miércoles, 3 de enero de 2018

EL COLOR DEL SILENCIO


RESEÑA DE CLARA GLEZ para LIBROS, 14 de Mayo de 2017.
El color del silencio – Elia Barceló
Están de moda los libros, sobre familias, secretos del pasado, y la narración dando saltos en el tiempo, y este es uno de ellos, pero tengo que decir que, aunque la fórmula se repita, este me ha gustado mucho.
Te intriga, te lleva por... hechos históricos bastante conocidos, pero sin abusar ni de datos ni de peripecias rocambolescas, de los personajes ( dime quien eres, por poner un ejemplo).
Además de contar la vida de la protagonista y su familia, se adentra en hechos comunes en su tiempo., que no quiero desvelar. Te mete en la historia sin que te des cuenta , pero sin sobresaltos, y sin “ meigas”, esto lo comento por un libro que me trajo a la memoria: las tres heridas .
No quiero adelantar nada de la novela, porque hay que ir descubriendo secretos a medida que la lees, y planteándonos alguna que otra pregunta sobre determinados hechos de nuestro pasado reciente.
La trama es muy buena, y probable. Los personajes están bien definidos.
Me quedaría con esta frase :
”Aunque las heridas duelen al curarse, si no se curan , pueden gangrenarse”.

Sinopsis (Ed. Roca)
16 de julio de 1936, Islas Canarias. Un asesinato desencadena el golpe de Estado de Franco y el inicio de la Guerra Civil española.
20 de julio de 1969, Rabat, Marruecos. Una familia celebra el aterrizaje en la Luna en el jardín de una antigua mansión. Un asesinato tendrá lugar esa misma noche, destrozando el destino de la familia.
Madrid, época actual. Helena Guerrero es una artista de renombre internacional, conocida por las sombras que invaden sus cuadros y que, aparentemente, reflejan un misterio de su pasado que nadie ha sabido nunca explicar. Ahora, después de muchos años viviendo en el extranjero, en Adelaida, Australia, tres sucesos conspiran para traerla de vuelta a Madrid, tres episodios que reconfigurarán su pasado y su futuro: una terapia psicológica llamada «constelación», una boda en su familia y un correo electrónico de su distanciado cuñado le darán las pistas para descubrir qué sucedió realmente con su hermana Alicia, en 1969.  Junto con Carlos, su pareja actual, Helena irá en búsqueda de respuestas a las terribles preguntas que la han acechado durante toda su vida. Viajará a Rabat, a la antigua mansión de su familia, La Mora, y se adentrará de nuevo en los frondosos jardines que han resguardado, durante años, con recelo, un oscuro y silencioso secreto familiar, el mismo secreto que parecía hablar, desde hace mucho tiempo, a través del color y de las sombras de sus cuadros.

El color del silencio (fragmento)

Ayer soñé con La Mora. Era uno de esos sueños que al principio no se distinguen de la realidad y a la vez son como los sueños de descubrimiento, que producen esa euforia no solo del reencuentro con lo muy amado, sino de maravillado asombro por todo lo que es nuevo, lo que siempre estuvo allí y uno no fue capaz de ver entonces.
La Mora brillaba como una joya en el fondo de un estanque, al mismo tiempo real e imposible, la superficie del agua alterada por ondas y reflejos que revelaban y ocultaban por turnos la existencia de lo que no debería estar allí pero sin embargo estaba.
Recorría sus senderos fijándome en las fuentes, en los faroles de hierro y cristales de colores que colgaban de los árboles, en los azulejos de los bancos, con sus dibujos geométricos azules y verdes y negros. Todo estaba florido y yo sabía que había llegado en la mejor época del año, en esa primavera atlántica fresca y fragante que luego morirá bajo el sol del verano, pero que ahora desplegaba sus encantos para todos los sentidos del contemplador, del raro paseante que se dejara arrastrar por la pura belleza de la vida que volvía a surgir, poderosa, después del letargo invernal.
Me detuve debajo de uno de esos árboles que nunca supe nombrar, cargado de bolas de flores de color de rosa que cuelgan como adornos de Navidad, disfrutando de la soledad, de la calma y el silencio de aquel jardín, que parecía uno de esos jardines encantados de los cuentos. De un cuento oriental abierto solo para mí.
La brisa que venía del mar agitaba las ramas altas, hacía balancearse las flechas oscuras de los cipreses sobre el cielo de un perfecto azul y se frotaba contra las palmas de las palmeras, produciendo ese ruido que, con los ojos cerrados, suena como la lluvia; trayendo desde algún lugar un perfume de clavellinas rojas que competía con el olor de la sal.

