jueves, 4 de enero de 2018

JUGADA DE PRESIÓN


Dice la editorial:
"Jugada de presión es la primera novela que escribió Paul Auster. Fue publicada con el seudónimo de Paul Benjamin, y durante muchos años circuló como un libro de culto entre entendidos de la novela negra."
No se a que entendidos se refiere...., porque puedo decir que es la única novela de Paul Auster que no me ha gustado, me ha parecido una caricatura relamida y cutre del mejor género negro norteamericano; todo en esta novela es falso, "más falso que un duro de madera".
Los inicios, como se ve, son duros y para Paul Auster, también. En su lugar yo pararía las reediciones.

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Max Klein es detective privado, está pensando en tomarse un descanso cuando George Chapman lo llama para solicitar sus servicios. Su futuro cliente era hace cinco años el mejor jugador de baloncesto de la temporada. Pero Chapman era también el espejo terrible en el que se miraba Max; tení­a su misma edad, habí­a estudiado en las mismas universidades, él también habí­a jugado al baloncesto, y ahora sentí­a que estaba en un callejón sin salida. Su matrimonio se derrumbaba, estaba muy endeudado, y harto de su trabajo en la oficina del fiscal del distrito. Aquélla resultó ser la última temporada de George Chapman, porque un accidente de coche acabó con su carrera deportiva. Ahora vuelve, con un perfil intachable de defensor de los débiles y candidato a senador. Pero ¿por qué un buen y honrado héroe americano necesita un detective privado?
Jugada de presión es la primera novela que escribió Paul Auster. Fue publicada con el seudónimo de Paul Benjamin, y durante muchos años circuló como un libro de culto entre entendidos de la novela negra.

Jugada de presión (fragmento)

1Fue el segundo martes de mayo cuando George Chapman me llamó. Le había dado mi nombre su abogado, Brian Contini, y quería saber si estaba libre para ocuparme de un caso. A otro cualquiera, probablemente le habría dicho que no. Acababa de pasar tres aburridas semanas buscando a una chica de diecisiete años, hija de una acomodada familia de las afueras, y en aquel momento lo último que deseaba era otro cliente. Tras seguir una docena de pistas falsas, acabé encontrando a la chica en Boston, donde hacía la calle en la Combat Zone. Lo único que me dijo fue: «Vete a la mierda, madero. Yo no tengo ni mamá ni papá, ¿te enteras? Nací la semana pasada, cuando diste por culo a un perro».
Estaba cansado y necesitaba unas vacaciones. Los padres me habían dado una gratificación cuando se enteraron de que su hija seguía con vida, y pensaba fundirme el dinero en un viaje a París. Pero cuando llamó Chapman, decidí esperar. Tuve la sensación de que el asunto del que quería hablarme era más importante que mirar cuadros en el Louvre. Había algo desesperado en su voz, y su reticencia a darme explicaciones por teléfono despertó mi curiosidad. Chapman estaba en un lío y yo quería saber de qué se trataba. Le dije que viniera a verme a mi despacho al día siguiente a las nueve de la mañana.
Cinco años antes, George Chapman había hecho todo lo que un jugador de béisbol puede lograr en una temporada. Bateó un promedio de trescientos cuarenta y ocho, consiguió cuarenta y cuatro home runs, marcó ciento treinta y siete puntos y recibió el Guante de Oro al mejor jugador de tercera base. Los New York Americans lo ganaron todo aquel año. El primer puesto de la división, el campeonato nacional y la copa del mundo. Y al final, Chapman fue nombrado mejor jugador de la liga.
Era casi irreal. Al abrir el periódico, se tenía la impresión de que Chapman siempre salía en los titulares por un home run en la novena entrada o por alguna jugada espectacular en el campo. En aquel año de huelgas de basureros, escándalos políticos y tiempo asqueroso, Chapman estaba de permanente actualidad. Se publicaba su fotografía con tanta frecuencia que hasta en sueños se veía su cara. Incluso los yonquis del Lower East Side sabían quién era, y una radio local reveló en una encuesta que era más conocido que el ministro de Asuntos Exteriores.

