miércoles, 10 de enero de 2018

UN MISTERIO EN TOLEDO


Trigésima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Thomas Pitt policía en el Londres victoriano y su intrépida esposa Charlotte, detective aficionada.

Última entrega, y ya van 30, de la serie protagonizada por Thomas Pitt y su esposa Charlotte.
Misterio religioso con origen en España y una resolución tan prosaica como era de esperar con la iglesia por medio. Bien armada, se echa de menos mayor protagonismo de Charlotte y a su hermana que no aparece en esta novela, pero la ambientación de finales del siglo XIX, con referencias a la Guerra de Cuba..., el caso Dreyfuss y la inestabilidad política europea, hacen de ella una opción entretenida sobre todo para los que nos gustan esas series en las que los protagonistas nacen, crecen y cambian con el lector.
Me ha gustado, porque soy aficionada y a pesar de haber descubierto el misterio antes de llegar a la mitad de la novela.

Sinopsis (Ed. B)
La apasionante nueva novela de Perry protagonizada por Charlotte y Thomas Pitt nos invita a regresar al Londres victoriano, donde la codicia y la ambición nunca duermen y las pasiones a veces se desbocan.
El siglo XIX llega a su fin y casi toda Europa se encuentra sumida en una profunda crisis política. Las amenazas terroristas proliferan y asuelan el continente.
En este contexto, Sofía Delacruz llega a Londres procedente de España para predicar un evangelio revolucionario de amor y perdón que muchos consideran blasfemo. Thomas Pitt recibe el encargo de proteger a Sofía y también al gobierno de Su Majestad de cualquier situación bochornosa que esa mujer -tan bella como carismática- pudiera causar.
Cuando de pronto Sofía desaparece y dos de sus seguidoras son brutalmente asesinadas, Pitt se enfrenta a su mayor desafío. ¿Acaso Barton Hall, el rico primo banquero de Sofía, está involucrado de algún modo? Y ¿por qué Dalton Trague, la estrella del críquet, se ha deslizado dentro de la investigación de Pitt? Temeroso de que estos hechos puedan desencadenar un incidente internacional, Pitt acepta la ayuda de tres aliados: su inteligente esposa Charlotte, su tía abuela lady Vespasia y su amigo Victor Narraway.
Desde las estrechas calles de Toledo y un solitario monasterio en tierra española, hasta los muelles londinenses, Pitt y sus amigos libran una carrera contra el tiempo en un intento desesperado de atrapar a un asesino.

Un misterio en Toledo (fragmento)

Pitt miró al ministro de Interior con incredulidad. Estaban en una estancia silenciosa y soleada de Whitehall, el tráfico de la calle apenas se oía.
—¿Una santa española? —dijo, esforzándose en mantener un tono más o menos neutro.
—No es española, es inglesa —respondió sir Walter con paciencia—. Simplemente vive en España. En Toledo, tengo entendido. Ha venido a ver a su familia.
—¿Y qué relación guarda eso con la Special Branch, señor? —preguntó Pitt. La Special Branch se había creado inicialmente para que se encargase del problema irlandés y ahora, en la primavera de 1898, su jurisdicción se había ampliado enormemente para abordar cualquier asunto que se considerase una amenaza para la seguridad nacional.
El caos era dueño de Europa mientras el siglo tocaba a su fin. La agitación social se intensificaba y era cada vez más patente. Cada pocas semanas había atentados anarquistas con bomba en uno u otro lugar. En Francia, el caso Dreyfus estaba exasperando los ánimos y apuntaba hacia un clímax que nadie era capaz de prever. Incluso circulaban rumores de que el gobierno podría caer.
Encarar la amenaza de asesinato de un dignatario de visita en Inglaterra era una de las misiones de la Special Branch, pero atender las necesidades de una monja en gira, o lo que quiera que fuese, sin duda no lo era. Pitt abrió la boca para señalarlo pero sir Walter habló primero.