martes, 2 de enero de 2018

EL RUÍDO DEL TIEMPO


"....pero J. seguía en su sitio, inamovible, lamiendo el culo a los nuevos amos como se lo había lamido a los anteriores...." (pág.. 159)

Una frase que resume muchas cosas de esta novela, que iguala el siglo XX con el XXI y demuestra que todo sigue igual, el poder fagocita a sus secuaces y estos actúan en su nombre porque no hay mayor convicción que la del "converso", el "creyente" que aplica las directrices, caiga quien caiga, y perpetúa la injusticia y el dominio sobre todos los que están a su alcance.
Julian Barnes narra la vida del compositor Shostakovich, su triste sometimiento a la dictadura comunista y al horror que le arruinó como persona. Casi un ensayo sobre las relaciones entre el arte y el poder absoluto, parece mentira que una obra tan corta, apenas 200 páginas, pueda contar tanto sobre el ser humano.
Me ha encantado¡¡¡

Sinopsis (Ed. Anagrama)
El 26 de enero de 1936 el todopoderoso Iósif Stalin asiste a una representación de Lady Macbeth de Mtsensk de Dmitri Shostakóvich en el Bolshoi de Moscú. Lo hace desde el palco reservado al gobierno y oculto tras una cortinilla. El compositor sabe que está allí y se muestra intranquilo. Dos días después aparece en Pravda un demoledor editorial que lo acusa de desviacionista y decadente. Un editorial aprobado o acaso escrito de su puño y letra por el propio Stalin.
Son los años del Gran Terror, y el músico sabe que una acusación como ésa puede significar la deportación a Siberia o directamente la muerte. Pero Shostakóvich sobrevive, compondrá música heroica y patriótica durante la Segunda Guerra Mundial y el régimen comunista lo enviará como uno de sus representantes al Congreso Cultural y Científico por la Paz Mundial en Nueva York, donde repetirá, sin salirse jamás del guión, aquello que le dictan los comisarios políticos.
La historia de Shostakóvich y Stalin es un ejemplo particularmente desolador de las relaciones entre el arte y el poder. Uno de los más grandes compositores del siglo XX adaptó su arte a la estética oficial, abjuró de amigos y maestros, se postró ante el dictador para sobrevivir en un periodo en el que sus conocidos caían como moscas. Él salvó el pellejo y, ya muerto Stalin, acabó consagrado como uno de los grandes creadores soviéticos, pero por el camino dejó una parte de su alma, de su dignidad y de su ambición artística.
En esta breve novela, tan hermosa como terrible, Julian Barnes reconstruye la vida del músico –los recuerdos de su infancia y su convulsa vida íntima, las relaciones con sus esposas, sus amantes y su hija–, pero sobre todo aborda las dolorosas decisiones que tuvo que tomar en unos momentos históricos sombríos, e indaga en el miedo y la culpa, en la dificultad de comportarse con honestidad en tiempos de barbarie, y en la difícil supervivencia del arte en esos años aciagos.

