sábado, 25 de noviembre de 2017

EL SECRETO DE LA SEÑORA HOWELL


1897, estado de New York, una granja aislada, forajidos, disparos, muerte, venganza.....¡
Y me dije, una de "vaqueros" literariamente escrita, y si, pero no.
El secreto de la Sra. Howell es tan evidente desde las primeras páginas que más que un secreto es una "certeza" y eso resta misterio a la trama que, por otra parte, no tiene mucho más a donde agarrarse.
No es del "oeste" pero lo pretende y no lo consigue, la trama es tan embrollada (aunque su pretensión es misteriosa) e inconsistente que acaba siendo increíble y un punto tediosa.
Por último, los finales abiertos están sobrevalorados, salvo que quien los escribe sea un grande de la literatura.
Conclusión, promete más que da.
Prescindible.

Sinopsis (Ed. Siruela)
En invierno de 1897, un trío de forajidos asalta una granja aislada de la zona norte del estado de Nueva York. Cuando la comadrona Elspeth Howell regresa a su hogar después de una larga ausencia, se encuentra con la masacre: su marido y cuatro de sus hijos han sido asesinados. Antes de descubrir a Caleb, el quinto de sus hijos, oculto en la despensa, un nuevo disparo resuena. Caleb, el pequeño de doce años, tendrá que cuidar de su madre hasta que esta se recupere lo suficiente como para que ambos puedan salir al valle helado en busca de los responsables del atroz crimen.
Un retrato abrasador de un mundo inmisericorde, sobre la culpa y la inocencia perdida, la redención y el castigo, que nos recuerda a las obras de Michael Ondaatje y Cormac McCarthy.

El secreto de la señora Howell (fragmento)

Capítulo 1

Elspeth Howell era una pecadora. Ese pensamiento se cernía sobre ella como una sombra cuando se lavaba la cara o descubría su reflejo atrapado en una ventana, o al bajarse del tren tras meses lejos de casa. Cada vez que veía una iglesia o escuchaba algún versículo de la Biblia en boca de su marido, cada vez que se tocaba la sencilla cruz que le colgaba del cuello al cargar sus bolsas, sus faltas se le acumulaban en los más hondo del pecho, duras y pesadas como piedras. Sus múltiples pecados –la ira, la codicia, el robo– le tensionaban el cuerpo, y todo cuanto podía amortiguar la presión era el movimiento, encontrar algo en lo que ocupar sus débiles manos y su mente tentada. De modo que, una vez más, batió las piernas contra la nieve acumulada en ventisqueros que le llegaban hasta la cintura, y caminó.
Tras recorrer varios kilómetros, el cielo sobre ella se había convertido en una enorme mancha gris y las pesadas nubes liberaron su carga. Se aflojó la bufanda que le cubría la cara y el frío le invadió de súbito los pulmones. Tan pronto se deslizaba una gota de sudor por entre uno de los guantes o bajo cualquiera de sus rizos, esta se convertía en hielo que titilaba con la última luz.
Guardaba en el bolsillo una lista con los nombres y las edades de los niños, los años tachados hasta dos y tres veces, para no olvidarse de ninguno al comprar los regalos. Llevaba un escamador de pescado para Amos, catorce, un llamador de gansos para Caleb, doce, un cuchillo de caza para Jesse, diez, un paño de lana de más de un metro para Mary, quince, una tira de lazo morado para Emma, seis, y un pequeño frasco de perfume para que las dos niñas lo compartieran. Cuidadosamente protegidos contra los elementos, escondidos en el fondo de una bolsa, había caramelos de fresa, gominolas y chicles. Para su marido, llevaba dos cajas de munición y un nuevo par de esquiladoras. En conjunto, todos estos bienes le habían costado una pequeña parte de su salario de cuatro meses de trabajo como matrona. El resto descansaba en las puntas de sus botas.