LA ESPOSA JOVEN


"El Hijo y la Esposa joven se habían conocido cuando ella tenía quince años y él dieciocho, acabando gradualmente por reconocer, el uno en el otro, un correctivo suntuoso a las indecisiones del corazón y al aburrimiento de la juventud".
En este tono transcurre la narración de Baricco que, fiel a sí mismo, devana una madeja de sensaciones y sentimientos en una historia que se va volviendo "imposible" a medida que avanza. Creo que la historia original tenía posibilidades pero se le ha ido de las manos, de pura fantasía y entusiasmo.
¿Es una historia de amor?.....no sabría decirlo, es una historia extraña, de una familia extraña que se pierde en los vericuetos de la narración, como si los personajes hubiesen tomado vida propia. La salvación de la novela es la prosa poética y luminosa de Baricco que conquista el corazón aunque, en ocasiones, se resista a llegar al cerebro
La recomiendo??, pues.......con reservas y más como ejercicio de disfrute cuasi poético que como novela.

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Tras cumplir dieciocho años, y según lo acordado previamente, la Esposa joven regresa de Argentina y se presenta en casa de la Familia para poder casarse con el Hijo, su prometido. Sin embargo, hay un pequeño problema: éste ha partido en viaje de negocios y nadie sabe con exactitud cuándo va a volver, ni si lo hará. Se inicia así una larga espera en una villa italiana, a principios del siglo XX, en la que la joven tendrá la oportunidad de ir conociendo en profundidad al Padre, empeñado en mantener en orden un mundo con tendencia al caos y a la hipérbole, pese a la fragilidad de su corazón; a la Madre, cuya exuberante belleza está en el origen de no pocas locuras y bancarrotas, y experta en formular silogismos inescrutables; a la Hija, que mantiene en secreto su propia espera, pese a una discapacidad que aumenta su voluntad de gozar de la existencia; y, en fin, al Tío, sumido en un sueño del que sólo despierta ocasionalmente para actividades cotidianas o para dar sabios consejos. Todo ello bajo la atenta mirada de Modesto, el mayordomo, quien es capaz, con sus golpes de tos, de asesorar a la Esposa joven para moverse en ese excéntrico mundo.Una de las novelas más audaces de Baricco, con ese sabor agridulce propio de sus obras, en la que se combinan sabiamente páginas de un erotismo inaudito, divertidas escenas de vida familiar, reflexiones sobre el arte de vivir, y también de morir, y digresiones de un narrador que medita, a la par que los crea y les da voz, sobre esos personajes y esos mundos de ficción tras los que se enmascaran sus propias experiencias.

La esposa joven (fragmento)

Los escalones para subir son treinta y seis, de piedra, y el anciano los sube despacio, circunspecto, casi como si fuera recogiéndolos uno a uno para conducirlos hasta el primer piso: él es un pastor; ellos, sus tranquilos animales. Modesto es su nombre. Sirve en esa casa desde hace cincuenta y nueve años; es, por tanto, su sacerdote.
Al llegar al último escalón se detiene frente al amplio pasillo que se prolonga sin sorpresas ante su mirada: a la derecha, las habitaciones cerradas de los Señores, cinco; a la izquierda, siete ventanas, cerradas con postigos de madera lacada.
Es justo el amanecer.
El anciano se detiene porque tiene una enumeración personal que debe actualizar. Lleva la cuenta de las mañanas que ha inaugurado en esa casa, siempre de la misma manera. Así que añade otra unidad que se pierde entre los millares. La cuenta es vertiginosa, pero no está preocupado: oficiar desde siempre el mismo ritual matutino le parece coherente con su trabajo, respetuoso con sus inclinaciones y típico de su destino.
Después de pasar la palma de las manos sobre la tela planchada de los pantalones –en los costados, a la altura de los muslos– adelanta la cabeza casi imperceptiblemente y pone en movimiento de nuevo sus pasos. Ignora las puertas de los Señores, pero al llegar a la primera ventana, a la izquierda, se detiene para abrir los postigos. Lo hace con ges tos suaves y exactos. Los repite con cada ventana, siete veces.

martes, 9 de enero de 2018

EL JUEGO DE LA LUZ


Séptima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Armand Gamache, inspector jefe del Departamento de Homicidios de la  Sûreté du Quebec.