El ruido del tiempo (fragmento)

1. En el rellano
Lo único que sabía era que aquél era el peor momento.
Llevaba tres horas de pie junto al ascensor. Iba por el quinto cigarrillo y le patinaba la mente.
Caras, nombres, recuerdos. Turba cortada pesándole en la mano. Aves acuáticas suecas titilando por encima de su cabeza. Campos de girasoles. El olor del aceite de clavel. El olor cálido, dulzón de Nita al abandonar la pista de tenis. Sudor rezumando de un pico de viuda en el nacimiento del pelo. Caras, nombres.
También las caras y los nombres de los muertos.
Podría haberse llevado una silla del apartamento. Pero sus nervios, de todos modos, le habrían mantenido erguido. Y si se sentaba a esperar el ascensor tendría un aire decididamente excéntrico.
Su situación había surgido cuando menos lo esperaba, y sin embargo era perfectamente lógica. Como el resto de su vida. Como el deseo sexual, por ejemplo. Apareció como por arte de magia y sin embargo era perfectamente lógico.

REY DE PICAS


Otra de metaliteratura o lo que es lo mismo "yo me lo guiso y yo me lo como".....
Sinceramente, esperaba mucho más de Oates, aunque el thriller no sea su género....es verdad que la novela está bien escrita pero no deja de ser un "trabajito de fin de semana" para demostrar lo que la autora sabe sobre Stephen King y otros escritores con alguna que otra novela de intriga.
La cosa empieza bien, con un...a suerte de Dr Jekyll y Mr Hyde literario que escribe novelas de misterio (de calidad cuestionable) y comienza a escribir novelas, también de misterio, pero mucho más duras y de calidad no sólo cuestionable sino ínfima....o sea, tenemos que elegir entre malo y peor. Una acusación de plagio desencadena todos los "males del infierno" y......nada más
Los personajes están poco desarrollados a pesar del potencial que exhiben en un primer momento, las situaciones parecen narradas con prisa y el final.....uffff impropio de Oates.
En resumen, 200 páginas totalmente prescindibles en el fondo y cuidadosamente escritas en la forma.
Una sola palabra....decepción.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Una perturbadora novela negra por la maestra del thriller y firme candidata al Premio Nobel Joyce Carol Oates.
«Esta historia de suspense presenta a la mejor Oates, da muestras de una sencilla sofisticación "negra", y aparecen destellos semejantes a Stephen King.»
Library Journal
Los problemas empezaron de la manera más inocente cinco meses, dos semanas y seis días antes.»
Andrew J. Rush ha conseguido el aplauso del público y la crítica, un éxito con el que sueña la mayoría de los autores. Sus veintiocho novelas policiacas han vendido millones de ejemplares en decenas de países y tiene un poderoso agente y un editor brillante en Nueva York. También tiene una amante esposa y tres hijos ya adultos, y es una gloria local en el pueblo de Nueva Jersey donde reside.
Pero Rush esconde un oscuro secreto. Utilizando el seudónimo Rey de Picas escribe otro tipo de novelas, violentas y espeluznantes: el tipo de libros que el refinado Andrew nunca leería y mucho menos escribiría. Su vida perfecta se viene abajo cuando su hija encuentra una novela de Rey de Picas y comienza a hacer preguntas. Al mismo tiempo, Rush recibe una citación judicial tras ser demandado por una mujer del pueblo que lo acusa de plagio. Mientras la reputación, la familia y la carrera de Rush peligran, los pensamientos de Rey de Picas se vuelven cada vez más malvados.

Rey de Picas (fragmento)

1. El hacha

En el aire había aparecido el hacha. Por alguna razón se alzaba y caía en un vaivén desenfrenado, en dirección a mi cabeza, mientras yo intentaba alzarme de mi posición en cuclillas y perdía el equilibrio, por la desesperación de querer escapar, al tiempo que me fallaban las piernas y se oía una voz ronca que suplicaba «¡No! ¡Por favor, no!» (¿era la mía, irreconocible?), por cuanto, a pocos centímetros de mi cabeza, la cuchilla se estrellaba y se hundía en el escritorio, del que saltaban astillas; para entonces ya había caído yo pesadamente al suelo, un suelo duro y rígido debajo de la deshilachada alfombra oriental. Forcejeaba para enderezarme, detener el hacha, apoderarme de ella con manos que se agitaban en la ceguera de la desesperación, mientras una voz (¿mi voz?, ¿la de mi agresora?), muy aguda y casi sin resonancias humanas, suplicaba «¡No! Nooo»; un vislumbre pasajero de los rechonchos dedos de la mujer, de sus brazos con músculos como cuerdas y de una blancura cadavérica dentro de las vaporosas mangas del camisón, y la mezcla de grito y gruñido en una combinación de furor y esperanza de triunfo; y de nuevo el terrible alzarse del hacha, el resplandor mate de la tosca hoja, y la curva descendente de la Muerte, imparable una vez iniciada, irremediablemente hundida en un cráneo humano, tan fácil de partir como un melón, sin otra protección que una piel relativamente gruesa, hasta dejar al descubierto la pastosa materia gris del cerebro entre un torrente de sangre arterial.

