viernes, 5 de enero de 2018

LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS RECHAZADOS


"En Crozon (Bretaña), un bibliotecario decide albergar todos los manuscritos que han sido rechazados por los editores. Estando de vacaciones en la localidad bretona, una joven editora y su marido escritor visitan la biblioteca de los libros rechazados y encuentran en ella una obra maestra: Las últimas horas de una historia de amor, novela escrita por un tal Henri Pick, fallecido dos años antes."
Mi admirado Foenkinos se ha pasado al thriller humorístico y metaliterario.
Esta es una novela para lectores porque su universo son los libros y su intención provocar una sonrisa sarcástica.
Con un humor refinado, Foenkinos narra la historia de un libro, de un escritor, de una editora y de un éxito literario para "hurgar" de forma inmisericorde en la sociedad que consumimos y nos consume.
Diferente y recomendable!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
El autor que conquistó a más de tres millones de lectores con La delicadeza y ganó el Premio Renaudot y el Goncourt des Lycéens con Charlotte, vuelve con una trepidante novela de misterio, en la que no faltan el romanticismo y el humor y que demuestra que un solo libro puede cambiar la vida de los lectores.
Todos llevamos un escritor dentro...

En Crozon (Bretaña), un bibliotecario decide albergar todos los manuscritos que han sido rechazados por los editores. Estando de vacaciones en la localidad bretona, una joven editora y su marido escritor visitan la biblioteca de los libros rechazados y encuentran en ella una obra maestra: Las últimas horas de una historia de amor, novela escrita por un tal Henri Pick, fallecido dos años antes. 
Pick regentaba, junto a su viuda Madeleine, una pizzería, y según ella nunca leyó un solo libro y mucho menos escribió nada que no fuera la lista de la compra. ¿Tenía el autor una vida secreta? 
Rodeado de un gran misterio, el libro triunfa en las librerías, provoca efectos sorprendentes en el mundo editorial y cambia el destino de muchas personas, especialmente el de Jean-Michel Rouche, un periodista obstinado que duda de la versión oficial de los hechos. ¿Y si esta publicación no es más que un cuidado plan de marketing?
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La biblioteca de los libros rechazados (fragmento)

1.

En 1971, el escritor norteamericano Richard Brautigan publicó The Abortion[1]. Se trata de una intriga amorosa bastante peculiar entre un bibliotecario y una joven de cuerpo espectacular. Un cuerpo del que esta es víctima, por decirlo de alguna manera, como si la belleza estuviera maldita. Vida, que así se llama la protagonista, cuenta que un hombre se mató al volante por culpa suya; subyugado por aquella transeúnte pasmosa, sencillamente se olvidó de que iba conduciendo. Tras el batacazo, la joven echó a correr hacia el coche. Al conductor, ensangrentado y agonizante, solo le dio tiempo a decir, antes de morir: «Qué guapa es usted, señorita».
A decir verdad, la historia de Vida nos interesa menos que la del bibliotecario. Pues en él reside la peculiaridad de esta novela. El protagonista trabaja en una biblioteca que acepta todos los libros que han rechazado las editoriales. Se puede uno encontrar allí, por ejemplo, con un hombre que ha acudido a dejar un manuscrito tras haber padecido cientos de rechazos. Y de esa forma se van juntando ante los ojos del narrador libros de todo tipo. Se puede dar allí tanto con un ensayo como El cultivo de las flores a la luz de las velas en una habitación de hotel cuanto con un libro de cocina que recoge todas las recetas de los platos que aparecen en la obra de Dostoievski. Una gran ventaja de esta organización: es el autor quien elige el lugar que quiere en los estantes. Puede deambular entre las páginas de sus colegas malditos antes de localizar el sitio que le corresponde en esa forma de antiposteridad. En cambio, no se acepta ningún manuscrito que llegue por correo. Hay que ir en persona a dejar la obra que no ha querido nadie, como si esa acción simbolizara la voluntad postrera de abandonarla definitivamente.

