sábado, 25 de noviembre de 2017

EL ASESINO DE VILLAGE STREET


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por la agente de policía Natalie Davis.

STOP, ALTO, ATCHUNG¡¡¡ Si veis esta portada y leéis su contraportada, no piquéis¡¡¡
Una novela, por decir algo, absolutamente mala, predecible, con un estilo de redacción (no puedo llamarle literario) de 1º de primaria, una historia deslavazada con toques de ordinariez intolerables, absolutamente increíble y con faltas de ortografía (Ej.: a verlo visto).
Dice la contraportada que es la primera de la serie protagonizada por la agente Natalie Davis, para mi el primero y el último.

Sinopsis (Autoeditado)
“El asesino de Village Street” se desarrolla en un tranquilo y alejado pueblo del sur de EE.UU al que llega una atractiva joven con la intención de preparar su tesis universitaria. Natalie Davis, una novata investigadora, que tendrá que recomponer el puzzle que la llevará hasta el responsable de varios asesinatos; un carnicero sangriento capaz de mutilar y hacerse con el hígado de sus víctimas como trofeo.
Todo transcurre con normalidad hasta que dos semanas después de su llegada, descubre unas marcas en el camino que la llevan a un macabro escenario. Desde ese momento asume su papel de investigadora y trata de reunir las pruebas necesarias para descubrir al culpable. La falta de experiencia y las limitaciones técnicas, obligan a Natalie a improvisar y asumir una responsabilidad que le viene demasiado grande. Una historia llena de misterio, romance e intriga en la que el lector irá descubriendo la trama a medida que la protagonista vaya acumulando la información. ¿Conseguirá la joven novata detener al asesino de Village Street?

El asesino de Village Street (fragmento)

Cuando les explicó a sus amigos, familiares y colegas de profesión que había comprado un billete con destino a ninguna parte, todos pensaron que era una cita literaria; nunca creyeron que se tratara de algo literal.



EL DÍA QUE VENDRÁ


He leído muchas novelas sobre la II Guerra Mundial, bastantes sobre la preguerra y unas cuantas sobre la postguerra; pero este tema de la "reconstrucción" de Alemania tras la derrota es, casi, nuevo en la literatura novelesca, al menos para mi.
En esta novela del británico Rhidian Brook, los vencedores "comparten" casa con los vencidos en la devastada Hamburgo de la postguerra y además de la casa ...comparten rencor, deseos de venganza, remordimientos, pobreza o riqueza y sobre todo un inmenso deseo de regresar a la normalidad.
En un ambiente opresivo y peligroso, Brook, es capaz de trasmitir el sufrimiento de los vencedores y los vencidos, la humillación y la esperanza en medio de la desolación.
Me ha encantado¡

Sinopsis (Ed. Lumen)
«Hemos encontrado una casa para usted. Creo que será de su gusto, señor...», comentó el oficial inglés señalando un lugar del mapa que corría paralelo al río Elba, en Hamburgo, y el coronel Lewis Morgan se limitó a asentir, fatigado. Los años de guerra no habían pasado en balde y nada parecía importante ya en una ciudad donde todo eran cascotes y colillas de cigarrillos que los niños mendigaban por la calle.
Corría el año 1946, y Morgan pronto descubrió que la casa era en realidad una mansión, propiedad de herr Lubert, un arquitecto alemán de modales exquisitos que las reglas extravagantes de la Historia habían convertido en enemigo durante el conflicto y ahora en perdedor. Lubert tendría que dejar su casa para que el ejército vencedor la ocupara, para que Morgan y su familia se instalaran en ella, para que un niño desconocido toqueteara los juguetes de su hija y el nuevo orden imperara, pero de repente el coronel tuvo una idea un tanto peculiar...
Recordando las experiencias de su propia familia, Rhidian Brook ha triunfado con esta novela que pone en juego la dignidad humana y da una vuelta de tuerca a la versión oficial de nuestro pasado.