Sin prisa y sin pausa, esta autora y sus personajes van convirtiéndose en imprescindibles en mi vida de lectora de novela negra.
Ese pueblo que no figura en los mapas de Canadá, un inspector jefe que es como un padre pero puede ser duro y frío como el hielo, su segundo en el mando que me encanta, desde ese nombre romántico Jean-Guy hasta el sufrimiento que arrastra y los habitantes del pueblo, pareja gerente del bed and breakfast, pareja de pintores siempre en el centro del crimen, librera flower-power y esotérica, poeta eximia pero borracha y malhablada.....podría seguir pero algo tendréis que descubrir vosotros...jeje
En esta novela que, cronológicamente, haría el número 7 de la serie, aunque nuestra "querida editorial" sólo haya publicado cuatro y no consecutivos, los personajes están recuperándose de la debacle sufrida en el caso anterior, no han logrado todavía curarse de lo ocurrido y ya se ven envueltos en otra muerte que, como no, tiene como escenario Three Pines y como no, el jardín de los Morrow. El pasado vuelve y no hay perdón¡
Me ha encantado¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Tras Una revelación brutal y Enterrad a los muertos, este nuevo caso del inspector Armand Gamache es la tercera obra publicada en castellano de una de las series policíacas más galardonadas y celebradas por la crítica internacional. Ganadora de un Anthony Award y elegida mejor novela negra del año por The New York Times Book Review, El juego de la luz es una nueva lección magistral de la gran dama canadiense del crimen.
Clara Morrow lleva muchos años trabajando en el más absoluto anonimato como pintora aficionada en Three Pines, un tranquilo pueblecito de las afueras de Montreal. Así que, cuando el Musée d’Art Contemporain de la capital decide acoger una exposición sobre su obra, Clara no da crédito a la noticia. La sensación de irrealidad y los nervios que la atenazan la noche del vernissage se prolongan en la cena que ofrece en su casa para amigos y miembros del mundillo artístico. Sin embargo, este torbellino de emociones sólo será el preludio de una velada dramática: al día siguiente de la celebración, aparece el cadáver de una mujer en un rincón del jardín. Y no es una persona cualquiera: se trata de Lillian Dyson, quien no sólo es una reconocida crítica de arte capaz de arruinar una carrera, sino que también había sido la mejor amiga de Clara desde la infancia, hasta que una fuerte disputa las separó durante años. ¿Qué hacía en esa fiesta a la que no había sido invitada? ¿Por qué y quién la ha matado? Son preguntas elementales con las que Armand Gamache inicia la investigación, acompañado de Jean-Guy Beauvoir e Isabelle Lacoste, sus dos ayudantes más próximos.

El juego de la luz (fragmento)

UNO«¡Pero no! ¡No y no!», pensó Clara Morrow mientras caminaba hacia las puertas cerradas.
Veía las sombras y siluetas moviéndose de un lado a otro como espectros, de aquí para allá, de aquí para allá tras el cristal esmerilado. Aparecían y desaparecían. Distorsionadas, pero humanas. «Seguía lamentándose el difunto.»
Llevaba todo el día con esas palabras en la cabeza: aparecían y desaparecían. Un poema a medio recordar. Palabras que flotaban hacia la superficie y volvían a hundirse. El cuerpo del poema, más allá de su alcance.
¿Cómo era el resto?
Le parecía importante.
«¡Pero no! ¡No y no!»
Las siluetas borrosas que había al otro extremo del largo pasillo parecían líquidas, o vaporosas. Presentes, pero sin sustancia. Fugaces. Huidizas.
Ella también deseaba huir.
Había llegado: allí terminaba su viaje. Y no sólo el que habían hecho ese día. Ella y su marido, Peter, habían conducido desde su pueblecito de Quebec hasta el Musée d’Art Contemporain de Montreal, un lugar que conocían muy bien. De forma íntima. ¿Cuántas veces habían acudido al mac para maravillarse ante alguna exposición nueva o para apoyar a algún amigo también artista? O sólo para sentarse en silencio en el centro de la elegante galería un día cualquiera, entre semana, cuando el resto de la ciudad estaba en el trabajo.
Para ellos el arte era su trabajo

UNA PRIMAVERA DE PERROS


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rocco Schiavone,  subjefe de policía en la Brigada Móvil de Aosta, en los Alpes italianos.

