martes, 22 de agosto de 2017

CUERVOS


Décima entrega de la serie protagonizada por Charlie Parker.

Cuervos, aunque me gusta más su título original The burning soul y creo que es más apropiado para la novela es una nueva vuelta de tuerca en el universo propio, y atormentado, de Charlie "Bird" Parker, una investigación que va más allá de la investigación, secretos y culpas que nunca se han ido......
Me gustó mucho aunque no es la mejor de la serie.
Y siguiendo las recomendaciones de nuestro amigo Fernando Bdo Silvestre esta pieza interpretada por Bill Evans acompañó mi lectura, magnífica:
http://youtu.be/dH3GSrCmzC8

Cuervos (fragmento)

1"Mar gris, cielo gris, pero fuego en el bosque y los árboles en llamas. No hacía calor ni había humo, y aun así la espesura ardía, coronada de tonos rojos, amarillos y anaranjados: un gran y frío incendio que se produce con la llegada del otoño y la resignada caída de la hoja. En el aire se percibía mortalidad, presente en el primer asomo de brisas invernales y en la amenaza de heladas que éstas traían consigo; y los animales se preparaban ya para las inminentes nieves. La búsqueda de sustento había empezado, la necesidad de llenarse el estómago para los tiempos de escasez. Con el hambre, las criaturas más vulnerables asumirían mayores riesgos a fin de alimentarse, y los depredadores estarían al acecho. Las arañas negras permanecían agazapadas en los ángulos de sus telas, sin caer aún en su letargo. Todavía podían capturar algún que otro insecto extraviado, y añadir así otros trofeos a su colección de caparazones vacíos. El pelaje de invierno se espesaba y adquiría una coloración más clara para confundirse mejor con la nieve. Bandadas de gansos surcaban el cielo como refugiados huyendo de un conflicto a punto de estallar, abandonando a aquellos obligados a quedarse y arrostrar lo que estaba por venir.
Los cuervos permanecían inmóviles. Muchos de sus hermanos de regiones más septentrionales habían enfilado rumbo al sur para escapar de lo más crudo del invierno; pero aquéllos no. Aunque enormes, eran estilizados, y en sus ojos brillaba una rara inteligencia. En esa remota carretera, algunas personas se habían fijado ya en ellos, y si pasaban por allí en compañía de alguien, ya fuera a pie o en coche, comentaban la presencia de aquellas aves. Sí, coincidían todos, eran más grandes que los cuervos comunes, y puede que, además, infundieran cierta sensación de malestar, esas criaturas encorvadas, esos observadores pacientes y traicioneros. Se habían posado en lo más hondo del ramaje de un viejo roble, un organismo que se acercaba ya al fin de sus días: cada año se le caían antes las hojas, con lo que en las postrimerías de septiembre ya estaba deshojado, un trozo de madera carbonizada entre las llamas, como si el fuego voraz lo hubiera consumido ya, dejando atrás únicamente los vestigios de nidos abandonados mucho tiempo antes. El roble se hallaba en el linde de un bosquecillo que allí se ceñía a la curvatura de la carretera formando un saliente, cuyo vértice ocupaba ese árbol. Antiguamente crecían en aquel lugar otros como él, pero habían sido talados hacía muchos años por los hombres que construyeron la carretera. Ahora era el único de su especie, y pronto también él desaparecería.
Aun así, los cuervos habían acudido a ese roble, porque a los cuervos les gustan las cosas moribundas."