AÑOS SALVAJES



Uno. Frente a Diamond Head Honolulu, 1966-1967
"Nunca se me había ocurrido considerarme un niño mimado, pero la escuela secundaria de Kaimuki fue una sorpresa terrible para mí. Acabábamos de llegar a Honolulu, yo estaba en octavo grado y la mayoría de mis nuevos compañeros de clase eran «drogadictos, esnifadores de pegamento y matones», o eso le escribí a un amigo que se había quedado en Los Ángel
es. " Cuando todos los críticos literarios recomiendan unánimemente una novela.....ummmm, cuando no encuentro ninguna opinión de lector@s en la red.....ummmmm
Pero si la obra es un Pulitzer me decido y la leo porque algo bueno tendrá, a pesar de el subtítulo de la novela (Mi vida y el surf) no me produce precisamente buenas vibraciones.
William Finnegan comienza de forma prometedora, relatando la mudanza de su familia Honolulu en los años 60 y así, esperas una autobiografía (género que tampoco es de mis favoritos) novelada y aventurera de un joven que en la actualidad es periodista en el New Yorker, peeero......., la autobiografía, salvo pasajes reseñables como el que da inicio a la novela, se convierte en la búsqueda de la ola perfecta y la descripción de la técnica surfística hasta sus más mínimos detalles.
Es verdad que la calidad literaria de Finnegan está fuera de duda, sus descripciones son poéticas y su narrativa, bastante ágil, lo que ocurre es que por muy bien escrito que esté, el tema no me importa en absoluto y el conflicto de intereses crece cuando me doy cuenta que es el único tema que le importa al autor. Si la novela durase la mitad, quizás sería soportable, pero 600 páginas con el surf como leit-motiv, he de reconocer que me han superado.

Sinopsis (Ed. Libros del Asteroide)
Años salvajes nos habla de una obsesión, la de William Finnegan con el surf. Finnegan comenzó a hacer surf de pequeño en Hawái y California. En los años setenta, tras finalizar sus estudios universitarios, su pasión le llevó a dejarlo todo y emprender un viaje iniciático por Samoa, Indonesia, Fiyi, Java, Australia y Sudáfrica.
Este precario y singular viaje, por tierras cada vez más salvajes, y en el que varias veces estuvo al borde de la muerte, terminó llevándolo de vuelta a su país, donde se convertiría en un reconocido escritor y corresponsal de guerra. En Estados Unidos, pese a su nuevo trabajo, su pasión por las olas se mantiene intacta: continúa su búsqueda de la ola perfecta -la más grande, la más rápida, la más peligrosa- en San Francisco, la Costa Este o Madeira. Una búsqueda incesante que es, también, la del sentido de su existencia.
Galardonado con el premio Pulitzer 2016 y el Euskadi de Plata 2017, Años salvajes es una fascinante historia de aventuras y una autobiografía literaria de primerísimo nivel. Es, además, y sin ningún género de dudas, el mejor libro sobre surf que se haya escrito nunca.

Años salvajes (fragmento)

“Las olas eran el campo de juego, pero también la finalidad, la meta. El objeto de tus deseos y de tu adoración más profunda. Y al mismo tiempo eran tu adversario, tu némesis, incluso tu enemigo mortal. El surf era tu refugio, tu escondite feliz, pero también era un entorno hostil, y un mundo indiferente y siempre dinámico”.