EL LADO OSCURO


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Konrad Simonsen, inspector jefe de la policía de Copenhague.

Inspector nórdico, cincuentón, con sobrepeso e incipiente diabetes, fumador, "alérgico a la vida sana y a la prensa", individualista, con golpes premonitorios en la resolución de sus casos y una hija joven......, ¿Qué me recuerda?.
Indudablemente al gran Kurt Wallander, lo que sucede es que Wallander sólo hay uno y el tal Konrad Simonsen no llega ni a "la suela del zapato".....
Y, dicho sea de paso..., Hammer&Hammer, tampoco llegan a la altura literaria de Henning Mankell, ni de lejos; en esta primera entrega de la serie intentan sin mucho éxito, explorar el lado oscuro de la pederastia y en eso se quedan, en un intento, que comienza de forma impactante (lease la contraportada de la novela) pero no tiene ni continuidad, ni ritmo, por decir algo.
Tendrán que mejorar mucho, los hermanos Hammer para que yo vuelva a adentrarme en el mundo, plano y aburrido, de Simonsen y sus "ad-lateres".

Sinopsis (Ed. Roca)
Una mañana unos niños realizan un hallazgo macabro: del techo del gimnasio de su escuela cuelgan, con precisión matemática, cinco cadáveres mutilados. El escenario recuerda una ejecución pública.
El inspector jefe de la policía de Copenhague, Konrad Simonsen, debe interrumpir sus vacaciones en la costa danesa para dirigir la investigación. Junto a su equipo, Simonsen trata de descifrar qué oculta el inteligente en impenetrable bedel de la escuela. Por fortuna, Simonsen es un perro viejo, tan experto como tenaz, y poco a poco logrará desenredar una trama de manipulación y venganza que tiene su origen en un pasado no tan lejano.


El lado oscuro (fragmento)

PrólogoDespués de arrojar los últimos trozos de leña, el hombre se enderezó, apretó los puños contra los riñones y se dobló un par de veces hacia atrás para mitigar un sorprendente dolor en la espalda. Estaba acostumbrado al trabajo físico, por lo que el esfuerzo de un par de horas que había empleado en llenar la fosa preparada en aquel campo no era demasiado, y frente a lo que había llevado a cabo en el transcurso del día, unos ligeros dolores musculares carecían de importancia. Simplemente, le extrañaban.
Un poco molesto, tomó el último bidón de queroseno y derramó el contenido sobre la madera, cuya capa superior estaba al nivel del terreno. Alrededor de quince metros cúbicos de madera de haya bien seca, con algo de olmo, castaño y abedul, más un ciruelo joven, con la corteza rojiza en el lado que miraba al mediodía, y verde en el de la umbría, tal y como observó con mirada experta. Además treinta y un sacos de carbón, una cantidad de la que había tomado buena nota antes de comenzar y que, después, había ido contando saco a saco a medida que los llevaba hasta el lugar, para que el trabajo se hiciera menos monótono. Miró el reloj y se dio cuenta de que la esfera estaba cubierta de sangre coagulada y que no se podían ver las manecillas. Igual que la última vez. Enfadado, se lo quitó y lo lanzó a la pira; escrutó el cielo, que comenzaba a oscurecerse. Por al oeste la cubierta de nubes bajas se iluminaba con el reflejo rojo oscuro del sol poniente, y el lago que se extendía bajo los campos aparecía gris y difuminado. La tormenta se aproximaba.

Y TODO A MEDIA LUZ


Séptima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Luigi Alfredo Ricciardi, comisario de la brigada móvil de la Real Jefatura Policía de Nápoles en los años 30.

