemas de logaritmos en una cosa: en que de una vez para otra ya no se sabe cómo se resolvieron, ni por qué los tenía uno que resolver. Gusanera gris y gusanera verde de conocimientos borrosos, discutibles, agobiantes.” La autora se recrea en dar vida a dichos personajes secundarios para hablar sobre esos sentimientos que invaden la vida de las dos. Su dejar pasar la vida. Y mediante esas cartas, nunca enviadas, que salen de su interior, va desgranando y descubriendo el fondo de sus almas. Haciendo al fin y al cabo un ajuste de cuentas con ellas mismas y con sus vidas.

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Sofía Montalvo y Mariana León fueron amigas en el colegio. Sofía, joven imaginativa, de carácter abierto, se ha visto atrapada en una anodina existencia de esposa y madre de familia. Mariana se ha convertido en una brillante psiquiatra de moda. Al cabo de más de treinta años, el azar las hace coincidir y el recuerdo de su amistad desencadena en ambas una revolución interior que irá creciendo a lo largo del libro.
En el encuentro, Mariana evoca la afición de Sofía por las palabras y la anima a escribir. Ella, con la sensación de quien se dispone a ordenar el cuarto donde se amontonan los miedos, objetos, presencias y fantasías, estrenará su primer cuaderno. Entretanto, Mariana se marcha de Madrid y compone para Sofía cartas que no se atreve a echar al correo, donde va tomando el pulso a su desintegración psicológica. La novela es, así, la historia de dos escrituras, pero también, quizá por encima de todo, la reconstrucción de una amistad.
Carmen Martín Gaite, dueña de un estilo que se mueve con idéntica soltura en los diálogos, las invocaciones poéticas, la creación de personajes accesorios, los momentos de suspense o las asociaciones surrealistas, ha sabido captar con maestría los cambios de postura, los giros del alma de sus entes de ficción en una de las novelas españolas de mayor éxito nacional e internacional.

Nubosidad variable (fragmento)
"Lo importante era hacer acopio de serenidad y saborear aquella excitación tan grande ante la idea de contestar «quiero» a cualquier invitación o desafío. Se avecinaba un juego inédito, aunque muy antiguo también, el gran juego apasionante del que todo el mundo tiene referencias y que hasta entonces yo sólo había disfrutado a través de las que me llegaban del cine y los libros. Mariana opinaba que me estaba envenenando con tantas historias de amor literarias y que aquellas pistas falaces de las novelas y del cine me iban a despistar cuando intentara aplicarlas a mi propia historia.
—No tendré que pedir ninguna pista a nadie, no te preocupes —protestaba yo—. Sabré yo sola muy bien lo que tengo que hacer cuando llegue el caso.
—¿Y cómo sabrás que ha llegado el caso? —insistía Mariana.
—Porque tendré ganas de gustar. Me lo dirá el cuerpo. Y la imaginación y la inteligencia se crecerán, obedeciendo a las señales del cuerpo, querrán ponerse a su altura.
Todo se iba cumpliendo, con el añadido de un regalo premonitorio. La imaginación tenía que abarcar mucho para ponerse a la altura de un cuerpo que llevaba veinticuatro horas con ganas de gustar, que, resucitando inopinadamente al conjuro de un hada madrina, se había vestido de gala y había ensayado ante el espejo una función sin réplica; que estaba deseando convertirse, a su vez, en espejo. El mismo cuerpo que ahora acababa de desprenderse en silencio de los zapatos y subía los pies al sofá con languidez teatral; gesto, por cierto, que pareció hallar eco en el otro actor y provocar un amago de torsión en su cabeza, aunque tan tenue y breve que la chica de rojo no tuvo tiempo más que para adivinar entre pestañas el remate de una garganta memorable. "


miércoles, 10 de enero de 2018

UN MISTERIO EN TOLEDO


Trigésima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Thomas Pitt policía en el Londres victoriano y su intrépida esposa Charlotte, detective aficionada.