UN CADÁVER EN PORT DU BÉLON


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Georges Dupin, comisario de policía en la localidad bretona de Concarneau (Francia).

Siguiendo mi particular método de alternar policiaca y no-policiaca, continuo con la serie protagonizada por Georges Dupin, y casi estoy terminando con lo publicado....
Me gusta Dupin porque es reflexivo e impulsivo, buen comedor y maniático, cafetero compulsivo y degustador de croissants, amante del mar y miedoso en los barcos, aficionado al entrecot con patatas fritas y gourmet del marisco..... ...en fin, que podría ser gallego¡¡¡¡
Las novelas de Bannalec ejercen una especial atracción en mi, describe Bretaña con tanta perfección y poesía que me parece estar en ella o será que se parece tanto a Galicia que de verdad estoy allí????
Los personajes secundarios no roban protagonismo a Dupin, pero están bien definidos y aportan "movilidad" a las tramas que no brillan por su complicación sino que están al servicio de una forma de ser, una forma de vivir¡
En esta cuarta entrega el pasado vuelve para vengarse en una localidad famosa por sus ostras, como complemento, una lección magistral sobre la cría de ostras y sus principales variedades, lástima que se hayan olvidado de las ostras gallegas, pero ya se sabe que los franceses son muy suyos.....¡
Recomiendo la serie para un verano diferente¡

Sinopsis (Ed. Grijalbo)
Un cadáver que aparece y desaparece, leyendas celtas, ostras y vino blanco.
Un cadáver en Port du Bélon es el nuevo caso del comisario Dupin, el protagonista de la serie de novela policíaca que lleva vendidos más de 2.000.000 de ejemplares.
Ha aparecido un cadáver en Port du Bélon, noticia que el comisario Georges Dupin recibe con preocupación teñida de un cierto alivio porque le salvará del seminario sobre «Técnicas sistémico-sistémicas del interrogatorio en la investigación» al que le han obligado a asistir. Pero cuando Dupin llega a la pequeña localidad bretona, no hay rastro del cuerpo ni indicios de que se haya cometido ningún asesinato. Poco después, sentado en el restaurante donde se sirve el marisco más fresco del mundo, escucha el testimonio, confuso y extraño, de la mujer mayor que alertó a la policía. Y su instinto le dice que ha de creerla.
Todos los veranos sin falta, desde hace cuatro años, el nuevo caso del comisario Dupin se sitúa en el nº 1 de los libros más vendidos en Alemania. ¿Cuál es el secreto de esta serie policiaca que se ha convertido en un fenómeno de ventas?
Sin duda, la mágica combinación de un detective peculiar y algo huraño que, a lo Hércules Poirot, confía más en su olfato y en los interrogatorios poco ortodoxos que en todos los seminarios sobre técnicas psicológicas avanzadas, y un escenario, la Bretaña, donde todavía se celebra la vida en torno a grandes mesas de madera, con buen vino y mejor conversación, y las ostras se comen por prescripción médica.

Un cadáver en Port du Bélon (fragmento)

El primer día

Era el más grande de todos. Gritó con fuerza. Autoritario. Seco. Con la cabeza erguida en actitud arrogante. Dirigía aquel graznido enérgico a un compañero que asomó por detrás de un saliente de roca y que en ese momento se apresuraba hacia él. Hacía frío. La temperatura era de prácticamente cero grados y el aire olía a hielo húmedo.
El comisario Georges Dupin, de la policía de Concarneau, se encontraba delante de él y lo contemplaba con admiración. El ejemplar, de aspecto imponente con tantos aspavientos, medía al menos un metro de altura.
Cabeza negra, ojos marrones de mirada penetrante, cuello negro. Manchas brillantes de color naranja amarillento en el cogote. Pico largo y noble, oscuro en la parte superior y naranja intenso por debajo. Tenía el pecho de color naranja chillón, y el vientre, de un blanco deslumbrante. La espalda, al igual que las aletas, le brillaba en color gris pizarra desde la nuca hasta la cola. Las patas, en cambio, lucían un negro intenso. El pingüino rey era un espectáculo exquisito, majestuoso.