El día que vendrá (fragmento)

1

—La Bestia está aquí. La he visto. Berti también la ha visto. Y Dietmar. Con el pelaje negro como un elegante abrigo de señora. Y unos dientes como teclas de piano. Tenemos que matarla. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará? ¿Los tommies? ¿Los yanquis? ¿Los ruskis? ¿Los franceses? Ellos no querrán, están demasiado ocupados buscando otras cosas. Quieren esto y lo de más allá. Son como perros peleándose por un hueso sin carne. Tenemos que hacerlo nosotros. Atrapar a la Bestia antes de que ella nos atrape. Entonces todo irá mejor.
Ozi se colocó bien el casco mientras conducía a los demás niños por el devastado paisaje de la ciudad bombardeada por los tommies. Llevaba un casco protector inglés que había robado de la parte trasera de un camión cerca del Alster. No resultaba tan elegante como los estadounidenses o incluso los rusos que tenía en su colección, pero era el que le encajaba mejor, y cuando se lo ponía decía palabrotas con mayor soltura, como el sargento británico que había visto gritar a los prisioneros en la estación Dammtor de Hamburgo: «¡Eh! Las putas manos arriba. ¡He dicho que arriba, joder! ¡Donde yo las pueda ver! ¡Putos teutones de los cojones!». Por un instante esos hombres no levantaron las manos; no porque no entendieran la orden, sino porque se sentían demasiado débiles por falta de comida. ¡Putos teutones de los cojones! Del cuello para abajo, la ropa de Ozi seguía una moda híbrida y estrafalaria en la que los harapos se mezclaban con prendas caras: el batín de un dandi, la rebeca de una solterona, la camisa sin cuello de un abuelo, los pantalones enrollados de un guardia de asalto con la corbata de un oficinista a modo de cinturón y los zapatos, destrozados por las puntas, de un jefe de estación muerto hacía mucho.


MENTIRAS DE VERANO



De este autor me gustó mucho El lector y muchísimo El fin de semana; por tanto, cuando descubrí esta novela entre otras muchas me decidí rápidamente por ella; bien es verdad que......., no es una novela sino una colección de relatos cortos que tienen en común, la mentira, las mentiras; las que nos contamos a nosotros mismos, las que decimos a los demás, las que imaginamos como ciertas, y aquellas en... las que vivimos inmersos¡¡¡
Siete relatos que transcurren en verano, siete retratos de parejas dispares: proyecto de noviazgo, noviazgo tormentoso, matrimonio tortuoso, conocidos de viaje, matrimonio anciano, padre e hijo y pareja separada.
Me gusta como escribe Bernhard Schlink, y he disfrutado mucho de estos relatos "mentirosos" de verano.

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Ir descubriendo cuidadosamente las mentiras con las que vivimos es el núcleo central de estos hermosos relatos melancólicos y sin concesiones: una mujer que comprende que lo que ha dado sentido a su vida ya no funciona, se pone a buscar y encuentra al hombre del que se enamoró cuando era una estudiante; un hijo quiere saber quién es su padre y emprende un viaje con él; un hombre que padece una enfermedad incurable organiza un veraneo con su familia; un pasajero de un vuelo oye la confesión vital de su vecino de asiento, ¿o no son más que puras patrañas? ¿Por qué intenta un hombre joven, padre de una niña, alejar a su exitosa mujer del mundo? ¿Qué lleva a un amante a mentir una y otra vez a su amada y a perderla y perderse él mismo con sus mentiras? ¿Cómo librarse de las ataduras que mantienen a alguien ligado a su antigua vida cuando un amor en la madurez promete una vida nueva?


Mentiras de verano (fragmento)


TEMPORADA BAJA
1
Tuvieron que separarse frente al control de equipajes, pero como en aquel pequeño aeropuerto todos los mostradores y los puestos de control se hallaban en el mismo recinto, pudo seguirla con la vista mientras ella colocaba la maleta en la cinta transportadora, atravesaba el arco detector, enseñaba su tarjeta de embarque y era conducida al avión. Él estaba justo detrás de la puerta de cristal que daba a la pista.