LAS CONFIDENTES


RESEÑA DE CLARA GLEZ para LIBROS, 30 de Mayo de 2017.

LAS CONFIDENTES - ELIZABETH SUBERCASEAUX
Me gustan las historias de mujeres, y esta lo es. ...
Dos mujeres con una vida muy distinta, en distintas naciones, pero con una trayectoria igual de traumática.
Una serie de historias que se van entremezclando, con muchas connotaciones parecidas. Con unos personajes femeninos muy bien definidos. Con una ambientación perfecta, sobre todo la que se desarrolla en Chile, con una personaje que me pareció magistralmente descrito: Prudencia. Un paseo en el tiempo, en culturas muy dispares con un denominador común, historias de mujeres, y su devenir por sus circunstancias. Con formas de vida y de pensar muy dispares, pero que al final pueden ser casi idénticos en su búsqueda del amor y la felicidad.
Me gustaría resaltar la crítica de la autora a determinadas formas de vida, y de pensar en algunos de sus protagonistas. Al fin de cuentas una crítica a la sociedad.
No sé si se puede llamar thriller, pero quizás tenga más de ese género de los que se clasifican así. Altamente recomendable


Opinión de LIBROS sobre esta novela:
Gracias Clara Glez por la recomendación, no es una obra maestra pero he disfrutado con esta novela de "relaciones", más que de confidencias, escrita con gran sencillez y, porque no decirlo, un poco de sentimentalismo.....
Dicen las sinopsis oficiales que es un libro de dos mujeres, no estoy de acuerdo en absoluto, creo que es un libro de dos parejas, multiplicadas por 2, y de todos los que les rodean, algunos más interesantes que las propias parejas.
Me ha resultado entretenido y lo he leído en un "vuelo"
Pero como soy malvada....os voy a dejar otra opinión acerca de la novela, es "sangrienta" y, en parte, la comparto.....vosotros decidiréis:
http://letras.mysite.com/pe290111.html


Sinopsis (Ed. Siruela)
«Aguda y directa, Elizabeth Subercaseaux es tan crítica con su país natal como lo es con su Norteamérica adoptiva.» Qué Leer

Dos mujeres, la norteamericana Quinn y la francesa Juliette, se conocen casualmente en la India. Son dos mujeres con un pasado traumático y nada en común, aparentemente. Sin embargo, lo que las vincula es mucho más que aquello que las separa. Muchos años antes ambas fueron protagonistas de una historia similar que dio un giro inusitado a sus vidas: las dos perdieron a sus amantes prácticamente el mismo día y ambas lo perdieron a causa de un crimen sucedido en la misma fecha y casi a la misma hora, uno en Chile y el otro en Estados Unidos. En torno a ellas se aglutinan todos los personajes de sus vidas: los del campo chileno, la Provenza francesa y los barrios bajos de Pennsylvania, hilvanando historias donde la dureza de la vida se contrapone a la pasión, los deseos de reinventarse y de alcanzar los sueños.


Las confidentes (fragmento)

Quinn

Wallingford, Pennsylvania, jueves 3 de abril 2008
Me pregunta cómo era mi vida en el momento de conocer a Joshua y ¿quiere que le diga algo? Por trágico y patético que suene, mi vida no era tan distinta de la de ahora, para que vea… Levantarse a las siete para ir todos los días a un trabajo aburrido y mal pago. Después a un bar a tomar un par de copas, por si me encontraba con el hombre de mi vida, el príncipe azul, o simplemente para hablar con alguien. Vuelta a la casa a mirar la tele. A veces alquilaba una película en el Blockbuster de Media o veía Law and Order. Más o menos así era mi vida cuando conocí a Joshua. Lo único que me diferenciaba de Bridget Jones es que a mí no me gustan los helados y nunca he sido gorda, pero en todo lo demás nos parecíamos bastante, voy a decirle.
Había días, sobre todo los fines de semana, en que me pasaba hasta tres o cuatro horas dándome vueltas por el mall de Springfield, sola o con alguna amiga tan dejada de lado como yo. Comíamos en algún Denny’s, una pizza en cualquier parte, o hasta un pretzel con mostaza, porque lo que es yo, no me meto en la cocina. Además, ¿quién va a cocinar para sí misma? Era un pasar sin ton ni son, para qué estarnos con cuentos. Tenía veinticinco años y aunque había comprobado que una mujer podía llevar una vida perfectamente normal sin tener sexo, me hacía falta un compañero, una pareja, alguien con quien compartir.
En eso estaba cuando conocí a Joshua.