Última entrega, y ya van 30, de la serie protagonizada por Thomas Pitt y su esposa Charlotte.
Misterio religioso con origen en España y una resolución tan prosaica como era de esperar con la iglesia por medio. Bien armada, se echa de menos mayor protagonismo de Charlotte y a su hermana que no aparece en esta novela, pero la ambientación de finales del siglo XIX, con referencias a la Guerra de Cuba..., el caso Dreyfuss y la inestabilidad política europea, hacen de ella una opción entretenida sobre todo para los que nos gustan esas series en las que los protagonistas nacen, crecen y cambian con el lector.
Me ha gustado, porque soy aficionada y a pesar de haber descubierto el misterio antes de llegar a la mitad de la novela.

Sinopsis (Ed. B)
La apasionante nueva novela de Perry protagonizada por Charlotte y Thomas Pitt nos invita a regresar al Londres victoriano, donde la codicia y la ambición nunca duermen y las pasiones a veces se desbocan.
El siglo XIX llega a su fin y casi toda Europa se encuentra sumida en una profunda crisis política. Las amenazas terroristas proliferan y asuelan el continente.
En este contexto, Sofía Delacruz llega a Londres procedente de España para predicar un evangelio revolucionario de amor y perdón que muchos consideran blasfemo. Thomas Pitt recibe el encargo de proteger a Sofía y también al gobierno de Su Majestad de cualquier situación bochornosa que esa mujer -tan bella como carismática- pudiera causar.
Cuando de pronto Sofía desaparece y dos de sus seguidoras son brutalmente asesinadas, Pitt se enfrenta a su mayor desafío. ¿Acaso Barton Hall, el rico primo banquero de Sofía, está involucrado de algún modo? Y ¿por qué Dalton Trague, la estrella del críquet, se ha deslizado dentro de la investigación de Pitt? Temeroso de que estos hechos puedan desencadenar un incidente internacional, Pitt acepta la ayuda de tres aliados: su inteligente esposa Charlotte, su tía abuela lady Vespasia y su amigo Victor Narraway.
Desde las estrechas calles de Toledo y un solitario monasterio en tierra española, hasta los muelles londinenses, Pitt y sus amigos libran una carrera contra el tiempo en un intento desesperado de atrapar a un asesino.

Un misterio en Toledo (fragmento)

Pitt miró al ministro de Interior con incredulidad. Estaban en una estancia silenciosa y soleada de Whitehall, el tráfico de la calle apenas se oía.
—¿Una santa española? —dijo, esforzándose en mantener un tono más o menos neutro.
—No es española, es inglesa —respondió sir Walter con paciencia—. Simplemente vive en España. En Toledo, tengo entendido. Ha venido a ver a su familia.
—¿Y qué relación guarda eso con la Special Branch, señor? —preguntó Pitt. La Special Branch se había creado inicialmente para que se encargase del problema irlandés y ahora, en la primavera de 1898, su jurisdicción se había ampliado enormemente para abordar cualquier asunto que se considerase una amenaza para la seguridad nacional.
El caos era dueño de Europa mientras el siglo tocaba a su fin. La agitación social se intensificaba y era cada vez más patente. Cada pocas semanas había atentados anarquistas con bomba en uno u otro lugar. En Francia, el caso Dreyfus estaba exasperando los ánimos y apuntaba hacia un clímax que nadie era capaz de prever. Incluso circulaban rumores de que el gobierno podría caer.
Encarar la amenaza de asesinato de un dignatario de visita en Inglaterra era una de las misiones de la Special Branch, pero atender las necesidades de una monja en gira, o lo que quiera que fuese, sin duda no lo era. Pitt abrió la boca para señalarlo pero sir Walter habló primero.