Me encanta Maurizio de Giovanni y me encanta su comisario Ricciardi¡¡¡
Dicho esto, he de aclarar que el mayor mérito de las novelas de esta serie no es la complicación de las tramas, ni siquiera, la dificultad en resolver los casos; lo que más me gusta es la recreación del ambiente, la política, las relaciones y la vida en Nápoles años 30.
Tienen estas novelas y sus personajes un "no sé qué" que me atrapa y hace que las termine en un "abrir y cerrar de ojos". He disfrutado mucho, aun habiendo dejado a Ricciardi en una situación que no me gusta, no me gusta nada¡¡¡

Sinopsis (Ed. Lumen)
Corre el año 1932. Ha llegado la primavera a Nápoles, y las calles se llenan de gente dispuesta a estrenar vestidos ligeros y pamelas, pero Ricciardi está demasiado ocupado resolviendo un nuevo caso como para percatarse de que el aire es ahora más ligero: Rosaria, una joven de veinticinco años, ha sido asfixiada en su habitación del famoso burdel Paraíso con una almohada. Allí la encuentran Ricciardi y su inseparable ayudante Maione, descompuesta entre las sábanas, con signos evidentes de asfixia, pero sin otras heridas que puedan delatar al asesino. Al parecer, tampoco falta nada importante que pueda hacer pensar en un robo, y el asunto se complica...
Muy pronto Ricciardi y Maione descubren que Rosaria era una prostituta muy especial, tanto que la llamaban Víbora. Su belleza y sus artes amatorias eran conocidas en toda la ciudad, hasta el punto de que Sergio Ventrone, un distinguido caballero, estaba pagando sus servicios en exclusiva, y Giuseppe Coppola, un joven repartidor de fruta, estaba dispuesto a casarse con ella. Giuseppe fue el último hombre que la vio viva, y Ventrone el primero que la vio muerta: ¿quién más la vio entre una visita y otra?
Al final el caso tendrá una resolución insólita, pero el lector descubrirá una vez más que el amor y el hambre están siempre ligados a las muertes violentas, y quien mejor sabe hilvanar estas pasiones es Maurizio de Giovanni.

Y todo a media luz (fragmento)

1

Un centenar de metros separaba la jefatura de policía de El Paraíso, la parte final de la vía Toledo y un tramo de la vía Chiaia. La hora era complicada: las aceras muy concurridas, las tiendas abiertas y el aire suave de las primeras horas de una tarde primaveral que invitaba a dar un paseo. Ricciardi y Maione avanzaban con dificultad entre el gentío, tratando de no perder de vista a la vieja que los precedía moviéndose sobre las piernas zambas con sorprendente agilidad, seguidos por los guardias Cesarano y Camarda, que no dejaban de intercambiar miradas pícaras. Habían empezado el intercambio cuando Maione les comunicó la dirección y ya no habían parado.
Ricciardi no se fiaba de la primavera. No había nada peor que las ventanas que se abrían, que el aire suave, el perfume a bosque y a mar que el viento traía de Capodimonte o del puerto. Tras el invierno de silencios, de calles gélidas azotadas por la tramontana, de sabañones y lluvia helada, las pasiones habían acumulado tanta energía destructiva que no veían la hora de eructar su desorden.


DON DE LENGUAS


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por la periodista Ana Martí.

Una nueva estrella ha nacido en mi universo negro-literario, Ana Martí, periodista de sociedad devenida en investigadora y cronista de sucesos. Leí la segunda novela de la serie (El gran frío) y me produjo buenas sensaciones, estas se han visto multiplicadas en la primera novela protagonizada por esta mujer intrépida que sobrevive en la España negra-negrísima de los años 50. He disfrutado muchísimo con este Don de Lenguas que retrata de forma impecable una España de la que, todavía, no nos hemos liberado...¡
Muy recomendable, tanto que os dejo un enlace, cortesía de Siruela, por si queréis probar una novela negra que relata algo más que crímenes.
ww.siruela.com/catalogo.php?id_libro=2155

Sinopsis (Ed. Siruela)
«Allí estaba Mariona. Blanca, rubia, carnosa y muerta.»