La primavera, o un sucedáneo de la misma, ha llegado a Aosta, mientras las nieves comienzan a derretirse, el subjefe Schiavone sigue destrozando zapatos a un ritmo trepidante y gastando dinero, como si le sobrase.
Un accidente, encubre algo más turbio y nuestro policía tarda en verlo, pero cuando lo hace, pone todo su espíritu en la resolución del mismo, ¿todo?....., quizás su situación sentimental le nuble un poco el entendimiento....
Sigo disfrutando muchísimo esta serie y sus personajes.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
El carácter irascible del subjefe de policía Rocco Schiavone ha seducido a los lectores italianos hasta el punto de que sus últimas novelas han ocupado los primeros puestos de las listas de ventas. Con cada nuevo episodio, este romano de pura cepa —desterrado a una pequeña ciudad al pie de los Alpes por ciertos comportamientos de dudosa licitud— ha ido adquiriendo una dimensión más incisiva y profunda, para deleite de sus cientos de miles de seguidores.
Tras pasarse nueve meses destrozando sus Clarks, pues se niega a calzarse unas botas de montaña apropiadas para la región, Schiavone acoge con escepticismo la llegada de una teórica primavera al valle de Aosta. Su resistencia a someterse a la realidad de aquel lugar, donde ni las estaciones del año son como deberían ser, se refleja también en su labor profesional. Al conocerse el accidente de una furgoneta en el que mueren el conductor y su acompañante, Rocco reacciona con su habitual irritación e intenta desentenderse del asunto. Sin embargo, pocos días después, la desaparición de una joven perteneciente a una rica familia de constructores de la zona despierta su instinto de sabueso: las pesquisas para encontrar a la chica le abren las puertas de un mundo subterráneo que lo deja estupefacto. Rocco conoce muy bien los negocios turbios que se dan en una gran ciudad como la que tanto añora, pero no sospechaba hasta qué punto podía existir algo semejante en ese rincón perdido entre las montañas. Finalmente, Schiavone no tiene más remedio que ponerse manos a la obra, lo que lo obligará a apartar de su mente el espinoso asunto de su relación con la mejor amiga de su última ex, además de un doloroso hecho de su pasado que se niega a aceptar.

Una primavera de perros (fragmento)

LUNESEl relámpago desgarró la noche y atrapó en un flash fotográfico la furgoneta blanca que corría veloz de Saint Vincent a Aosta.
— Va a llover — dijo el italiano al volante.
— Entonces ve más lento — respondió el del acento extranjero.
Primero el trueno y luego la lluvia, que cayó como un cubo de agua contra el cristal delantero. El italiano accionó el limpiaparabrisas, pero no redujo la velocidad. Se limitó a poner las largas. — Asfalto moja y carretera vuelve jabón — dijo el extranjero mientras sacaba el móvil del bolsillo del abrigo.
Pero el italiano siguió sin reducir la velocidad.
El extranjero desdobló un papelito y empezó a marcar un número.
— ¿Se puede saber por qué no guardas los números en la agenda, como todo el mundo?
— No queda memoria. Toda llena. Y tú, lo tuyo — respondió sin dejar de marcar.
La furgoneta pilló un bache y ambos pegaron un bote.
— ¡Que voy vomitar! — exclamó el hombre del acento extranjero, mientras se llevaba el móvil a la oreja.
— ¿A quién llamas?
Pero no obtuvo respuesta de su compañero, quien al oír un adormilado «¿Diga...? ¿Quién es a estas horas?», torció el gesto y colgó.
—  Equivocado — murmuró, pulsando nervioso las teclas del viejo móvil manchado de pintura.

LA COSTILLA DE ADÁN


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rocco Schiavone,  subjefe de policía en la Brigada Móvil de Aosta, en los Alpes italianos.