LA ESPOSA JOVEN


"El Hijo y la Esposa joven se habían conocido cuando ella tenía quince años y él dieciocho, acabando gradualmente por reconocer, el uno en el otro, un correctivo suntuoso a las indecisiones del corazón y al aburrimiento de la juventud".
En este tono transcurre la narración de Baricco que, fiel a sí mismo, devana una madeja de sensaciones y sentimientos en una historia que se va volviendo "imposible" a medida que avanza. Creo que la historia original tenía posibilidades pero se le ha ido de las manos, de pura fantasía y entusiasmo.
¿Es una historia de amor?.....no sabría decirlo, es una historia extraña, de una familia extraña que se pierde en los vericuetos de la narración, como si los personajes hubiesen tomado vida propia. La salvación de la novela es la prosa poética y luminosa de Baricco que conquista el corazón aunque, en ocasiones, se resista a llegar al cerebro
La recomiendo??, pues.......con reservas y más como ejercicio de disfrute cuasi poético que como novela.

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Tras cumplir dieciocho años, y según lo acordado previamente, la Esposa joven regresa de Argentina y se presenta en casa de la Familia para poder casarse con el Hijo, su prometido. Sin embargo, hay un pequeño problema: éste ha partido en viaje de negocios y nadie sabe con exactitud cuándo va a volver, ni si lo hará. Se inicia así una larga espera en una villa italiana, a principios del siglo XX, en la que la joven tendrá la oportunidad de ir conociendo en profundidad al Padre, empeñado en mantener en orden un mundo con tendencia al caos y a la hipérbole, pese a la fragilidad de su corazón; a la Madre, cuya exuberante belleza está en el origen de no pocas locuras y bancarrotas, y experta en formular silogismos inescrutables; a la Hija, que mantiene en secreto su propia espera, pese a una discapacidad que aumenta su voluntad de gozar de la existencia; y, en fin, al Tío, sumido en un sueño del que sólo despierta ocasionalmente para actividades cotidianas o para dar sabios consejos. Todo ello bajo la atenta mirada de Modesto, el mayordomo, quien es capaz, con sus golpes de tos, de asesorar a la Esposa joven para moverse en ese excéntrico mundo.Una de las novelas más audaces de Baricco, con ese sabor agridulce propio de sus obras, en la que se combinan sabiamente páginas de un erotismo inaudito, divertidas escenas de vida familiar, reflexiones sobre el arte de vivir, y también de morir, y digresiones de un narrador que medita, a la par que los crea y les da voz, sobre esos personajes y esos mundos de ficción tras los que se enmascaran sus propias experiencias.

La esposa joven (fragmento)

Los escalones para subir son treinta y seis, de piedra, y el anciano los sube despacio, circunspecto, casi como si fuera recogiéndolos uno a uno para conducirlos hasta el primer piso: él es un pastor; ellos, sus tranquilos animales. Modesto es su nombre. Sirve en esa casa desde hace cincuenta y nueve años; es, por tanto, su sacerdote.
Al llegar al último escalón se detiene frente al amplio pasillo que se prolonga sin sorpresas ante su mirada: a la derecha, las habitaciones cerradas de los Señores, cinco; a la izquierda, siete ventanas, cerradas con postigos de madera lacada.
Es justo el amanecer.
El anciano se detiene porque tiene una enumeración personal que debe actualizar. Lleva la cuenta de las mañanas que ha inaugurado en esa casa, siempre de la misma manera. Así que añade otra unidad que se pierde entre los millares. La cuenta es vertiginosa, pero no está preocupado: oficiar desde siempre el mismo ritual matutino le parece coherente con su trabajo, respetuoso con sus inclinaciones y típico de su destino.
Después de pasar la palma de las manos sobre la tela planchada de los pantalones –en los costados, a la altura de los muslos– adelanta la cabeza casi imperceptiblemente y pone en movimiento de nuevo sus pasos. Ignora las puertas de los Señores, pero al llegar a la primera ventana, a la izquierda, se detiene para abrir los postigos. Lo hace con ges tos suaves y exactos. Los repite con cada ventana, siete veces.

martes, 9 de enero de 2018

EL JUEGO DE LA LUZ


Séptima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Armand Gamache, inspector jefe del Departamento de Homicidios de la  Sûreté du Quebec.