miércoles, 3 de enero de 2018

VENGANZA


Quinta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Quirke, forense en Dublín, años 50.

Poco a poco me voy enamorando de los personajes, el ambiente, las tramas y los finales que escribe este alter ego de Banville que transforma la novela negra en alta literatura.
Venganza es la historia de dos familias y un negocio, la historia del rencor acumulado que estalla en el momento más inesperado para destrozar todo lo que encuentra a su paso....y ahí está nuestro Dr. Watson particular para desentrañar las claves del asunto mientras su vida sigue más enredada que nunca.
Quirke es un gran personaje y Black un gran díselo escritor!!!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
La quinta entrega de la gran serie de novela negra protagonizada por el doctor Quirke: una maraña de secretos en un universo donde el sexo y el dinero lo pueden todo.
Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014 a John Banville por «su inteligente, honda y original creación novelesca» y a su «otro yo, Benjamin Black, autor de turbadoras y críticas novelas policíacas.»
Los Delahaye y los Clancy comparten una historia de alianza y ambición que pasa de padres a hijos. Y ahora, también de muerte y preguntas sin respuesta: ¿por qué Victor Delahaye iba a necesitar un testigo para suicidarse?
El doctor Quirke y su amigo el inspector Hackett interrogan a los miembros de ambas familias: Mona Delahaye, la joven y embriagadora viuda; James y Jonas Delahaye, los desconcertantes hijos gemelos; Jack Clancy, el mujeriego socio, y su hijo Davy. Sin embargo, cuando una nueva muerte -aún más sorprendente que la primera- los golpea a todos, resulta obvio que algún terrible secreto está en juego.





LOS HÉROES FELICES


"En Varitsi, un pueblecito de las montañas cercano a la frontera greco-albanesa, existía un refrán que decía que la hora más oscura siempre es la que precede al alba. Sin embargo, cuando María Kouzis, en la primavera de mil novecientos cincuenta y seis, se sobresaltó en la cama y tuvo que apoyarse en la pared de su alcoba para que aquellos milenarios muros tranquilizasen un poco su corazón desboca...do, tuvo la certeza de que jamás había vivido una noche tan oscura como aquella, y eso que apenas eran más de las doce. María Kouzis se preguntó si acaso se había perdido entre sus pensamientos, si se le había ido la cabeza...."
Así comienza Los héroes felices, odisea vital de una familia griega desde los años 50 hasta la actualidad y así la comencé yo, con grandes expectativas tras haber leído un par de críticas buenas y haber espero más de un mes para conseguirla en la biblioteca.
Quizás debiera haberme informado un poco más acerca de la autora y su currículo,  o haber indagado acerca del argumento y su discurrir.....
Con falsas intenciones, la autora comienza cada capítulo como si de una historia de héroes helénicos se tratase y menciona esta conexión en numerosas ocasiones a lo largo del texto, habla repetitivamente de Aquiles y Ulises así como de los tipos de persona que, según ella, representan; hace viajar a sus protagonistas por Grecia (poco), EEUU, Alemania y Suiza para terminar en la isla de Makarionissi en la que según la mitología habitan los héroes felices......
He de reconocer que algo más de 400 páginas no son muchas para relatar una historia que abarca 6 décadas pero se hacen largas si lo único que cuentas son las neuras, ansiedades y frustraciones de las personas que la protagonizan que además tampoco son como para "tirar cohetes", resumiendo: abuela de buena familia empeñada en casar a sus hijas y nietos como le da la real gana, fiando todo a unos sueños que sólo ella interpreta a su entera conveniencia, el resto de los personajes una panda de inconsistentes que no saben lo que quieren y se enfadan-desenfadan unos con otros por las razones más peregrinas que imaginarse puedan. La parejita protagonista está integrada por un par de indigentes mentales que no saben lo que quieren ni porqué hacen lo que hacen y van cambiando de intereses como quien cambia de chaqueta.....
En fin, que esperaba una crónica novelada de las últimas 6 décadas en Grecia y sí, se mencionan de pasada, entre intrigas familiares muchas de las cuales son dignas de Corín Tellado y giros argumentales tan injustificables como bochornosos...
Todo es estereotipado en esta novela y, casi nada, responde a lo que esperaba de ella....pero la culpa es sólo mía por esperar demasiado!