Barcelona, 1952: quedan pocas semanas para el Congreso Eucarístico, y la consigna oficial es dar una imagen impoluta de la ciudad, pues está en juego la legitimidad internacional del Régimen.
Ana Martí, novata cronista de sociedad de La Vanguardia, encontrará en el encargo de cubrir el asesinato de Mariona Sobrerroca, una conocida viuda de la burguesía, su oportunidad para escribir sobre temas serios. El caso ha sido encomendado al inspector Isidro Castro de la Brigada de Investigación Criminal, un hosco policía de doloroso pasado, que tendrá que aceptar de mala gana que Ana cubra la investigación.
Pero la joven periodista pronto descubrirá nuevas pistas que se apartan de la versión oficial de los hechos y recurre a la ayuda de su prima Beatriz Noguer, una eminente filóloga. Lo que en principio parecía una inofensiva consulta lingüística sobre unas misteriosas cartas encontradas entre los papeles de la difunta se convertirá en el inicio de una serie de revelaciones en las que están implicadas personas muy influyentes de la sociedad barcelonesa…
En medio de un ambiente hostil poblado de funcionarios y políticos corruptos, porteras entrometidas, policías violentos, prostitutas y ladrones de buen corazón, la inteligencia y el arrojo de Ana y los conocimientos lingüísticos y literarios de Beatriz serán sus únicas armas para resolver el caso.

Don de lenguas (fragmento)

Allí estaba Mariona. Blanca, rubia, carnosa y muerta.
Como un hurón enjaulado, Abel Mendoza iba de un lado a otro del monstruoso escritorio levantando pequeñas nubes de polvo al revolver pilas de papeles que no habían sido tocados desde hacía meses. Se volvió hacia los estantes llenos de libros de medicina. Las manos parecían haber cobrado vida propia y se movían enajenadas sacando libros, recogiendo algunos de los caídos al suelo, cerrando los cajones abiertos y abriendo los cerrados.
Finalmente encontró lo que buscaba. En ese momento, con un golpe involuntario del dorso de la mano izquierda, tiró al suelo una calavera de plástico, la mitad de la cual estaba recubierta de músculos y tenía un ojo; la otra, solo tenía los huesos pelados. Las calaveras siempre sonríen, incluso cuando caen al suelo y el impacto hace saltar el globo ocular, que huye dando botecitos como una pelota de ping-pong hacia el cuerpo yaciente.
Levantó la calavera y, a pesar del nerviosismo, o tal vez por ello, no pudo evitar corresponder a su sonrisa. Entonces, el ojo de plástico golpeó el tacón del único zapato que llevaba la muerta. Ese sonido seco y hueco desató el pánico definitivo.
Abel Mendoza abandonó la habitación y salió huyendo por la misma puerta que había abierto con una ganzúa hacía unos minutos.

EL BESO DEL DIABLO



Novena entrega de la serie de novelas protagonizadas por Marian Dahle y Cato Isaksen,  dos policías que trabajan en la comisaría de Grønland en Oslo, Noruega.

También la protagonista de esta novela (la cuarta entrega publicada en español) es una mujer, una joven adoptada, decidida y complicada, que lucha en un mundo de hombres para reivindicar su carácter especial y asumir su pasado, presente y futuro en un país tan diferente al suyo y rodeada de personas distintas.
No es que esta serie escrita por la noruega Unni Lindell sea el colmo de la originalidad pero tiene el plus de presentar un protagonista masculino Cato Isaksen, absolutamente insoportable y una protagonista femenina (la verdadera protagonista) Marian Dahle que aporta un punto de vista diferente, el de una mujer en "tierra extraña", creo que puede dar, todavía, muchas sorpresas.