Sin prisa y sin pausa, esta autora y sus personajes van convirtiéndose en imprescindibles en mi vida de lectora de novela negra.
Ese pueblo que no figura en los mapas de Canadá, un inspector jefe que es como un padre pero puede ser duro y frío como el hielo, su segundo en el mando que me encanta, desde ese nombre romántico Jean-Guy hasta el sufrimiento que arrastra y los habitantes del pueblo, pareja gerente del bed and breakfast, pareja de pintores siempre en el centro del crimen, librera flower-power y esotérica, poeta eximia pero borracha y malhablada.....podría seguir pero algo tendréis que descubrir vosotros...jeje
En esta novela que, cronológicamente, haría el número 7 de la serie, aunque nuestra "querida editorial" sólo haya publicado cuatro y no consecutivos, los personajes están recuperándose de la debacle sufrida en el caso anterior, no han logrado todavía curarse de lo ocurrido y ya se ven envueltos en otra muerte que, como no, tiene como escenario Three Pines y como no, el jardín de los Morrow. El pasado vuelve y no hay perdón¡
Me ha encantado¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Tras Una revelación brutal y Enterrad a los muertos, este nuevo caso del inspector Armand Gamache es la tercera obra publicada en castellano de una de las series policíacas más galardonadas y celebradas por la crítica internacional. Ganadora de un Anthony Award y elegida mejor novela negra del año por The New York Times Book Review, El juego de la luz es una nueva lección magistral de la gran dama canadiense del crimen.
Clara Morrow lleva muchos años trabajando en el más absoluto anonimato como pintora aficionada en Three Pines, un tranquilo pueblecito de las afueras de Montreal. Así que, cuando el Musée d’Art Contemporain de la capital decide acoger una exposición sobre su obra, Clara no da crédito a la noticia. La sensación de irrealidad y los nervios que la atenazan la noche del vernissage se prolongan en la cena que ofrece en su casa para amigos y miembros del mundillo artístico. Sin embargo, este torbellino de emociones sólo será el preludio de una velada dramática: al día siguiente de la celebración, aparece el cadáver de una mujer en un rincón del jardín. Y no es una persona cualquiera: se trata de Lillian Dyson, quien no sólo es una reconocida crítica de arte capaz de arruinar una carrera, sino que también había sido la mejor amiga de Clara desde la infancia, hasta que una fuerte disputa las separó durante años. ¿Qué hacía en esa fiesta a la que no había sido invitada? ¿Por qué y quién la ha matado? Son preguntas elementales con las que Armand Gamache inicia la investigación, acompañado de Jean-Guy Beauvoir e Isabelle Lacoste, sus dos ayudantes más próximos.

El juego de la luz (fragmento)

UNO«¡Pero no! ¡No y no!», pensó Clara Morrow mientras caminaba hacia las puertas cerradas.
Veía las sombras y siluetas moviéndose de un lado a otro como espectros, de aquí para allá, de aquí para allá tras el cristal esmerilado. Aparecían y desaparecían. Distorsionadas, pero humanas. «Seguía lamentándose el difunto.»
Llevaba todo el día con esas palabras en la cabeza: aparecían y desaparecían. Un poema a medio recordar. Palabras que flotaban hacia la superficie y volvían a hundirse. El cuerpo del poema, más allá de su alcance.
¿Cómo era el resto?
Le parecía importante.
«¡Pero no! ¡No y no!»
Las siluetas borrosas que había al otro extremo del largo pasillo parecían líquidas, o vaporosas. Presentes, pero sin sustancia. Fugaces. Huidizas.
Ella también deseaba huir.
Había llegado: allí terminaba su viaje. Y no sólo el que habían hecho ese día. Ella y su marido, Peter, habían conducido desde su pueblecito de Quebec hasta el Musée d’Art Contemporain de Montreal, un lugar que conocían muy bien. De forma íntima. ¿Cuántas veces habían acudido al mac para maravillarse ante alguna exposición nueva o para apoyar a algún amigo también artista? O sólo para sentarse en silencio en el centro de la elegante galería un día cualquiera, entre semana, cuando el resto de la ciudad estaba en el trabajo.
Para ellos el arte era su trabajo