El subjefe Schiavone aborda su segundo caso, una muerte sospechosa y sigue en su exilio entre la nieve, manifestando a cada paso, su mal humor y esa forma de hacer las cosas que no le granjea simpatías, precisamente...
Me gusta Schiavone¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Forzado a abandonar su querida Roma natal debido a ciertas irregularidades en el desempeño de su labor policial, Rocco Schiavone es enviado al valle de Aosta, que pese a estar situado en la península Itálica, para un meridional como él es lo más parecido a aterrizar en Marte. Rodeado de imponentes montañas, atenazado por un frío glacial y desconcertado ante el carácter circunspecto de los habitantes del lugar, Rocco encara su segundo caso con el mismo talante de siempre, irritable y transgresor hasta el límite de lo permisible, pero imbuido de un profundo sentido de la justicia.
Cuando una mujer es hallada muerta en su casa y, en la penumbra, se extienden las secuelas de lo que en apariencia ha sido un robo violento, el subjefe Schiavone se resiste a la tentación de creer lo evidente. Una serie de coincidencias y divergencias, sumadas a la ambigüedad de algunos personajes, transformará gradualmente el escenario del crimen en una espesa niebla de misterios. Para despejarla, Schiavone pondrá en práctica su contundente método particular, basado en la intuición, la astucia, una inquebrantable lealtad a su gente de confianza y cierta tendencia a tomarse la justicia por su mano. 
Como ya se vislumbró en Pista negra, su primer caso, cada interrogatorio de Schiavone, espoleado por su característico mal humor y su irreductible tenacidad, aviva la curiosidad del lector. Así, la cohesión geométrica de las tramas de Manzini y el desasosiego de su personaje, de una humanidad desbordante han convertido las historias de Schiavone en un éxito sin precedentes en Italia, un fenómeno que va camino de extenderse a todo el continente europeo.

La costilla de Adán (fragmento)

VIERNESEran días de marzo, días que regalan destellos de sol y promesas de la primavera que está por venir. Los rayos, aún tibios, incluso fugaces, colorean el mundo e invitan a la esperanza.
Pero no en Aosta.
Había llovido toda la noche, y las gotas de aguanieve habían martilleado la ciudad hasta las dos de la madrugada. Luego la temperatura había descendido varios grados y claudicado ante la nieve, que cayó en pequeños copos hasta las seis, cubriendo calzadas y aceras. Al alba, la luz del sol había despuntado diáfana y febril, revelando una ciudad blanqueada, mientras los últimos copos revoloteaban y caían en espiral sobre las aceras. Las nubes ocultaban las montañas y la temperatura era de unos pocos grados bajo cero. Después se había levantado inesperadamente un viento hostil que había invadido las calles de la ciudad como una marabunta de cosacos borrachos, abofeteando hombres y cosas.
En vía Brocherel sólo cosas, puesto que la calle estaba desierta. La señal de prohibido estacionar se agitaba, y las ramas de los arbolillos plantados en el asfalto crujían como los huesos de un artrítico. La nieve que aún no había cuajado se levantaba formando pequeños remolinos, y alguna contraventana suelta golpeteaba sin parar. De los tejados de los edificios caían ráfagas de polvo helado que barría el viento.
Irina dobló la esquina de via Monte Emilus con via Brocherel y recibió un bofetón de aire en plena cara.

PISTA NEGRA


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rocco Schiavone,  subjefe de policía en la Brigada Móvil de Aosta, en los Alpes italianos.

Absolutamente "abducida" por un nuevo policía que mis queridas amigas lector@s de LIBROS me han recomendado, tanto que los tres primeros de la serie " han caído" casi de una sentada.....
El subjefe Rocco Schiavone tiene todo lo que un buen personaje debe tener: pasado, personalidad, algunos secretos, mala uva, inteligencia, tesón y sobre todo, futuro.
Las tramas están bien construidas y encadenada...s, la prosa es sencilla y con calidad, muy alejada de esas "redichas pretenciosas" que tan de moda se han puesto en nuestro país, la información dosificada y necesaria sin pretender que el lector es un bobo al que hay que darle todo "masticado", las descripciones sin " preciosismo superfluo", el bien y el mal sin certezas absolutas, mezclados, como la vida misma.
Voy a por el cuarto libro de la serie, con la pena de que se acabe, por ahora.....