Tras cada uno de esos movimientos, ella se daba la vuelta y le saludaba con la mano. En la escalerilla del avión se volvió por última vez, sonrió y lloró, y se llevó la mano al corazón. Cuando desapareció en el interior del aparato, él siguió agitando la mano en dirección a las ventanillas, sin saber si ella lo seguiría viendo. Después, los motores se pusieron en marcha, los propulsores giraron, el avión rodó por la pista, fue acelerando y se elevó.
Su vuelo no salía hasta una hora más tarde. Fue a buscar un café y el periódico y se sentó en un banco. Desde que se conocieron no había vuelto a leer el periódico ni a tomar café él solo. Como al cabo de un cuarto de hora seguía sin haber leído ni una línea, pensó: me he olvidado de estar solo. La idea le gustó.

EL ESTUDIANTE


Un buen thriller al año, nunca hace daño¡¡¡
Desde El Psicoanalista, leo periódicamente algún libro de John Katzenbach, y en estas lecturas ha habido de todo, buenos, regulares y malos-malísimos ....pero he de reconocer que este estudiante vengativo me ha hecho pasar un par de días estupendos.
Está clarísima la influencia del Psicoanalista porque el autor es un maestro en la descripción de personalidades psicopáticas, en resumen, un thriller trepidante de pasado, venganza y crimen, mucho crimen.
Recomendable para leer, sin complicarse la vida¡¡¡

Sinopsis (Ed. Ediciones B)
El fruto de la venganza es más venganza.
Mientras intenta mantenerse alejado del alcohol, Timothy Moth Warner alterna sus clases de posgrado en la Universidad de Miami con las reuniones de un grupo de autoayuda para adictos. Su tío Ed, médico psiquiatra y alcohólico rehabilitado, es su gran apoyo moral. Preocupado porque Ed ha faltado a una cita, Moth se dirige a la consulta de su tío y lo encuentra muerto. , en medio de un charco de sangre. Aparentemente, se ha disparado en la sien. Para la policía, se trata de un claro caso de suicidio y pronto da el caso por cerrado.
Sin embargo, Moth está convencido de que fue asesinado. Desolado y decidido a encontrar él mismo al asesino, busca apoyo en la única persona en la que puede confiar: Andrea Martine, que había sido su novia y a la que no ve desde hace cuatro años. Pese a que está sumida en la depresión tras haber vivido una situación traumática, Andy no puede dejar de escucharle.
Mientras luchan contra sus demonios interiores, los dos jóvenes se irán internando en un territorio oscuro y desconocido, habitado por una mente tortuosa y vengativa que no cejará ante nada para lograr su objetivo.

El estudiante (fragmento)

Primera Parte

CONVERSACIONES ENTRE DIFUNTOS
1
Timothy Warner encontró el cadáver de su tío porque aquella mañana se despertó con unas ansias intensas y terriblemente familiares, un vacío en su interior que zumbaba grave y repetidamente como la potente cuerda desafinada de una guitarra eléctrica. Al principio, creyó que era por haber soñado que bebía alegremente vodka helado con absoluta impunidad. Pero entonces se recordó que llevaba noventa y nueve días sin beber, y se dio cuenta de que si quería alcanzar los cien tendría que esforzarse para llegar sobrio al final del día. De modo que en cuanto su pie tocó el frío suelo al salir de la cama, antes de mirar por la ventana para ver qué día hacía, o de estirar los brazos para insuflar algo de vida a sus cansados músculos, cogió el iPhone y abrió la aplicación que contabilizaba los días que llevaba sin probar el alcohol. El noventa y ocho del día anterior saltó a noventa y nueve.
Se quedó mirando el número un momento. Ya no sentía una satisfacción estimulante, ni siquiera una ligera sensación de éxito. Aquel entusiasmo había desaparecido. Ahora sabía que el indicador diario era simplemente otro recordatorio de que siempre estaba en peligro. De recaer. De sucumbir. De dejarse llevar. De tener un pequeño resbalón.
Y entonces estaría acabado.
Puede que no enseguida, pero tarde o temprano. A veces pensaba que mantenerse sobrio era como hacer equilibrios en el borde de un hondo precipicio, contemplando vertiginosamente un inmenso Gran Cañón a sus pies mientras lo zarandeaba el vendaval. Una ráfaga lo tumbaría y se despeñaría al vacío.
Lo sabía del mismo modo que se sabe cualquier cosa.