UNA PRIMAVERA DE PERROS


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rocco Schiavone,  subjefe de policía en la Brigada Móvil de Aosta, en los Alpes italianos.

La primavera, o un sucedáneo de la misma, ha llegado a Aosta, mientras las nieves comienzan a derretirse, el subjefe Schiavone sigue destrozando zapatos a un ritmo trepidante y gastando dinero, como si le sobrase.
Un accidente, encubre algo más turbio y nuestro policía tarda en verlo, pero cuando lo hace, pone todo su espíritu en la resolución del mismo, ¿todo?....., quizás su situación sentimental le nuble un poco el entendimiento....
Sigo disfrutando muchísimo esta serie y sus personajes.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
El carácter irascible del subjefe de policía Rocco Schiavone ha seducido a los lectores italianos hasta el punto de que sus últimas novelas han ocupado los primeros puestos de las listas de ventas. Con cada nuevo episodio, este romano de pura cepa —desterrado a una pequeña ciudad al pie de los Alpes por ciertos comportamientos de dudosa licitud— ha ido adquiriendo una dimensión más incisiva y profunda, para deleite de sus cientos de miles de seguidores.
Tras pasarse nueve meses destrozando sus Clarks, pues se niega a calzarse unas botas de montaña apropiadas para la región, Schiavone acoge con escepticismo la llegada de una teórica primavera al valle de Aosta. Su resistencia a someterse a la realidad de aquel lugar, donde ni las estaciones del año son como deberían ser, se refleja también en su labor profesional. Al conocerse el accidente de una furgoneta en el que mueren el conductor y su acompañante, Rocco reacciona con su habitual irritación e intenta desentenderse del asunto. Sin embargo, pocos días después, la desaparición de una joven perteneciente a una rica familia de constructores de la zona despierta su instinto de sabueso: las pesquisas para encontrar a la chica le abren las puertas de un mundo subterráneo que lo deja estupefacto. Rocco conoce muy bien los negocios turbios que se dan en una gran ciudad como la que tanto añora, pero no sospechaba hasta qué punto podía existir algo semejante en ese rincón perdido entre las montañas. Finalmente, Schiavone no tiene más remedio que ponerse manos a la obra, lo que lo obligará a apartar de su mente el espinoso asunto de su relación con la mejor amiga de su última ex, además de un doloroso hecho de su pasado que se niega a aceptar.

Una primavera de perros (fragmento)

LUNESEl relámpago desgarró la noche y atrapó en un flash fotográfico la furgoneta blanca que corría veloz de Saint Vincent a Aosta.
— Va a llover — dijo el italiano al volante.
— Entonces ve más lento — respondió el del acento extranjero.
Primero el trueno y luego la lluvia, que cayó como un cubo de agua contra el cristal delantero. El italiano accionó el limpiaparabrisas, pero no redujo la velocidad. Se limitó a poner las largas. — Asfalto moja y carretera vuelve jabón — dijo el extranjero mientras sacaba el móvil del bolsillo del abrigo.
Pero el italiano siguió sin reducir la velocidad.
El extranjero desdobló un papelito y empezó a marcar un número.
— ¿Se puede saber por qué no guardas los números en la agenda, como todo el mundo?
— No queda memoria. Toda llena. Y tú, lo tuyo — respondió sin dejar de marcar.
La furgoneta pilló un bache y ambos pegaron un bote.
— ¡Que voy vomitar! — exclamó el hombre del acento extranjero, mientras se llevaba el móvil a la oreja.
— ¿A quién llamas?
Pero no obtuvo respuesta de su compañero, quien al oír un adormilado «¿Diga...? ¿Quién es a estas horas?», torció el gesto y colgó.
—  Equivocado — murmuró, pulsando nervioso las teclas del viejo móvil manchado de pintura.