EL TRAJE GRIS



Camilleri es magistral con Montalbano y cuando deja a Montalbano lo es más todavía, en esta novela corta desgrana una a una las desgracias del hombre mayor que no asume que lo es...
Es más que una novela, una parábola de la mosca y la araña con su inevitable final¡
Me ha encantado¡

Sinopsis

A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, Febo Germosino, el protagonista de esta novela, ha recibido tres cartas anónimas. Ahora, en la primera mañana de su vida de jubilado, las despliega cuidadosamente junto a una caja de cerillas. Una de ellas, recibida unos años atrás, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se casó hace una década. Elegantísima, enigmática, Adele es una espléndida e irresistible femme fatale, como una réplica de las divas americanas del cine en blanco y negro. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele ha demostrado ser una esposa entregada a su marido, sólo que, en determinadas ocasiones, viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirirá un inquietante simbolismo, cuyo significado hubiese convenido no desentrañar jamás.
Una vez más, Andrea Camilleri consigue sorprendernos con una muestra de su fecundidad y maestría literaria. En esta breve e intensa novela de misterio psicológico ―que el autor ha descrito como «una historia conyugal»―, el matrimonio es el escenario de la dimensión cotidiana de la tragedia, a un tiempo último reducto del deseo y de la fantasía, y espejo de una sociedad hondamente corrupta.

EL INOCENTE


Ian McEwan es capaz de recrear casi cualquier atmósfera que se proponga, lo demuestra en cada uno de sus libros.
En El Inocente, con la guerra fría como fondo, trenza una de esas vidas que ninguno quisiéramos vivir, una vida  al vaivén de los acontecimientos, una vida que parece feliz pero sólo es vacía....una vida cualquiera y lo hace de forma tan magistral que ha vuelto a conquistarme¡
Muy recomendable¡¡¡¡

El inocente (fragmento)

1939-1955
1

"Fue el teniente Lofting quien dominó la reunión.
- Escuche Marnham. Acaba de llegar, así que no hay razón para que conozca la situación. Aquí el problema no son los alemanes ni los rusos. Ni siquiera los franceses. Son los norteamericanos. No saben nada de nada. Y lo peor es que no quieren aprender, no quieren que se les expliquen las cosas. Es su manera de ser, sencillamente.
Leonard Marnham, un empleado de correos, no había hablado nunca con un norteamericano, pero los había estudiado a fondo en el cine Odeón de su barrio. Sonrió sin apenas separar los labios y asintió con la cabeza. Metió la mano en el bolsillo interior del abrigo para coger su pitillera plateada. Lofting levantó la palma de la mano, estilo saludo indio, para cortar el ofrecimiento. Leonard cruzó las piernas sacó un cigarrillo y golpeó varias veces la punta contra la pitillera."

ELDORADO


Conozco pocos narradores tan exquisitos como Laurent Gaudé.
La primera novela que leí del autor, titulada El sol de los Scorta, me pareció uno de los ejercicios narrativos mejores de los últimos años.
No sólo la exquisitez del lenguaje atrae en la obra de Gaudé, atrae sobre todo la exquisitez de los sentimientos y el modo magnífico en que nos hace sentir la piel de los protagonistas sobre la nuestra. En Eldorado las vidas se cruzan y cambian, cambian para siempre; el comandante Piracci y Soleiman son dos caras de la misma moneda y sus vidas, también¡
Muy recomendable¡

Nuestra querida Rosi Torres Marino, nos expresa su opinión:

RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS,  el 27 de Junio de 2014.
El dorado de Laurent Gaudé: No puedo decir que no me haya gustado, pero no era lo que esperaba. Gaudé no me ha parecido ese narrador portentoso del que he oído hablar. Desde luego la temática y el marco temporal de la novela es ya en sí desgarrador. Pero pese a estar cargado de una realidad dolorosa y cercana, pese a que el autor describe muy bien los pensamientos y sentimientos que han de tener aquellos que se ven sumergidos en esa desesperada huida, en esas terribles circunstancias, me ha parecido poco creíble.