LOS BIENES DE ESTE MUNDO


Indudablemente, el repertorio temático de Irène Némirovsky es reducido, muy reducido; pero escribe tan bien, y trata con tanta sensibilidad el mundo de la familia, del amor, el desamor, la guerra y la paz; que siempre es un placer leerla.
Este libro corto, apenas, 180 páginas, que se lee en un vuelo, es un placer inesperado, a pesar de que relata dos guerras. Un retrato certero, como suelen serlo los de Némirovsky, de la burguesía francesa y su tránsito por la primera mitad del siglo XX.
Una delicia.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Publicada por entregas en el semanario Gringoire entre abril y junio de 1941 bajo el epígrafe «Obra inédita de una mujer joven» para eludir la prohibición de trabajar que el gobierno de Vichy imponía a los judíos, esta novela se editaría en 1947, cinco años después del asesinato de su autora en Auschwitz. La profunda discordancia entre la indiferente placidez de la vida burguesa y el dramático devenir de los acontecimientos —que sería el leitmotiv de su siguiente y última obra, la excepcional Suite francesa—, es el hilo conductor del que Némirovsky se sirve para narrar las vicisitudes de una familia burguesa del norte de Francia sobre el trasfondo de un período especialmente convulso de la historia europea que culmina con el desmoronamiento del orden social que siguió a la ocupación alemana.
Hijo de los propietarios de una importante fábrica de papel desde hace generaciones, el joven Pierre Hardelot contraviene los deseos de sus padres renunciando a su compromiso de boda con Simone, la rica heredera que han escogido para él. Para mayor escarnio, Pierre se ha enamorado de Agnès, que no tiene dote y pertenece a una familia de la pequeña burguesía de reciente arraigo en el pueblo. Así, por medio de la rebelde actitud de Pierre y la decadencia de los Hardelot, Némirovsky ha escrito una persuasiva historia de amor, dulce y amarga por igual, en la que acompaña a los personajes con una mirada inclemente, aunque siempre teñida de afecto y comprensión.

Los bienes de este mundo (fragmento)

1Estaban juntos; eran felices. Siempre vigilante, la familia se deslizaba entre ellos y los separaba con implacable suavidad , pero a los dos jóvenes les bastaba con saber que estaban cerca el uno del otro; lo demás se desvanecía. Era un anochecer de otoño, a orillas del Canal, a principios de siglo. Pierre, Agnès, sus respectivos padres y la prometida de Pierre se disponían a presenciar los últimos fuegos artificiales de la temporada. Apenas iluminados por las estrellas, los habitantes de Wimereux­Plage formaban grupos oscuros sobre la fina arena de las dunas. La humedad marina flotaba en el aire y una paz absoluta reinaba sobre ellos, el mar y el mundo.
Ambas familias, pertenecientes a la pequeña y a la mediana burguesía, no se frecuentaban. Mantenían su sitio y las distancias con cortesía, firmeza y dignidad. Rodeadas por sendas murallas de palas y sillas plegables, respetaban escrupulosamente las parcelas ajenas y defendían la propia con educación aunque sin titubeos, como la espada de buen temple, que se dobla pero no se rompe. «No toques eso, que no es tuyo —murmuraban las madres—. Perdone, señora, pero ese sitio es de mi hijo y éste mío. Guarda tus juguetes o te los quitarán.»