LA VIDA NEGOCIABLE


Asomarse al Universo de Luis Landero es vivir en papel, es sentir, es sufrir, es gozar y odiar, creer y olvidar, entrever como Hugo espera su gran momento, pero también lo sabe: “A lo mejor la vida, o al menos la mía, consiste sólo en eso, ir de camino a lo que salga”. La vida es negociable, como decía su padre, pero no suele dejar que lo hagamos.
Esta novela de Landero es desesperanzadora, ácida ..., y triste, con una tristeza difusa que emana de todos sus protagonistas atrapados en una "negociación" que nunca llega a buen término. Narrada en primera persona por una especie de "pícaro" moderno e impúdico, La vida negociable nos guía por los subterráneos de la conciencia, por esos deseos ocultos que jamás revelaríamos a nadie, por esa red de acciones inconfesables que alguna vez asomaron a nuestra mente y nunca nos atrevimos siquiera a imaginar reales; porque como dice el padre del protagonista "recuerda Huguito, que dios todo lo ve....." No hay un solo personaje en La vida negociable que sea admirable, todos "repugnan" un poco, de tan crudos y bien construidos.
Lo admirable de esta novela es la prosa rica y perfecta de Landero, la estructura clásica de la novela, la falta de artificio y trampa que nos llevan en volandas a un final que, no por esperado, deja de ser sorprendente.
Otra vez me ha conquistado Luis Landero a pesar de que ninguno de sus personajes me ha llegado al corazón y eso demuestra, una vez más, la grandeza literaria del autor.
La recomiendo para leer con calma, para saborear los capítulos como una delicatesen literaria en la que, por una vez, el argumento es secundario.

Sinopsis (Ed. Tusquets)
La nueva y esperada novela de Luis Landero tras el éxito de El balcón en invierno.
Hugo Bayo, peluquero de profesión y genio incomprendido, les cuenta a sus clientes la historia de sus muchas andanzas, desde su adolescencia en un barrio de Madrid hasta el momento actual, ya al filo de los cuarenta, en que sigue buscándole un sentido a la vida. Y así, recordará la relación tormentosa y amoral con su madre, el descubrimiento ambiguo de la amistad y del amor, sus varios oficios y proyectos, sus éxitos y sus fracasos, y su inagotable capacidad para reinventarse y para negociar ventajosamente con su pasado, con su conciencia, con su porvenir, en un intento de encontrar un lugar en el mundo que lo reconcilie finalmente consigo mismo y con los demás.

La vida negociable (fragmento)

1
Señores, amigos, cierren sus periódicos y sus revistas ilustradas, apaguen sus móviles, pónganse cómodos y escuchen con atención lo que voy a contarles. Cuando yo era adolescente, cuando apenas sabía nada del mundo de los mayores ni tenía clara conciencia del bien y del mal, e ignoraba por tanto de qué manera prodigiosa puede llegar uno a convertirse en un momento, quizá sin advertirlo, como en un cara o cruz, en un canalla o en un santo, un día mi madre me llevó con ella a un lugar secreto, y yo supe que era secreto porque eso fue lo primero que me dijo en cuanto llegamos allí.
Tú eres capaz de guardar un secreto, ¿no?
Por supuesto, dije yo.
¿Seguro? Piénsalo bien antes de responder.
Seguro.
Pues escucha bien lo que voy a decirte y no lo olvides nunca. Lo que voy a decirte es un secreto entre tú y yo, y por nada del mundo debes contárselo a nadie, por nada del mundo, ¿me oyes?, y menos que nadie a tu padre, que bastante tiene ya el pobre con lo suyo para que encima sufra todavía más por mí.
Y me hizo jurar que no quebrantaría jamás aquel secreto.

YERULDELGGER, MUERTOS EN LA ESTEPA


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por  Khaltar Guichyguinnkehn Yeruldelgger comisario de la brigada criminal de la policía en Ulán Bator, Mongolia