Sinopsis (Ed. Siruela)
Tras un extraño incidente de tráfico, Vivian Glenne, una mujer que vive con sus tres hijos y con Roy Hansen, padre de los dos más pequeños, sale esa misma noche a buscar una flor para su hijo Kenneth. A la mañana siguiente, su ­cadáver aparece brutalmente golpeado. Cato Isaksen y Marian Dahle inician la investigación interrogando a ­Birgit y Frank, los claustrofóbicos vecinos de ­enfrente.  A su vez Dan, hijo mayor de Vivian, decide indagar por su cuenta con su amigo Jonas. La red de sospechosos que surge los arrastrará por caminos equivocados y Cato ­Isaksen y la inestable Marian Dahle tendrán muy poco tiempo para resolver este misterioso caso. Si no lo hacen rápido, habrá más muertes.

El beso del diablo (fragmento)

s.f@com.no
Bandeja de borradores
Jueves, 14 de julio 18:04
¡Besas como el mismo diablo! ¡Pero te detesto! Porque ahora sé que yo no era el único, éramos muchos. Estoy helado, como si me estuviera pudriendo por dentro. ¡Deseo que todo te salga mal!
He llorado por primera vez desde que era niño. Te quería para mí solo, para siempre. Ahora parece estúpido, pero yo deseaba que fuéramos tú y yo. Te reíste cuando te lo dije, pero yo pensaba que estaríamos juntos tanto tiempo que yo me encogería y me quedaría calvo, y tú tal vez enfermarías.  He soñado con eso, porque así estarías atada a mí. ¿Por qué tengo que comer de tu mano como un perro que adora a su amo? Vas muy escotada y llevas zapatos de tacón, o botas altas, y te embadurnas de maquillaje. La diferencia de edad lo hacía aún más emocionante, pero, en realidad, no tengo mucho más que decir. Es evidente que para ti todo esto no significaba nada.
Recuerdo la primera vez. Empujaste el parque del niño hasta pegarlo a la pantalla de la televisión. Estábamos en diciembre. A día 5, para ser exactos. En la programación infantil emitían un nuevo episodio de «El calendario de Adviento». El número 5 brillaba cubierto de purpurina roja. Tu hijo estaba allí plantado, con el chupete puesto, mirando fijamente el televisor.

LAS BUENAS INTENCIONES


¿Somos siempre quienes decimos?, ¿Somos lo que aparentamos?, tal vez, en algún momento hemos pensado vivir otras vidas, tener otros orígenes y otro nombre....
Aun sin saber que esta novela tiene un antecedente próximo y real, aun sin saber cuanto de real y de ficción vive en sus páginas y aún con su estructura un punto caótica y desordenada, esta novela remueve sentimientos que, tod@s, alguna vez hemos experimentado, sentimientos de cambio y reinvención, de vivir la vida que creemos merecer y no nos ha tocado en "el sorteo".
Eric Kennedy, escribe una carta a su esposa y en ella están, casi todos los sentimientos básicos del ser humano, en, apenas, 200 páginas, viajamos por la historia de un hombre "condenado a vivir", de un hombre que lleva dentro algo de cada uno de los hombres y mujeres que vivimos, sentimos y añoramos vidas "no vividas", y en ese trayecto acabamos comprendiéndolo y compadeciéndolo profundamente.
Me ha gustado, mucho¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Escogida como una de las mejores obras de ficción de 2013 en medios como The New York Times, The Huffington Post, The Washington Post y Publishers Weekly, y elogiada por críticos y escritores de gran relieve, esta tercera novela de Amity Gaige se presenta como una historia de suspense que, a medida que avanza la trama, deviene un relato lúcido y poético que sitúa al lector frente a un complejo dilema moral.
Desde la cárcel, Eric Kennedy escribe una larga carta a su esposa, Laura, en la que confiesa los motivos que lo condujeron a incumplir flagrantemente la ley. En trámite de divorcio, Eric y Laura se hallaban en mitad de una tensa y desagradable pugna por la custodia de Meadow, su hija de seis años, cuando él decidió llevarse a la niña sin autorización para realizar un viaje por los lagos de Vermont. En su reveladora misiva, Eric no sólo repasa episodios clave de su vida con la intención de explicar y justificar su comportamiento, sino que también desgrana los momentos más felices de su paternidad. Así pues, detrás de sus defectos, emerge un padre afectuoso y entrañable que nos plantea una serie de preguntas de difícil respuesta. 
La búsqueda de la identidad, los fantasmas del pasado, el amor insatisfecho, los sueños malogrados, en suma, todo aquello que determina la conducta de una persona converge en Eric, un hombre contradictorio y seductor, dispuesto a arriesgarlo todo por la necesidad de compartir tiempo con su hija.