Sinopsis (Ed. Alianza Editorial)
En un tono tragicómico irresistible y con desbordante talento para la fabulación, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega desde los años cincuenta hasta el presente. Una novela sobre la belleza de la vida, el anhelo y los nuevos comienzos, pero también sobre los errores que empujan a tomar ciertos caminos y sobre los aciertos que se descubren en ellos. Y también sobre el gran amor, con el que uno se reencuentra más de una vez en la vida.
Todo empieza en un pueblo de la frontera greco-albanesa dividido por la guerra. Con la Yaya María, abuela y casamentera por excelencia, a quien no echa atrás ninguna intriga cuando se trata de asegurar la continuidad de su linaje. Y con la inteligente, obstinada y díscola Eleni, y su primo Lefti, cuyo máximo anhelo es vivir en paz. Pero, en cierto momento, Yaya María interpreta mal los augurios y eso arrastra al infortunio a varias generaciones de una familia que va dejando sus huellas en muchos lugares y en los que su temperamento mediterráneo se complementa con otras identidades. Odiseas particulares que tienen como escenario algunos grandes núcleos de emigración en los años setenta: Alemania en plena ebullición industrial y los Estados Unidos; el corazón de la provincia en Austria en los ochenta y la refinadísima Suiza actual. Y una isla griega con forma de ciervo volador llamada Makarionissi en la que —según la mitología griega— habitan los héroes felices, pero donde la playa y el sol no ocultan la cara menos amable de la crisis económica reciente.

Los héroes felices (fragmento)

PrólogoEn Varitsi, un pueblecito de las montañas cercano a la frontera greco-albanesa, existía un refrán que decía que la hora más oscura siempre es la que precede al alba. Sin embargo, cuando María Kouzis, en la primavera de mil novecientos cincuenta y seis, se sobresaltó en la cama y tuvo que apoyarse en la pared de su alcoba para que aquellos milenarios muros tranquilizasen un poco su corazón desbocado, tuvo la certeza de que jamás había vivido una noche tan oscura como aquella, y eso que apenas eran más de las doce. María Kouzis se preguntó si acaso se había perdido entre sus pensamientos, si se le había ido la cabeza soñando despierta o si tan solo había quedado un momento traspuesta. La anciana no se fiaba mucho del sueño, pues quien duerme demasiado profundamente pasa por alto lo que sucede a su alrededor. Sea como fuere, estaba convencida de haber recibido una señal. Y a lo largo de su vida María Kouzis había aprendido a hacer caso de las señales en cualquier forma que se presentaran.
Siendo ella aún joven, los animales de su ciudad natal en Asia Menor empezaron a parir quimeras. Un ternero con dos cabezas, una cabrita cuya brillante piel blanca se asemejaba a la de un bebé humano… Hasta los perros salvajes se mantenían a distancia de aquellas criaturas, y después de que un pajarillo sin alas cayera de su nido, María Kouzis y su madre —en mil novecientos dieciocho— decidieron abandonar Asia Menor. Al padre, un comerciante culto que había estudiado en París, aquello de las señales le parecía una ridiculez y se quedó. Los turcos, que, pocas semanas más tarde, tomaron la ciudad en su devastador afán de limpiar toda la costa de griegos, lo mataron de una cuchillada, saquearon la casa y le prendieron fuego.