LA TIERRA DORMIDA


Quinta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el detective privado Corazón Rodríguez.

Que un detective se llame Corazón Rodríguez, ya debería darme suficientes pistas sobre su consistencia, haber leído las dos primeras novelas del autor debería haber sido definitivo y.....sin embargo he picado con la quinta entrega de la serie que tiene al ínclito Corazón como protagonista.....
Sólo puedo decir que el autor no ha mejorado, en absoluto, antes bien sus "tics narrativos" han empeorado... con el tiempo, sus personajes siguen siendo anodinos e imperfectamente construidos, la trama falsamente histórica una sucesión de despropósitos hilados sin orden ni concierto, el final previsible y el protagonista tan anodino como siempre. Una pérdida de tiempo que hubiese empleado mejor releyendo La fiesta del Chivo.

Sinopsis (Ed. Ediciones B)
Vuelve Corazón Rodríguez, el detective que ha conquistado a más de trescientos mil lectores. Por el autor de El tiempo escondido y La niebla herida. La Coruña, 1955. Dos hermanos asturianos se embarcan rumbo a República Dominicana. Ambos jóvenes forman parte de los cinco mil campesinos españoles que, acuciados por la penuria, acuden a la llamada del dictador Trujillo, que busca trabajadores expertos para los yermos campos de su país. Cincuenta años después, el detective Corazón Rodríguez es testigo de un intento de asesinato, convirtiéndose en objetivo de una peligrosa mafia internacional. Su única escapatoria es esclarecer la trama en que se ha visto envuelto antes de que los sicarios le encuentren. Y la clave puede ser algo que sucedió muchas décadas atrás. Pasado y presente se entrelazan de nuevo en la obra de Joaquín M. Barrero. La tierra dormida es una novela trepidante, de lectura ágil y absorbente, que muestra nuevos pasajes oscuros y duros de nuestra historia reciente. De familia asturiana, Joaquín M. Barrero nace en Madrid ya iniciada la guerra civil. Analista químico, fue emigrante en Venezuela antes de sentirse captado por el mundo del comercio internacional, lo que le llevó a viajar por gran parte de Europa, América del Norte, África, Oriente Próximo y toda Iberoamérica, impregnándose del horizonte cultural que ve en esos periplos.

La tierra dormida (fragmento)

1
Figueras (San Román), Asturias,
noviembre de 2005
Llovía perezosamente en la madrugada avanzada, las gotas posándose con suavidad en el asfalto acharolado. Ya estaba ahí el Puente de los Santos sobre la ría del Eo, línea divisoria entre Asturias y Galicia. En el retrovisor apareció de repente un destellar de luces. Se acercaban a gran velocidad. Al momento, un coche me adelantó rugiente. Segundos después las otras luces me sobrepasaron con la misma prisa. Esa urgencia compartida podía deberse a que algo perentorio reclamaba la presencia de ambos conductores. Mi olfato decidió que era una persecución. De pronto, el primer coche dio un bandazo. Le vi golpear el guardarraíl central, dar dos vueltas de campana, cruzar patinando hasta el arcén y quedar insólitamente apoyado en la parte trasera, el morro hacia arriba como si fuera un árbol recién plantado. El otro vehículo se detuvo, los faros iluminando la escena. De él salieron dos hombres. Estacioné mi 320 detrás del coche perseguidor y salí a la llovizna.