Las buenas intenciones (fragmento)

Lo que sigue es una crónica de mis andanzas con Meadow desde nuestra desaparición.
Mi abogado dice que debería contártelo todo: adónde fuimos, lo que hicimos, con quiénes nos vimos, etc. Como bien sabes, Laura, para ser un hombre no soy reservado, sino más bien hablador —locuaz incluso, podría decirse—, pero aun así hace días que no pronuncio una palabra. Es una promesa que hice. Tengo en la boca un regusto a rancio y a húmedo, a cavernario. Pero resulta que no se me da muy bien guardar silencio. Hay muchísimas cosas que quiero decirte, lo cual bien podría explicar el entusiasmo de este documento, a pesar de lo que cabría llamar la triste historia que cuenta.
Mi abogado dice además que este testimonio podría ayudarme algún día ante un tribunal. De manera que es difícil no considerarlo también una especie de alegato, una súplica, si quieres, no sólo de tu clemencia, sino también de la de un hipotético jurado, si es que vamos a juicio. Y por si la palabra «jurado» te resulta prometedora (a mí me lo resultó, por un instante), he averiguado que los jurados se equivocan a menudo, aferrándose como se aferran a las primeras impresiones. Y que, al final, rara vez dictaminan las clamorosas exculpaciones o los castigos que merecemos, sino que más bien suelen ser indicadores del cariz que tendrá el caso en la prensa. De todas maneras, es difícil no pensar en ellos, mi auditorio potencial. Abogados. Jurados. Turbamultas de cuento de hadas. Historiadores. Pero, sobre todo, tú. Tú, mi látigo, mi patria, mi esposa.
Querida Laura. Si estuviéramos solos tú y yo otra vez, sentados por la noche a la mesa de la cocina, con toda probabilidad llamaría a este documento sencillamente una disculpa.

PERDIDA



Tenía pendiente esta novela desde hace tiempo, recomendaciones a favor y en contra me hicieron posponer su lectura varias veces, pero una tarde aburrida bastó para tomar la decisión instantáneamente¡¡¡y ......, no sabría que decir...., desde luego es entretenida, mucho, aunque como lectora avezada de negra-policíaca, las sorpresas que la escritora había programado, no duraron mucho; la verdad es que s...e atisban y adivinan las trampas rápidamente; la estructura no es original y no ofrece más de lo que una "aspirante a best-seller" pueda dar, desde siempre.
Eso si, me ha interesado la disección de la pareja que Flynn realiza en su novela, esa intensa disección del matrimonio que, cualquiera que haya estado casad@ reconoce instantáneamente; eso ha sido para mi, lo más interesante de la novela, lo cual es magra recompensa para casi 600 páginas...
He pasado un buen rato con Perdida, sin más¡¡¡


RESEÑADA POR JUAN FONT OSABA para LIBROS, el 3 de Abril de 2013
He leído Perdida de Gyllian Flynn, un thriller psicológico que me ha recordado las novelas de Katzenbach.
Nick y Amy son un matrimonio que llevan 5 años casados. Un día Nick llega a casa y la encuentra toda revuelta y su esposa Amy ha desaparecido dejando un rastro de sangre.
¿Es Nick un mentiroso y un asesino? o ¿Amy es una sociópata que trata de inculpar a su marido?
Por una lado, la policía que no ata cabos y por otro, las cadenas de televisión manipulando a la opinión pública.
Al llegar al desenlace final una pregunta se me ha quedado en el aire ¿es una historia de odio o es una historia de amor?
No os la perdáis.