Sinopsis (Ed. Salamandra)
A consecuencia de un turbio incidente con el hijo de un poderoso político, Rocco Schiavone, subjefe de la policía de Roma, ha sido «desterrado» a una pequeña ciudad del valle de Aosta, en los Alpes italianos. Para un romano sofisticado y amante de la buena vida, no es la mejor noticia. El frío, las botas de nieve y el provincianismo de los autóctonos estimulan la natural tendencia de Rocco a las malas pulgas, así que, visto el panorama, un caso difícil le vendría de maravilla.
La ocasión se presenta cuando aparece un cadáver aplastado bajo las huellas de una máquina pisanieves en una de las estaciones de esquí de la zona. El desafío es importante. A la escasez del material encontrado hay que añadir la ignorancia de Schiavone de las costumbres locales, su desconocimiento del dialecto y la historia del lugar. Nada que amilane, desde luego, a una persona decidida y orgullosa como él. Sin renunciar un ápice a su temperamento meridional, Rocco se abre camino entre pistas, refugios de montaña y teleféricos, interroga a monitores, guías y enigmáticos operarios del valle, y, sobre todo, traba relación con unas cuantas lugareñas guapas dispuestas a ofrecerle una cálida bienvenida.
Perspicaz observador de la naturaleza humana, Antonio Manzini ha combinado una buena dosis de humor inteligente con una pizca de ironía para crear un personaje memorable. Su carácter sarcástico y arrogante, su descarnada sinceridad y su absoluto desenfado hacen de Rocco Schiavone un héroe irresistible, eje central de una serie adictiva que representa lo mejor de la novela negra europea actual.

Pista negra (fragmento)

JUEVES
Los esquiadores se habían ido y el sol, que acababa de ocultarse tras las cimas rocosas de un gris azulado donde se habían quedado enredadas algunas nubes, teñía la nieve de rosa. La luna esperaba la oscuridad para iluminar todo el valle hasta la mañana siguiente.

Los remontes estaban parados y en las cabañas de alta montaña habían apagado las luces. Sólo se oían los motores de las máquinas pisanieves, que subían y bajaban para acondicionar el fondo de las pistas de esquí excavadas entre bosques y rocas en las laderas de las montañas.
Al día siguiente empezaría el fin de semana y la estación de Champoluc se llenaría de turistas dispuestos a horadar la nieve con los cantos de los esquís. Había que hacer un trabajo minucioso.
A Amedeo Gunelli le había tocado la pista más larga. La Ostafa. Un kilómetro de largo por unos sesenta metros de ancho. Era la principal de Champoluc, la que utilizaban tanto los monitores de esquí con sus alumnos principiantes como los esquiadores expertos para practicar maniobras difíciles. La que requería más trabajo, la que empezaba a perder el manto blanco ya a la hora de comer. De hecho, estaba sin nieve en varios puntos.

lunes, 8 de enero de 2018

LA BOFETADA


Un incidente en una barbacoa, un barrio residencial y ocho personajes en busca de una "justificación".
Este podría ser el resumen simple de La Bofetada, pero la realidad es que se trata de una novela compleja en la que, desde un suburbio de Melbourne, se analizan desde las relaciones matrimoniales hasta la educación de los hijos, pasando por el racismo, las drogas, la multiculturalidad, los prejuicios, la violencia machista, el acoso.....en fin; la vida misma.
No pude evitar recordar La Cena de Hermann Koch y no porque el argumento sea similar sino porque nos conduce directamente a enfrentar nuestras contradicciones "sin red", sin colchón protector, sin el filtro de lo políticamente correcto.
Los protagonistas soportan directamente la estructura de la novela, ocho miradas diferentes del mismo conflicto.
Ocho Capitulos. Ocho puntos de vista
- Hector — El dueño de casa. Está casado con Aisha, con la que tiene dos hijos, Melissa y Adam. Parecen la familia perfecta y les va bien en sus trabajos. Hijo de inmigantes griegos viviendo en Australia, cobarde, inseguro, infantil.
- Anouk — Es guionista de televisión y le va bastante bien en lo suyo, aunque preferiría ser novelista. Amiga íntima de Aisha, quiere ser moderna pero no puede, le pesan los 40.
- Harry — Es mecánico, se ensucia las manos, es autónomo, tiene una esposa con curvas, un hijo adorable y un coche potente. Primo de Héctor, violento, bebedor, infiel, un machito en toda regla.
- Connie — Le falta poco para se mayor de edad y, como no tiene padres, vive con su tía Tasha. Adolescente desubicada y llena de complejos que ayuda cuidando niños.
- Rosie — Amiga íntima de Aisha, no trabaja, vive de las subvenciones y se dedica a la "crianza con apego" de su único hijo que a los 4 años sigue mamando. Su marido es un irresponsable que se pasa la mayor parte de la novela borracho.
- Manolis — Padre de Hector, un inmigrante cabal que llegó a Australia desde Grecia junto a su esposa, soñando con un futuro mejor. Ahora es un hombre que se está acercando al final de su vida y no entiende el egoísmo de las nuevas generación, su hijo incluido.
- Aisha — Esposa de Hector. Como el avestruz, su especialidad es esconder la cabeza, su origen Indio la avergüenza en ocasiones, siente el racismo, aunque sea sin motivo. Veterinaria, en su negocio trabaja la tía de Connie.
- Richie — Es el mejor amigo de Connie, adolescente con problemas de identidad sexual, busca su lugar y se equivoca continuamente.