COMO LA SOMBRA QUE SE VA


He leído en algún lugar que esta última novela de Muñoz Molina va desde la introspección hasta los "tintes policíacos" y con la primera afirmación puedo estar de acuerdo, no así con la segunda ya que poca literatura policíaca se puede hacer con hechos mil veces narrados y de los que tod@s conocemos el final; no tiene ni el ritmo ni la intención de novela policíaca o eso es lo que me ha parecido. Y...o he leído en esta novela la historia de tres hombres, profundamente solos, dos muertos y uno vivo, tres hombres cuyas vidas pudieron cruzarse en algún momento de profunda soledad, tristeza e infelicidad. Introspectiva?, puede ser, yo más bien la veo penitente en lo que se refiere al autor, con esa intención de que los "pecados" que se cuentan en voz alta, dejan de serlo....
Me ha gustado porque me encanta el estilo narrativo de Muñoz Molina, su dominio del lenguaje, sus referencias literarias y musicales, sus historias que esconden historias. La descripción de las ciudades es, también, sobresaliente, teniendo en cuenta que hablamos de Lisboa, Granada, y el profundo sur norteamericano.
En la parte negativa, he de decir que tardé casi 100 páginas en "coger" el ritmo, que le sobran algunas páginas finales y que si la exhibición de la tristeza y la soledad tienen un alto valor literario, el alarde de felicidad desmerece un poco el conjunto.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
La nueva novela de Antonio Muñoz Molina. Una ciudad. Un magnicidio. Una obsesión. La huida del asesino que no pudo matar un sueño de libertad.
El 4 de abril de 1968 Martin Luther King fue asesinado. Durante el tiempo en que permaneció en fuga, su asesino, James Earl Ray, pasó diez días en Lisboa tratando de conseguir un visado para Angola.
Obsesionado por este hombre fascinante y gracias a la apertura reciente de los archivos del FBI sobre el caso, Antonio Muñoz Molina reconstruye su crimen, su huida y su captura, pero sobre todo sus pasos por la ciudad. Lisboa es paisaje y protagonista esencial en esta novela, pues acoge tres viajes que se alternan en la mirada del escritor: el del prófugo Earl Ray en 1968; el de un joven Antonio que en 1987 parte en búsqueda de inspiración para escribir la novela que lo consagró como escritor, El invierno en Lisboa, y el del hombre que escribe esta historia hoy desde la necesidad de descubrir algo esencial sobre estos dos completos desconocidos.
Original, apasionante y honesta, Como la sombra que se va aborda desde la madurez temas relevantes en la obra de Antonio Muñoz Molina: la dificultad de recrear fielmente el pasado, la fragilidad del instante, la construcción de la identidad, lo fortuito como motor de la realidad o la vulnerabilidad de los derechos humanos, pero cobran aquí forma a través de una primera persona completamente libre que indaga de forma esencial en el proceso mismo de la escritura.

Como la sombra que se va (fragmento)

He pasado demasiadas horas su­mergido en su vida, días ya, desde que llegué a Lisboa. Basta teclear unos segundos en el portátil para internarse en los archivos donde se conserva el testimonio de casi todas las cosas que hizo, los lugares donde estuvo, los de­litos que cometió, las cárceles en las que cumplió condena, hasta los nombres de mujeres con las que pasó una noche, o con las que tomó algo en la barra de un bar. Sé qué revistas y qué novelas leía y de qué marca era la bolsa de galletas saladas que dejó abierta y a medio consumir en una habitación alquilada de Atlanta en la que no llegó a inscribirse en el registro, porque el dueño estaba tan borracho que no se lo pidió. Páginas fotocopiadas y esca­neadas de expedientes viejos contienen la lista de las prendas de ropa sucia que entregó en una lavandería de Atlanta el 1 de abril de 1968 y recogió la mañana del 5 de abril o el informe forense sobre la trayectoria de la bala que disparó la víspera, el día 4, en Memphis, en el cuar­to de baño de una casa de huéspedes, apoyando en el al­féizar el cañón de un rifle Remington 30.06, o la declara­ción del cirujano plástico que le operó la punta de la nariz en Los Ángeles, o la copia de una huella dactilar que dejó en un cupón de compra por correo recortado de una revista de fotografía.