Cuando yo era jovenzuela, los pasaportes franquistas (si es que te lo concedían) hacían dos excepciones para los viajeros españoles....URSS y Mongolia Exterior, de esta última sólo sabíamos su capital Ulán Bator, exótica reminiscencia de la geografía del bachillerato y que había sido territorio de Genghis Khan, leyenda alimentada por las aventura de Marco Polo. Si alguien en ese momento me hubiese... hablado de un detective que desentierra muertos en la estepa mongola me hubiese reído sin parar!!
Y aquí estoy con las aventuras de Khaltar Guichyguinnkehn Yeruldelgger comisario de la brigada criminal de la policía en Ulán Bator, Mongolia; debo decir que empecé el libro con recelo ya que el título no anima y la extensión es considerable pero.....lo he devorado!!!
Dejando aparte el escenario exótico y sus costumbres, comidas, evolución histórica y cambio político (todo ello nuevo para mi) los personajes son muy de novela negra, desgraciados y misteriosos (como debe ser), la corrupción y la marginalidad campan a sus anchas por el país y las tramas personales son interesantes y pueden dar mucho de sí.
Resumiendo, que la iba a reservar para vacaciones de SS y ya me la he "pulido" en un plis-plas.
La recomiendo, por su originalidad y su ritmo que no da tregua al lector.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
En la inhóspita inmensidad de las estepas mongolas, una familia de nómadas realiza un macabro descubrimiento: el cuerpo de una niña de cinco años enterrada junto con su triciclo. El comisario Yeruldelgger, un tipo temperamental marcado por la tragedia y a quien su trabajo ha llevado casi al límite de la locura, observa la escena del crimen con una mezcla de perplejidad y agotamiento infinitos. Apenas cinco horas antes se encontraba en Ulán Bator, en las oficinas de una empresa china, investigando la aparición de tres cadáveres salvajemente mutilados, y ahora, por extraños motivos, su jefe lo ha apartado del caso.
Esto no significa, claro está, que un tipo como él vaya a quedarse de brazos cruzados. Empeñado en aclarar este monstruoso crimen que le revuelve las tripas, Yeruldelgger inicia una investigación paralela con la colaboración de la inspectora Oyun, una mujer intrépida, descarada y un poco enamorada de él, y de la forense Solongo, con la que el comisario mantiene una compleja relación sentimental. Poco a poco, van surgiendo vínculos inesperados entre ambos casos, y en su camino se cruzarán desde fantoches de baja estofa hasta una red de políticos y empresarios sin escrúpulos que anteponen los negocios a la vida humana. En última instancia, lo más preocupante será la corrupción policial que sostiene esa estructura diabólica, dispuesta a todo para mantener el statu quo. Así pues, desde la sombra, Yeruldelgger y su equipo se jugarán la vida para esclarecer la verdad y librar al país de una plaga que se expande por su tejido más profundo.
Ganadora de múltiples premios en Francia —entre ellos el prestigioso Premio SNCF du Polar, el Premio de las Lectoras de Elle y el Premio de los Lectores Quais du Polar/20 Minutes—, Yeruldelgger, muertos en la estepa aporta al público un ámbito geográfico exótico y desconocido, el de una Mongolia compuesta tanto por las tribus nómadas de las llanuras como por los habitantes de Ulán Bator, un nido de crimen, vicio y racismo, donde el nivel de vileza en todas las esferas convierte el trabajo policial en un desafío quijotesco.

Muertos en la estepa (fragmento)

1
Una especie de felicidad...


Yeruldelgger observaba el objeto sin entender. Al principio, había mirado, incrédulo, la inmensidad de las estepas de Delgerkhaan. Unas estepas que lo rodeaban como océanos de hierbajos que el viento agitaba con un oleaje irisado. Durante un buen rato, en silencio, había procurado convencerse a sí mismo de que estaba de verdad en aquel lugar, y sí, de verdad estaba allí. En medio de extensiones infinitas, al sur de la provincia de Hentiy y a cientos de kilómetros de cuanto hubiera podido justificar de algún modo la presencia incongruente de semejante objeto.

El policía de distrito se mantenía respetuosamente a un metro de distancia detrás de él. Los miembros de la familia nómada que lo habían alertado estaban enfrente, a varios metros. Todos lo miraban, esperando que diera alguna explicación satisfactoria a la presencia del objeto que sobresalía, inclinado, de la tierra. Yeruldelgger respiró hondo, frotándose el rostro fatigado con las anchas palmas de sus manos, y luego se agachó delante del objeto para observarlo mejor.
Se sentía vacío, agotado, consumido por aquella vida de poli cuyo control sin duda había perdido. Esa mañana, a las seis, lo habían enviado a investigar la aparición de tres cadáveres hechos picadillo en las oficinas de administración de una empresa china situada en los suburbios de Ulán Bator, y cinco horas más tarde se encontraba en la estepa sin comprender siquiera por qué lo habían enviado hasta allí. Hubiera preferido con mucho quedarse en la ciudad para investigar con su equipo el asunto de los cadáveres chinos. Sabía por experiencia, y por afición a la adrenalina, que la primera hora en el escenario de un crimen es crucial. No acababa de gustarle no estar allí, a pesar de que confiaba plenamente en la inspectora Oyun, a quien había dejado a cargo del asunto. Ella sabía qué hacer y lo pondría al corriente si fuera necesario.