RESEÑADA por Amelia Ruíz para LIBROS,  el 8 de Septiembre de 2013.
He leído “Perdida” de Gillian Flynn.
La historia va de una mujer que desaparece dejando en su casa huellas de violencia. ¿Ha desaparecido o ha sido asesinada? Comentarla sin hacer spoiler es difícil en esta novela. Me ha gustado, está bien escrita, engancha y sí, la recomendaría. Pero sin embargo no dejo de reconocer que la autora a partir de la mitad del libro ha perdido la mesura y ya chirría tanto exceso situaciones al límite. Por otra parte me desagradó su manera de enfocar todos los personajes femeninos de la obra, plagados de arquetipos lamentables. Pero insisto, la novela se deja leer y engancha. Y lo mejor, deja un montón de consideraciones sobre las relaciones de pareja dignas de discusión, pero que no se puede comentar aquí por no desvelar en exceso la trama.

RESEÑADA por Ricardo Cortat para LIBROS, el 21 de Octubre de 2013.
Acabé 'Perdida' de Gillian Flynn y así me siento yo, perdido.
Perdido y desconcertado. No sé si la escritora me ha vacilado o el libro es una obra de arte y lo que estoy es boquiabierto y no desconcertado.
No está mal pero... no puedo comentar porque voy borrando tal como escribo.
En fin, que me quedo con la duda. O truco o trato. ¿Alguna opinión al respecto?

Sinopsis (Ed.
En un caluroso día de verano, Amy y Nick se disponen a celebrar su quinto aniversario de bodas en North Carthage, a orillas del río Mississippi. Pero Amy desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. A medida que la investigación policial avanza las sospechas recaen sobre Nick. Sin embargo, este insiste en su inocencia. Es cierto que se muestra extrañamente evasivo y frío, pero ¿es capaz de matar?
Perdida es una obra maestra, un thriller psicológico brillante con una trama tan apasionante y giros tan inesperados que es imposible parar de leer. Una novela sobre el lado más oscuro del matrimonio; los engaños, las decepciones, la obsesión, el miedo. Una radiografía actual de los medios de comunicación y su capacidad para modelar la opinión pública. Pero sobre todo es la historia de amor entre dos personas perdidamente enamoradas.

Perdida (fragmento)

NICK DUNNE

El día D
Cuando pienso en mi esposa siempre pienso en su cabeza. Para empezar, en su forma. Lo primero que vi de ella, la primera vez que la vi, fue la parte trasera de su cráneo. Sus ángulos tenían algo de adorable. Como un duro y brillante grano de maíz o un fósil en el lecho de un río. Tenía lo que los victorianos habrían descrito como «una cabeza elegantemente torneada». Resultaba bastante fácil imaginar su calavera.
Reconocería su cabeza en cualquier parte.
Y lo que hay en su interior. También pienso en eso: su mente. Su cerebro, con todos sus recovecos, y sus pensamientos yendo y viniendo por dichos recovecos como rápidos y frenéticos ciempiés. Como un niño, me imagino abriéndole el cráneo, desenrollando su cerebro y examinándolo cuidadosamente, intentando apresar e inmovilizar sus ocurrencias. «¿En qué estás pensando, Amy?» La pregunta que más a menudo he repetido durante nuestro matrimonio, si bien nunca en voz alta, nunca a la única persona que habría podido responderla. Supongo que son preguntas que se ciernen como nubes de tormenta sobre todos los matrimonios: «¿Qué estás pensando? ¿Qué es lo que sientes? ¿Quién eres? ¿Qué nos hemos hecho el uno al otro? ¿Qué nos haremos?».