LOS CINCO Y YO


En 1968, que fue nuestro primer año escolar, los colegios españoles eran ya lugares desbordados de chavales, más parecidos a junglas que a jardines de infancia. Matricular a los niños en la escuela, que hasta entonces había sido un mero trámite, se convirtió con los nuevos tiempos en un quebradero de cabeza. Para poder atender la demanda de todas las familias del barrio, el colegio Montserrat tuvo que abrir nuevas aulas en sótanos y locales cercanos porque en el edificio principal no cabía más gente».
Es indudable que Orejudo escribe más que correctamente, en algunas ocasiones brillantemente, también es indudable que su ansia de originalidad no siempre le favorece.
Tras la historia delirante de Ventajas de viajar en tren, me lo he pensado un poco antes de abordar otra novela del autor y mi impresión es parecida....buena escritura, gran comienzo y....embrollo tras embrollo el autor me produce la impresión de que no sabe lo que quiere contar o quiere contar tantas cosas que se pierde en la autocomplacencia de una imaginación que más que desbordarse, arrasa todo a su paso.
El título es muy revelador de la estructura, ficción y realidad se mezclan en un torbellino, a veces brillante, a veces irritante que conduce a un no-final como colofón de una no-novela.
Recomendable como ejercicio lector para l@s que no se conforman con la rutina y para los que quieran averiguar hasta donde es capaz de llegar Orejudo....

Sinopsis (Ed. Tusquets)
Toni siente que es un escritor que no escribe y un profesor que no enseña. Creció leyendo las aventuras de Los Cinco escritas por Enid Blyton, unos libros que le proporcionaban lo que la España de los años previos e inmediatamente posteriores a la muerte de Franco era incapaz de ofrecerle: diversión sin vigilancia, libertad de movimientos y cerveza de jengibre, es decir, el mundo sin límites que requería la intensidad vital de su transición a la adolescencia. A lo largo de esta novela, aquellos personajes a los que Toni tanto envidió de niño parecen convertirse en seres de carne y hueso como él, que sufre el proceso inverso y termina siendo lo que siempre deseó, uno más de ellos. Los Cinco y yo es una novela arrebatadoramente original que unas veces se disfraza de memorias de infancia y otras de inquietante ficción de denuncia para pasar de la anécdota a la sátira y de esta a una teoría personal de la narración. Antonio Orejudo rinde homenaje y al mismo tiempo ajusta cuentas con su generación, la de los nacidos en el boom demográfico de los años sesenta, que no tuvo ningún protagonismo en la transición de la dictadura a la democracia.

Los cinco y yo (fragmento)

Para explicar el influjo que las aventuras de Los Cinco han ejercido sobre mi generación hay que hacer referencia al precio que alcanzó el trigo en la posguerra española: así empecé mi presentación de After Five en la Blyton Foundation, remontándome a la catástrofe que había sufrido el sector agrario en los años cuarenta, recién terminada nuestra Guerra Civil. Entonces el Estado fijaba por ley las superficies de cultivo, compraba muy barata toda la producción de cereal y controlaba el consumo con cartillas de racionamiento. A consecuencia de ello, muchos agricultores ocultaban parte de su cosecha para venderla más cara en el mercado negro. Esta práctica, unida a los efectos de una prolongada sequía y a una deuda bélica que obligaba a exportar nuestros escasos cereales a Alemania en pago por la ayuda de Hitler a Franco en la Guerra Civil, provocó una escasez de productos básicos. Mientras la población pasaba hambre, los grandes propietarios agrícolas fueron acumulando el capital que les permitió financiar el sector industrial a partir de la década siguiente. Me pareció pertinente comenzar aquella introducción al libro de Reig mencionando la transformación económica de España en los años cincuenta y el éxodo masivo de las zonas rurales, cuyos habitantes emigraban hacia las ciudades más desarrolladas, sobre todo hacia Madrid, que entonces carecía de las infraestructuras necesarias para dar alojamiento a todos aquellos jóvenes de pueblo que llegaban con la intención de buscarse un sustento o, en el mejor de los casos, de colocarse en un banco o en una compañía de seguros.