TIENE QUE SER AQUÍ



«En apariencia, soy marido, padre, profesor, ciudadano; pero si se mira al trasluz, me convierto en desertor, en impostor, en asesino, en ladrón. En la superficie soy una cosa, pero por debajo estoy plagado de agujeros y cuevas, como un paisaje de piedra caliza» (p. 47).

Las palabras de Daniel, protagonista de la novela, definen a la perfección el discurrir de la misma. Parece una cosa pero entre ...tanto "adelante y atrás", personajes banales y prescindibles y situaciones altamente irreales, se convierte en una narración plagada de cuevas y agujeros que esconden, de alguna forma, el talento de la escritora y el interés de la historia.
De alguna manera, y aunque el protagonista es un hombre, me ha parecido una historia sobre la maternidad y como esta nos marca por presencia o ausencia, por amor o sufrimiento, por deseo o consecución, por ser o por recibir; por eso algunos personajes que, a priori, podrían parecer prescindibles pueden ser comprendidos en el contexto de la novela en la que por todas partes "aparecen" hijos, queridos o no, conocidos o no, ausentes o presentes, mayores y pequeños, vivos o muertos, naturales o adoptivos.....multitud de hijos y sus madres.
Me ha gustado porque el estilo narrativo de O'Farrell se mantiene pero la estructura compleja de la novela hace que pierda fuerza y el cúmulo de personajes hace que algunos queden desdibujados o, incluso, tan irreales que "estropean" el efecto general.
He dicho que Daniel es el protagonista porque aunque la pretensión de la autora parece ser que los protagonistas sean Daniel y Claudette, fracasa totalmente en la construcción del personaje femenino que despierta una profunda antipatía y en ningún momento se percibe como plausible.
Ya veis que, superadas las ganas de dejarla a la mitad, me ha dado mucho que pensar e incluso me ha gustado.
Recomendable para leer sin prisa.

Sinopsis (Ed. Libros del Asteroide)
Daniel Sullivan y Claudette Wells son una pareja atípica: él es de Nueva York y tiene dos hijos en California pero vive en la campiña irlandesa; ella es una estrella de cine que, en un momento dado, decidió cambiar los rodajes por la vida en el campo, la fama por el anonimato. Ambos son razonablemente felices.
Sin embargo, esta idílica vida, trabajosamente construida entre los dos, se tambaleará cuando Daniel conozca una inesperada noticia sobre una mujer con la que había perdido el contacto veinte años atrás. Este hallazgo desencadenará una serie de acontecimientos que pondrán a prueba la fortaleza de su matrimonio.
Tiene que ser aquí cruza continentes y atraviesa husos horarios siguiendo a un heterogéneo grupo de personajes durante varias décadas para trazar el extraordinario retrato de una pareja, de las fuerzas que la unen y de las presiones que amenazan con separarla. Una epopeya íntima y cautivadora sobre aquello que abandonamos y aquello en lo que nos convertimos mientras buscamos nuestro lugar en el mundo.
Una novela, la séptima de la autora, que ha confirmado a Maggie O’Farrell como una de las más fascinantes narradoras británicas actuales.


Tiene que ser aquí (fragmento)

Tengo una sensación rarísima en las piernas Daniel, Donegal, 2010
Un hombre.
Está en el peldaño, liando un cigarrillo. Hace un típico día variable, el huerto está exuberante, resplandeciente; las ramas, cargadas de lluvia que no cesa.
Un hombre, y ese hombre soy yo.
Estoy en la puerta trasera, lata de tabaco en mano, y veo algo entre los árboles, una silueta, al borde del huerto, donde los álamos se apelotonan contra la valla. Otro hombre.
Lleva prismáticos y una cámara de fotos.
«Un ornitólogo aficionado —me digo, mientras me paso el papelillo por la lengua—; los hay por estos parajes»; pero al mismo tiempo me digo: «¿De verdad? ¿Observando pájaros tan arriba del valle?»; y también: «¿Dónde estarán mi hija, el pequeño y mi mujer? ¿Cuánto tardaría en llegar a su lado, si fuera necesario?».
El corazón se me pone a mil, me golpea las costillas. Miro el cielo blanco con los ojos entornados. Me dispongo a salir al huerto. Quiero que el tío ese sepa que lo he visto, que vea que lo veo. Que se percate de lo grande que soy, de mis músculos de antigua estrella de la pista de atletismo (un poco más flojos, menos recios ahora, tengo que reconocerlo). Quiero que se imagine quién saldría peor parado si nos enfrentáramos. No puede saber que no me he peleado en la vida ni tengo intención de hacerlo. Quiero que sienta lo que sentía yo cuando mi padre iba a castigarme por algo.
«A mí tú no me la das», decía, señalándose el pecho con el índice, y luego a mí. «¡A mí tú no me la das!», me dan ganas de gritar mientras intento guardar el cigarrillo y el encendedor en el bolsillo.