LA COSTILLA DE ADÁN


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rocco Schiavone,  subjefe de policía en la Brigada Móvil de Aosta, en los Alpes italianos.

El subjefe Schiavone aborda su segundo caso, una muerte sospechosa y sigue en su exilio entre la nieve, manifestando a cada paso, su mal humor y esa forma de hacer las cosas que no le granjea simpatías, precisamente...
Me gusta Schiavone¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Forzado a abandonar su querida Roma natal debido a ciertas irregularidades en el desempeño de su labor policial, Rocco Schiavone es enviado al valle de Aosta, que pese a estar situado en la península Itálica, para un meridional como él es lo más parecido a aterrizar en Marte. Rodeado de imponentes montañas, atenazado por un frío glacial y desconcertado ante el carácter circunspecto de los habitantes del lugar, Rocco encara su segundo caso con el mismo talante de siempre, irritable y transgresor hasta el límite de lo permisible, pero imbuido de un profundo sentido de la justicia.
Cuando una mujer es hallada muerta en su casa y, en la penumbra, se extienden las secuelas de lo que en apariencia ha sido un robo violento, el subjefe Schiavone se resiste a la tentación de creer lo evidente. Una serie de coincidencias y divergencias, sumadas a la ambigüedad de algunos personajes, transformará gradualmente el escenario del crimen en una espesa niebla de misterios. Para despejarla, Schiavone pondrá en práctica su contundente método particular, basado en la intuición, la astucia, una inquebrantable lealtad a su gente de confianza y cierta tendencia a tomarse la justicia por su mano. 
Como ya se vislumbró en Pista negra, su primer caso, cada interrogatorio de Schiavone, espoleado por su característico mal humor y su irreductible tenacidad, aviva la curiosidad del lector. Así, la cohesión geométrica de las tramas de Manzini y el desasosiego de su personaje, de una humanidad desbordante han convertido las historias de Schiavone en un éxito sin precedentes en Italia, un fenómeno que va camino de extenderse a todo el continente europeo.

La costilla de Adán (fragmento)

VIERNESEran días de marzo, días que regalan destellos de sol y promesas de la primavera que está por venir. Los rayos, aún tibios, incluso fugaces, colorean el mundo e invitan a la esperanza.
Pero no en Aosta.
Había llovido toda la noche, y las gotas de aguanieve habían martilleado la ciudad hasta las dos de la madrugada. Luego la temperatura había descendido varios grados y claudicado ante la nieve, que cayó en pequeños copos hasta las seis, cubriendo calzadas y aceras. Al alba, la luz del sol había despuntado diáfana y febril, revelando una ciudad blanqueada, mientras los últimos copos revoloteaban y caían en espiral sobre las aceras. Las nubes ocultaban las montañas y la temperatura era de unos pocos grados bajo cero. Después se había levantado inesperadamente un viento hostil que había invadido las calles de la ciudad como una marabunta de cosacos borrachos, abofeteando hombres y cosas.
En vía Brocherel sólo cosas, puesto que la calle estaba desierta. La señal de prohibido estacionar se agitaba, y las ramas de los arbolillos plantados en el asfalto crujían como los huesos de un artrítico. La nieve que aún no había cuajado se levantaba formando pequeños remolinos, y alguna contraventana suelta golpeteaba sin parar. De los tejados de los edificios caían ráfagas de polvo helado que barría el viento.
Irina dobló la esquina de via Monte Emilus con via Brocherel y recibió un bofetón de aire en plena cara.