Sinopsis (Ed. Salamandra)
Tercera obra de Laurent Gaudé publicada en castellano tras El legado del rey Tsongor y El sol de los Scorta —esta última ganadora del premio Goncourt 2004—, esta nueva novela del laureado escritor francés aborda el dramático fenómeno de la inmigración desde una óptica especular, la de dos expatriados que se mueven en direcciones opuestas.
  Al mando de una fragata que patrulla las aguas sicilianas que delimitan la codiciada fortaleza europea, Salvatore Piracci cumple abnegadamente con su penosa misión, hasta que el sorpresivo reencuentro con una mujer que él ayudó a rescatar de un barco a la deriva lo lleva a emprender un viaje de enorme trascendencia. Paralelamente, en Sudán, el joven Soleimán ha conseguido reunir el dinero necesario para abandonar el país en busca de una vida mejor, pero los planes no tardarán en complicarse, y el ansiado periplo hacia el Norte se convertirá en una durísima prueba, cuyas etapas estarán sembradas de peligros y amenazas, pero también de incontables muestras de fraternidad y esperanza.
  Los viajes de Salvatore y Soleimán componen así una conmovedora odisea de destinos entrecruzados en ambas orillas del Mediterráneo, sobre un paisaje a la vez auténtico y mítico, contemporáneo e intemporal. Al igual que en sus novelas anteriores, Laurent Gaudé hace gala una vez más de un lenguaje vibrante para sumergirnos en un universo de dimensiones épicas, descubriendo las raíces del ser humano en toda su grandeza y miseria moral.

Eldorado (fragmento)

"Los hombres, en plena noche, se contaban historias para hacerse brillar los ojos. El viejo mundo no estaba muerto. Aún había criaturas agitadas por la impaciencia que sonreían ante un sueño constantemente renovado de la felicidad lejana que se persigue."



EL AÑO DE LA LIEBRE


La peripecia vital de Vatanen narrada como sólo un nórdico puede hacerlo, una novela especial que habla de la libertad individual como valor supremo de la vida humana.
Más profunda de lo que su humorístico planteamiento puede sugerir.
Una novela interesante que debajo de su aparente sencillez explora todos los resquicios del hombre, verdaderamente, libre.
Para leer y releer de vez en cuando¡

El año de la liebre (fragmento)

6
EL COMISARIO

"Los agentes se sentaron delante con la liebre y dejaron a Vatanen solo en el asiento de atrás. Al principio, el viaje transcurrió sin que entre ellos mediase palabra alguna; un poco antes de llegar al centro del pueblo, el que llevaba la cesta dijo:
—¿Puedo verla?
—Vale. Pero no la coja de las orejas.
El agente abrió la cesta y vio cómo la liebre asomaba su hocico por la rendija. También el que conducía se estiró, y redujo la velocidad para verla mejor.
—Es de este año —dijo—. Yo diría incluso que de la camada de finales de invierno.
—Lo dudo; hace un par de semanas era aún muy chiquita. Creo que ha debido de nacer en junio.
—Es un macho — sentenció el otro agente.
Llegaron al centro de Nilsii, dejaron el coche en el patio de la comisaría, cerraron la cesta de la liebre y llevaron a Vatanen adentro.
El oficial de guardia, que se aburría en su despacho, medio dormido y con la camisa reglamentaria desabrochada, no pudo disimular su alegría ante la perspectiva de pasar un rato acompañado. Ofrecieron asiento a Vatanen, que sacó su cajetilla e invitó a tabaco a los agentes. Ellos cruzaron sus miradas antes de asentir y aceptar un cigarrillo cada uno."

LA BÚSQUEDA DEL TESORO


Decimosexta entrega de la serie protagonizada por el Comisario Montalbano.

Como en un juego siniestro Montalbano sigue las pistas que le conducirán hasta "el tesoro".
Resulta impresionante que cada entrega de las aventuras del Comisario Montalbano sea mejor que la anterior.
Es propio de un gran escritor, como Camilleri, mejorar con el tiempo pero en su caso excede las mejores expectativas del lector.
Muy recomendable como todas y un maravilloso ejemplo de como funciona el mundo¡

La búsqueda del tesoro (fragmento)