CÁSCARA DE NUEZ



"Pues aquí estoy, cabeza abajo en una mujer, con los brazos cruzados pacientemente; esperando; esperando y preguntándome quién soy yo allí dentro, para qué estoy allí. Mis ojos se cierran con nostalgia cuando recuerdo cómo llegué al interior de mi translúcido saco amniótico, cómo floté entre sueños en la burbuja de mis pensamientos a través de mi océano privado, dando volteretas a cámara lenta. Creo que soy inocente, pero, al parecer, formo parte de un complot. Creo que el corazón de mi madre -bendita sea por siempre-, con su ruidoso chapoteo, está implicado en él”.

Así empieza la novela de McEwan y en este tono transcurre, una mezcla de humor negro y alta literatura que atrapa desde el primer al último párrafo de sus, aproximadamente, 200 páginas.
Creo que no desvelo nada si digo que el narrador omnisciente es un feto que se asoma al mundo a través de su oído y su intuición, con un lenguaje tan poco común que cautiva e intriga al lector empujándole hacia el acto final con una mezcla de intriga y certidumbre que no resta ni un ápice de calidad al conjunto de la novela.
Tampoco desveló nada nuevo si digo que el talento de McEwan consigue llevar a buen puerto un argumento loco que en cualquier otro novelista sería absurdamente patético.
Los personajes, cuatro, están construidos de sentimientos crudamente reales: amor, odio, venganza, rencor, ambición, incertidumbre, egoísmo...... una construcción que se mantiene sólidamente anclada gracias a un narrador atípico y a un escritor magnífico.
Me ha encantado!!


RESEÑA DE CLARA GLEZ. para LIBROS, 31 de Marzo de 2017.
Cascara de nuez - Ian McEwan.
“Pues aquí estoy, cabeza abajo en una mujer”, así comienza cascara de nuez..
Aunque con la sinopsis de este libro nos hacemos una idea de su contenido, no se puede decir que haga spoiler, porque la maraña de pensamientos y preguntas de este feto es lo que merece la pena, la razón del libro.
Nada de lo que cuenta este ser que aún no ha visto la luz , puede dejarte indiferente, desde el lugar donde se supone será su nacimiento, el amor –odio que siente por sus progenitores, según el devenir de los acontecimientos.
La visión del mundo que se supone que le dará cobijo, los planteamientos casi metafísicos del futuro, la complejidad de sus sentimientos, nada te deja indiferente, nada deja de plantearte preguntas sobre la realidad del mundo en que vivimos.
El discurso de este neonato, a veces irónico, a veces redicho, con una visión traumática de lo que siente, hace que no puedas olvidarte de él. Que leas y leas, para que cuando acabe , te plantees una relectura más pausada, porque es un libro que hay que digerir, despacio, quizás con una segunda lectura.
No quiero alargarme en enumerar las sensaciones, las preguntas, los sentimientos que me ha traído esta lectura, sólo diré que no me dejó impasible. Una sensación agridulce, al pensar que se le puede transmitir a los hijos queriendo o sin querer, antes de su nacimiento…