Hay un par de personajes más, muy interesantes como la pareja formada por un aborigen y una pijilla, ambos convertidos a la fe musulmana y testigos (casi mudos) de los acontecimientos.
Pero no voy a contar más, hay que leerla y decidir si "el infierno está en los otros o habita en nosotros mismos", sin presión, con sinceridad:
¿usted que haría?

Muy recomendable!!

Sinopsis (Ed. RBA)
El autor australiano Tsiolkas, ganador del premio Commmonwealth en 2009, nos lleva hasta su tierra y nos cuela en la barbacoa que una familia de clase burguesa organiza en el jardín. Una celebración que se apagará con la bofetada que Harry -el primo de Hector- propina a Hugo, el hijo de la mejor amiga de Aisha. Hasta entonces los diferentes conversaban entre sí, pero cuando Harry abofetea a Hugo la tarde se interrumpe, unos se posicionan a favor y otros en contra.
La bofetada es una novela con múltiples significados: sobre las falsas apariencias, desde luego, pero también sobre la lealtad y la traición (a la pareja, a la familia, a los amigos), sobre la extrañeza de pertenecer a una tierra y una cultura que son de otros, de sentirse diferente y desconfiar, en cambio, de quien lo es al mismo tiempo.

La bofetada sirve como presentación de
Christos Tsiolkas ante los lectores en castellano, y es fiel reflejo de sus intenciones como escritor y de su actitud como polemista.

La bofetada (fragmento)
"Durante seis meses estuvo loca, y durante ese tiempo no dijo ni una sola palabra de aquello a nadie… ni siquiera a su marido, a Aisha, al grupo de madres, a su familia, a nadie. No se atrevía. Sonreía y fingía que adoraba al niño. Una mañana, intentaba frenéticamente organizarse para poder ir a yoga, mientras el niño chillaba, lloraba incesantemente. Ni amamantarlo, ni las nanas, ni chillarle, nada podía detener aquel espantoso sonido. Sintió una extraña calma en un momento dado. Lo dejaría llorar, lo dejaría solo en casa, ese cuchitril asqueroso y diminuto de una sola habitación de alquiler en Richmond, lo dejaría allí, dejaría que ese pequeño gilipollas llorara hasta desgastarse, no quería saber nada. Estaba ya en la puerta delantera con las llaves en la mano, con la bolsa de deporte al hombro. Estaba a punto de subirse en el coche y salir. «Que aúlle, que berree hasta reventar, ese pequeño hijo de puta. Que se ahogue».
Abrió la puerta y miró hacia la calle. Era verano, hacía sol y nada de brisa, y no había nadie por ahí. Ella se quedó de pie en la puerta durante casi diez minutos, con la bolsa todavía colgada del hombro, apretando las llaves en la mano, mirando hacia el mundo. «No eres libre —se dijo a sí misma—. Si quieres sobrevivir a esto, si no quieres matarte tú o matar a tu hijo, debes darte cuenta de que no eres libre. A partir de ahora, hasta que pueda alejarse de ti por su cuenta, tu vida no significa nada… Es su vida lo que importa». Fue entonces cuando retrocedió y cerró la puerta. Cerró la calle, cerró el mundo. Cogió al niño que lloraba y lo abrazó, apretándolo mucho. «Hugo, Hugo, no pasa nada —susurro—. Todo irá bien. Estoy aquí». "