INFAMIA


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Alex King, consultor especialista en comportamiento humano en Suecia.

"Cualquier semejanza con la realidad es completamente intencionada"
Así comienza esta novela, segunda del autor con Alex King como protagonista y, tristemente así es....
En tres capítulos titulados, El delito, El juicio y El veredicto, el autor nos pasea por las miserias del sistema judicial sueco que, segurament2, son las mismas que las de cualquier otro país occidental. Parece que suele más en... Suecia, tan moderna, tan igualitaria, taaaaaaan Suecia!
Lo de menos en esta novela son los personajes de la serie (Alex King y Nina) que la verdad son u poco sosos, lo de más es el furioso alegato contra los prejuicios, el machismo y la injusticia. 
Me ha cabreado de veras y me ha gustado bastante.
La recomiendo!!🌞🌞

Sinopsis (Ed. Siruela)
A veces la justicia es un castigo peor que el propio crimen.
En el transcurso de una fiesta durante la noche de santa Lucía, cuatro hombres agreden brutalmente a Sara Leijon quien, aunque herida y conmocionada, consigue llegar por su propio pie hasta una comisaría y denunciar los hechos. Pero a pesar de que todas las pruebas parecen estar ahí, dolorosamente impresas sobre el cuerpo de la víctima y en su veraz testimonio, en un juicio por violación colectiva nunca conviene dar nada por sentado...
La inspectora Nina Mander, consciente de que la joven lo tendrá difícil para que la sentencia se falle a su favor, decide pedir ayuda al psicólogo conductista Alex King, confiando en que este será el único capaz de guiarla y apoyarla durante el proceso. Sin embargo, las cicatrices aún frescas de Sara reabrirán en el corazón de King viejas heridas familiares que le harán cuestionarse si debería o no haber aceptado semejante trabajo.
Como ya ocurriera en Farsa, cada nuevo caso de la serie de Alex King supone una arriesgada vuelta de tuerca al thriller de actualidad.

Infamia (fragmento)

Capítulo 1Al principio no entendió a qué se debía el silencio al otro lado de la línea telefónica.
Pero fue solo al principio. Después reconoció la voz.
Era una voz débil y triste.
—Me han robado el móvil —dijo ella.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Tom Leijon mientras se sentaba en el sofá.
—Me han quitado el móvil —repitió—. Se lo han llevado. El nuevo.
—¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado? —preguntó Tom, desconcertado.
—¿Puedes venir a buscarme? Me han robado el móvil —dijo ella con voz débil.
—¿Dónde estás, Sara?
Tom se pasó una mano por la garganta y tragó saliva, notando el movimiento de la nuez bajo la piel. —Espera —pidió ella.
Oyó ruidos y murmullos de fondo.
Sara le facilitó una dirección en Marieberg. Tom miró el reloj. Eran las tres y media de la madrugada del 14 de diciembre. La noche de Santa Lucía. Una de las noches festivas más tradicionales. Él la había celebrado solo, viendo un par de películas que no había tenido la oportunidad antes. Sin nadie más. Nadie con quien compartir la cena de Santa Lucía. No se atrevía a pensar cómo iba a ser la Navidad.
Sobre todo sentía inquietud ante las fiestas. El videoclub había ido tan mal en noviembre que apenas si había habido beneficios. Cada vez más gente descargaba películas de la red. En poco tiempo no le quedarían clientes.
—Voy para allá —anunció alejándose del teléfono y recogiendo los pantalones que estaban tirados en el suelo. Miró la pantalla. «Número oculto». ¿Y si ya no estuviera allí cuando llegara?
Tom se puso una camiseta que olía a sudor y cerró la puerta de un tirón.

DOMINGO SOMBRÍO


Existe en Hungría una leyenda urbana que gira alrededor de una triste canción llamada “El domingo sombrío”, compuesta por Rezső Seress en 1933. Esta leyenda sostiene que el amor sufrió un revés sentimental y pesa de la desesperación compuso esta canción capaz de inducir al suicidio"
Y este es el título elegido por la novelista Alice Zeniter para mostrarnos la cara más sombría de la Europa del Este a través de una familia húngara que parece predestinada al sufrimiento.
La autora escribe muy bien y su prosa es capaz de sobreponerse al ambiente sombrío de una casita entre las vías del tren cuyos habitantes sobreviven sin atisbar ni un rayo de luz sobre sus vidas grises y estériles.
No es para todos los lectores, ni para cualquier momento.