1"Que Gregorio Palmisano y su hermana Caterina eran gente de iglesia desde su temprana juventud era del dominio público. No se perdían un oficio matutino o vespertino, una santa misa, una víspera, y a veces incluso iban a la iglesia sin motivo alguno, sólo porque les apetecía. El ligero perfume de incienso que flotaba en el aire después de misa y el olor a cera de las velas les parecían más deliciosos que el aroma del ragú a alguien que lleva diez días sin comer.
Arrodillados siempre en el primer banco, no agachaban la cabeza al rezar; la mantenían erguida, con los ojos bien abiertos, aunque no miraban el gran crucifijo del altar mayor ni la Virgen doliente a sus pies. No, ellos no apartaban la vista ni un instante del cura, atentos a lo que hacía, a cómo se movía, cómo pasaba las páginas del Evangelio, cómo bendecía, cómo gesticulaba al decir «Dominus vobiscum» para después acabar con «Ite, missa est».
La pura verdad es que habrían querido ser curas, ponerse sobrepellices, estolas, paramentos, abrir la puertecita del tabernáculo, tener en las manos el cáliz de plata, dar la comunión a los fieles... Los dos. También Caterina, a quien su madre Matilde se había apresurado a corregir cuando le dijo lo que quería ser de mayor:
—Querrás decir monja.
—No, mamá: cura.
—¡Anda! ¿Y por qué quieres ser cura y no monja? —preguntó riendo doña Matilde.
—Porque los curas dicen misa y las monjas no.
Sin embargo, se vieron obligados a ayudar a su padre, que era mayorista de comestibles y tenía tres grandes almacenes, uno al lado de otro, donde amontonaba la mercancía."

EL FIN DE SEMANA


Hace tiempo que este autor me cautivó con su novela El lector, pero desde entonces no había leído ninguna otra novela suya.
Este fin de semana he leído El fin de semana, una historia de como las decisiones que tomamos cambian nuestra vida.
Una historia de terrorismo, de amistad, de cambios, de amor, de vidas rotas y de perdón.
Me ha gustado muchísimo¡

El fin de semana (fragmento)

Viernes

1Llegó poco antes de las siete. Había pensado que a una hora tan temprana circularía más deprisa y llegaría antes, pero, al irse encontrando una obra tras otra, se puso nerviosa. ¿Acabaría él saliendo por la puerta, buscándola en vano con la mirada y teniendo que enfrentarse, lo primero de todo, a la desilusión y al desaliento? En el retrovisor estaba saliendo el sol. Hubiera preferido tenerlo de frente y no de espaldas, aunque así la habría deslumbrado.
Aparcó donde aparcaba siempre y recorrió el breve trecho que quedaba hasta la puerta tan despacio como siempre. Barrió de su cabeza todo lo relacionado con su propia vida e hizo sitio para él, aunque lo cierto es que él tenía siempre un sitio fijo en su cabeza. No pasaba una sola hora sin que se preguntara qué estaría haciendo en aquel momento o cómo le estaría yendo. Y cuando se encontraban, para ella sólo existía él. Ahora que su vida ya no iba a seguir anclada en un punto sino que volvería a ponerse en movimiento, necesitaba que ella le prestara toda su atención.
El viejo edificio de piedra arenisca estaba bañado por el sol. Una vez más le impresionó que una construcción que servía para un propósito tan feo pudiera ser tan hermosa: el muro con la parra virgen –verde prado o verde bosque en primavera y verano; amarillo y rojo en otoño–, las torrecillas en las esquinas y la torre grande en medio, con unas ventanas que recordaban las de las iglesias, y aquella pesada puerta que resultaba hostil como si su objetivo no fuese mantener encerrados a sus moradores sino ahuyentar a los enemigos. Miró el reloj. A los de dentro les gustaba hacer esperar a la gente. Varias veces le había ocurrido que, tras solicitar en vano una visita de dos horas y una vez transcurrida la hora concedida, no habían acudido a buscarla a tiempo y se había quedado sentada a su lado media hora o tres cuartos más, sin estar ya realmente con él.