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Trudy mantiene una relación adúltera con Claude, hermano de su marido John. Éste, poeta y editor de poesía, es un soñador depresivo con tendencia a la obesidad cuyo matrimonio se está desintegrando. Claude es más pragmático y trabaja en negocios inmobiliarios. La pareja de amantes concibe un plan: asesinar a John envenenándolo. El motivo: una mansión georgiana valorada en unos ocho millones de libras que, si John muere, heredará Trudy.
Pero resulta que hay un testigo de esta maquinación criminal: el feto que Trudy lleva en sus entrañas. Y en una pirueta de triple salto mortal que parece imposible de sostener pero le sale redonda, McEwan convierte al feto –al que todavía no han puesto nombre porque no ha nacido– en el narrador de la novela, desde la primera página hasta la última.
Lo que sigue es una mezcla genial de comedia negra, trama detectivesca y astuta reescritura intrauterina de un gran clásico, por cuyas páginas asoman también una joven poetisa amante de John y una bregada inspectora de policía. Pero además de observar desde primera fila los preparativos del asesinato de su padre a manos de su madre, el feto filosofa sobre el mundo y la vida, lanza preguntas incómodas y se lo cuestiona todo, mientras las copas de vino –y alguna bebida de más graduación– que bebe su madre tienen efectos mareantes sobre él.
Jugando con un narrador inaudito, Ian McEwan plantea un audaz experimento literario que es un auténtico tour de force sólo al alcance de un escritor superdotado. Y el resultado es una novela redonda que avanza con el palpitante ritmo de un thriller, trufada del mejor humor británico.

Cáscara de nuez (fragmento)

1Así que aquí estoy, cabeza abajo dentro de una mujer. Aguardo con los brazos pacientemente cruzados, aguardo y me pregunto dentro de quién estoy, qué hago aquí. Los ojos se me cierran con nostalgia cuando recuerdo que iba a la deriva en mi bolsa corporal translúcida, flotaba en sueños dentro de la burbuja de mis pensamientos a través de mi océano particular de volteretas a cámara lenta, chocando suavemente contra los límites transparentes de mi encierro, la membrana acogedora que vibraba, mientras las amortiguaba, con las voces de unos conspiradores de una ruin empresa. Esto fue en mi juventud despreocupada. Ahora, totalmente invertido, sin un milímetro de espacio para moverme, con las rodillas apretadas contra el vientre, mis pensamientos, al igual que mi cabeza, están muy ocupados. No me queda otro remedio que tener la oreja pegada día y noche contra las sanguinolentas paredes. Escucho, tomo notas mentalmente y estoy preocupado. Oigo conversaciones íntimas sobre un designio mortífero y me aterra lo que me espera, lo que podría arrastrarme.
Estoy inmerso en abstracciones, y sólo las relaciones que proliferan entre ellas crean la ilusión de un mundo conocido. Cuando oigo «azul», cosa que nunca he visto, imagino una especie de suceso mental que se acerca mucho a «verde», cosa que tampoco he vis- to nunca. Me considero inocente, exonerado de lealtades y obligaciones, un espíritu libre, a pesar de mi exiguo habitáculo. No hay nadie que me contradiga ni me reprenda, no hay nombre o dirección anterior, no hay religión ni deudas ni enemigos. En mi agenda, si existiera, sólo figura mi próximo nacimiento. Soy, o era, a pesar de lo que dicen ahora los genetistas, una pizarra en blanco. Pero una pizarra porosa, escurridiza, que no serviría para un aula ni para el tejado de una casa de campo, una pizarra que se escribe a sí misma a medida que crece cada día y se va llenando. Me considero inocente, pero al parecer formo parte de una intriga. Mi madre, bendito sea su corazón incesante que chapotea ruidoso, parece estar implicada.