Sinopsis (Ed. Acantilado)
Generación tras generación, la familia Mándy ha vivido en una casa de madera. Pero lo que un día fue un apartado refugio en medio de los bosques ha terminado convirtiéndose en una choza entre las vías, cerca de la estación de Nyugati, en Budapest, donde los Mándy se ven obligados a recoger la basura que arrojan los viajeros por las ventanillas de los trenes. El joven Imre ha crecido en este rincón, creado en vano por su familia para protegerse de Stalin, contemplando pasar los trenes y soñando con las vidas de las personas que viajan en ellos. Y de ese mundo melancólico intentará escapar en su primera juventud, cuando la caída de la urss traiga consigo los sex-shops, el consumismo y a Kerstin, una muchacha alemana, encarnación del Occidente libre y de una promesa de felicidad que Imre no está seguro de merecer.

Domingo sombrío (fragmento)

Domingo sombrío
Domingo sombrío,
con los brazos llenos de flores blancas,
cuando corría tras mis sueños, un domingo por la mañana,
el carro de mi tristeza ha vuelto sin ti…

Imre oía la voz de su abuelo, que le llegaba desde la otra punta del jardín triangular. no necesitaba fijarse en cómo desaparecían las consonantes en aquel canto pastoso para darse cuenta de que el viejo estaba borracho. berreaba la canción con una rabia inusual.

Y desde aquel momento todos mis domingos son tristes.
Las lágrimas son mi única bebida; la tristeza, mi único pan…

la voz se confundía con el ruido del rastrillo. se oían los sordos topetazos de la herramienta con la que el abuelo golpeaba la valla una y otra vez. los choques debían de hacer vibrar todo su cuerpo y resonar en su torcida columna vertebral. Atravesaba su espalda en diagonal como una carretera que rodea un obstáculo. la pierna inútil del abuelo, la que arrastraba tras él penosamente, había desequilibrado su marcha hasta imponer una desviación en la trayectoria de sus vértebras. cualquier actividad física le producía al viejo dolores lancinantes. Pero él se negaba a dejar de rastrillar.

Las lágrimas son mi única bebida…

BASADA EN HECHOS REALES


"Pocos meses después de que apareciera mi última novela, dejé de escribir. Durante casi tres años, no escribí una sola línea. Las expresiones estereotipadas deben interpretarse algunas veces al pie de la letra: no escribí ni una carta burocrática, ni una tarjeta de agradecimiento, ni una postal de vacaciones, ni una lista de la compra. Nada que exigiera un esfuerzo de redación, que obedeciese a un...a preocupación formal. Ni una línea, ni una palabra. Ver un bloc, una libreta o una ficha me producía náuseas." Con esta atípica "introducción" comienza la última novela de Delphine de Vigan y con ella se inicia un viaje sin retorno en el que la realidad y la ficción se confunden de tal forma que resulta casi imposible distinguirlas. En tres capítulos (Seducción, Depresión y Traicion) que se inician con citas de novelas de Stephen King, la autora nos introduce en una relación, de esas que los modernos llaman tóxica, que, a ratos resulta increíble y, a ratos, escalofriante.
Sólo un buen conocedor de la vida y obra de De Vigan será capaz de atisbar los detalles inexactos, las contradicciones y las ficciones intencionadas que la autora introduce en un relato que no es autobiográfico pero merecería serlo.
Dejando a un lado el oportunismo de la narración, su componente metaliterario y un cierto tufillo onanista, tengo la impresión de que la autora ha hecho de la necesidad, virtud y supera el vértigo del éxito y el bloqueo consiguiente con una historia que, bien podría ser cierta, pero obviamente no lo es.
La novela tiene un ritmo narrativo intensísimo, un cúmulo de sentimientos y sensaciones bombardean al lector que es incapaz de dejar de leer.
Resumiendo, casi 300 páginas que se leen a la velocidad del rayo y dejan una sensación de inquietud y una necesidad de reflexionar sobre lo leído tan intensa como la propia lectura.
Me ha encantado y la recomiendo encarecidamente!!