UNA DETECTIVE INESPERADA


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Phryne Fisher, una joven dama rica, que trabaja como detective aficionada en Melbourne (Australia) en los años 20.

Su título original "Cocaine Blues" es bastante más sugerente que la ñoña traducción al castellano, pero en ambos casos se trata de una historia increíble con una protagonista bastante improbable en los alegres años 20 y en Australia.....
Entretenimiento puro y duro al borde de la piscina, lectura de verano para despejar la cabeza de trabajos y problemas. Sólo desde ese punto de vista la recomiendo.

Sinopsis (Ed. Siruela)
Una detective inesperada nos presenta la primera aventura de la clásica y moderna heroína que está conquistando a los lectores de todo el mundo. ¡Llega Phryne Fisher!
A finales de los años veinte, la vida social londinense está en pleno apogeo, pero la aristocrática e irresistible Phryne Fisher se hastía solo de pensar en arreglos florales y conversaciones educadas. Por eso decide que embarcarse rumbo a Australia, su tierra natal, para probar suerte como detective y así escapar del tedio de la alta sociedad inglesa, será algo de lo más emocionante.
En efecto, desde que la intrépida Phryne pisa por primera vez el hotel Windsor, en Melbourne, se ve envuelta en una vertiginosa y entretenidísima trama: esposas envenenadas, estupefacientes, comunistas exaltados y policías corruptos. Por no mencionar los escarceos amorosos con el atractivo bailarín ruso Sasha de Lisse en las vaporosas salas del baño turco de Little Lonsdale Street...

«Las novelas de la deliciosa y sugerente Phryne Fisher son lo mejor que ha exportado Australia desde Nicole Kidman y Kylie Minogue».  Booklist

Una detective inesperada (fragmento)

Capítulo IIrá, centro de las verdes olas marinas,
... por su camino inexorable.
Wallace Stevens,
«The Paltry Nude Starts on a Voyage»

Los cristales de la ventana inglesa saltaron por los aires. Gritaron los invitados. Por encima de la exclamación general se oyó el chillido penetrante de madame de St. Clair, la esposa del embajador. —Ciel! Mes bijoux!
Phryne Fisher se levantó con toda tranquilidad y buscó a tientas un mechero. Hasta ese momento la velada había resultado tediosa. Después de los extenuantes preparativos de lo que todo el mundo consideraba el acontecimiento del año, la cena había sido una obra maestra culinaria, pero la conversación se hizo aburrida. A Phryne la situaron entre un coronel retirado de la India y un jugador de críquet amateur. El coronel se limitó a hacer unos cuantos comentarios convenientes sobre la comida, pero Bobby era capaz de enumerar todas las puntuaciones conseguidas a lo largo de dos años en los encuentros de todos los condados... y las contó. De repente se apagaron las luces y la ventana estalló en añicos. Cualquier cosa que interrumpiera los partidos del Wisden del Country House era buena, pensó Phryne, y encontró el encendedor.
La escena que apareció a la luz vacilante fue confusa. Las jóvenes, que por lo general tienden a gritar, gritaban. El padre de Phryne daba grandes voces a la madre de Phryne, cosa no menos normal. Varios señores habían encendido cerillas y uno de ellos había tocado la campanilla. Phryne fue a la puerta, se dirigió al vestíbulo principal, donde colgaba abierta la puertecita de la caja de los fusibles, y bajó el interruptor que indicaba «Principal». El chorro de luz los espabiló a todos, salvo a los que tenían los sentidos empapados de ginebra. Y madame de St. Clair, agarrándose melodramáticamente el cuello, se dio cuenta de que su collar de diamantes, que al parecer contenía una de las piedras del collar de la zarina, había desaparecido. El grito superó todos sus esfuerzos previos.