RECURSOS INHUMANOS



"Me llamo Alain Delambre y tengo cincuenta y siete años. Soy un directivo en paro."
«En Mensajerías Farmacéuticas, donde trabajo, Mehmet es «supervisor», y siguiendo un comportamiento vagamente darwiniano, cuando asciende pasa de inmediato a despreciar a sus antiguos compañeros y a considerarlos meras lombrices. Me he encontrado muchas veces con eso en mi carrera, y no solo entre trabajadores inmigrantes. Lo he visto en mucha gente que venía de abajo, de hecho. En cuanto progresan, se identifican con sus superiores con una convicción tal que los superiores no se atreverían a soñar. Es el síndrome de Estocolmo aplicado al mundo del trabajo».
Esto es lo más sensato que he leído en la nueva novela de Lemaitre, la definición del "trepa" y la presentación del protagonista.
El resto es tan increíble, tan atropellado, tan delirante y caricaturesco que arruina de forma irremediable la magnífica prosa de Lemaitre e incluso el atinado título de la novela.
Este autor me tiene "descolocada" porque entre ráfagas de talento brutal y personajes absolutamente inspirados nos cuela argumentos increíbles y personajes anodinos o, lo que es peor, personajes deficientemente construidos en argumentos delirantemente deconstruidos.
Poco más puedo decir de una novela protagonizada por un débil mental con aspiraciones de superhéroe al que acompañan una serie de bobos y fantasmas que caen en todas sus trampas sin ton ni son....
Me ha decepcionado profundamente y ello sumado a algún otro fiasco perpetrado por el autor hará que le olvide durante un tiempo.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Puede el paro convertirnos en una bomba de relojería?
Con humor, crudeza y un realismo brutal, Lemaitre explora el lado más inmoral del mundo empresarial y los efectos perversos que el desempleo puede llegar a tener en cualquiera de nosotros.
Me llamo Alain Delambre y tengo cincuenta y siete años. Soy un directivo en paro.»
El antaño flamante director de recursos humanos Alain Delambre ha perdido toda esperanza de encontrar trabajo y se siente cada vez más marginado. Cuando una empresa de reclutamiento considera su candidatura, está dispuesto a todo con tal de conseguir el empleo y recuperar su dignidad, desde mentir a su esposa hasta pedirle dinero a su hija para poder participar en la prueba final del proceso de selección: un simulacro de toma de rehenes. Sin embargo, la ira acumulada en años de agravios no tiene límites... y el juego de rol puede convertirse en un macabro juego de muerte.
La novela ganadora del Premio de Novela Negra Europea, por el ganador del Premio Goncourt, tres Dagger Awards, el Premio Best Novel Valencia Negra y el Premio San Clemente, con más de 3.000.000 de lectores.

Recursos Inhumanos (fragmento)

1.

Nunca he sido un hombre violento. No me viene a la memoria ningún momento en el que haya querido matar a nadie. Sí que he tenido ataques de ira de vez en cuando, pero nunca la voluntad real de hacer daño. De destruir. Así que, claro, estoy sorprendido. La violencia es como el alcohol o el sexo: no se trata de un fenómeno, es un proceso. Entramos en ellos casi sin notarlo, simplemente porque estamos maduros, porque nos llegan en el momento justo. Me daba perfecta cuenta de que estaba enfadado, pero nunca habría imaginado que aquello se transformaría en furia despiadada. Y es eso lo que me da miedo.
Y que todo esto lo haya pagado Mehmet…
Mehmet Pehlivan.
Es turco.
Lleva en Francia diez años, pero tiene menos vocabulario que un niño de esa edad. Solo conoce dos maneras de expresarse: o se cabrea o pone cara de cabreo. Y cuando se cabrea, mezcla el francés con el turco. Entonces nadie le entiende, pero a todo el mundo le queda claro lo que piensa de nosotros. En Mensajerías Farmacéuticas, donde trabajo, Mehmet es «supervisor», y siguiendo un comportamiento vagamente darwiniano, cuando asciende pasa de inmediato a despreciar a sus antiguos compañeros y a considerarlos meras lombrices. Me he encontrado muchas veces con eso en mi carrera, y no solo entre trabajadores inmigrantes. Lo he visto en mucha gente que venía de abajo, de hecho. En cuanto progresan, se identifican con sus superiores con una convicción tal que los superiores no se atreverían a soñar. Es el síndrome de Estocolmo aplicado al mundo del trabajo. Pero, cuidado, no es que Mehmet se crea el jefe, más bien lo reencarna. Es el jefe cuando el jefe desaparece. Resulta evidente que aquí, en una empresa que debe de contar con cerca de doscientos asalariados, no hay un patrón propiamente dicho, solo jefes. Pero Mehmet se siente demasiado importante como para identificarse con un simple jefe. Él se identifica con una especie de abstracción, un concepto superior al que llama «la Dirección», algo vacío de contenido (nadie conoce aquí a los directores) pero rebosante de sentido: la Dirección es como decir el Camino, la Vía. A su manera, ascendiendo por la escala de la responsabilidad, Mehmet se acerca a Dios.