Sinopsis (Ed. Anagrama)
«Durante casi tres años, no escribí una sola línea», dice la protagonista y narradora. Se llama Delphine, tiene dos hijos a punto de dejar atrás la adolescencia y mantiene una relación sentimental con François, que dirige un programa cultural en la televisión y está de viaje por Estados Unidos rodando un documental. Estos datos biográficos, empezando por el nombre, parecen coincidir difusamente con los de la autora, que con Nada se opone a la noche, su anterior libro, arrasó en Francia y en medio mundo. Si en esa y en alguna otra obra anterior utilizaba los recursos novelescos para abordar una historia real, aquí viste de relato verídico una ficción. ¿O no?
Delphine es una escritora que ha pasado del éxito apabullante que la puso bajo todos los focos al vértigo íntimo de la página en blanco. Y es entonces cuando se cruza en su camino L., una mujer sofisticada y seductora, que trabaja como negra literaria redactando memorias de famosos. Comparten gustos e intiman. L. insiste a su nueva amiga en que debe abandonar el proyecto novelesco sobre la telerrealidad que tiene entre manos y volver a utilizar su propia vida como material literario. Y mientras Delphine recibe unas amenazantes cartas anónimas que la acusan de haberse aprovechado de las historias de su familia para triunfar como escritora, L., con sus crecientes intromisiones, se va adueñando de su vida hasta bordear la vampirización…
Dividida en tres partes encabezadas por citas de Misery y La mitad oscura de Stephen King, Basada en hechos reales es a un tiempo un poderoso thriller psicológico y una sagaz reflexión sobre el papel del escritor en el siglo XXI. Una obra prodigiosa que se mueve entre la realidad y la ficción, entre lo vivido y lo imaginado; un deslumbrante juego de espejos que propone una vuelta de tuerca a un gran tema literario –el doble– y mantiene en vilo al lector hasta la última página.

Basada en hechos reales (fragmento)

Pocos meses después de que apareciera mi última novela, dejé de escribir. Durante casi tres años, no escribí una sola línea. Las expresiones estereotipadas deben interpretarse algunas veces al pie de la letra: no escribí ni una carta burocrática, ni una tarjeta de agradecimiento, ni una postal de vacaciones, ni una lista de la compra. Nada que exigiera un esfuerzo de redacción, que obedeciese a una preocupación formal. Ni una línea, ni una palabra. Ver un bloc, una libreta o una ficha me producía náuseas.
Poco a poco, el mismo gesto pasó a ser ocasional, vacilante, no lo ejecutaba ya sin aprensión. El simple hecho de empuñar una pluma se me hizo cada vez más difícil.
Más adelante, me entraba pánico sólo con abrir un documento de Word.
Buscaba la postura adecuada, la orientación óptima de la pantalla, estiraba las piernas bajo la mesa. Y luego permanecía así, inmóvil, durante horas, con los ojos clavados en la pantalla.
Tiempo después, empezaron a temblarme las manos en cuanto las acercaba al teclado. Rechacé sin distinción cuantas ofertas me propusieron: artículos, noticias de verano, prólogos y otras participaciones en obras colectivas. La simple palabra escribir en una carta o en un mensaje bastaba para que se me hiciera un nudo en el estómago.
No, ya no podía escribir.
Escribir, ni pensarlo.
Ahora sé que corrieron distintos rumores en mi entorno, en el mundillo literario y en las redes sociales. Sé que se dijo que no escribiría más, que había llegado a un punto final, que los fuegos de paja, o los de papel, siempre acaban apagándose. El hombre a quien amo se imaginó que a su contacto yo había perdido el arranque, o bien el instinto creador, y que por lo tanto no tardaría en abandonarlo.