jueves, 4 de enero de 2018

FELICIDAD FAMILIAR



"El papel de Polly no consistía en ser elogiada, sino en elogiar; no en ser distinguida, sino en distinguir. Su excelencia se consideraba normal y corriente, no una cualidad por la cualidad por la que hacer alharacas."
Felicidad Familiar es una de esas novelas en las que no pasa nada, aparentemente, la vida fluye en una gran familia judía de clase alta, la vida fluye en la superficie mientras una ...corriente subterránea socava los cimientos de esa familia perfecta en la que todo está decidido de antemano.
Felicidad Familiar es una novela de sentimientos y sensaciones, de pensamientos más que de acción y es la novela en la que cualquier mujer de cierta época puede reconocerse y reconocer a su familia, lo de menos es el status, lo de más la presión, la exigencia, el puño de hierro en guante de seda que nos hacer prisioneras sin grilletes y carceleras de nuestra propia prisión.
Felicidad Familiar es una novela profundamente feminista aunque el tema no se roce ni de lejos y aunque no haya sido esa la intención de la autora (realmente lo desconozco) y lo es porque su lectura obliga a plantearse las propias convicciones, lo que enseñamos a nuestras hijas y que es, de verdad, la felicidad.
Me ha gustado mucho y más que eso, me ha hecho pensar!


RESEÑA DE CLARA GLEZ. para LIBROS, 23 de Marzo de 2017

Felicidad Familiar - Laurie Colwin
Este libro se podría emparejar con la canción corazón loco. ¿ se pueden querer dos personas a la vez y no estar loco?
Polly es una chica de 30 años, felizmente casada, con dos hijos y una familia en donde los lazos familiares son fundamentales para la felici...dad.
Polly es mujer, madre, hija, esposa, hermana y trabajadora intachable, su vida se fundamenta en dar la talla a todas horas, en anteponer su familia a su vida .Hasta que un día se siente insatisfecha, sin motivos, dirían algunos, no le falta de nada, familia , dinero, posición social, pero se siente un mero peón manejado por todos.
Y conoce a Lincoln…un pintor al que le cuesta compartir su soledad, pero que colma la vida de Polly.
Claro está que esto será una mancha, algo que ocultar en la vida de esta “perfecta” Polly. Y aquí cobra vigor la canción :
“Aquí va mi explicación
A mi me llaman sin razón
Corazón loco
Una es el amor sagrado
Compañera de mi vida
y Esposa y madre a la vez
y La otra es el amor prohibido
Complemento de mi alma
Y ala que no renunciare
Y ahora ya puedes saber
Como se pueden querer
Dos mujeres a la vez
Y no estar loco…"
En este caso loca…Tremendo dilema el seguir con una vida establecida, con un marido, unos hijos, que la quieren pero como diría Antonio Gala ,son amantes sordomudos: te quieren mucho, pero ni te escuchan, ni te hablan. O dejarse llevar por un amor algo bohemio, que le haría renunciar a esa vida cómoda que tan bien conoce desde su infancia.
El libro es fácil de leer, llega a tocar los sentimientos, es sincero y valiente.
Y en mi caso me recuerda a nubosidad variable, de Carmen Martin Gaite, donde otra mujer explica sus vicisitudes a la hora de dar la talla en todos los frentes.

Sinopsis (Ed. Libros del Asteroide)
Polly es una treintañera neoyorquina casada con un exitoso abogado y madre de dos hijos encantadores. Criada en el seno de una familia judía de muy buena posición, se ha hecho adulta de la noche a la mañana, convirtiéndose en una versión moderna y más perfecta de su madre. Sin embargo, su vida dará un vuelco inesperado cuando se enamore de un pintor algo bohemio: de pronto, las ideas en las que había sido educada y su visión del mundo dejarán de tener sentido. Felicidad familiar nos cuenta la historia de una esposa y madre feliz que se ve embarcada de pronto en una impredecible relación amorosa.
Tras escribir sobre el comienzo del amor en su celebrada Tantos días felices, Laurie Colwin se ocupa en Felicidad familiar de la dificultad de cumplir las expectativas que uno se marca durante la juventud. Colwin es uno de los secretos mejor guardados de la literatura norteamericana. Su prematura muerte en 1992 le privó del éxito que sin duda merecía; aun así, el número de devotos de sus peculiares comedias de costumbres no ha dejado de crecer desde entonces.

Felicidad familiar (fragmento)
¿Te acuerdas de cuando éramos jóvenes y todo el mundo pensaba que las mujeres eran sentimentales? —preguntó Vincent—. Me pregunto quién sería el afortunado que tuvo esa ocurrencia. Descubrir que antes las cosas eran aburridas pero ahora son absolutamente extrañas es algo horroroso. Las chicas a las que conocía las veo ahora como superfluas, pero empiezo a pensar que una mujer que se derrita por ti puede resultar muy atractiva.